Personaje casi olvidado y sin
embargo interesantísimo desde todos los puntos de vista, es el que hoy
exhumamos en esta sección que pretendemos hacer pintoresca y anecdótica, dentro
de la base documentaria en que solemos construir nuestras evocaciones. Se trata
de un alto miembro de la administración pública que sirvió durante los últimos
años de la Colonia, alcanzando tres virreyes y que murió en Lima en 1872, después
de haber sido representante al Congreso, miembro del Consejo del Estado,
Ministro, Director General de Estudios, de Hacienda, de Aduanas, Enviado
Plenipotenciario y hasta encargado del Poder Ejecutivo, en compañía de Juan
Bautista de Lavalle y José M. Lizarzaburu, el año 1875.
Nuestro héroe pudo comenzar,
pues, desde el Acertijo de Abascal (sal-habas-cal) hasta la tragedia de
Gutiérrez y desde la erección del Cementerio hasta la del Parque de la
Exposición, con la particularidad de que
en todo este largo espacio de tiempo, estuvo en actividad y fue testigo y actor
muchísimas veces en la mayor parte de los sonados acontecimientos que
enmarcaron tan distanciadas fechas.
Sólo el gran Mariscal La Fuente y el General
La Puerta, en aquellos tiempos y el General Pereyra y el Contralmirante
Cobíán en la actualidad podrían paragonarse en este aspecto de la
continuidad en el escenario político
con Manuel B. Ferreyros, que es nuestro
contertulio en la presente evocación.
Manuel B. Ferreyros personaje interesante pero olvidado.
Manuel B. Ferreyros personaje interesante pero olvidado.
15 AÑOS
Cuando el discretísimo señor de
Abascal gobernaba estos reinos mostrando sus altas dotes de capacidad, ya
comenzaba a sentirse en América la necesidad de la Independencia. Abascal,
favoreciendo un tanto al elemento criollo, se dio cuenta del estado de la
opinión y tal vez a su talento y a las sabias medidas que adoptó, debió España
retardar por algunos años más, su dominación en el continente americano.
En el año 1808, contando apenas
15 años, un jovencito ingresaba a la Aduana como amanuense meritorio,
ascendiendo pronto a la clase titular, habiéndole otorgado la credencial
respectiva el propio Abascal.
Pocos años después el joven
Ferreyros o Ferreyrós-como dicen algunos que debe pronunciarse tal apellido-
ascendía a Oficial 2° de la Contaduría de Hacienda del Virreinato, con sucesivos
títulos otorgados por el Virrey mencionado ya, Pezuela y La Serna. Los títulos
originales los tiene en su poder junto con interesantísima documentación, el
Ing. Ricardo Tizón y Bueno que está casado, como se sabe, con una nieta de
Ferreyros, Laura Ferreyros y Roel .
Como dato curioso diremos que en
una Guía de Lima del año 1816 figura Ferreyros como Oficial 3 de la Contaduría
en compañía de Francisco González de Gálvez, abuelo del héroe del 2 de Mayo. Y
diremos que el dato es curioso, porque después de más de un siglo, ambas
estirpes se han unido en la personita de
Enriquito Gálvez Ferreyros, que hijo del Ing. Enrique Gálvez y de María Luisa
Ferreyros Roel viene a ser bisnieto de uno de los personajes que evocamos y
rebisnieto del otro.
BASADRE
Cajero real era entonces
Francisco Basadre, abuelo de Carlos Basadre y Stevenson, que tanto ama y tan
bien conoce nuestra historia. Aquel señor Basadre viene a ser bisabuelo del
joven literato Jorge Basadre Grohmann que sin alardes, con encomiable tesón y
mostrando ya galas de escritor elegante, se apresta a revelarnos en jugosos
ensayos, viejos aspectos de nuestra vida política.
Ferreyros que era hijo de Manuel
Ferreyros, caballero español nacido en La Coruña y de María Andrea de la Mata y
Ulloa, limeña, se alistó pronto entre los patriotas y así lo vemos firmando el
acta de la Independencia el 28 de Julio de 1821 y escribiendo una Oda a Lima,
la primera tal vez que se escribió en homenaje a la fecha y que se publicó en
la Gaceta del Gobierno en el número del 1° de Agosto, juntamente con la
descripción de los regocijos públicos que provocó la proclamación de San
Martín.
