jueves, 9 de agosto de 2018

CREATIVO POR SUS CUATRO COSTADOS

Un trazo inigualable y una belleza contagiante en sus cuadros llenos de pasión por la fuerza creativa. Era, comprobadamente, exigente y riguroso en la aplicación del pincel para pintar una obra que al final se convertía en enteramente hermosa y expresiva en su totalidad. En su largo devenir con el arte, el hombre andino de la sensibilidad, a flor de piel, jugó con diversidad de colores que se complementaron con las imágenes trapezoidales y las formas geométricas de abstracción. Casi siempre tuvo presente, al colorear, a la arquitectura del antiguo Tahuantinsuyo. Lo que lo hacía enteramente singular En buena cuenta, su arte se inspiró en la grandeza espiritual del pasado artístico peruano. Allí estaba su valor intrínseco que lo convirtió, definitivamente, en un artista de polendas. Pintor excepcional, magnifico pintor de pintores de esos que impresionan porque tienen el aire de la señal y la delineación muy pero muy firmes. Exactamente y por donde se vean estos genuinos atributos. A cada instante, en toda ocasión,
Milner Cajahuaringa se convirtió en uno de los prominentes artistas más renombrados del Perú, con aportes concretos a las artes plásticas peruanas luego de cultivar impecablemente, durante muchísimos años, el equilibro entre el arte abstracto y el figurativo. Su obra tuvo importante influencia en el desarrollo de las fortalezas de jóvenes generaciones durante un buen número de años, como expresión de manejo efectivo de lo grandioso en al arte de la creatividad.
Perteneció a la denominada promoción de oro de la Escuela de Bellas Artes junto a notables artistas como Gerardo Chávez, Tilsa Tsuchiya y Enrique Galdós Rivas. Le otorgaron, por su calidad, la Medalla de Honor “Daniel Hernández” que pertenece a este centro de estudios. Sus obras se encuentran, además, en diversos museos de Estados Unidos, Argentina, Colombia e Italia. Resultó ser el gestor del simbolismo andino. Su productividad comenzó a mediados de los años 60 hasta su muerte.

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Cajahuaringa en plena faena de trabajo.

NACIMIENTO
Nació al pie del imponente nevado Pariaqaqa en Huarochirí, provincia serrana de Lima, el 29 de Febrero de 1932. Fue el representante genuino de la pintura abstracta y de las formas nativas de nuestro pasado que, mediante su talento, se convirtió en verdadero arte. Vivió aquí en la tierra 85 años y murió, en la capital peruana, el 27 de agosto del 2017.
El origen huarochirano y andino de Cajahuaringa es notable. Sobre todo, en sus trabajos más importantes. Entre ellos destacan las series de acuarelas y dibujos en tinta china contra los virreyes españoles y contra las corridas de toros.
Lo que pasa es que el artista, de acuerdo a la percepción de sus alumnos y seguidores, tenía una visión sumamente critica. Pintó a los virreyes como mounstros que del rostro le salían gusanos. Incorporó el trapecio incaico como una forma de expresión y de rescate de las culturas antiguas.
Fue docente de la Escuela de Bellas Artes donde, precisamente, ingresó en 1966. No sólo fue maestro en las clases. También orientaba a sus alumnos y se preocupaba por su trabajo fuera del centro de estudios. Los reunía en su taller de la calle Chota, ubicado en el centro de Lima. Allí formó un círculo cultural de estudiantes denominado Pichqa, cinco en quechua.

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El pintor, una de sus obras y sus amigos.

APUS
En el conocimiento andino antiguo, las estructuras geométricas representaban el orden y las relaciones entre el mundo de los hombres, el de los dioses y el de los muertos. Lo sagrado podía entre los astros, pero también en los apus (deidades en quechua) que eran los cerros nevados más importantes en cada lugar. El apu más importante de Huarochirí es el Pariacaca
Fue socio fundador de la Asociación Huarochirí de residentes de esa provincia en Lima y promotor del grupo cultural Embajada Folclórica Curiyana Pariacaca. Por su parte, Curinaya Wiracocha es uno de los dioses titulares protagonista de los mitos más antiguos del Perú.
Hacia 1950 inició sus estudios en Bellas Artes. Aunque por influjo de su familia viaja a Buenos Aires, Argentina, para seguir estudios de Medicina, carrera que sólo seguiría los tres primeros años. En paralelo, durante su estadía en el país sureño, llevó cursos de dibujo y pintura en la “Asociación Plástica Argentina”, donde tuvo como maestros a los artistas Demetrio Urruchua y Cecilia Marcovich.
Luego de regresar al Perú, el joven decidió seguir con sus estudios de Arte. Cuatro años después, en 1959, termina su especialización y es galardonado con la medalla de oro por Juan Manuel Ugarte Eléspuru, Director General de la Escuela de Bellas Artes. En esta etapa, el artista empieza a incorporar su plástica a los valores de nuestras raíces, paisajes y formas locales.
Participó en la VI Bienal de Sao Paulo, Brasil, donde fue reconocido por la División de Cultura de Itamaratí en Río de Janeiro. En 1962, constituyó un organismo intelectual de nivel continental: el Grupo Sudamericano de Artistas Plásticos. Dos años después, ganó el premio Arte de América y España, tras viajar a la península europea.
PROFESOR
Fue docente de su alma mater la Escuela de Bellas Artes por más de 20 años entre los años 1965 y 1986. Fundo la Galería Trapecio con sede en la ciudad de Lima. Perú. Entre 1958 y el 2000 participó en constantes muestras individuales y colectivas de gran renombre, tanto en América como en Europa
Su obra, de acuerdo a la opinión de los críticos entendidos, es una efectiva propuesta pictórica que involucra una poética del color y de la luz. Allí destacan, a primera vista, las formas geométricas incaicas evocadoras de las formas prehispánicas y de especial referencia al Perú antiguo.
Cajahuaringa fue el golfalonero de la más alta expresión de la plástica nacional de su momento y de hoy. Estos valores están definidos por la búsqueda de un arte peruano universal, de lenguaje que incorpora el aporte modernista en diálogo con la cosmovisión. La máxima condecoración de su alma mater, la Medalla de Honor “Daniel Hernández” fue ganada por el artista, por efecto de su vasta producción.
En aquella ceremonia, cumplida el 2017, su hija Micaela tomó la palabra en su nombre, pues él ya no podía hablar. “MI padre esta emocionado hasta las lágrimas y creo que no hay manera de traducir lo que él siente, dijo, mientras el maestro la escuchaba sentado en una silla de ruedas.

