“Una profunda amargura embarga
nuestro ánimo ante el espectáculo inmensamente triste de innumerables
trabajadores de muchas naciones y de enteros continentes a los cuales se le da
un salario, que les somete a ellos y su familia, a condiciones de vida
infrahumana.
“En algunas de esas naciones la
abundancia y el lujo desenfrenado de unos pocos privilegiados contrastan, de
manera estridente y ofensiva, con las condiciones de extremo malestar de muchísima
gente”.
“En otras se llega obligar a la
actual generación a vivir con privaciones inhumanas para aumentar la eficiencia
de la economía nacional, conforme a ritmos acelerados que sobrepasan los
límites que la justicia y la humanidad consienten”.
Quien así se expresaba, en Julio
de 1961, era el Papa Juan XXIII, a través
de la Enciclica “Mater et Magistra”,
“Madre y Maestra”, un documento que modernizó y completó la famosa Rerum
Novarum, de León XIII, 70 años atrás.
En realidad, Juan XXIII se había
limitado a subrayar en un idioma directo la verdadera doctrina social de la
Iglesia. Ocurrió que el recordatorio del Sumo Pontífice desnudó, con valentía,
las falencias de un sistema que agobiaban al hombre y que aún persisten. Y pasó
también que las interpretaciones superaron las exigencias de la propia Iglesia.
Un análisis de los conceptos de
la encíclica de 26 mil palabras revela lo siguiente: Sobre ayuda al extranjero, el más grande problema de los tiempos
modernos. “Debe prestarse asistencia sin violar derechos nacionales y políticos.
La imposición de condiciones es, meramente,
otra forma de colonialismo”
Juan XXIII: el Papa bueno.
Juan XXIII: el Papa bueno.
OTRAS APRECIACIONES
El comunismo: “Donde falta la iniciativa personal del ciudadano,
hay tiranía política y relajamiento de la economía donde está afectado el genio
creador del hombre”. Control de la natalidad: “La teoría de
que la población del mundo aumenta con demasiada rapidez en comparación con el
aumento de la producción de alimentos y que la única solución es el control de
la natalidad, es falsa.
La solución está en un renovado
esfuerzo científico y técnico para extender el dominio del hombre sobre la
naturaleza. Propiedad privada: “El
derecho a tener una propiedad privada es aún tan importante como siempre, a
pesar de la creciente importancia de los administradores y el papel del seguro
social”
“Los campesinos”: “Deben tomarse medidas sociales y económicas
adecuadas, para mejorar la situación de los campesinos e impedir que la
población rural afluya a las ciudades”. Sobre
la socialización: “la socialización puede y debe realizarse en forma tal
que se extraigan de ella las ventajas que contiene y se restrinjan o eliminen
los aspectos negativos”.
REFLEXIONES
Pero acaso, las mayores
reflexiones que cruciales polémicas suscitaron fueron sobre los tiempos modernos.
Decía Juan XXIII: “la solidaridad que vincula a todos los seres humanos y los
hace miembro de una familia impone a las comunidades que poseen abundantes
medios de vida, el deber de no permanecer indiferentes frente a las comunidades
políticas cuyos miembros luchan con las penalidades de la pobreza, la miseria o
el hambre y no gozan de derechos personales elementales…”
Hubo quienes se rasgaron las
vestiduras. Otros intentaron llevar agua a su propio molino. En realidad, no
existían tantos motivos para la alarma ni la especulación. El Sumo Pontífice
exhortaba a reinsertar la economía en el orden moral y la persecución de los
intereses individuales y de grupo, en el ámbito del bien común…”a la libertad
de mercado ha sucedido la hegemonía económica. A la avaricia del lucro ha
seguido la desenfrenada codicia del predominio”.
“Así toda la economía ha llegado
a ser horriblemente dura, inexorable, cruel”… En suma, es criterio supremo de
la actividad económica y sus instituciones, la justicia y la caridad social.
Tan simple y complejo como eso. Ha pasado 54 años de estos pensamientos y, no
obstante, cuanta vigencia tienen para la humanidad de hoy en día. A las claras
nos damos cuenta de ello.
Juan XXIII fue el Papa número 261
de la Iglesia Católica, entre 1958 y 1963. Anteriormente al cargo más alto, el sacerdote cumplió una
diversa labor apostólica. Obispo titular de Areopoli y más tarde de Mesembría.
Visitador y Delegado Apostólico en Bulgaria, Turquía y Grecia.
En una de sus actuaciones públicas.
En una de sus actuaciones públicas.
