Una impecable trayectoria en la vida política el país cuyo valor se puede resumir en determinados puntos concretos: magnífico conductor de multitudes, fogoso orador con solemnidad y demócrata a carta cabal de una honradez admirable, virtudes que lo convierten en un personaje ejemplar del Perú entero.
Fernando Belaúnde Terry-el Presidente Belaúnde en presente y nunca anteponiendo la consabida palabra ex, como símbolo de respeto y veneración- incursionó en la política en 1945 cuando salió elegido diputado en las listas aliadas del Apra.
Fue miembro de conocidas y aristocráticas familias arequipeñas por lo Belaúnde y limeñas por lo Terry. Su padre Rafael Belaúnde Diez Canseco, político y diplomático en Chile y otros países, Primer Ministro de Bustamante y Rivero.
Su tío carnal Víctor Andrés Belaúnde, un famoso pensador católico que llegó a presidir la Asamblea de las Naciones Unidas. Su abuelo don Mariano Belaúnde, ex Ministro de Hacienda del Gobierno de Romaña que fue a parar a la cárcel y cuya descendencia trató por todos los medios de reivindicarlo. Así lo hizo el Parlamento de comienzos del siglo pasado que lo declaró inocente.
La figura y la vestimenta impecable. Arquitecto de profesión con estudios en la Universidad de Texas (Estados Unidos) y maestro de varias generaciones de profesionales en la Universidad Nacional de Ingeniería. Estudió poco tiempo en el colegio de la Recoleta de Lima y el resto en planteles del exterior por las deportaciones que sufrió su padre.
Fernando Belaúnde: demócrata a carta cabal.
TRANSFORMACION DE PALACIO
Cuando llegó la primera vez a la Casa de Pizarro, Palacio de Gobierno se transformó como nunca. Ese espíritu dieciochesco, afrancesado desapareció para dar paso a la modernidad. Las salas, oficinas y otros compartimentos se llenaron con maquetas, picos, palas, como símbolo de un gobierno eminentemente constructor.
Creador de una profunda mística por el pasado incaico y la cooperación popular, también fue criticado por esto debido a que, según sus detractores, tal posición lo alejaba de la realidad.
Orador de los buenos. Que se sepa fue uno de los pocos presidentes que hasta sus mensajes anuales, el 28 de julio ante el Congreso, los improvisaba, memorizando incluso cifras.
Autor de frases celebres de gran impacto dichas ante la masa enardecida y delirante. Cuando vino de Punta del Este de la cita de Presidentes en Uruguay donde cumplió una brillante actuación y ante sus partidarios que se reunieron en la Plaza de Armas de Lima, sentenció:
“Que me aplaudes pueblo peruano si yo fui a Punta del Este porque tu me elegiste, que me aplaudes si yo estoy aquí porque tu lo quisiste”. Y cuando le lanzaron laureles en señal de apoyo y apoteosis, Belaúnde los devuelve a la multitud inmediatamente e improvisa con rapidez redondeando: “que laureles me das, si tú te los ganaste”…
Como diputado entre 1945 y 1948, él integró el Frente Democrático que apoyó a Bustamante y Rivero. En la Cámara Baja formuló trascendentales proyectos para resolver las urgentes necesidades de la vivienda popular.
CONSTRUCTOR
Fue el artífice de la Unidad Vecinal N° 3 que se levantó en Lima y logró, asimismo, redactar y llevar adelante la ley sobre Propiedad Horizontal, que difundió la pequeña propiedad privada urbana en los sectores medios de la población. A su espíritu innovador se debió la idea de los centros climáticos de esparcimiento, con un moderno planeamiento urbanístico social y una acertada financiación.
Prueba elocuente de ello el Centro Vacacional de Huampaní ubicado en Chaclacayo, cuyos lineamientos de carácter arquitectónico fueron solicitados por diferentes países para su aplicación.
Proyectó el Centro Vacacional Huampaní.
