Cantante de timbre de voz peculiar que siempre irradió contundentes elementos de emoción, como signo indiscutible de innata calidad. Compositora de méritos por haberle dado a la música nacional con su infinidad de creaciones: poesía, clase, señorío.
María Isabel Granda Larco, Chabuca para todos, se convirtió en la cantautora nacional por excelencia como genuina representante popular de éxito a nivel internacional sobre todo por la “Flor de la Canela”, la canción que más impactó entre el público.
Al igual que Atahualpa Yupanqui, trovador del norte de la Argentina de pampas y vaquitas con las alegres tan agradables zambas románticas y sentimentales, chacareras y chamamés. Piezas musicales que alegran, realmente, la vida.
La melancólica Violeta Parra, chilena por los cuatro costados, con sus canciones que desgarran los sentimientos y el alma. La voz pura, dulce de Mercedes, “la negra” Sosa, quien cantó impecablemente a la tierra americana.
Lo mismo que Ariel Ramírez, también de la Argentina, el de la Misa Criolla. Chabuca del Perú compuso una pieza del mismo nombre hasta ahora tan poco conocida. Pero profunda, muy hermosa.
La creó a pedido de su hija Teresa cuando se casó, el 16 de enero de 1969. Sin embargo, la excelente composición no pudo convertirse en lo que quería ella que sea cantada por una voz y el pueblo. Vale decir, como una pieza de música popular.
Inigualable Chabuca Granda.
LO MEJOR DE ELLA
La canción “Quizás quizás un día así” que perteneció a la obra “Limeñísima” y que fue adaptada para el Ofertorio de la Misa Criolla, puede ser lo mejor que creó Chabuca por su indiscutible dulzura y la intensidad de amor que irradia, destacando la fuerza sentimental del matrimonio.
Para ser más precisos, lo que es el amor de un hombre y una mujer, unidos en ese intenso sentimiento. Chabuca la cantaba peculiarmente. Actualmente, lo hacen con mucha sensibilidad, interpretes de la talla de Julie Freundt y Eva Ayllón. La canción, una exquisitez inigualable.
A pesar de su temprana desaparición, ocurrida el 8 de marzo de1983, la prestigiada artista dejó unos 400 temas musicales creados a pulso durante tres décadas, dedicadas por entero a la música peruana.
CANTA POR PRIMERA VEZ
Ella murió en Estados Unidos luego de una operación, tras haberle colocado 3 by pass, sin éxito posterior. Parece ser que hubo negligencia médica. Su familia interpuso una denuncia contra el Hospital de Fort Lauderdale en Florida. Una perdida indiscutible para la expresión musical del Perú.
Allá por 1926, en el día de su Primera Comunión, cantó por primera vez en público para beneplácito de sus compañeras, de sus maestras, de sus padres que tanto la querían. Prometía la chiquita de 6 años, de ojos claros tan bellos.
Chabuca nació en plena cordillera de los Andes, a casi 5 mil metros sobre el nivel del mar, en un campamento minero donde su padre era administrador de una mina de oro ubicada en Cotabambas, departamento de Apurímac. Allí, en un lugar casi inaccesible de heladas consuetudinarias, vino al mundo esta pequeña: el 3 de setiembre de 1920.
Sus padres eran Eduardo Granda, ingeniero de profesión; e Isabel Larco, trujillana de pura cepa. Ellos vivían en una casa típicamente serrana de cuartos grandes y varios patios traseros, con techo de tejas. La niña de cara redonda y lindos cachetes jugaba mañana y tarde acompañada de los nativos de la zona, en calles estrechas y en medio de un frío inaguantable.
Las mascotas no eran perros, sino llamas. Había para entretenerse patitos y muchas ranas en los charcos de agua que a los niños les llamaba mucho la atención. Toda una peruanita en la inmensidad agreste de la sierra del Perú.
Su casa se incendió enteramente, el día en que nació, aunque felizmente no le pasó nada a nadie. Ni a ella, ni sus familiares, los amigos o los propios vecinos del campamento.