FRANCIA
A fines de 1944, Nuncio
Apostólico en Francia, donde permaneció hasta 1953. Creado Cardenal presbítero
de de S. Prisca, en el consistorio de ese año fue Patriarca de Venecia hasta su
elección como Sumo Pontífice, en el conclave realizado en Octubre de 1958. Su
pontificado, relativamente breve, fue sumamente
intenso.
Su otra encíclica más tomada en
cuenta, de un total de 8, fue Pacem in Terris (Paz en la Tierra), dada a
conocer en 1963. La escribió en plena Guerra Fría luego de la crisis de los
misiles de Octubre de 1962. Pero el punto culminante de su trabajo apostólico fue,
evidentemente, su iniciativa personal de convocar al Concilio Vaticano II, que
imprimiría una orientación pastoral renovada en la Iglesia Católica del siglo
XX.
Las otras encíclicas fueron las
siguientes: Ad Petri Cathedram, Sacerdotti Nostri Primordia, Grata Recordatio,
Princeps Pastorum, Aeterna Dei Sapientia y Painitentiam Agere.
Con
todo, al momento de su muerte acaecida el 3 de junio de 1963, apenas había
transcurrido la primera de las etapas conciliares —que finalmente alcanzarían
el número de cuatro—, sin haberse promulgado ningún documento y sería Pablo VI quien enfatizaría los propósitos básicos del concilio y
lo guiaría a través de las tres etapas conciliares siguientes hasta su final.
PAPA BUENO
Caracterizado
por un notable sentido del humor, a él se
le recuerda a con el cariñoso apelativo de “el
Papa bueno”..Beatificado por Juan Pablo II durante
el “Gran Jubileo” del año 2000.
El 5 de julio del 2013, el actual pontífice Francisco firmó el decreto que autorizó la canonización de Juan XXIII, que se efectuó conjuntamente con la de Juan
Pablo II el 27
de abril de 2014, según lo anunciado en el consistorio respectivo. Junto a este último es el papa más reciente en ser venerado como santo..
Angelo
Roncalli nació el 25 de noviembre de 1881 en Sotto
il Monte, Lombardía, Italia. El cuarto hijo de un total de catorce, del matrimonio formado por Giovanni
Battista Roncalli (1854–1935) y Marianna Giulia Mazzolla (1854–1939).
Sus
padres trabajaron, toda su vida como campesinos. El ambiente religioso de su
familia y la vida parroquial bajo la guía del padre, Francesco Rebuzzini, le
proporcionaron a Angelo formación cristiana.
Ingresó
al Seminario de Bérgamo en 1892. En
1896, lo admitieron en la Orden Franciscana Seglar. Se trasladó a
la capital de Italia para continuar su formación sacerdotal en el Pontificio
Seminario Romano, formación interrumpida en 1901-1902 por el servicio militar.
El 13
de junio de 1903 se doctoró en Teología, frente a un tribunal constituido entre
otros por Eugenio Pacelli, quien sería más tarde Pío XII. Fue ordenado sacerdote en la Basílica de Santa María de
Monte Santo, en la Piazza
del Popolo.
Los periódicos dan cuenta de su muerte.
Los periódicos dan cuenta de su muerte.
SECRETARIO
Lo nombraron Secretario del Obispo de Bérgamo, Giacomo
Radini-Tedeschi, un pastor impulsado por un fuerte
compromiso por los desamparados. Se
le encargó la enseñanza de Historia en el seminario de Bérgamo. Ocupó estos
puestos hasta la muerte de su obispo, como siempre lo recordaría, acaecida en 1914.
Durante
la Primera Guerra
Mundial, ejerció primero como sargento médico y más
tarde como capellán militar. Fue llamado, desde Roma, por el Papa Benedicto XV para ocupar el cargo de Presidente para Italia del
Consejo Central de la Obra
Pontificia de la Propagación de la Fe y, en
1921, designado Prelado Doméstico.
El papa Pío XI lo designó, simultáneamente, Arzobispo de Areopoli y Enviado
Oficial para Bulgaria. Eligió
como su lema episcopal "Obedientia et Pax", divisa que tomó del
cardenal Caesar Baronius, de quien había escrito un libro y a quien consideraba
modelo de prelado.
En ese país, realizó su labor apostólica
visitando las comunidades católicas y estableciendo relaciones de respeto y
estima con otras organizaciones cristianas, en especial de la Iglesia Ortodoxa.
HERIDOS
En una ocasión
fue a visitar a unos heridos internados en un hospital católico que
trataba gratuitamente a todas las personas, independientemente de su religión.
Estos lesionados fueron víctimas de un atentado contra el rey Boris III en una catedral ortodoxa de Sofía,
siendo ortodoxos que frecuentaban su lugar de culto.