Transformó por los años 50 del siglo pasado, el entonces Departamento de Arquitectura, que se convirtió en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Ingeniería.
Como decano de la flamante facultad, hizo una serie de cambios y amplió el plan de estudios. Exaltó el amor al “Alma Mater”. Puso, en conocimiento de los alumnos y maestros, las transformaciones y creó una corriente de generosidad en que sustentó la obra. Logró construir un moderno edificio para la época. Dejó atrás la postergación para dar paso al progreso.
En 1956, cuando era dirigente del Frente Nacional de Juventudes, recorrió apartados lugares del país “pueblo por pueblo” y villorrio por villorrio, como él decía, llevando a sus compatriotas un mensaje de esperanza.
La dictadura demora primero y niega después su inscripción de candidato a la Presidencia de la República. Belaúnde y la multitud de adherentes y simpatizantes decidieron ir a Palacio de Gobierno para solicitar directamente el derecho conculcado. Lo hizo con coraje y decisión en una marcha que se realizó por el jirón de la Unión.
A la altura de la Iglesia de la Merced, luego de chocar varias veces con la policía, el candidato instó al Comandante Marroquín para que el Gobierno acepte su pedido en el plazo de una hora. El postulante a la Presidencia llamado por sus partidarios “El hombre de la Bandera”, fue inscrito esa misma noche.
SORPRESA
Era el 1 de junio de 1956, día en que los periodistas de la época lo denominan “El manguerazo”, aludiendo a los choques con la policía y al agua que le cayó de las mangueras de los carros rompemanifestaciones llamados “Rochabus”. Los compró para el Estado y la tranquilidad ciudadana, el Senador por Ica, connotado seguidor de Odria y agricultor de buena posición, Temístocles Rocha.
Aunque el proceso electoral fue desconocido por Belaúnde, el resultó la sorpresa de la competencia. Ocupó el segundo lugar después del triunfador Manuel Prado Ugarteche que es elegido Presidente Constitucional de la República.
Constructor de grandes obras de vivienda.
Según el computo oficial, Belaúnde acumuló 457 mil 638 votos frente a los 568 mil 134 de Prado y los 222 mil 323 del candidato del oficialismo, el abogado limeño Hernando de Lavalle, quien en sus años mozos fue Presidente de la Federación de Estudiantes de San Marcos.
Belaúnde triunfó en Arequipa, Cusco, Puno, Tacna, Loreto y Piura. En Lima también tuvo una alta votación. Lo mismo que en Junín, Ica, Pasco, Apurimac y Moquegua.
Al día siguiente del proceso electoral, el candidato con buen olfato político inició sus giras por el interior del país, con miras a ser elegido en el siguiente proceso electoral. Lo recorrió de extremo a extremo.
Por esta época, después de los comicios, nació Acción Popular como partido político, aunque desde hace muchos años se festeja como aniversario el 1° de junio, día en que Belaúnde se inscribió como candidato tras su enfrentamiento con las fuerzas del orden.
FUNDADORES
En su mensaje por tan significativa fecha, el Jefe de Acción Popular dijo: “se nos reconoce los votos que no alcanzaron a darnos la victoria, aunque quedaran para siempre en el misterio las cifras de los que nos han sido arrebatados”
El Comité Nacional Provisional de Acción Popular quedó conformado el 11 de junio de 1956 con Fernando Belaúnde Terry, Celso Pastor de la Torre, Mario Samamé Boggio, Sandro Mariátegui, Tomás Encajadillo, Javier Alva Orlandini, José Luis Daly y Julio Mayta Ramírez.
Este partido de 1956 a 1962 tuvo una escasa representación parlamentaria que no fue el reflejo del volumen electoral obtenido. Eran diputados y senadores Manuel Arce Zagaceta, Alfonso Montesinos y Montesinos, Antonio Rodríguez del Valle y otros.
