Milner Cajahuaringa se convirtió en uno de los prominentes artistas
más renombrados del Perú, con aportes concretos a las artes plásticas peruanas
luego de cultivar impecablemente, durante muchísimos años, el equilibro entre
el arte abstracto y el figurativo. Su obra tuvo importante influencia en el
desarrollo de las fortalezas de jóvenes generaciones durante un buen número de
años, como expresión de manejo efectivo de lo grandioso en al arte de la
creatividad.
Perteneció a la denominada
promoción de oro de la Escuela de Bellas Artes junto a notables artistas como
Gerardo Chávez, Tilsa Tsuchiya y Enrique Galdós Rivas. Le otorgaron, por su
calidad, la Medalla de Honor “Daniel Hernández” que pertenece a este centro de
estudios. Sus obras se encuentran, además, en diversos museos de Estados
Unidos, Argentina, Colombia e Italia. Resultó ser el gestor del simbolismo
andino. Su productividad comenzó a mediados de los años 60 hasta su muerte.
Cajahuaringa en plena faena de trabajo.
Cajahuaringa en plena faena de trabajo.
NACIMIENTO
Nació al pie del imponente nevado
Pariaqaqa en Huarochirí, provincia serrana de Lima, el 29 de Febrero de 1932.
Fue el representante genuino de la pintura abstracta y de las formas nativas de
nuestro pasado que, mediante su talento, se convirtió en verdadero arte. Vivió
aquí en la tierra 85 años y murió, en la capital peruana, el 27 de agosto del
2017.
El origen huarochirano y andino
de Cajahuaringa es notable. Sobre todo, en sus trabajos más importantes. Entre
ellos destacan las series de acuarelas y dibujos en tinta china contra los
virreyes españoles y contra las corridas de toros.
Lo que pasa es que el artista, de
acuerdo a la percepción de sus alumnos y seguidores, tenía una visión sumamente
critica. Pintó a los virreyes como mounstros que del rostro le salían gusanos.
Incorporó el trapecio incaico como una forma de expresión y de rescate de las
culturas antiguas.
Fue docente de la Escuela de
Bellas Artes donde, precisamente, ingresó en 1966. No sólo fue maestro en las
clases. También orientaba a sus alumnos y se preocupaba por su trabajo fuera
del centro de estudios. Los reunía en su taller de la calle Chota, ubicado en
el centro de Lima. Allí formó un círculo cultural de estudiantes denominado
Pichqa, cinco en quechua.
El pintor, una de sus obras y sus amigos.
El pintor, una de sus obras y sus amigos.
APUS
En el conocimiento andino
antiguo, las estructuras geométricas representaban el orden y las relaciones
entre el mundo de los hombres, el de los dioses y el de los muertos. Lo sagrado
podía entre los astros, pero también en los apus (deidades en quechua) que eran
los cerros nevados más importantes en cada lugar. El apu más importante de
Huarochirí es el Pariacaca
Fue socio fundador de la Asociación
Huarochirí de residentes de esa provincia en Lima y promotor del grupo cultural
Embajada Folclórica Curiyana Pariacaca. Por su parte, Curinaya Wiracocha es uno
de los dioses titulares protagonista de los mitos más antiguos del Perú.
Hacia 1950 inició sus estudios en
Bellas Artes. Aunque por influjo de su familia viaja a Buenos Aires, Argentina,
para seguir estudios de Medicina, carrera que sólo seguiría los tres primeros
años. En paralelo, durante su estadía en el país sureño, llevó cursos de dibujo
y pintura en la “Asociación Plástica Argentina”, donde tuvo como maestros a los
artistas Demetrio Urruchua y Cecilia Marcovich.
Luego de regresar al Perú, el
joven decidió seguir con sus estudios de Arte. Cuatro años después, en 1959,
termina su especialización y es galardonado con la medalla de oro por Juan
Manuel Ugarte Eléspuru, Director General de la Escuela de Bellas Artes. En esta
etapa, el artista empieza a incorporar su plástica a los valores de nuestras
raíces, paisajes y formas locales.
Participó en la VI Bienal de Sao
Paulo, Brasil, donde fue reconocido por la División de Cultura de Itamaratí en
Río de Janeiro. En 1962, constituyó un organismo intelectual de nivel
continental: el Grupo Sudamericano de Artistas Plásticos. Dos años después,
ganó el premio Arte de América y España, tras viajar a la península europea.
PROFESOR
Fue docente de su alma mater la
Escuela de Bellas Artes por más de 20 años entre los años 1965 y 1986. Fundo la
Galería Trapecio con sede en la ciudad de Lima. Perú. Entre 1958 y el 2000
participó en constantes muestras individuales y colectivas de gran renombre,
tanto en América como en Europa
Su obra, de acuerdo a la opinión
de los críticos entendidos, es una efectiva propuesta pictórica que involucra
una poética del color y de la luz. Allí destacan, a primera vista, las formas
geométricas incaicas evocadoras de las formas prehispánicas y de especial
referencia al Perú antiguo.
