El 22 de Febrero de 1958, los
10.069.986 ciudadanos inscritos en los padrones electorales eran exhortados por
el presidente provisional de la nación, General Pedro Eugenio Aramburu, a
“decidir el camino con entera libertad, ahorrando horas inciertas en la
convicción de que su voluntad será respetada”.
Un día después el pueblo
concurrió a las urnas y dio el triunfo a
la Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI) por 4.049.170 votos, asegurándole quórum
y mayoría en el Colegio Electoral y en
la Cámara de Diputados, mientras la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP)
obtenía 2.533.523 sufragios, seguidos por la Democracia Cristiana con 279.273 y
el Partido Socialista con 254.114 adhesiones.
El 17 de Marzo, el Colegio
Electoral-donde la UCRI obtuvo 319 escaños frente a 140 de la UCRP y 7 de otras agrupaciones
políticas- proclama la fórmula Arturo
Frondizi-Alejandro Gómez, como Presidente y Vicepresidente de la Nación,
acto que es legalizado 13 días después en la primera sesión de la Asamblea
Legislativa.
El 1° de Mayo, el Teniente
General Aramburu entrega la banda presidencial y el bastón de mando a las
nuevas autoridades electas. En su primer mensaje como presidente de la nación,
Frondizi sostiene la necesidad de “impulsar enérgicamente el aprovechamiento de
las riquezas energéticas y mineras” y de “alcanzar el autoabastecimiento
energético, basado en la explotación de los yacimientos de petróleo y de
carbón, metas-junto con el desarrollo de la siderurgia- que fija para su
gestión y que reafirma en su mensaje.
Arturo Frondizi fracasó como Presidente de Argentina.
Arturo Frondizi fracasó como Presidente de Argentina.
DEPENDENCIA
El 24 de Julio, el mandatario
precisa que el principal obstáculo al avance del país es “su estrecha dependencia de la importación de combustibles
y de aceros. Esa dependencia debilita nuestra capacidad de autodeterminación y
pone en peligro nuestra soberanía, especialmente en caso de una crisis bélica
mundial”.
A los problemas gremiales que
tuvo que enfrentar en sus primeros meses de gestión- ya antes de asumir,
Frondizi había tenido que dialogar con los sectores bancarios en huelga—se suma,
en setiembre de 1958, la cuestión vinculada con el art. 28 de la Ley 6403, que
ganó las calles del país-produciendo enconados debates- bajo la simplista pero
definitoria enunciación de “libre” o “laica”.
Su intención de reestructurar las
Fuerzas Armadas,, con el fin de contar con una base militar amplia y adicta
para poder desarrollar su programa gubernamental, desencadena una crisis que
culminará con la prisión de algunas jefes militares y la libertad de otros,
mientras que el descontento de la clase trabajadora, ante el alza del 25% del
costo de vida en sólo 4 meses y ante el anunciado plan de austeridad, que significaba la congelación
de los salarios, se generaliza en todo el país y lleva al gobierno a implantar el estado de sitio.
Lo reemplaza José María Guido, titular del Senado.
Lo reemplaza José María Guido, titular del Senado.
PAROS
Sin embargo, los petroleros
mendocinos inician los paros en protesta contra la política económica y los
partidos políticos opositores objetan la política petrolera. El peronismo reitera
el apoyo que le había brindado a Frondizi-que le había permitido, además, su
ascenso a la primera magistratura- y la crisis institucional estalla en el seno
de la UCRI donde se llega a acusar a Alejandro Gómez, y a otros partidarios de
tener “aspiraciones presidenciales” y de “estar complotados para derrocar al Presidente Constitucional”.
Frondizi, con el apoyo de las
Fuerzas Armadas, logra capear la crisis, mientras que Alejandro Gómez- luego de
una semana de nerviosas tratativas y consultas- presenta su dimisión al cargo
de Vicepresidente de la Nación. El último mes de 1958 resultará también tan agitado como los anteriores, pues
otros sectores gremiales se lanzan a una serie de huelgas y medidas de fuerza
que continuaran a lo largo del gobierno de Frondizi.