Acción Popular se definió como un partido nacionalista que propugna “la conquista del Perú por los peruanos para construir el futuro”. En su discurso pronunciado el 7 de julio de 1956, Belaúnde explicó los lineamientos de su partido y dijo:
“Mucho de lo grande que tenemos se lo debemos a la acción popular. Por acción popular llegaron a Sacsahuaman los inmensos monolitos de su triple muralla. Por acción popular surgió una ciudad misteriosa y poética en la cumbre de la montaña y se elevaron catedrales sobre los cimientos de los templos paganos. Y es la acción popular perdida en lo remoto del pasado y en la lejanía del porvenir lo que lleva a las comunidades indígenas a unirse en el esfuerzo del sembrío y el festejo de la cosecha.
Luego añadió: por acción popular ha dado frutos el desierto. Fue la acción popular la que inspiró a Tupac Amaru su sacrificio, a Castilla sus campañas, a Arequipa sus rebeldías. La acción popular se expresó en la montonera pierolista, cuyas víctimas morían sin una queja anónimamente por un ideal. Por acción popular, los pueblos apartados de las serranías suplen con esfuerzo los olvidos y postergaciones de los gobiernos centralistas y frívolos. Por acción popular caen las dictaduras.
COOPERATIVISMO
Claro y enfático fue cuando señaló: “La nueva fuerza cívica que se ha opuesto gallardamente a la triple alianza de la consigna, del rezago político del pasado y de un gobierno arbitrario y despótico, tiene también la honrosa característica de su origen netamente democrático. Por eso la llamamos y la llamaremos siempre Acción Popular.
En el proceso electoral de 1962, Belaúnde habló de la tradición vial del Perú como solución a la falta de carreteras y alentó el cooperativismo como régimen de propiedad.
Impulsó la revolución del crédito de apertura a todos como acceso a la propiedad que puede ofrecerle, el sistema hipotecario para servir a las clases económicamente débiles.
Criticó el crédito internacional desaprovechado y propugnó la efectiva capacitación de nuestros técnicos y diplomáticos, además del impulso a los bancos estatales de fomento.
Enfrentamiento con la dictadura. para inscribirse como candidato.
“Nosotros queremos poner el dinero al servicio del pueblo. Acción Popular que en nuestra realidad social no incuba rencores ni es un partido en busca de venganzas sino en pos de saludables rectificaciones nacionales, aspira a hacer del dinero un buen siervo que trabaja por la grandeza de la patria”, dijo en su libro “La Conquista del Perú por los Peruanos”.
Su principal proyecto vial fue la carretera marginal de la selva para mejorar tierras productivas y unir los valles del Huallaga, el Pozuzo, el Perené, el Ene, el Apurimac, el Urubamba, el Camisea y el Alto Madre de Dios, tocando el Ucayali en el Puerto de Atalaya y el Huallaga en Yurimaguas para salir a la costa por Olmos.
CANDIDATOS
Prado llamó a elecciones para el 10 de junio de 1962. Se presentaron siete candidatos: Fernando Belaúnde, Víctor Raúl Haya de la Torre, Manuel A. Odria, representando a la derecha; Héctor Cornejo Chávez, por la Democracia Cristiana; Alberto Ruiz Eldredge, por el Social Progresismo de izquierda; el general ® César Pando Egúzquiza, por el Frente de Liberación Nacional; y Luciano Castillo del Partido Socialista del Perú.
En la campaña electoral, Belaúnde fue duro y cáustico con el Apra. Lo llamó “el partido claudicante seudo revolucionario que se ha puesto al servicio de sus verdugos del ayer. Famosa fue su frase lanzada contra esa agrupación: “de tanto cantar la Marsellesa durante años, terminan por instaurar la Corte de Versalles”.
En calles y plazas de todo el país, el candidato de Acción Popular no se cansó de repetir que “cada peruano quiere algo definido y claro que dejen escoger una doctrina, un programa y hombres capaces. No a los repartos de poder político”.
Foto histórica tomada por el fotógrafo Víctor Medina
Dijo que Acción Popular ya es una organización nacional de extremo a extremo del país y rechazó el fraude electoral, tras crear el lema: elecciones libres o revolución”.
