Hasta existió un presidente del
Perú que estuvo en el poder escasamente 24 días, del 4 de al 28 de Enero de
1834, durante épocas convulsionadas y de guerras civiles en el curso el siglo
XIX. Casi catorce años después de conseguida la Independencia nacional. No fue
legítimamente proclamado por la vía de los votos o la designación del Congreso.
Llana y concretamente se autoproclamó el
mismo, en medio de un desorden total
y con bandos a favor y en contra, en la difícil tarea de conducir las
responsabilidades del país.
El gobierno de Pedro Pablo Bermúdez Ascarza contó con
el apoyo decidido del Mariscal Agustín Gamarra y continuó paralelo al del
General Luis José de Orbegoso Moncada,
quien era Presidente provisorio de la República elegido por el Parlamento.
Bermúdez se enfrentó a Orbegoso
por el control del país, pero fue vencido. Estuvo exiliado en Costa Rica, en
dos oportunidades. Allí se casó con la
dama de ese país, Rosalía Escalante Nava, perteneciente a una familia
influyente.
Vicepresidente del Estado Nor
Peruano durante la vigencia de la Confederación Peru-Boliviana. Peleó en el
bando confederado hasta la Batalla de Yungay en 1839. Separado del Ejército, lo
readmitieron en 1841, durante la Guerra con Bolivia. Posteriormente, Diputado y
Senador de la República y Prefecto de los departamentos de La Libertad y Junín.
Pedro Pablo Bermúdez mandatario en 1834.
PADRES
Sus padres fueron Justo Bermúdez
y Teresa Ascarza. Un tío suyo resultó ser el “Maestre de Campo” Joseph Bermúdez
de Sotomayor, Corregidor de Tarma,
casado con Josepha Fernández de Arrieta Muñíz de Llanos, vecinos
del pueblo de Santa Ana de esa
provincia. La amistad y la unión familiar de los Arrieta y los Bermúdez se convertiría
en un estrecho vínculo que alcanzaría el poder militar, político y religioso.
En efecto, entre los hijos del
matrimonio Bermúdez y Fernández de Arrieta se contaba el célebre intelectual
José Manuel Bermúdez de Sotomayor de Arrieta, canónigo magistral de la Catedral
de Lima a quien su sobrino, el futuro General Pedro Pablo Bermúdez, tendría la
mayor estima personal por la formación humana que le inculcó y la ayuda
brindada en la educación que recibió en el Seminario Conciliar de Santo
Toribio.
Bermúdez se desempeñó como
Subteniente en el Batallón de Milicias de Tarma acantonado en Lima y así se
sumó al Ejército Libertador de San Martín. A las órdenes del General Juan Antonio de Arenales participó en la
primera campaña de la sierra, luchando en la batalla de Cerro de Pasco,
ocurrida el 6 de Diciembre de 1820.
Luego cooperó en las guerrillas
que encabezó José Félix Aldao, siendo uno de los pocos soldados que afrontaron
el ataque realista en Huancayo y contuvieron la deserción de las milicias.
Después se dirigió al cuartel general patriota de Huaura y participó en la
segunda campaña de Arenales en la sierra.
OCUPACION
Tras la ocupación de Lima por los
patriotas y la proclamación de la Independencia, estuvo presente en la toma de
la plaza del Callao. Luego se sumó a la
expedición enviada a Ica y a la presión ejercida sobre el Congreso para
obtener la elección de José de la Riva Agüero como Presidente de la República.
Participó en la Segunda Campaña
de Intermedios a órdenes del General Andrés de Santa Cruz. Combatió valientemente en la campaña de Zepita,
ocurrida el 25 de Agosto de 1823. Le trocó seguir toda la retirada hacia la
costa.
También se sumó al Ejército que
organizó Bolívar en el norte del país. Lucho decididamente en las batallas de
Junín y Ayacucho, las mismas que sellaron la libertad de América del yugo
español. Estuvo poniendo el pecho en la campaña del Alto Perú y en las
operaciones libradas en las montañas de Huanta, sometiendo a los rebeldes
iquichanos que resistieron en nombre del Rey de España
Con en el Ejercito del Norte,
desempeñándose como Jefe del Estado Mayor, invadió el actual territorio
ecuatoriano durante la guerra con Colombia. Colaboró siempre con el General
José de la Mar y luchó en la Batalla Portete de Tarqui, el 27 de Febrero de
1829.
Siguió al Presidente La Mar al
cuartel general establecido en Piura,
donde ambos fueron apresados durante el golpe de estado perpetrado por Agustín
Gamarra y deportados a Costa Rica, conjuntamente con ocho esclavos negros.
MINISTRO
Beneficiado por una ley que
dispuso el retorno de los desterrados, retornó al Perú en 1832. No tuvo
inconveniente en aceptar el Ministerio de Guerra ofrecido por el Presidente
Gamarra que lo había perseguido antes.