INSPIRACIONES
Chabuca cumplió tres años en Cotabambas cuando sus padres decidieron volver a Lima para educarla. La niña ingresó al exclusivo Colegio León de Andrade, ubicado en pleno centro de Lima. Luego lo hace en el Sagrado Corazón Chalet, de la avenida Pedro de Osma en Chorrillos.
Pero la jovencita culmina sus estudios en el mismo León de Andrade plantel que se convirtió posteriormente en el Sophianum, existente hasta hoy en la avenida Salaverry de San Isidro. Con un paréntesis de instrucción en otro centro educativo similar, el Belén de las monjas francesas de los Sagrados Corazones.
Mucho se inspiró Chabuca en los lugares que le tocó vivir a lo largo de su vida. La primera casa que tuvo en Lima con sus padres estuvo situada cerca de la Iglesia de San Francisco, en pleno centro de Lima.
En 1926, la familia alquiló un rancho en la Bajada de los Baños del bucólico y bello Barranco. Seis años después, los Granda vuelven al centro a la Plaza 2 de Mayo, donde cercanamente había jarana de callejón.
Una de las caratulas de sus exitosos discos.
DEDICATORIAS
En sus canciones creadas con calidad y talento, están presentes los grandes balcones coloniales. La Lima antigua. Las casonas y los conventos, los cuadros y campanas coloniales. Hay una evidente exaltación de nuestras tradiciones.
Por aquella época ella conversaba mucho con personas de valía intelectual como el celebre maestro Raúl Porras Barrenechea, historiador de polendas que estudio minuciosamente a Francisco Pizarro, el Conquistador del Perú. Lo mismo hacía con otros entendidos del criollismo. Entre ellos, Pedro Larrañaga y el médico Francisco Graña Reyes.
El subyugante y bello puente de madera llamado de los suspiros de Barranco, el distrito de los poetas e intelectuales. La limeña y el limeño de antaño. El señorío y el farol. El río Rimac y la Alameda. En fin, esa Lima tan bella, ese Perú bello durmiente, como lo define poéticamente en otra de sus composiciones. Todos estos elementos se convierten en sus temas preferidos.
Hay etapas en las composiciones de Chabuca Granda. Una época larga con el pasado y el señorío de aspectos tradicionales de la costa peruana. Otra fase que se repite constantemente es la de dedicar canciones a determinados personajes. Como lo hizo con su padre, don Eduardo Granda, quien protegió su vida hasta los 43 años y a quien le ofreció “Fina Estampa”.
Lo mismo ocurrió con su madre, Isabel Larco de Granda, una señora de señoras dulce como pocas, quien fue su inspiración para el vals “Gracia”. Sin olvidarnos que también escribió canciones en homenaje a José Antonio de Lavalle, el gran criador de caballos de paso amigo de su padre y de ella, quien no pudo escuchar la canción porque antes se murió.
VICTORIA ANGULO
También se registraron homenajes a Francisco Graña y a su hija Mocha: amante del teatro, los vestuarios y los toros, como ninguna otra. Para esta última fue “Señora y Dueña”. “Libertador”, dedicado a un personaje de la Historia, el insigne Simón Bolívar.
Al boxeador Mauro Mina le tocó “Puño de Oro”, chinchano de raza negra que resultó campeón sudamericano en el deporte de los puños. Y a Fernando Graña, agricultor-uno de los dueños de la hacienda Huando conocida por sus sabrosas naranjas- también lo recordó con otra composición.
“La Flor de la Canela”, la de mayor aceptación concluida en 1950, nace dirigida a Victoria Angulo, la morena aguerrida, guapa, muy allegada al mundo criollo de Manuel Covarrubias, Luciano Huambachano y Augusto Ascuez, bohemios de siempre y criollos de pura cepa.
Victoria era madrina de la primera cuadrilla de cargadores del Señor de los Milagros y guardadora de las más puras tradiciones peruanas. Cuando cumplió 48 años, Chabuca le cantó la canción por primera vez.