Sus rivales más cercanos eran Haya de la Torre y el General Odría. El fundador y principal líder del Apra lucha contra la televisión en auge desde hace cuatro años, nuevo medio de comunicación de gran arraigo y efecto multiplicador al cual no se acostumbra. Por su parte, Odria centró su campaña en Lima, dejando de lado las provincias.
Las elecciones ocurrieron en junio de 1962. Antes de conocerse los resultados oficiales, Belaúnde fue entrevistado como “Presidente elegido” por el locutor Humberto Martínez Morosini en el Canal 13 de TV, hoy 5.
VETO
No era así. Los resultados fueron otros: nadie había alcanzado el tercio electoral. Primero quedó Haya de la Torre con 557 mil 47 votos. Segundo Belaúnde, quien acumuló 554 mil 180 votos; y tercero Odria, cuya votación llegó a los 480 mil 798 votos. Por la pata de los caballos, los otros candidatos. Cornejo Chávez con 48 mil 795 votos; Pando con 33 mil 141; Castillo con 16 mil 78 votos; y Ruiz Eldredge con 9 mil 722 votos.
De acuerdo a lo que mandaba la Constitución vigente de 1931, el Congreso de la República elegiría al Presidente entre los que ocupasen los tres primeros lugares: Haya, Belaúnde y Odría. Populistas y apristas no se pusieron de acuerdo. Ello hay que reconocerlo debido a la intransigencia de Belaúnde que fiel a su lema “elecciones libres o revolución”, de un momento a otro, se fue a Arequipa y en las calles de la blanca ciudad levantó las famosas barricadas.
Los enemigos irreconciliables del ayer, Haya de la Torre y Odría, si que se pusieron de acuerdo. Fue entonces que ocurrió el famoso e inconcebible veto de las Fuerzas Armadas.
No se permitía que Haya de la Torre fuese Presidente de la República por el enfrentamiento, en años anteriores, con el Ejército en la Revolución de Trujillo y en otras actuaciones que registra la historia. Mientras tanto, Belaúnde seguía con las barricadas como cuando cometió otro error y se tiró a las aguas del mar estando preso en el Frontón, en años anteriores.
El General Odria fue a la televisión y comenzó a hablar para dar a conocer la decisión política tomada. El sería elegido por el Congreso Presidente de la República con el apoyo del Apra.
GOLPE
En ese preciso momento, un oficial ingreso al set, se tapó la cara con el kepí, se dirigió a Odria y le dio la última noticia frente a los miles de miles de televidentes: Las Fuerzas Armados habían dado el golpe de estado, aduciendo fraude electoral. Cuatro co-presidentes por la fuerza: General Ricardo Pérez Godoy (Ejercito), General Nicolás Lindley (Ejercito), Vicealmirante Juan Francisco Torres Matos (Marina) y Mayor General FAP Pedro Vargas Prada (Aviación). Ellos convocaron a elecciones para dentro de un año pero antes el General Lindley sacó del poder al General Pérez Godoy.
Acción Popular se unió con la Democracia Cristiana y formaron la alianza AP-DC para el proceso electoral de de 1963 que se realizó con un nuevo estatuto y por primera vez con el sistema de cifra repartidora y lista única.
Belaúnde triunfó acumulando 708 mil 662 votos mientras que Haya de la Torre sacó 623 mil 502 sufragios. El tercer lugar fue para Odría con 463 mil 85 votos y el cuarto para Mario Samamé Boggio de la Unión del Pueblo Peruano (UPP) que obtuvo 19 mil 320 adhesiones.
El líder populista llegó por primera vez a Palacio de Gobierno el 28 de julio de 1963. En el Parlamento la Alianza AP-DC no consiguió mayoría. La unión de Apristas y Odriistas si lo hizo (Coalición Apra-Uno) y conformaron la directivas de las cámaras de senadores y diputados durante los años de gobierno belaundista, con una política obstruccionista contra el Ejecutivo.
