Muchos científicos llamaron al
anterior siglo XX como el de la biología celular y molecular, pues la unidad de
vida descubierta por Robert Hooke fue conocida en su intimidad a través del
ultramicroscopio. Así pudieron determinarse las estructuras y funciones de los
cloroplastos, mitocondrias, ribosomas y el aparato de Golgi, entre otros
organoides. Watson y Crick lograron desentrañar la constitución de la molécula
de ADN-ácido desoxirribonucleico-lo que les valió ser galardonados por el
Premio Nobel. La importancia trascendental de esta investigación estriba en que
en el ADN se halla inscrito el código genético que se transmite de padres a
hijos. La conquista más sobresaliente es haber logrado la fecundación extracorpórea.
En el amplio campo de las
ciencias biológicas, efectivamente la anterior centuria ha sido
extraordinariamente pródiga en descubrimientos. Estos hallazgos han sido
posibles por la contribución que le han prestado la física y la química y
dentro de la primera, especialmente la electrónica.
Ya no es posible ignorar muchos
aspectos que se desconocían sobre la composición íntima de la célula, así como
también las características de los microorganismos, muchos de ellos patógenos,
cuya identificación y sus estructuras han permitido un mejor conocimiento de
las enfermedades, sobre todo su etiología, su patología y como consecuencia, un
adecuado tratamiento más acorde con la naturaleza de las dolencias.
El ADN dentro de una célula.
El ADN dentro de una célula.
FECUNDACION
Pero la audacia de los hombres de
ciencia, que unen a su extraordinaria cuota de sacrificio, una buena dosis de
imaginación, entusiasmo y por qué no decirlo de romanticismo y desinterés, ha
llegado a tales extremos que concretó una de las aventuras más inimaginables.:
la creación de la vida humana “in vitro”.
Es decir, la fecundación de un
óvalo y un espermatozoide humanos en un simple recipiente representa la
conquista más espectacular de la biología contemporánea. Este maravilloso
proceso en un laboratorio, fuera del claustro materno, revela una de las
concepciones encaminadas a desentrañar los misterios de la vida.
El científico ha concretado la
creación de un ser humano a su antojo, en el momento que lo desea, cuando la
naturaleza, en su fisiología normal se halla impedida de hacerlo. Si bien ello
puede quebrar la filosofía humanista y los principios de la biología y también
concepciones morales y religiosas, lo que ha desatado crudas polémicas.
HITO
Lo cierto, lo realizado es que el
siglo XX culminó con la revolucionaria técnica de la fecundación extracorpórea.
El anuncio que a través de todos los medios de difusión conmovió al mundo y más
a los científicos ortodoxos, marcó un hito de trascendencia en la historia de
las ciencias, por la afiebrada proeza de haberse conseguido que una gameta femenina
acepte a una gameta masculina y desarrolle una cédula huevo del que surgió un
nuevo ser humano.
Pero vayamos por partes. Cuando
Robert Hooke, el naturalista inglés que en el siglo XVII descubriera la cédula
a través de un rudimentario microscopio de su invención, constituido por una
combinación de lentes de poco aumento, no se había podido imaginar los
hallazgos que posteriormente, mediante el perfeccionamiento del microscopio
biológico y de la invención del electrónico se concretaría esa unidad de vida.
Hooke en aquella histórica
oportunidad cometió el error, explicable en esa época, de observar una cédula
muerta del Quercus Suber-corcho- cuyo protoplasma, o sea la parte viva, había
desaparecido. De ahí que a esa mínima expresión vital le diera el término de
célula, proveniente del griego: oikos, hueco o del latín cella: celda o
celdilla a semejanza con las estructuras de los panales elaborados por las abejas.
Los sucesivos aumentos alcanzados
en los microscopios permitieron investigar con mayor precisión y profundidad la
estructura íntima del citoplasma y el núcleo. En la historia de la biología
representa un periodo de concepciones concretas con respecto a la célula, bien
definida como el común denominador de todos los seres vivientes.
Cientificos de renombre: Mc Carty, Crick y Watson
Cientificos de renombre: Mc Carty, Crick y Watson
DESCUBRIMIENTOS
No sólo se logro descubrir sus
organoides u organelas, sino además penetrar en la composición íntima de éstas
para interiorizarse en sus funciones, todavía no muy claras en algún caso. Así,
los cloroplastos que dan las diversas tonalidades verdes a los vegetales, se
deben a la presencia de la clorofila.
Pudo esclarecerse su estructura química,
una metalloporfirina, la que retiene la energía solar, para transformarla en
energía química, encerrada en la primera molécula de materia orgánica que
elabora: la glucosa sustancia de gran valor energético. Pudieron conocerse
mejor las mitocondrias y localizar en su interior un número elevado de enzimas
y coenzimas, que como si fueran baterías, suministran energía a las células
para su metabolismo.