Cajahuaringa fue el golfalonero
de la más alta expresión de la plástica nacional de su momento y de hoy. Estos
valores están definidos por la búsqueda de un arte peruano universal, de
lenguaje que incorpora el aporte modernista en diálogo con la cosmovisión. La
máxima condecoración de su alma mater, la Medalla de Honor “Daniel Hernández”
fue ganada por el artista, por efecto de su vasta producción.
En aquella ceremonia, cumplida el
2017, su hija Micaela tomó la palabra en su nombre, pues él ya no podía hablar.
“MI padre esta emocionado hasta las lágrimas y creo que no hay manera de
traducir lo que él siente, dijo, mientras el maestro la escuchaba sentado en
una silla de ruedas.
Otras de sus bellas creaciones
Otras de sus bellas creaciones
OBRAS
El artista huarochirano dejó
constancia de su destreza en el uso de los colores y de la abstracción en obras
como “El Espectro”, “Fuerza Telúrica o “Pariaqaqa Huasi”. También lo hizo en el
ámbito figurativo y allí perdura su célebre retrato al curaca Taulichusco a
quien dibujo, según cuenta la anécdota, tomando como referencia el rostro de su
padre.
Muchos lo llamaron el rebelde del
arte. En su obra, las reminiscencias incas destacan sobre todo en los retratos
que elaboro de Túpac Amaru y una serie de mujeres mestizas de Huarochirí. También
pintó al Libertador José de San Martín. Muchos de sus trabajos son de clara
denuncia social.
Como buen artista escrudiñó
profundamente el espíritu estético del país, habiendo encontrado valores
trascendentales en las hermosas regiones cuzqueñas de Ollaytantambo y Machu
Pichu. Tan poderoso fue su impacto emotivo que, a partir de 1956, su arte toma
nuevo giro, dentro de una novedosa serie de elementos estéticos muy
significativos de la grandeza espiritual de nuestro pasado.
Pensó que se perfilo en el Perú
una estética nacionalista con dimensiones universales debido a que el artista
es un profesional de alta escuela y no un empírico. También sostuvo que el
artista, para ser auténtico, para expresar con más propiedad y acierto el alma
mismo de su país, debe proceder del dominio de lo universal a lo particular o
local
La madrugada del 28 de Agosto del
2017 falleció el gran pintor en su casa de Cieneguilla, debido a una enfermedad
respiratorio. Sus restos descansan para la posteridad en el Cementerio Santa
Rosa de Chorrillos.
¡Que hermosura de cuadro!
¡Que hermosura de cuadro!
HOMENAJES
Lo bueno es que recibió homenajes
en vida. El 2001, el Centro Cultural de la Escuela Nacional de Bellas Artes
presento una exhibición de sus obras. Cinco años después, una muestra, en el
Museo de Arte de Lima, llamada “Visiones de fin de Siglo, se incluyó obras de
Cajahuaringa en una sección denominada Constelaciones
La Escuela de Bellas Artes,
cercana a celebrar el centenario de su creación vio la necesidad de m,irar y
reconocer su propia historia institucional y decidió otorgarle una medalla como
máximo galardón. Cuatro meses antes de morir, Mayo del 2017, fue homenajeado
junto con el pintor Fernando de Szyszlo, por la Universidad Nacional Mayor de
San Marcos
El reconocido artista, evidentemente, dejo
para la posteridad una vasta y valiosa obra. Entre ellas una colección de
pinturas caricaturescas como los virreyes Toledo, Amat, el Conde de Lemos, el
Duque de la Palata y muchos otros mas
Cabe señalar que el autor de esta
nota tiene un afecto muy especial por Cajahuaringa quien, en actitud noble y
digna sin ninguna retribución de por medio, ilustró la caratula de su primer
libro titulado “En Busca de Personajes” que se presentó en 1994, en el
Instituto Cultural Peruano Norteamericano de Arequipa.
Creatividad plena
Creatividad plena
ILUSTRACION
El trazo firme del pintor mostraba en un fondo,
intensamente plomo brillante con letras rojas y azules que mostraban el título
y el nombre del autor. Una máquina de escribir muy moderna y casi plana, con el
papel en blanco en el rollo. Un poco más allá, el cenicero con varios puchos
apagados y un cigarrillo prendido. Mientras que, al otro lado, había un
recipiente con varios lapiceros. Todo esto le pertenecía al periodista autor
del volumen. Excelente trazo, de gran calidad
Las gestiones correspondientes para que la
caratula fuera tan especial las hizo el editor de la publicación, Tulio Cusman
Cárdenas, otro gran amigo fraternal y famoso reportero gráfico y fotógrafo
artístico, que murió hace tres años: el 14 de Julio del 2015.
A propósito, Cajahuaringa retrató
impecablemente en un óleo a colores a Marita Cusman Ponce, la hija de este gran
hombre, la misma que falleció a temprana edad víctima de una penosa enfermedad.
Su cuadro, de belleza impresionante, lucia impecable colgado estratégicamente en
la sala de la familia Cusman conformante de la gran casa, ubicada en el
distrito de San Borja
Los recuerdos y los descansos en paz tanto
para Tulio como Milner, dignos y efectivos representantes del arte peruano en
el campo de la fotografía como de la pintura, respectivamente. Vale la pena
recordarlos. (Edgardo de Noriega)
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