Debido a la extrañeza que causó
al Perú tal actitud, el militar renunció al cargo pero el Gobierno volvió a designar para conformar el
Ejecutivo. Colaboró con Gamarra hasta el final de su mandato. Lo eligieron
Diputado por Pasco a la Convención Nacional.
Este organismo que era un
congreso constituyente procedió a elegir un presidente provisorio del Perú, tras
haberse frustrado las elecciones de este tipo meses atrás. Gamarra apoyó la
candidatura de Bermúdez. Pero los liberales eligieron a Orbegoso, un militar
menos autoritario. Este obtuvo 47 votos, su rival 37.
No bien asumió Orbegoso el poder,
los gamarristas comenzaron a hostilizar al nuevo régimen con la intención de
colocar a Bermúdez en la presidencia. Lo que se alegaba es que la presidencia
del trujillano era ilegal pues no le correspondía a la Convención Nacional
elegir al mandatario.
Una acuarela de Lima por esos tiempos.
Una acuarela de Lima por esos tiempos.
JEFE SUPREMO
Temiendo un golpe de estado,
Orbegoso se refugió en la Fortaleza del Real Felipe del Callao. Allí instaló la
sede de su gobierno. Y comenzó a relevar a los gamarristas de los altos mandos
del Ejército.
En respuesta a esta acción, la
guarnición de Lima se sublevó y proclamó Jefe Supremo a Bermúdez. Las tropas
bermudistas sitiaron la fortaleza chalaca. A nivel nacional, la autoridad del rebelde fue reconocida.
Pero, en Lima, la civilidad se
mostró contraria al golpe y se alzó en armas. Los enfrentamientos armados
ocurrieron en las calles de la capital. Bermúdez y sus partidarios se retiraron
a la sierra. Orbegoso retornó apoteósicamente y reasumió el poder.
Las fuerzas de Bermúdez,
comandadas por José Rufino Echenique, se enfrentaron a las de Orbegoso
dirigidas por Guillermo Miller en la Batalla de Huaylacucho, cerca de
Huancavelica, ocurrida el 17 de Abril de
1834. Los primeros triunfaron
Sin embargo, esta acción no
decidió nada. Los orbegosistas se reagruparon y se alistaron para el encuentro definitivo que, dicho sea de paso, no se
produjo. Echenique convenció a los oficiales bermudistas para llegar a un
acuerdo pacífico con Orbegoso.y a reglón
seguido depusieron a Bermúdez.
Bermudez con uniforme militar.
Bermudez con uniforme militar.
EMISARIOS
Enviaron emisarios al campamento
del trujillano. Llegaron al llano de Maquinhuayo, ubicado a 24 kilómetros al norte de Jauja, donde
encontraron a sus rivales en formación de batalla. Luego de colocar sus armas
en pabellones, ambos ejércitos avanzaron hasta encontrarse y se estrecharon en
fraterno abrazo. Bermúdez pasó nuevamente al destierro de Costa Rica,
satisfecho con la pensión de 2 mil pesos que le concedió el gobierno.
Regresó en 1837 durante el poder
y la vigencia de la Confederación Perú-
Boliviana. Lo nombraron Vicepresidente del Estado Nor Peruano, en plena guerra,
desatada por la invasión de los chilenos y los emigrados peruanos enemigos de
Santa Cruz
Intervino, siempre bajo el mando
confederado, en la batalla final de esa conflagración que se libró en el norte
del país, peleando en Yungay donde fue
herido y tomado prisionero. Lo separaron del Ejército y borrado del escalafón
Entonces se dedicó a la
explotación agrícola de su hacienda cuyo nombre era “Paria” y a los negocios
mineros. Acogió hospitalariamente al general
hondureño, Francisco Morazán. Le prestó 18 mil pesos para que organice una
expedición a su país, Honduras, y conquistar el poder. Tras iniciar la
travesía, Las autoridades de Honduras lo
capturaron y fusilaron en 1842.
Enfrentado con Luis José de Orbegoso.
Enfrentado con Luis José de Orbegoso.
CRISIS
Al producirse la crisis en el
Perú tras la batalla de Ingavi y la muerte del Presidente Gamarra en Bolivia,
Bermúdez fue reincorporado nuevamente al servicio del Ejército siendo adscrito
al sur del país. Allí secundó el
pronunciamiento del General Juan Francisco de Vidal que tras un breve gobierno
fue depuesto por el General autoritario,
Manuel Ignacio de Vivanco, que instauró el Directorio.
El militar se negó a prestar
juramento de obediencia al nuevo gobierno y colaboró con la revolución que
encabezó Ramón Castilla y Domingo Nieto, la misma que restauró el orden
constitucional en el país en 1844.
Elegido diputado por Tarma al año
siguiente. Al poco tiempo lo nombraron Prefecto del departamento de La
Libertad. Tambien fue primera autoridad política de Junín y senador por esta circunscripción
politicas. Residió en Lima hasta su fallecimiento, el 30 de Marzo de 1852. (Noé)
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