Desde entonces Ferreyros
pertenece por entero a la causa republicana. Fue Duputado al Congreso del 22,
como representante por el Cuzco y en 1825 enviado extraordinario a Colombia,
país al que llevó un voto de gracias del Perú
Pero Manuel Ferrreyros fue no
sólo político y funcionario, sino escritor y poeta, tal vez de mediana
inspiración, pero de forma atildada y correctísima, dentro del gusto y los modales
de la época. Escribió muchas poesías, algunas satíricas, otras patrióticas y no
pocas líricas. Muy amigo de Felipe Pardo y Aliaga, a quien se asemeja en
ocasiones en sus poesías descriptiva de tipos limeños, como el del Calavera, en que hay aciertos como
éstos: Más libro nunca abrió que la
baraja,/dados, llevaba siempre en el bolsillo:/ y aunque mandria y poltrón,
cargo cuchillo/hasta que le vistieron la mortaja.
Con mas años y sin barba
Con mas años y sin barba
NARIGONIDES
Es notable también, como
imitación del famoso de Quevedo, su soneto a Narigónides, que reproducimos: Erase
una nariz como una loma;/erase una nariz como un pescante/erase una nariz cual
cabrestante/que se enrosca cien brazos de maroma./Era el rinoceronte en que
Mahoma/ recorrió medio siglo en un instante:/nariz que no conoce semejante/ni
es fácil traducirla a nuestro idioma./ Nariz que,-cuando el Rímac sonoroso/su
espumante raudal súbito engruesa,/y aquí embiste y allí su furia estalla/con
ronca voz, con ímpetu fragoso,-/puede ufana servir en una pieza/de tajamar, de
puente y de muralla.
Y preguntarán algunos ¿quién era
Narigónides? Pues seguramente Manuel Antonio Colmenares, distinguido magistrado
a quien zahirieron con donosas burlas, por sus grandes narices, no pocos
ingenios, entre los que se distinguió don
Felipe Pardo.
Recuérdese el asunto del juicio a
Lazarte por la denuncia que Colmenares hizo de un artículo de “El Limeño” en
los tiempos de Orbegoso. Pero lo más gracioso de este soneto es que el propio
Ferreyros era muy narigón y a este respecto se cuenta una anécdota.
LA NIÑITA
Don Manuel era hombre muy serio,
casi temible y en aquellos tiempos en que después de la misa de una, los
domingos, se acostumbraba visitar, fue a una casa, donde una niñita en medio
del asombro y estupefacción de los
contertulios se atrevió con la debida irrespetuosidad de su niñez, a medir con
un palito las marices del grave Ferreyros que no tuvo más remedio que reír de
la ocurrencia, mientras los padres de la criatura no sabían que cara poner, ni
como amedrentar a la graciosísima irreverente.
Embistió no pocas veces contra
Santa Cruz, habiendo escrito una composición titulada “El Almofrez”, que el
mismo llamaba “Alcance a la Geta”, sátira de Felipe Pardo y Aliaga. Otra poesía
muy interesante porque revela costumbres bárbaras de la época, es la dedicada
al Rollo.
El tal rollo era sencillamente el
látigo con que se refrescaban las posaderas de los contraventores, rollo que se
suprimió como medida policial ostensible, por decreto del propio Ferreyros que
en la administración de Salaverry abolió tan humillante pena conjuntamente con
la horca, rezago de los métodos coloniales.
El hecho tenía enorme
importancia, porque no debíamos olvidar la época. Eran días duros de lucha
despiadada, de criterios extremos en que creía que la letra entraba con sangre,
en que se publicaba avisos vendiendo seres humanos como la cosa más natural del
mundo, en que subsistía el cadalso y en que aún en las panaderías sin que el
Estado interviniese ni se preocupase por ello, los patrones hacían azotar
bárbaramente a sus esclavos, por la más pequeña falta.
Cuando nacio circulaba el Diario de Lima
Cuando nacio circulaba el Diario de Lima
CARGOS
Siguiendo con la vida de
Ferreyros, anotaremos que en 1830 fue Ministro en Bolivia en 1831, Secretario General
de Gamarra y en 1835 Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores. Con la caída
formidable de Salaverry, en que este impetuoso y genial dictador pierde la
vida, Ferreyros cae también.
Son los días terribles de la
anarquía militar, del desorden, de la desorientación. Salaverry se marcha al
Sur a combatir a Santa Cruz y en Lima queda el Consejo de Gobierno del que
formaron parte Juan Bautista de Lavalle,
Manuel Ferreyros y José M. Lizarzaburu.
Orbegoso, Morán y Echenique amagan Lima.
En Diciembre de 1835, el Consejo
de Gobierno se da cuenta de su situación y suspende el ejercicio de sus
funciones, lo que dio lugar a que el Coronel Antonio del Solar, de las
fortalezas del Callao, dirigiese un oficio al Consejo protestando, de la medida
que juzgaba prematura e innecesaria, pero los circunstanciales gobernantes sienten que la tierra se hunde bajo sus
pies,, que nada tienen ya que hacer y dimiten.
