Causó polémica inclusive con su obra poética y nadie de los entendidos y críticos se pone de acuerdo. Hay puntos de vista irreconciliables. Quizá por una razón: mezclan sus ideas políticas y morales con su producción literaria.
Con José Santos Chocano nunca se ha utilizado un método de integración, sino de desintegración. Unos le dicen modernista. Otro le quitan ese rótulo. Muchas son las opiniones.
Manuel González Prada tan proclive a la critica radical dijo con precisión: “si de muchos hombres se ha dicho que vivieron en estado de gracia, Chocano, puede afirmarse, que vive en estado de poesía. Se distingue por la novedad y abundancia de las figuras. En sus versos, las metáforas se suceden con tanta profusión que la lectura produce el efecto deseado”.
Rodó, el uruguayo autor de Ariel, le niega su condición de poeta de América para dárselas a otros. Pero si reconoce que “une la audacia de la forma y que con generoso designio se propone devolver a la poesía, sus armas de combate y su misión civilizadora”
Según Luis Alberto Sánchez en su libro “Aladino o Vida y Obra de José Santos Chocano”, el modernismo tuvo un admirador y no un corifeo en el poeta que intentó desde el comienzo delinear un concepto propio de la renovación poética basada en una combinación especial de modos antiguos y modernos, en la acentuación del tema americano y en cierta proclividad a la “virilización” y “primitivación” del tono poético para sacarlo de los pausados giros y del aire suave”.
Amado Nervo que conoció intima y largamente al peruano elogió no solo al vate sino al hombre. “Esas sonoridades y esos rasgos imprevistos que hay en la línea poderosa de este creador de nuestra América, silvestre, ingenuo, vivaz, brillante, desigual a veces, poeta siempre”…
Unamuno reconoció en la poesía de Chocano “calor tórrido” y vida demasiado arrogante, además de su musicalidad no libre de “baches”. Es un ambicioso y la ambición es camino de gloria, dijo.
El pensador peruano José Carlos Mariátegui en sus “Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana”, si que critica a Chocano. “Pertenece al periodo colonial de nuestra literatura”, dice sin ninguna duda.
Para luego explicar: “Su poesía grandilocua tiene todos sus orígenes en España. Una critica verbalista la presenta como una traducción del alma autóctona. Pero este es un concepto artificioso, una ficción retórica. Su lógica tan simplista como falsa, razona así: Chocano es exuberante, luego es autóctono”.
Contrariamente, Max Daireaux, escritor francés, considera al poeta como “el más grande cantor de la naturaleza americana. Hay sentimiento de inspiración. Se ha medido con los Andes y el viento de las pampas. Reúne todos los temas que nadie había encontrado para conferirle la inmutabilidad del verbo.
Lo cierto es que Chocano-esto si que es un hecho irrebatible- fue el primero que alcanzó ámbito continental y hasta hispanoparlante. De 1906 a 1925 nadie había osado hablar de nuestra poesía americana, sin mencionar a veces y nunca después del segundo, a José Santos Chocano.
Por eso es que Sánchez, en la indicada obra, recomienda alertar a la sensibilidad y abrir el entendimiento. Es decir, la capacidad de comprender a tal personaje. Sin prejuicios. Sin rencor. Ni desprecio.
Pongamos en un lugar exacto al poeta el que se merece porque valor literario lo tiene y por eso mismo recordemos uno de sus versos de “La Torre de Cristal que dice asi:
Fuente de lágrimas que escondo
del corazón en lo más hondo,
fuente que a nadie descubrí,
fuente romántica y dormida
única cosa que en la vida
me he reservado para mi…
Interesante articulo. Hay corrientes de corrientes. Pero no se puede negar la valía del poeta Chocano. Ser grandilocuente ya es una virtud. Hermilio Loza.
ResponderEliminar