Presidente del Perú de 1963 a 1968
GABINETE
Belaúnde conformó su primer gabinete ministerial y llamó al prestigiado médico neurólogo fundador de Acción Popular, Oscar Trelles Montes, quien ocupó la Jefatura del Gabinete y el Ministerio de Gobierno (hoy Interior).
Los otros integrantes fueron: Fernando Schwalb López Aldana, en Relaciones Exteriores; Javier Salazar Villanueva, en Hacienda (hoy Economía); Carlos Pestana Zevallos, Fomento (hoy Transportes); General Julio Luna Ferrecio, Guerra; Mayor General FAP Carlos Granthon Cardona, Aeronáutica; Javier Arias Stella, Salud; Francisco Miró Quesada Cantuarias, Educación; Luis Bedoya Reyes, Justicia; Miguel Angel Cussianovich Valderrama, Trabajo; Enrique Torres Llosa, Agricultura; y Vicealmirante Florencio Texeira Vela, Marina.
Uno de los logros del primer gobierno de Belaúnde fue la convocatoria a elecciones municipales restituidas después de 40 años en que las autoridades ediles fueron elegidas a “dedo” por los gobiernos de turno. En diciembre de 1963, estos comicios fueron ganados a nivel nacional por la alianza AP-DC, como espaldarazo y apoyo dado al Gobierno en la cúspide de su popularidad.
En Lima, el líder de la Democracia Cristiana, Bedoya Reyes, después de una brillante y efectiva campaña electoral resultó elegido alcalde, tras vencer a su oponente la señora María Delgado de Odría, esposa del general y recordada por su ayuda a los pueblos jóvenes y los pobres.
Bedoya fue reelegido en el cargo en 1966 luego de derrotar al candidato de la Coalición, Ing. Jorge Grieve Madge, técnico de prestigio con poco desempeño en la política, a pesar de que fue aprista desde muy joven.
El gobierno belaundista se preocupó mucho de la obra vial. La carretera marginal como vehículo de comunicación y de desarrollo de los pueblos, fue una realidad. Se inició a nivel nacional, la construcción de nuevos locales escolares que cubrieron las necesidades de la niñez estudiosa del país.
SAN FELIPE
Como solución al sistema financiero, Belaúnde convirtió la antigua Caja de Depósitos y Consignaciones en el Banco de la Nación. Le dio gran impulso a los bancos Minero, Industrial, Agrario y de Vivienda.
En este último sector, el primer gobierno belaundista tuvo constante preocupación al mismo tiempo que trató de contar con un sistema de construcciones al alcance de todos.
El complejo habitacional de San Felipe, uno de los más completos de Latinoamérica, fue levantado en Lima en el antiguo hipódromo del mismo nombre por iniciativa directa de Belaúnde.
Un gran regalo a la clase media que tuvo acceso a la propiedad con financiamiento cómodo al alcance de este grupo social. Otra obra de estas características que realizó el Arquitecto en su segundo gobierno aunque sin las bondades de San Felipe, fueron las torres de Limatambo.
En la Carretera Marginal de la Selva que hoy lleva su nombre.
Al gobierno le tocó combatir las guerrillas que irrumpieron en diferentes zonas del país. La solución fue controlada luego de la muerte de los cabecillas del movimiento rebelde, Luis de la Puente y Uceda, Guillermo Lobatón y Máximo Velando. Otros como Héctor Béjar, Elio Portocarrero y Gonzalo Fernández Gasco, cayeron presos. Ellos después gozaron de una amnistía otorgada por Velasco.
En el segundo periodo irrumpió Sendero Luminoso. Poco se hizo para combatir estos criminales e incluso se registraron atentados contra los derechos humanos. Ocurrió, además, la masacre de los periodistas de Uchuraccay que hasta ahora, inexplicablemente, no se ha resuelto.
