CLARO CLARISIMO

 Con toda fuerza se ha iniciado la maquinaria legal para conseguir el indulto humanitario a favor  de Alberto Kenya Fujimori Fujimori, de quien se comenta y asegura que está, efectivamente, en muy mal estado de salud.

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Más allá del cáncer a la lengua y otros males que avanzan como realidades peligrosas y deplorables, lo que más afecta, de forma impacable al ex presidente, es la aguda depresión que sufre complicada por completo en los últimos meses de manera, realmente, penosa.

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 Lo dicen muchos de sus amigos y seguidores, subrayando, que no se exagera ni una pizca. Igualmente, sus familiares más cercanos que antes negaban tal situación y abogaban, exclusivamente, por  la inocencia vía el Poder Judicial. Ahora están convencidos que el indulto es la salida.

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Uno de sus partidarios de renombre conversó largamente con el autor de esta columna y pidió, por el momento, el anonimato. El dirigente fujimorista de alto nivel  nos dio estas precisiones y prometió infinidad de datos para dentro de poco.

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En esta oportunidad, nosotros remarcamos que no revelaremos su nombre conforme nos lo pidió y anhelamos que él cumpla después con darnos lo prometido que no es otra cosa que información minuciosa, según lo ha asegurado repetidas veces por él en nuestras últimas conversaciones.

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Esperamos que, de esa manera, se proceda. Aunque creerle a los fujimoristas es un poco ingenuo. Pero en fin, todo sea por la noticia que- evidentemente- interesa a todos los peruanos.

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Lo que, de ninguna manera, implica olvidar que Fujimori fue uno de los presidentes más corruptos de la historia del Perú. El que dio pie a las fechorías de otro truhán como es Montesinos. El bribón que jugó como quiso con el lugar de su nacimiento, Perú o Japón. Lo que es peor: el que cometió delitos de lesa humanidad. Por ende, sin duda, es un asesino

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El que renunció cobardemente por fax. El que abdicó de su nacionalidad y quiso ser senador japonés. El que robó el dinero de todos los peruanos. Por ende, sin duda también, es un ladrón. El autócrata. El tirano. El dictador. Ese fue Fujimori en el Perú.  Tales condiciones no están en discusión.

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Tampoco lo que dicen muchos  en el sentido de que Fujimori si hizo una buena labor tan sólo durante su primer gobierno de 1990 a 1995, porque arreglo el desastre económico que nos dejó Garcia y, efectivamente, luchó contra el terrorismo, dando lugar a la caída de Abimael Guzmán. Hay algo de cierto en ello y, efectivamente, estos atributos podrían ser considerados como logros fujimoristas.

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No obstante  de que  en ese periodo se atentó contra la Constitución y la propia democracia con el golpe de estado de 1992 que, definitivamente, nunca debió darse ni permitirse. A pesar de que la ciudadanía estaba de acuerdo, según las encuestas de la época, por el desprestigio del Congreso y del Poder Judicial.

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Fujimori cínicamente aprovechó esos descontentos evidentes para beneficiarse personalmente y darle en la yema del gusto a su colaborador y asesor Montesinos, convertido al estilo Rasputín en el gurú de la cleptomanía desenfrenada y el poder oculto y nefasto. A vista y paciencia del primer mandatario. Todo esto es indiscutible.

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Ahora lo que está en discusión es un perdón humanitario que implica, definitivamente, decisiones políticas y consecuencias de este tipo determinadas y determinantes. En eso está la familia y los  seguidores del ex primer mandatario, quienes efectivamente tienen contacto con altos funcionarios del gobierno actual.

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Aunque Humala lo niegue y trate de salir por la tangente. Las negociaciones son una realidad  y ellas deben ser reveladas por completo para que no haya absolutamente nada contraproducente, oscuro. Ni menos ilegal. El trato del actual régimen con los representantes de la corrupción debe ser exactamente conocido.