Igualmente se penetró en la
composición molecular de los ribosomas, donde se efectúa la biosíntesis de las
proteínas y en el aparato de Golgi, que participa en la elaboración de las
glucoproteinas, conocimientos todos que se alcanzaron a plenitud. Todo ello
permitió tener un concepto biológico más completo de la célula.
EXTRAORDINARIO
Pero dentro del núcleo se logró
descubrir que los cromosomas están constituidos por el ADN- ácido
desoxirribonucleico- James D Watson y Francis Crick lograron desentrañar la
constitución íntima de esta molécula.
El hallazgo de estos dos
científicos ha sido extraordinario, pues determinaron que en esa molécula se
hallan inscritos todos los caracteres genéticos que se transmiten de padres a
hijos. Revelaron que el ADN está formado por una base nitrogenada púrica, que
se enfrenta con otra pirimidica, unidos por un hidrogeno lábil.
Hallaron que esta base
nitrogenada forma con la desoxirribosa, que es un azúcar, un nucleósido y con
el grupo fosfato, un nucleósido y numerosos nucleótidos integran una cadena
de polinucléotidos y dos cadenas más, el
ADN.
De acuerdo a como se disponen las
bases nitrogenadas que son 4, quedará constituido el código genético o mensaje
genético que es típico para cada individuo. Juntamente con el ARN-acido
ribonucleico- constituyen la base de la genética.
El ADN está constituido así como
por tres millones de nucleótidos. La magia del sistema ADN permite que una
célula pueda reproducirse con exactitud, fabricar las sustancias apropiadas en
las cantidades adecuadas y en el momento debido.
Estructura química del ADN.
Estructura química del ADN.
ENFERMEDADES
Uno de los descubrimientos más
importantes es haber comprobado que varias enfermedades tienen su origen en
trastornos ocurridos en los genes. Porque se ha comprobado que una muerte de cada
5 en la infancia es provocada por algún desorden genético, en algunos de los
genes.
Y una de las más serias dolencias
es el mongolismo. Ello se debe a un cromosoma alterado. La osadía del hombre de
ciencia ha llegado a tal punto, que ha logrado crear genes y producir
mutaciones, modificando la constitución genética.
Los progresos de la biología
acompañados de los adelantos de la electrónica han hecho posible por un lado
determinar el sexo del hijo mientras se halla en el claustro materno, mediante
el análisis microscópico de las células del liquido amniótico y observar a la
criatura a través de una pantalla muy semejante a la de la televisión.
La identificación de los virus,
su estructura y su clasificación es otro de los alcances sorprendentes
alcanzados a través de la ultramicroscopía con la colaboración de la
microquímica. Estas entidades muchas de ellas patógenas, marcan ya un límite
entre la vida y la no vida, pues se hallan constituidas simplemente por ADN o
ARN envueltos en una cápsula proteica.
Las investigaciones
revelaron que cuando invaden las células
y encuentran una ecología apropiada, especialmente las enzimas específicas, se
multiplican de a miles y luego se
diseminan por las células vecinas.
EL CANCER
Se ha podido determinar que
algunas formas de cáncer, como la leucemia, que ataca a la sangre, es producida
por un virus. Por técnicas semejantes se han descubierto los bacteriófagos, que
representan una de las manifestaciones interesantes del equilibrio biológico.
Los bacteriófagos son inofensivos para el ser humano, pero en cambio destruyen
ciertas bacterias, algunas productoras de serias dolencias.
El hombre de ciencia ha penetrado
en la misma identidad de la célula. Ha logrado sintetizar algunas proteínas,
modificar la constitución genética experimentalmente, ha plasmado la primera
fecundación humana en el gabinete. Estos y otros progresos están ocasionando
una revolución imprevisible en lo que se refiere a sus consecuencias futuras.
El profesor Ettienne Wolf,
director de biología experimental de Francia, refiriéndose al desarrollo del
estado fetal fuera de la madre, afirmaba
que en los próximos años se aguarda estimular así las cualidades físicas e
intelectuales de un niño antes del nacimiento, reparar sus malformaciones
congénitas, inmunizar a los lactantes contra la infección por medio de la
vacunación prematura y hasta desarrollar la tolerancia de los tejidos extraños
de modo que puedan aceptar injertos durante la vida cuando los necesitasen.
Pero lo grave es que mientras los
apabullantes descubrimientos científicos se han empinado en un diagrama de
coordenadas, la ética y la moral de los seres humanos se ha mantenido
horizontalmente y hasta a veces han descendido. Entonces habría que
preguntarse: ¿De qué valen las conquistas científicas, tanta lucha y
sacrificios? Las respuestas las hallaremos en el futuro.
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