Las elecciones para renovar
gobernadores y las cámaras legislativas otorgaron una abrumadora mayoría al
peronismo- que se presentó en coalición con otros partidos políticos menores,
con el nombre de Unión Popular en algunas provincias y con la denominación de
Frente Justicialista en otros distritos- y aceleraron la crisis institucional
que culminaría, exactamente 11 días después con el derrocamiento del doctor
Arturo Frondizi y su reemplazo en la Presidencia de la Nación por el doctor José María Guido.
El peronismo había triunfado en
las provincias de Buenos Aires, Tucumán, Santiago del Estero, Neuquén, Río
Negro, La Pampa, Salta, Chaco, Jujuy y San Juan, mientras que la Unión Cívica
Radical Intransigente-el partido gobernante-sólo ganó en la Capital Federal,
Entre Ríos, Corrientes, Santa Cruz y Tierra del Fuego.
El mandatario hablando y tratando de convencer al pueblo
El mandatario hablando y tratando de convencer al pueblo
CARTA DIFICIL
La Unión Cívica Radical del
Pueblo se había impuesto en Córdova y en El Chubut. El Gobierno había jugado
una carta difícil al permitir participar en los comicios al peronismo,
especulando con una orden de abstención que Perón, desde Madrid, no concretó.
Las Fuerzas Armadas manifestaron
su intranquilidad, pero el Ministro del Interior, Vitolo, mostró su optimismo
sobre los resultados, euforia que los votos peronistas terminaron por sepultar.
Vitolo tuvo que renunciar y el Poder Ejecutivo dispuso la intervención de las
provincias de Buenos Aires-intervenida de hecho por el Ejército al día
siguiente de las elecciones-, Rio Negro, Santiago del Estero, Chubut y Tucumán
“para garantizar la forma republicana de gobierno”, según lo comunicó la
Secretaria de Prensa de la Nación.
Mientras las intervenciones se
hacían efectivas y crecía el descontento en las Fuerzas Armadas, transcurrieron
diez días de nerviosas tratativas: el 28 de Marzo, a las 17.25, el Comandante
en Jefe del Ejército, Teniente General
Poggi, se entrevistó-en la Casa Rosada- con Frondizi a quien le pregunto “si
estaba dispuesto a renunciar”.
Carátula precisa.
Carátula precisa.
LO DEPONEN
El Presidente contestó: “No, mi
posición es irrevocable”. Al día siguiente, a las 7 de la mañana, cuatro
oficiales de las tres fuerzas llegaron a la residencia presidencial de Olivos
con la orden de detener al Presidente de la Nación. Frondizi se encontraba en
compañía de sus familiares y al ver a los cuatro oficiales y enterado de su misión,
les dijo: “Estoy a vuestra disposición”.
Una hora y 25 minutos después, un
cuatrimotor de la Fuerza Aérea Argentina despegaba de la base militar del
aeroparque metropolitano rumbo a la isla de Martín García, donde era
confinado-en una dependencia de la Armada- el doctor Frondizi.
“Al tomar la decisión de
promover el alejamiento del presidente creemos salvar a la Constitución y
recuperar la fe en sus principios”, sostenía un documento firmado por los
comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas donde fundamentaban su actitud de
deponer a Frondizi quien “carecía-decía ese documento- de fuerza, de autoridad
moral y política para resolver la situación” creada por las elecciones del 18
de Marzo.
El Teniente General Poggi ocupó
la sede gubernamental, mientras a las
16.50 de ese jueves 29 de Marzo hacía su entrada al Palacio de los
Tribunales el doctor José María Guido, titular del Senado y Vicepresidente de
la Nación desde la renuncia de Alejandro Gómez.