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Si efectivamente se comprueba la situación de la pésima salud de Fujimori, evidentemente que seria aberrante y por ende inhumano dejar de lado el pedido del indulto que, de todas maneras se concretará en los próximos días, de acuerdo a versiones que nos ha dado nuestra fuente digna de todo crédito.

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Ahora bien, el único que puede y tiene facultades constitucionales para hacerlo es el Presidente de la República. Nadie más que él en forma directa, rápida, sin muchos trámites. El trámite para conseguir el fin es sencillo y, si se quiere, automático, según la opinión de varios abogados consultados sobre el tema.

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Oponerse a que el Presidente Humala tome esa decisión sería, definitivamente, el error de los errores y poco noble e hidalgo. Pero pedir que, frente a una decisión de este tipo no haya componendas de corte político, si es una necesidad indiscutible.

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Por ejemplo, la ciudadanía de ninguna manera quiere que, a raíz del indulto, haya  alianzas secretas por lo bajo para otros fines que no sean claros y precisos. Que el nacionalismo cumpla su función y el fujimorismo siga en la oposición en el Congreso Aboguemos por el juego democrático limpio.

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Tampoco se quiere un desenvolvimiento del perdón al estilo Crousillat que antes de conseguir la gracia, otorgada erróneamente por Garcia, aparecía ante los ojos de la opinión pública, muy mal. Al borde de la muerte, en cama, durmiendo, con tubos de ayuda para respirar.

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Posteriormente y conseguida la libertad, el broadcaster que  vendió la línea política de su canal de TV por millones de dólares dados por Montesinos, se le veía en las playas de Asia nada afectado de salud, comiendo a discreción en, restaurantes y dándose, realmente, la gran vida. Un engaño irrefutable.

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Entonces si abogamos por el indulto a Fujimori no es  para que se le vea, por ejemplo, haciendo lo mismo o desarrollando otras actividades.  Porque si eso ocurriese lo que se  conseguiría es simplemente engañar a las autoridades y al propio pueblo del Perú.

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El indulto solo procede porque efectivamente, el beneficiado está efectivamente muy mal de salud y es justo que sus últimos días los pase al lado de los suyos. Si esa es la situación, no queda otra que aceptarlo por entera humanidad.

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El otro camino de rechazo seria insensibilidad total y eso si que no puede ser. Preparémonos porque, tarde o temprano, el indulto vendrá de todas maneras. Obviamente que al gobierno de Humala le haría bien dárselo.

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El rechazo seria, evidentemente, contraproducente sobre todo porque existe la posibilidad de crear mitos innecesarios y victimizaciones a favor, precisamente, de un dictador y sus seguidores. Eso los peruanos no lo desean. No le demos gustos y posibilidades a los que por sus actos nefastos son enemigos del pueblo peruano.

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Mientras tanto, el ex presidente Garcia, con su innegable olfato político de sacar tajada y con cierto cinismo, apoya la medida a favor del tirano. Mario Vargas Llosa si que es implacable y dice rotundamente no al perdón.

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Ni que decir del Cardenal Juan Luis  Cipriani Thorne que, reafirmando su fujimorismo, apoyó, sin ninguna vacilación o duda,  la medida del indulto. Miren como hace política el curita. Eso no está bien.

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En cuanto al escritor, cierto es que el ganador del Premio Nobel nunca ha tenido condiciones de político ducho, hábil y sus palabras para muchos suenan a revancha. Hasta ahora no ha podido superar que Fujimori le ganó las elecciones en 1990. Más de 20 años de rencor, recuerdan sus detractores.

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Dentro de este contexto, muchos sectores politizados opinan que al intelectual de renombre no se le nota imparcial, aunque personalmente creemos que el escritor tiene derecho, por principios, a oponerse. Posición respetable.

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A propósito de Garcia, después de un largo silencio, salió a pontificar por calles y plazas con nuevo libro escrito cuyo titulo es “Contra el Temor Económico, Creer en el Perú“ presentado con bombos y platillos, dándole un rotundo apoyo al actual gobierno  de Humala.