La coalición Apra-Uno llevó a cabo una política de obstrucción que tuvo como característica principal la censura de los miembros del Gabinete Ministerial. Cayeron Trelles, Miró Quesada, Carlos Cueto Fernandini, entre muchos otros. Se censuraban ministros hasta por problemas de semántica
PAGINA 11
La solución del problema de la Brea y Pariñas, yacimientos petrolíferos explotados por la empresa norteamericana International Petroleum Company (IPC) al extremo norte del país, dio lugar a una serie de malos entendidos. El escándalo de la página 11 perdida del contrato firmado con la IPC, ocupó las primeras planas de los periódicos.
La crisis económica entre 1963 y 1968 tuvo su peor momento cuando ocurrió la devaluación monetaria de 26 soles a 47, si no nos equivocamos. Belaúnde en esa oportunidad declaró a los que para él incitaban la caída del sol como “traidores a la patria”. Lo cierto es que las grandes mayorías sufrieron el impacto.
A fines de setiembre de 1968 se produce una crisis ministerial. Belaúnde llamó como Premier al conocido empresario dueño de la famosa colección “Oro del Perú”, Miguel Mujica Gallo.
El periodista Alfonso Grados Bertorini que trabajó en el diario La Prensa como Director de Informaciones y luego en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), ocupó la cartera de Trabajo. Elías Mendoza, abogado y alto dirigente del movimiento Scout, fue a Justicia.
Ellos y otros fueron ministros por un día porque a las 24 horas de su juramentación ocurrió el golpe de estado encabezado por el General Velasco. El Perú había vuelto a la normalidad, como decía el poeta Martín Adán, cuando ocurrían este tipo de levantamientos.
Velasco con cinismo imperdonable en su calidad de militar de alta graduación asistió a la ceremonia del nuevo gabinete, la víspera del cuartelazo. Saludó como si no iba a ocurrir nada a Belaúnde, a los nuevos ministros y otros dirigentes tanto del Gobierno como de la oposición.
Le ponen la banda presidencial
CRISIS
Al día siguiente el militar ocupaba de facto Palacio y sus rivales en el exilio y las cárceles. Muchos de los ayayeros de Velasco llamaron a esta actuación “magistral por razones de estrategia y táctica”. Vergonzoso, enteramente vergonzoso.
Antes del golpe inclusive, Acción Popular entró en crisis. Algunos partidarios encabezados por el Primer Vice-Presidente de la República, Ing. Edgardo Seoane Corrales, desconocieron la jefatura de Belaúnde y formaron Acción Popular Socialista. Ellos eran los termocéfalos, conforme los bautizaron los periodistas y miraban hacia la izquierda del espectro político.
Además de Seoane salieron de Acción Popular y formaron la referida tienda política Gustavo Mohme Llona, los diputados Juan Mármol y José Navarro Grau, ex Ministro de Educación. El concejal y Teniente Alcalde de Lima, Benjamín Doig Lossio, arquitecto chiclayano de gran porvenir político que murió joven en un accidente automovilístico y otros.
La mayoría de ellos colaboraron con el régimen militar. Tal fue el caso de Seoane que ocupó la Presidencia del Banco Agrario y de Doig que desempeñó un alto cargo en el Sistema Nacional de Apoyo a la Movilización Social (SINAMOS)
Belaúnde salió deportado a Buenos Aires. Sus ministros se refugiaron en el local de la Cancillería. Muchos de ellos al igual que otros colaboradores fueron llevados a la prisión del Potao. La dictadura militar duró 11 años en sus dos fases: 7 con Velasco y 4 con Morales Bermúdez, quien inició el proceso democrático, llamó a la Constituyente en 1978-1979 y convocó a elecciones para el año siguiente.
La multitud lo carga en hoimbros, en actitud de gran apoyo.
DEMOCRATIZACION
Velasco realizó una serie de cambios estructurales en la sociedad peruana. Nacionalizó la Brea y Pariñas, expropió tierras en el marco de la reforma agraria, instauró las comunidades industriales y mineras en las empresas, etc. Lo criticaron. Pero, eso si, muy poco lo apoyaron, Un gobierno nefasto y maligno que nunca tuvo apoyo popular.