En plena jarana
SE CASA
“Cardo o Ceniza” es una realidad con motivo de la muerte de Violeta Parra, la compositora y cantante chilena que se suicidó por el intenso amor a un muchacho mucho menor que ella que la abandonó por haberse enamorado de una jovencita. El conservador y amante de la Lima Tradicional, Manuel Solari Swayne, se convierte en “Zeñó Manué”. Esa fue otra de las canciones triunfadoras de la compositora.
Manifestó siempre expresiones artísticas, aunque de joven se dedicó a los deportes, destacando en la natación y el ballet. Le parecía complicado aprender o tocar guitarra. Ella le gustaba acompañarse con este instrumento. A finales de la década de los 30 cambió de opinión y se dedicó al canto, formando conjuntos musicales. La música mexicana estaba entre sus favoritas.
Su matrimonio con el Aviador Enrique Fuller Da Costa, en 1942, la alejó de la música y se mudó a vivir a Estados Unidos donde su esposo era Secretario del Agregado Aéreo en la Embajada del Perú en ese país. Ella se casó el 13 de mayo de ese año en la Iglesia Santo Toribio del Colegio Inmaculada Seis años después, a su retorno a Lima, compuso su primer vals: “Lima de Veras”.
En 1952, luego de 10 años, acabó su matrimonio. Quiso tener 12 hijos pero sólo llegaron tres: Eduardo, Carlos, viejo camarada y compañero de promoción en el colegio San Pablo de Chaclacayo, con quien nos vemos de vez en cuando pero nos tratamos con afecto y simpatía por esa amistad tan profunda de adolescentes y escolares; y Teresa, la que actualmente se parece físicamente mucho a su madre y es la encargada permanente de recordarla públicamente, en los diferentes actos de homenaje que se realizan constantemente.
Con la flor de la canela: Victoria Angulo
PREMIOS
Sus primeras cuatro canciones recibieron premios en diferentes concursos. No así la quinta, “La Flor de la Canela” que no la mandó a la competencia porque le daba vergüenza ganar todos los años. Fue grabada por primera vez por el afamado conjunto musical de aquel entonces “Los Morochucos”, pero agarró popularidad la versión de otro de ellos, “Los Chamas”. Estos últimos se la enseñan a los Hermanos Silva de Chile, quienes son los que la popularizan internacionalmente.
El famoso cantante chileno Antonio Prieto, en la película mexicana “Acapulqueña”, consagró la canción como un hito y desde ese momento 1956, su nombre comenzó a sonar con fuerza.
OTROS ANTECEDENTES
Dos años después, en 1958, la autora escribió la obra musical “Limeñísima” inspirada en Justa Funez Calatayud, nonagenaria que compartió con ella una serie de anécdotas e historias que se remontaban a la Colonia y se mantuvieron en circulación gracias a la tradición oral. La impecable pieza, en tres actos, se estrenó en el Teatro Segura de Lima en 1961.
La vocación artística comenzó a expresarse los 17 años en 1937 No fue difícil porque su padre y sus hermanos tenían una orquesta de música clásica y tocaban, puntualmente todos los jueves de cada semana.
Por su afición al arte integraron algunas filarmónicas. Chabuca se inclinó por la actuación, pero ganó su voz. Fue dirigente de la Asociación de Canto del Colegio León de Andrade y trabajo en la Compañía Nacional de Radiodifusión.
Precisamente en 1939, cuando se hacían las primeras pruebas de la televisión que demoraría en llegar al Perú alrededor de 20 años más tarde, intervino como cantante. La vena artística se manifestaba para beneplácito de todos.
Formó con su intima amiga Pilar “Chamaca” Mújica un dúo vocal, cuyo nombre era “Luz y Sombra”. Cantaron en las radios Nacional y Miraflores. En otra emisora fue conductora de un programa de artistas aficionados.
En 1940 apareció otro conjunto especializado en canciones mexicanas con Chabuca, conformado además por Martha y Charo Gibson. Ellas debutaron en el Teatro La Cabaña.