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Cuentan por allí que Ollanta les dijo a sus colaboradores y amigos cercanos que no cree en las palabras del líder aprista. Pero que hay que  aprovecharlas, Si esto es cierto, coincidimos con el Presidente en lo primero. Es decir, en la falsedad de las apreciaciones. Alan es el campeón de estas lides.

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Garcia en el fondo-fondo solo cree primero en él, segundo en él y tercero en él. Pero sobre todo en sus desenfrenadas ambiciones con su ego tan peculiar. Darle la mano a Humala es abrir el camino para evitar que se aparezcan las denuncias, investigaciones e inclusive juicios penales por las malas acciones de su gobierno.

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No está demás recodar que tanto en su primer periodo como en el segundo, el líder del Apra no se caracterizó, en ningún momento, por su actuación transparente en que la corrupción estuviese lejana de su régimen y de sus manos.

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Mucho se habló de un efectivo desbalance patrimonial de Garcia al finalizar 1990. De que estaba repleto de dinero mal habido. De que compró un cómodo departamento en el sector más lujoso y caro de Paris. Aquí en Lima cuenta con una lujosa residencia en el barrio exclusivo de Chacarilla del Estanque. Tuvo casa en la playa en Naplo. ¿De donde pecatamea?

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Comprobado está que había robos y más robos y otra infinidad de tropelías. Que hasta ahora a Alan no se le ha probado nada, cierto es. Los juicios en su contra, en el Poder Judicial, prescribieron. Esto último no significa que lo declararon inocente, por si acaso. Tan sólo el tiempo lo salvó. La pura verdad.

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Pero nadie, absolutamente nadie  puede negar que tiene mala fama, también es otra realidad contundente. El  teme que en el futuro lo investiguen, obvio, como dos y dos son cuatro.

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La vigencia de los escándalos de este tipo nublarían por completo su más preciado anhelo: ser, por tercera vez, Presidente del  Perú entre 1916 y 1921, precisamente cuando se celebre el bicentenario de la Independencia Nacional

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Incluso con nueva Primera Dama de la Nación, la señora Roxanne “Cuqui” Cheesman Rajkovic, la madre de su hijo extramatrimonmial Federico Danton, con quien se casaría, tras divorciarse de Pilar Nores.

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En esas andanzas de carácter legal para romper su segundo vínculo matrimonial estaría el ex presidente. La cosa no se le presenta fácil porque sus cuatro hijos Garcia Nores se oponen y Pilar no le firmará, según se comenta, los documentos  con mucha facilidad que digamos.

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Hay de por medio muchos bienes y dinero efectivo, contante y sonante que separar. Complicado, complicado. La que si está feliz con todo esto es su hija mayor, Carla Garcia Buscaglia.

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 De todo se ve en la Villa del Señor. De conseguir consensos para la separación legal y lograrlo el siguiente paso que se daría sería el tercer matrimonio de Garcia. A la tercera va la vencida.

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Muy acertada la designación de Walter Albán Peralta como Representante Permanente del Perú ante la Organizaciones de Estados Americanos. Una figura indiscutible del Derecho, con una hoja de vida impecable.

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Albán tiene todas las condiciones para cumplir una labor diplomática de polendas. Lo ha hecho con brillantez en sus anteriores cargos y el actual como Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica, puesto desempeñado con altura y efectividad hasta estos últimos días.

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No obstante de que en  ese centro superior de estudios, se desarrolla una tremenda crisis por el asedio de Monseñor Cipriani y el Opus Dei que quieren capturarla para convertirlo en  enteramente confesional, de ideas retrogradas. Albán siempre aclaró y fundamentó la situación de su alma mater, con principios jurídicos irrefutables.

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Vale la pena recordar que el distinguido abogado también brilló como Defensor del Pueblo durante cinco años, entre los años 2000 y 2005. Allí en esta prestigiada institución del estado comenzó su carrera triunfante como Primer Adjunto en tiempos que la dirigía Jorge Santistevan, de 1996 al 2000. Cordiales felicitaciones a Albán. (Noé)