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Otras de sus bellas creaciones

OBRAS
El artista huarochirano dejó constancia de su destreza en el uso de los colores y de la abstracción en obras como “El Espectro”, “Fuerza Telúrica o “Pariaqaqa Huasi”. También lo hizo en el ámbito figurativo y allí perdura su célebre retrato al curaca Taulichusco a quien dibujo, según cuenta la anécdota, tomando como referencia el rostro de su padre.
Muchos lo llamaron el rebelde del arte. En su obra, las reminiscencias incas destacan sobre todo en los retratos que elaboro de Túpac Amaru y una serie de mujeres mestizas de Huarochirí. También pintó al Libertador José de San Martín. Muchos de sus trabajos son de clara denuncia social.
Como buen artista escrudiñó profundamente el espíritu estético del país, habiendo encontrado valores trascendentales en las hermosas regiones cuzqueñas de Ollaytantambo y Machu Pichu. Tan poderoso fue su impacto emotivo que, a partir de 1956, su arte toma nuevo giro, dentro de una novedosa serie de elementos estéticos muy significativos de la grandeza espiritual de nuestro pasado.
Pensó que se perfilo en el Perú una estética nacionalista con dimensiones universales debido a que el artista es un profesional de alta escuela y no un empírico. También sostuvo que el artista, para ser auténtico, para expresar con más propiedad y acierto el alma mismo de su país, debe proceder del dominio de lo universal a lo particular o local
La madrugada del 28 de Agosto del 2017 falleció el gran pintor en su casa de Cieneguilla, debido a una enfermedad respiratorio. Sus restos descansan para la posteridad en el Cementerio Santa Rosa de Chorrillos.

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¡Que hermosura de cuadro!

HOMENAJES
Lo bueno es que recibió homenajes en vida. El 2001, el Centro Cultural de la Escuela Nacional de Bellas Artes presento una exhibición de sus obras. Cinco años después, una muestra, en el Museo de Arte de Lima, llamada “Visiones de fin de Siglo, se incluyó obras de Cajahuaringa en una sección denominada Constelaciones
La Escuela de Bellas Artes, cercana a celebrar el centenario de su creación vio la necesidad de m,irar y reconocer su propia historia institucional y decidió otorgarle una medalla como máximo galardón. Cuatro meses antes de morir, Mayo del 2017, fue homenajeado junto con el pintor Fernando de Szyszlo, por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
 El reconocido artista, evidentemente, dejo para la posteridad una vasta y valiosa obra. Entre ellas una colección de pinturas caricaturescas como los virreyes Toledo, Amat, el Conde de Lemos, el Duque de la Palata y muchos otros mas
Cabe señalar que el autor de esta nota tiene un afecto muy especial por Cajahuaringa quien, en actitud noble y digna sin ninguna retribución de por medio, ilustró la caratula de su primer libro titulado “En Busca de Personajes” que se presentó en 1994, en el Instituto Cultural Peruano Norteamericano de Arequipa.

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Creatividad plena

 ILUSTRACION
 El trazo firme del pintor mostraba en un fondo, intensamente plomo brillante con letras rojas y azules que mostraban el título y el nombre del autor. Una máquina de escribir muy moderna y casi plana, con el papel en blanco en el rollo. Un poco más allá, el cenicero con varios puchos apagados y un cigarrillo prendido. Mientras que, al otro lado, había un recipiente con varios lapiceros. Todo esto le pertenecía al periodista autor del volumen. Excelente trazo, de gran calidad
 Las gestiones correspondientes para que la caratula fuera tan especial las hizo el editor de la publicación, Tulio Cusman Cárdenas, otro gran amigo fraternal y famoso reportero gráfico y fotógrafo artístico, que murió hace tres años: el 14 de Julio del 2015.
 A propósito, Cajahuaringa retrató impecablemente en un óleo a colores a Marita Cusman Ponce, la hija de este gran hombre, la misma que falleció a temprana edad víctima de una penosa enfermedad. Su cuadro, de belleza impresionante, lucia impecable colgado estratégicamente en la sala de la familia Cusman conformante de la gran casa, ubicada en el distrito de San Borja
Los recuerdos y los descansos en paz tanto para Tulio como Milner, dignos y efectivos representantes del arte peruano en el campo de la fotografía como de la pintura, respectivamente. Vale la pena recordarlos. (Edgardo de Noriega)

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