MONTONEROS
Las tropas revolucionarias están
en los alrededores, se forma la confusión y un día tras el clásico grito del
cierrapuertas, aparece un grupo de montoneros con grandes pistolones y se
apoderan por un momento de la ciudad. Los encabeza el negro León, bandido
famoso y temido, que llega hasta el solio presidencial, al grito de de “Viva
Santa Cruz”
Los bandidos fueron dueños de la
ciudad algunas horas y saquearon no pocas casas, entre ellas la del Comandante Linares donde vivían los Luna, uno
de los cuales era nada menos que Vocal de la Corte Superior de Lima.
El lío fue de lo más gordo. El
propio Ferreyros en una comunicación con el Secretario de Salavery dice que el
escándalo fue mayúsculo, que hubo “algazara y repique”. Pocos días después, el
8 de Enero de 1826 entró victorioso a Lima Orbegoso, en medio de un gran
regocijo, que procuró fijar en un cuadro el gran Merino, años después.
Este cuadro lo conservaba nuestro
querido amigo Luis Valera Orbegoso, que ha popularizado tanto en sus crónicas
simpáticas el seudónimo de Clovis. Con la entrada de Orbegoso, Morán y
Echenique, quedó consolidado el predominio de Santa Cruz y se formó la
Confederación.
Asi era la Lima antigua de estos tiempos.
Asi era la Lima antigua de estos tiempos.
EN GUAYAQUIL
Ferreyros sale del país y
marcha a Guayaquil donde funda “El
Ariete”, periódico de combate en que fustiga a la Confederación, que se
derrumba definitivamente en Guía en 1839. Gamarra llama a Ferreyros al despacho de Hacienda, pero éste
no acepta y opta por la representación de Lima en la famosa Convención de
Huancayo, de la que fue primer Presidente. Tan alto cuerpo votó la célebre
Constitución conservadora que duró hasta 1856 en que se se dictó la fugaz Carta
Liberal que burló Castilla.
De aquel acontecimiento un actor
vigoroso: José Manuel Pereyra que montó la guardia en aquel congreso como
subteniente. Los otros presidentes de la Convención fueron: Manuel Vicente
Villarán, Agustín Charún y Lucas
Pellicer, el famoso canonista a quien recordamos en la evocación que hiciéramos
de Monseñor Orueta y Felipe Pardo y Aliaga.
Manuel Ferreyros casó en Lima en
1832 con Josefa Senra y Echevarría,
prima hermana de la segunda esposa del Marqués de Torre Tagle, Mariana
Echevarría. El Marqués contrajo matrimonio en primeras nupcias con Juana Rosa
García de la Plata y Orbaneja
Era Pepita Senra hija de un
distinguido caballero español, Manuel de Senra y Aragorri, que vino al Perú y
fue en el Apostadero Naval del Callao, lo que en época colonial se llamaba
Ministro General de Marina. Este señor había nacido en Madrid en 1776 en la
calle del Colmillo.
FORTUNA
Manuel Senra era hijo a su vez de
Fernando de Senra y Lozada y de Ursula de Aragorri, hermana del famoso Simón
Aragorri, Marqués de Irlanda, que dejo una gran fortuna por aquellos tiempos,
fortuna que fue a recoger a España en la parte que le correspondía, allá por el
año veintitantos.
En cuanto a Fernando de Senra y esto podría explicar las
admirables cualidades de marino orgánico de Manuel Ferreyros, el as de los ases, como lo clasifica
Juan Cobian, el tal caballero fue marino
distinguido en España muy valeroso y experto. Combatió en el Cabo de Creus
contra los ingleses, allá por 1744.
Por su parte, Manuel de Senra
trajo de España algunos reales, la octava de los seiscientos que dejó el
pariente, no sin haber gastado en cosas necesarias y elegantes superfluidades
no pocas monedas, lo que permite conocer el valor del ejemplo de un vestido de
frac negro paño de sedán con suntuoso chaleco de roja cachemira de seda.
Tal lujo importaba nada menos que
630 reales, precio del entonces famoso sastre de Madrid Manuel Baños. Reducida
a nuestra moneda esa suma altísima para la época, apenas llegaría hoy a seis
libras y media. Pero entonces era un platal.
Los balcones:peculiaridad de la capital peruana.
Los balcones:peculiaridad de la capital peruana.
JOSEFA
Manuel Senra tuvo una sola hija, Josefa, que sufrió los
horrores del sitio del Callao. Fallecido el padre, la hija quedo a cargo de su
tutor Pedro Abadía y e en 1832 casó con Manuel Ferreyros y de cuyo matrimonio
tuvo 16 hijos, de los que llegaron a la
mayoría de edad Manuel, Federico, Sofía, Josefa, Cristina, Guillermo, Juan
Carlos, Próspero, Demetrio y Fernando.