En el viejo edificio de la calle
Talcahuano y con la tensa actitud del
histórico momento esperaban a Guido los doctores Julio Oyhanarte, Esteban Imaz,
Luis María Boffi Boggero, Benjamín Villegas Basavilbasso, Ricardo Colombres,
Pedro Aberastury y Aristóbulo Araoz de Lamadrid, integrantes de la Corte
Suprema de Justicia.
Al lado de Perón, con quien pactó secretamente.
Al lado de Perón, con quien pactó secretamente.
JURAMENTO
A las 17, en el cuarto piso del
Palacio de Justicia, el doctor Guido juró por “Dios, la Patria y estos Santos
Evangelios, desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de Presidente de la
Nación y observar y hacer observar fielmente la Constitución de la Nación
Argentina: si así no lo hiciese, Dios y la Nación, me lo demanden.
Quedaron atrás las promesas de Frondizi. El había asegurado que “en dos
años se modificaría la fisonomía del país. Eso fue en 1958. Sin embargo, al año
siguiente, la crisis cundió con una ofensiva generalizada de los gremios y de
los partidos políticos opositores que objetaron los planes gubernamentales,
ofensiva a la que se sumaron sectores de la UCRP que dividió al partido oficialista.
Frondizi hizo una gira a Estados Unidos y al retornar desmiente que “se hayan tratado pactos militares pues-enfatiza-
jamás se considerara propuesta alguna que afecte a la soberanía nacional.
Insiste en los principios de austeridad enunciados con anterioridad, explicando
otra vez que en dos años “se evolucionará desde la escasez hasta la abundancia”
y prometiendo “plena ocupación” y el no congelamiento de sueldos y salarios.
Con el Presidente de USA, John Kennedy, y otras personalidades.
Con el Presidente de USA, John Kennedy, y otras personalidades.
PERDIDAS
Anuncia que el Gobierno “no
permitirá la insurrección directa ni indirecta del movimiento obrero” al tiempo
que exhorta a “ejercer el derecho de huelga dentro de la ley y el orden” por
cuanto-dice- los últimos paros produjeron pérdidas de 2,500 millones de pesos
que se reflejaron en precios altos.
Al poco tiempo se insinúan
detalles del pacto entre Perón y Frondizi que permitió a la UCRP triunfar en
los comicios de 1958, mientras que el Presidente afirma que el estado de sitio
“se mantendrá mientras subsistan las causas que lo generaron a la vez que
desmiente que haya inestabilidad en el gobierno.
Otra crisis estalla cuando el
peronista Alberto Campos difunde, en Buenos Aires, informaciones y documentos
sobre el compromiso político entre Frondizi y Perón suscrito en Febrero de
1958. Mientras el Presidente y el Ministro del Interior, Alfredo Vitolo, niegan
el pacto, Perón afirma, desde la República Dominicana, que los documentos son
verdaderos y que si el Presidente comete la torpeza de negar el pacto, sólo
conseguirá demostrar que además de indigno, es ingenio.
Las Fuerzas Armadas no son ajenas
a la crisis y luego de una serie de arrestos de oficiales y de cambio de
destino en la Armada y el Ejército, predomina el criterio de la necesidad de
que el Presidente reorganice los cuadros del Ejecutivo y que fije una
orientación a tono con las necesidades actuales, caso contrario Frondizi deberá
reconocer que fracasó en su gestión y no le queda más que irse.
Frondizi acepta las dimisiones presentadas
por varios de sus ministros y decide la continuación de otros. La crisis había
sido resuelta temporalmente, pero el inconformismo ciudadano proseguía, sobre
todo en los sectores gremiales, traduciéndose en huelgas y otras medidas de fuerza.
El ambiente estaba cargado. Luego vinieron más problemas que tampoco fueron
resueltos, hasta que ocurrió el golpe que sacó de la Casa Rosada al presidente
que había fracasado en su gestión.
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