El rey búlgaro quedó tan impresionado que lo
recibió en audiencia privada. Un acto inédito porque los visitadores
apostólicos no gozaban de ningún estatuto diplomático y las relaciones, entre
la minoría católica y la mayoría ortodoxa, eran muy tensas.
Hechos como este constituyeron las bases de la
futura delegación apostólica. En efecto, su labor fue tan fructífera que se lo
designó Delegado Apostólico para Bulgaria,
el 16 de octubre de 1931.
Nombrado Arzobispo de Mesembria, Delegado Apostólico para Turquía —Vicario
Apostólico de Estambul con autoridad hasta Grecia. Desde Estambul, atendió los asuntos relativos a ambos
países y estableció una oficina para localizar a los prisioneros de guerra.
Por cuestiones territoriales, Grecia estaba en conflicto
constante con Turquía, y mantenía una mala relación con la Iglesia Católica.
Roncalli introdujo la lectura del
Evangelio en turco y logró acortar las distancias entre
la Santa Sede y las jerarquías ortodoxa y musulmana.
La bendicion para toda la humanidad.
La bendicion para toda la humanidad.
CARDENAL
Su intervención para socorrer a miles de judíos de la
persecución nazi, mientras servía como Delegado Apostólico del Vaticano en
Turquía durante la Segunda Guerra Mundial, fue proverbial. Lo nombraron Nuncio Apostólico de Francia. Contribuyó a normalizar la
organización eclesiástica en ese país, desestabilizada por los obispos acusados
de colaborar con los alemanes.
Gracias a su cortesía,
sencillez, buen humor y amabilidad pudo resolver los problemas y conquistar el
corazón de los franceses y de todo el Cuerpo Diplomático. De los 87 prelados
católicos acusados inicialmente de colaboracionismo con el régimen de Vichy, finalmente sólo 3
fueron removidos de sus sedes, merced a sus gestiones efectivas.
El Papa Pio XII lo
designo Cardenal de Venecia. Durante los seis años en que
permaneció en ese cargo, tuvo un desempeño esencialmente pastoral, impulsando
el sínodo diocesano. Como patriarca, solía navegar por los canales de la ciudad
sin la vestimenta de sacerdote y detenerse para hablar con los gondoleros, las
prostitutas y menesterosos, quienes le contaban sus problemas. Su forma de ejercicio del poder se
caracterizó por el servicio y el perdón.
ELECCION
El 28 de octubre de 1958, en el cuarto día del cónclave y
contando con casi 77 años, Roncalli fue elegido Papa, ante la sorpresa de todo el mundo.
Escogió el nombre de Juan,el de su padre y del patrón de su pueblo natal. No
obstante, según dio a conocer, la elección la hizo por Juan el Bautista y Juan el Evangelista. Fue entronizado el 4 de
Noviembre de ese año.
Después del largo pontificado de su predecesor Pío XII, los cardenales
parecieron escoger un papa de transición, a causa de su avanzada edad y de su
modestia personal. Nadie esperaba que el temperamento alegre, la
calidez y la generosidad del Papa Juan XXIII cautivara los afectos del mundo,
de una forma singular. Al igual que Pio XI pensaba que el diálogo
era la mejor manera para solucionar un
conflicto.
Enseguida empezó un nuevo estilo de ejercer el papado. El
primero desde 1870, que ejerció su ministerio de Obispo de Roma visitando,
personalmente, las parroquias de su diócesis.
Al cabo de dos meses de haber sido elegido, dio ejemplo de obras de misericordia: por Navidad visitó a los
niños enfermos de los hospitales Espíritu Santo y Niño Jesús Al día siguiente
visitó a los prisioneros de una cárcel.
Recibiendo el saludo de los creyentes.
Recibiendo el saludo de los creyentes.
DIGNIFICACION
En su primera medida de gobierno, que le
enfrentó con el resto de la curia, redujo los altos estipendios, incluida la
vida de lujo que, en ocasiones, llevaban los obispos y cardenales. También
dignificó las condiciones laborales de los trabajadores del Vaticano, que hasta
ese momento, carecían de muchos de los derechos de los trabajadores de Europa
y, además, retribuidos con bajos salarios. Por primera vez en la historia,
nombró a cardenales indios y africanos.
Tres meses después de su elección, el 25 de enero de 1959, en la Basílica de San Pablo Extramuros, y ante la sorpresa de todo el mundo, anunció el
XXI Concilio Ecuménico -que posteriormente- fue llamado Concilio Vaticano II
Era el I Sínodo de la Diócesis de Roma que
revisó el Código de Derecho Canónico. Este Concilio inspirado en
la figura del papa Pío IX precursor
del Concilio Vaticano I y quien, según Juan XXIII, nadie en la historia de la Iglesia había sido tan amado y tan odiado a la vez.