Antes de que se convoque a elecciones, los dirigentes de Acción Popular volvieron a participar en política no obstante de que no se presentaron como candidatos en la Constituyente. Belaúnde arribó al país, luego de vivir modestamente en Estados Unidos con su esposa Violeta Correa Miller, dedicado a la enseñanza universitaria.
En esa época y después de varios años me encontré en la oficina de Eduardo Orrego en Miraflores con éste y otros dirigentes: José María de la Jara y Ureta, Javier Arias Stella y Ricardo Monteagudo. Ellos me aseguraron: “si hay elecciones, Belaúnde las gana”.
Así fue en 1980 después de una brillante campaña electoral como la de 1956 y 1963. Belaúnde resultó elegido por segunda vez, Presidente Constitucional del Perú con el 43% de los votos validos, mientras que la elección requería solamente el 36%.
Muchos creen que el triunfo en las urnas lo selló en el mitin de cierre de campaña realizado en la avenida Paseo de la República. Allí ante una gigantesca masa, Belaúnde estuvo impecable. No hubo ataques ni rencores. Si, llamado a la unidad nacional, a la reconstrucción y democratización del país, como la única vía conocida para la solución de los problemas de todos los peruanos.
Uno de los méritos políticos de Belaúnde es haber derrotado en dos oportunidades al Apra, uno de los partidos más organizados del país. No sólo a Armando Villanueva del Campo, el candidato del 80 que sufría los embates de la desaparición del fundador de su agrupación, sino al propio Haya de la Torre a quien le ganó la elección de 1963 y que no obstante su popularidad, carisma y capacidad jamás ocupó el sillón de Pizarro. Es cierto también que los militares no lo dejaron.
Con Luis Bedoya Reyes, Alcalde de Lima.
CONVICCIONES
El segundo gobierno de Belaúnde se caracterizó por el respeto a la Constitución y a la Libertad de Prensa. Se devolvieron los periódicos de circulación nacional a sus dueños legítimos, luego de permanecer 6 años en manos de las organizaciones de base creadas por Velasco.
En el plano económico se aplicó una política liberal de apertura a las importaciones cuyos principales artífices fueron el senador Manuel Ulloa Elías, dueño del diario Expreso, el abogado y banquero Carlos Rodríguez Pastor y el discípulo de éste Guillermo Garrido Lecca, quienes ocuparon la cartera de Economía y Finanzas. La situación no fue muy buena pero jamás se registraron los índices inflaciones, las devaluaciones y las catástrofes del gobierno que le siguió con Alan García a la cabeza.
Belaúnde era un demócrata por convicción. He ahí su gran merito como gobernante. En su segundo gobierno llamó otra vez a elecciones municipales. Las de diciembre de 1980 las ganó su discípulo y ex ministro Eduardo Orrego. Mientras que en las de 1983 se impuso el izquierdista Alfonso Barrantes Lingán.
De 1980 a 1985, las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo fueron buenas y cordiales. Acción Popular tenía mayoría tanto en el Senado como en Diputados y contaba con el apoyo del Partido Popular Cristiano que inclusive tuvo dos carteras del Gabinete Ministerial.
Convocó a elecciones en 1985 y entregó impecablemente el poder al político que escogió el pueblo, un joven de la nueva hornada formado por el mismo Haya de la Torre: Alan Gabriel Ludwig García Pérez, diputado por Lima, quien desde 1982 había fustigado duramente en el Parlamento al Premier y Ministro de Economía, Ulloa Elías.
ESPERAME
Belaúnde cuando dejó el poder se dedicó a manejar su partido en la oposición y a vivir con la modestia y tranquilidad de siempre en su departamento de un edificio multifamiliar en el distrito de San Isidro, acompañado de su esposa Violeta Correa. Una dama ejemplar, periodista de profesión que trabajó en La Prensa y forjadora de la obra social para los sectores más necesitados en los dos gobiernos de su esposo.