Eso como antecedentes musicales. En 1948 sin que ella supiese, un amigo le envió su primera canción “Lima de Veras” a un concurso organizado por la Municipalidad del Rimac y ganó el premio. De igual modo fueron premiadas sus siguientes composiciones: “Callecita Encendida”, “Zaguán” y “Tun, tun abre la puerta”.
CON AVILES
Chabuca grababa sus creaciones con papel y lápiz. Nunca aprendió a leer música, aunque le encantaba la del medio evo y la clásica. El arte, definitivamente, era su vida.
Ella desde que se divorció vivía en la casa de sus padres. En 1958, le detectaron un tumor benigno entre la garganta y la tiroides. La operaron en Estados Unidos y todo fue superado felizmente.
Para muchos, con el guitarrista que más cuajó fue con Oscar Avilés. Presentó sus temas de éxito y grabó con él un disco titulado “Dialogando”. En el Restaurante “Canela Fina” de gran éxito, ubicado en la calle Miguel Dasso de San Isidro, actuaron juntos dos años, entre 1960 y 1962. Avilés fue presentado a Chabuca por Mocha Graña. El tocaba, como lo hace ahora, con mucha elegancia y fuerza. Lo que lo convertía en un verdadero artista. Por el maestro de la guitarra, Chabuca volvió a ser cantante. Con sus canciones bien acabadas y sus letras evocadoras.
LE CANTO A HERAUD
Era la época que Aviles tocaba con Los Morochucos. Luego Chabuca lo contrata como su guitarrista para acompañarla en su show en "Canela Fina". La compositora trabaja, posteriormente, con Rufino Ortiz, Rafael Amaranto y Carlos Hayre.
En 1967, la cantautora fue invitada a Argentina. Avilés no pudo ir y allí conoció a Lucho Gonzáles, otro excepcional guitarrista quien comenzó a acompañarla en sus presentaciones. Se abría una nueva etapa para ella, la fase política con sus canciones de ese corte y en eso se metió a fondo durante ocho años, entre 1965 y 1973.
Composiciones de este corte son: “El fusil del poeta es una rosa”, “Desde el techo vecino”, “Un bosque armado”, “En la Margen Opuesta”, “Un cuento silencioso” y “Silencio para ser cantado”. (Pertenecen al ciclo de canciones a Javier Heraud). “Maria Sueños” (1967), dedicada por entero a la mujer.
Chabuca le canta al poeta Javier Heraud muerto trágicamente
Abogó por los cambios sociales en el país. Mucha influencia tuvo sobre ella un grupo de poetas en los años 60. Entre ellos: César Calvo, Juan Gonzalo Rose, Manuel Scorza Germán Carnero y Reynaldo Naranjo de tendencia progresista. Escribió y musicalizó algunos temas con Calvo.
Por esas épocas aparecen las canciones políticas como “Paso de Vencedores”, en homenaje y apoyo a la Revolución Militar de Velasco. “Cardo o Ceniza”, con motivo de la muerte de Violeta Parra, “Canterurías”, como homenaje a los picapedreros de la escultura mexicana Ángela Gurria. Cantaba acompañada de Lucho Gonzáles y el cajonero Carlos Caitro Soto.
INTERNACIONALIZACION
La muerte del poeta Javier Heraud, con tan solo 21 años a cuestas en la selva de Madre de Dios, enfrentando a las fuerzas del orden luego de ingresar al país clandestinamente con un grupo de rebeldes tras permanecer algún tiempo en la Cuba revolucionaria y a quien nunca conoció, le chocó y atacó su fina sensibilidad. Por eso le hizo el ciclo de canciones y creó esa canción tan emotiva llamada “Las flores buenas de Javier”, la misma que se demoró cuatro años en componerla.