El busto de Manuel Ferreyros
figura en la fachada del Senado, recordando que
fue el primer Presidente de la Constituyente de Huancayo. En 1840 ocupo
la cartera de Gobierno y Relaciones Exteriores. En 1847 Plenipotenciario al
Congreso Americano y al año siguiente encrgado de arreglar las diferencias
surgidas con Chile, Nueva Granada, Venezuela y Ecuador,
En 1845 había sido
Vice-Presidente del Congreso del Estado. Fue muchas veces Ministro de
Relaciones Exteriores, Hacienda y de Gobierno. Por último Director General de Estudios, cargo que desempeñó con
intervalos durante muchos años.
También intervino en la reacción del 55 y formó parte
de la junta del examen que se ocupó de la consolidación así como del jurado
para los casos de responsabilidad de la Corte Suprema. El año 1865 estuvo encargado con Francisco de
Paula Vigil, Pedro Gálvez, Francisco Javier Mariátegui, Manuel Toribio Ureta,
Ignacio Ortiz de Zevallos y Melchor Vidaurre, de preparar un Tratado
Continental.
CONSTITUYENTE
Formó parte de la Constituyente y
del Congreso del 60 que dio la carta magna que rigió al país durante más de 50
años. El Ilustre Colegio de Abogados lo hizo su miembro honorario. Murió en
1873. Su casa estaba en la calle de La Concepción, frente a la Iglesia del
mismo nombre y junto a la finca conocida con el nombre de la casa de Olavegoya.
Su amor a las letras fue
innegable. Había sido discípulo del célebre Bernardino Ruiz y del maestro R. P.
Tomás Méndez Lachica. Mantuvo correspondencia con muchos escritores y literatos
de su tiempo. Conservaba muchas cartas de Felipe Pardo y Aliaga y otros genios.
Tenía fama de escribir con suma
propiedad el castellano y se cuenta alguna anécdota de Castilla al
respecto. En uno de los mensajes que le
hizo Ferreyros se empleaba el articulo el. Castilla le preguntó a Ricardo Palma
como debería decirse y don Ricardo a la sazón muy joven le contestó: “Cuando
don Manue l o ha puesto”…
Pero Castilla se aferró a su
capricho y leyó la recalcando el femenino y volviendo la ara a don Manuel
repitió la y no el. Allá él, diría Ferreyros, que como Pardo, como Larriva y
como Palma no desdeñó escribir también alegres listines de toros. Su hijo
Manuel J se convirtió en gran marino quien tuvo fama de competente, enérgico y
valeroso.
La Alameda de los Descalzos en el siglo XIX.
La Alameda de los Descalzos en el siglo XIX.
RESUMEN
Ferreyros vivió en los últimos
días de la Colonia y alcanzó todo el esplendor de los tiempos virreinales. Fue
de los primeros criollos americanos que lograron cargos en esa época, en que
por lo general se desdeñaban los servicios de los nacidos en la Colonia
Asistió a la Jura de la Independencia
a la que prestó su entusiasmo de hombre y de poeta, firmando el acta con un
hermano suyo, el Coronel Jose Crisanto Ferreyros. Escuchó las encendidas loas
universitarias a los virreyes y poco tiempo después las tonantes imprecaciones
del republicanismo liberal de Sánchez Carrión.
Fue compañero de Larriva, de
Pardo, de Pando, de Martínez de Lasso, de Mariátegui, de Vigil. Por su
larguísima vida podía contar, y dicen que lo hacía admirablemente, a sus
contertulios, anécdotas de Abascal, a quien alcanzó y trató y también de
Piérola, de Pardo, de Balta.
A muy pocos hombres le fue dado
ver mayores cambios en las costumbres, en las ideas, en la fisonomía del país y
del mundo. Como era amante de ls letras y tenía una nutrida y selecta
biblioteca, podía comparar las enseñanzas de sus días de colegial de San
Idelfonso, en que se imponía los clásicos preceptos con las nuevas pautas que
el romanticismo traía a nuestras playas.En política pudo comparar los
métodos más absolutistas con los desbordes de la comuna y en la vida social en
la que tan brillante figuración tuvo, lució desde la bordada casaca y el calzón
corto hasta la fúnebre y cerrada levita, el corbatín de seda negra, el gran cuello dejando ver la nuez de la
garganta y el lustroso tarro en la cabeza. (Páginas seleccionadas de las "Obras Completas"
que pertenecen como autor al consagrado escritor y político, José Gálvez
Barrenechea.)
Gracias por la dedicacion a mi 5to abuelo D. Manuel Bartlome Ferreyros de la Mata
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