Durante su pontificado nombró 37 nuevos
cardenales, entre los cuales, por primera vez, se incluyó a un tanzano, un
japonés, un filipino, un venezolano, un uruguayo y un mexicano.
Una vez se difundió la noticia de que el líder cubano, Fidel Castro, habría sido excomulgado por la Santa Sede en una iniciativa
amparada en condenas decretadas por el papa Pío XII en 1949, a
todo aquel que difundiera el comunismo.
FALSO
El hecho concreto es que se atribuyó a Juan
XXIII tal decisión. La noticia se divulgó en el marco de uno de los momentos más
críticos en la relación existente entre Cuba y el Estado de la Ciudad del Vaticano.
Con todo, el especialista vaticano Andrea
Tornielli confirmó, en nota en el Vatican Insider del periódico La Stampa, que no existió ninguna excomunión ad personam para
Castro, ni Juan XXIII tomó ninguna decisión en ese sentido.
Uno de los principales rasgos del pontificado
de Juan XXII fue su carácter ecuménico, en línea con toda su trayectoria
pastoral anterior. La convocatoria al Concilio Vaticano II coincidió y no por mera casualidad, con la semana de oración
por la unidad de los cristianos.
Además del carácter esencialmente ecuménico del
concilio, Juan XXIII desarrolló un conjunto de iniciativas tendentes a superar
las diferencias existentes entre las distintas confesiones cristianas. Recibió
la visita en el Vaticano del Arzobispo de Canterbury, Geoffrey Francis Fisher, con
quien permaneció reunido durante una hora. Era la primera vez en más de 400
años, desde la excomunión de Isabel I, que la máxima autoridad de la Iglesia de Inglaterra se reunía con el Papa.
Esa cita
inauguró una transición, de una etapa de divergencia a otra de convergencia con
la actual comunión anglicana. También recibió a la reina Isabel II, y a personalidades de
la Iglesia presbiteriana de Escocia
y de la Iglesia Episcopaliana.
Una estatua en su recuerdo.
Una estatua en su recuerdo.
EL
CONCILIO
Creó el Secretariado para la Promoción de
la Unidad de los Cristianos,
con el Cardenal Agustín Bea al frente de este organismo que, tuvo una incidencia decisiva, no sólo en el
desarrollo de las relaciones ecuménicas y en el diálogo con los no cristianos, en
particular en las relaciones católico-judías, sino también en el propio
Concilio Vaticano II.
El 11 de octubre de 1962, el
Papo abrió el Concilio Vaticano
II en San Pedro. Este evento ecuménico cambió el
rostro del catolicismo con: una nueva forma
de celebrar la liturgia más
cercana a los fieles, un acercamiento al
mundo que se estrenaba y un ecumenismo con estructuras creadas para tal fin.
Desde la apertura del Concilio, el Papa I enfatizó la naturaleza
pastoral de sus objetivos. No se trataba de definir nuevas verdades ni condenar
errores, sino que era necesario renovar la Iglesia para hacerla capaz de
transmitir el Evangelio, en los nuevos tiempos
Había que buscar los
caminos de unidad de las Iglesias cristianas, lo bueno de lo que se vivía y establecer
diálogo con el mundo moderno, centrándose primero "en lo que nos une y no
en lo que nos separa".
Su cadáver: murió victima de un cáncer
Su cadáver: murió victima de un cáncer
INVITADOS
Al Concilio fueron invitados como observadores miembros de
diversos credos, desde creyentes islámicos hasta indios americanos. Al igual
que integrantes de todas las Iglesias cristianas: ortodoxos, anglicanos,
cuáqueros, y protestantes en general, Incluyendo, evangélicos, metodistas y calvinistas.
Canonizó al peruano San Martín de Porres, el primer santo negro de América, el
6 de Mayo de 1962
El 23 de mayo de 1963 se
anunció públicamente la enfermedad del papa: cáncer de estómago que, según su
secretario Loris Francesco Capovilla, le fue
diagnosticado en Septiembre de 1962. El papa no quiso dejarse operar, temiendo
que el rumbo del Concilio se desviara de lo estipulado.
Murió en Roma el 3 de junio de 1963, hacia las dos y cincuenta. Finalizó
sus días sin ver concluida su obra mayor, a la que él mismo consideró "la puesta al día de la Iglesia".
En la memoria de muchos, el papa Juan XXIII ha quedado como "el papa más
amado de la historia".
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