Primero murió Violeta el 2001, precisamente, la madrugada del 1° de Junio, fecha en que anualmente se celebra el aniversario de Acción Popular. Belaúnde quedó muy consternado. Tal fue su dolor que en el velorio con una corona de flores le dejó una tarjeta que decía lo que sentía interiormente. Sólo una palabra a la compañera de siempre: ¡Espérame! Se refiria al otro mundo, donde también quería estar con ella. Sin duda, una pareja admirable.
Velasco lo traicionó cobardemente.
Al año siguiente, Belaúnde falleció a los 92 años y la democracia perdió a uno de sus más conspicuos representantes. Dos años antes no había olvidado sus ideales. Y cuando tuvo que enfrentar a la dictadura de Fujimori lo hizo con el verbo encendido, durante un mitin organizado por las fuerzas democráticas de ese momento que encabezaba Alejandro Toledo, realizado en la Plaza 2 de Mayo Consecuente, si que lo fue.
Belaúnde proclamó que “el pueblo hizo el camino, el templo y la escuela…Pero al pueblo se le olvido. Le quitaron sus bienes y sus rentas más no pudieron quitarle sus tradiciones. Y el pueblo siguió construyendo caminos, templos, escuelas… Es que por fortuna son los pequeños pueblos olvidados del Perú que no han olvidado su historia”… Fragmentos de un magistral discurso pronunciado allá por el año 1956 en plena serranía, en el bucólico y bello pueblo de Chincheros en Apurimac.
Efectivamente, la historia no se ha olvidado…
miércoles, 5 de mayo de 2010
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Fuera de serie Belaunde. Hasta ahora recuerdo sus discursos. Me ha impresionado mucho la tarjeta que le puso a su esposo.Esperame. Que tal amor.. Lorena Villa García.
ResponderEliminarBelaunde nos gobernó dos veces. Lo hizo con mucha seriedad y altura. Aunque tambien tenia sus defectitos, como cualquier ser humano. Algunas veces era muy soñador
ResponderEliminarDebo reconocer que yo nunca vote por Belaunde. Pero con lo que pasó despues en el Perú. Lo del fujimorato y Montesinos, reconozco que su honestidad es admirable. Sobre todo para las nuevas generaciones. Vivir modestamente una cualidad destacable. Rolando Paucar
ResponderEliminarViva Belaunde, necesitamos gente como él. Vale la pena recordar su vida admirable y ejemplar.
ResponderEliminarBelaunde también erró en muchas cosas. La politica económica, en su primer y segundo gobierno, no fue muy solida que digamos.. Lo mas debil fue, ademas, su política en contra del terrorismo. La Comisión de la Verdad lo señala con precisión.
ResponderEliminarDe lo que leo en esta crónica, durante los gobiernos de Belaunde no se presentaron casos de corrupción, como si los hubo cuando Fujimori y Toledo. Ahora mas que nunca se requiero moralización. Alan García debe cumplir lo que prometió. Me han gustado los discursos consignados aqui. Me refiero al de Punta del Este y el del pueblo lo hizo.
ResponderEliminarBelaunde fue, es y sera un señor. Nos enorgullece.
ResponderEliminarNunca estuve de acuerdo con los gobiernos de Belaunde, me parecio y ahora lo sostengo nuevamente con la misma conviccion que antes, que ambos periodos fueron muy débiles. No sólo eso, ese señor siempre estaba en las nubes y no solucionaba los problemas.
ResponderEliminarNecesitamos politcos nuevos, de los tradicionales ya nos cansamos porque nunca hcieron nada bueno.
ResponderEliminarFelizmente nunca vote por Belaunde, no servia para nada.
ResponderEliminarBelaunde se pasaba, era un gran gobernante, honrado y democrata
ResponderEliminarCon toda fuerza y sinceridad digo porque se lo merece, Viva Belaunde. Permaneceras siempre en nuestros recuerdos
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