Chabuca se decepcionó de los velasquistas por lo que tuvo que escribir otra composición dejando de lado esas simpatías con el nombre de “El Surco”, una oda a la democracia y un mea culpa en contra de los militares golpistas. Hasta que finalizó el ciclo político en la tarea creativa. Sólo volvió a hacer lo mismo con motivo de la agresión que sufrió Argentina en 1982, en el conflicto de Las Malvinas. Luego se refugió en tópicos más personales.
Sus opciones musicales se amplían para incluir las influencias del jazz, la música mexicana y el bossa nova brasilero. Argentina estuvo entre los primeros países que la acogieron. Actuó y convenció en la televisión. Lo mismo hizo en teatros, grandes restaurantes y pudo triunfar en Mar del Plata, Montevideo, Santiago, México y Europa, sobre todo en Madrid.
VALES UN PERU
Fueron los años de los festivales. La nueva onda en Venezuela. El Cervantino de Guanajato, México, donde presentó “Pasito a Paso Otra Vez” estrenada en Ancón, con letra de Chabuca y música del pianista Juan Castro Nalli. El Festival de la OTI el Perú lo ganó con la canción Landó, landó, cantada por Carmen Rosa Bazurco. Cecilia Bracamonte la interpretó en la competencia OTI de España.
La elegancia de la Lima antigua dio pasó a la cadencia negra. A los valses, marineras, festejos y landos. Chabuca era la triunfadora, la gran señora del Perú.
En el Festival Mundial de la Canción Popular de Río de Janeiro, Betty Misiego interpretó “Maria Sueños”. Los premios llegaron de todos lados para Chabuca. Bogotá la declaró “Mujer Panamericana”. El Perú la condecoró en el primer Gobierno de Belaunde. El gobierno de Venezuela le otorgó la orden de Francisco de Miranda.
La gran artista, en la plenitud de su vida, tuvo un Café Concert, local nocturno propio que se llamó “Zeñó Manué”. Allí presentaba sus espectáculos y las composiciones de otros artistas, sobre todo jóvenes.
Otra faceta muy importante pero poco conocida es que produjo temas en el idioma inglés. Una de ellas “Mañana Will Be Tomorrow”, escrita con la interpretación de Frank Sinatra en mente. Otras: “Confetti”, para Roxana Valdivieso y “Tickertape”. En francés, La Vals Creole. Todas ellas gustaron mucho, sobre todo fuera de las fronteras.
Distintas facetas de la cantaautora.
Chabuca viajaba constantemente. Una vez lo hizo a México y Estados Unidos. En Cancún se reunió con Armando Manzanero, en varias sesiones de trabajo para hacer cosas juntos. Ella se comprometió a escribir una obra musical, pero su muerte acabo con los planes. Quiso llevar a las tablas “Historia Negra de una mujer Blanca” y “La Flor de la Canela”.
Dejó muchos temas inéditos. La música negra la escogió desde los años 60. Se entregó con fuerza a los landos, a los festejos. Hasta el final tuvo mucho interés por los espectáculos musicales.
Chabuca, el Perú siempre te recuerda. Tus canciones siguen deleitando a todos Vales un Perú. Nada más y nada menos señora de la sensibilidad, de la tradición, de la peruanidad. (Edgardo de Noriega)
lunes, 29 de marzo de 2010
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Chabuca es enteramente del Perú. Que linda nota.
ResponderEliminarApoyemos siempre el criollismo
Chabuca era realmente excepcional. Esa fuerza.Esa poesia. Ese señorio. Dio mucho al Perú. Ese es su gran merito. Tenía de todo como artista
ResponderEliminarCuando nació el Perú, nació la música peruana.Cuando nació Chabuca llegó la perfección por la poesía del cantar. Asi la consideramos con todo cariño. Grupo Musical de San Borja
ResponderEliminarChabuca tu vales un Perú. El que todos queremos porque tu no mueres. Vales siempre con tus canciones y todo lo que diste con tanto cariño.
ResponderEliminarGeneroso Perú, bello durmiente. Son palabras tuyas hecha canción Siempre se cantarán. Con guitarra y con mucho amor por el Perú. Un admirador joven de esta gran artista, Pedro Gutiérrez
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