Hace muchos años en una conversación coloquial de las que teníamos siempre para analizar temas de actualidad, le preguntamos a boca de jarro a un periodista connotado del país de aquella época como era Alfonso “Pocho” Delboy Morales: ¿quién es el mejor periodista del Perú?
Era un día de noche de verano de intenso calor pegajoso por la alta humedad de siempre de esta Lima complaciente, cuando iniciamos el diálogo fluido con rones de por medio y piqueo marino. Una oportunidad placentera de bohemia y de intercambio de noticias de información, con fines de llegar a soluciones concretas de lo que efectivamente pasa en el Perú y en el mundo.
Exactamente el verano de 1980, sin día ni fecha que pasó desapercibida. Lo que si recordamos evidentemente es que en el Perú, dentro de poco, se iba a unas elecciones presidenciales para convertirse nuevamente en democracia. Estábamos completamente cansados de las dictaduras con bota y espada. Ya eran tantos años de eso, más de 10.
La respuesta no se demoró ni siquiera un segundo-sin exageración y sin ninguna vacilación- para contestar con la voz tan peculiar de nuestro interlocutor con tos de por medio, por efecto del hábito de fumar un cigarro tras otro, y contestarnos, sin vericuetos de ninguna clase y con convencimiento total: Alfonso Grados Bertorini.
Alfonso Grados. Atras: Luis Bedoya Reyes, líder del PPC.
Alfonso Grados. Atras: Luis Bedoya Reyes, líder del PPC.
CRISIS
Lo recordamos no como si fuese ayer sino como el presente constante de hoy cuando hay una tremenda crisis en la prensa nacional y se producen tantos excesos, de la peor especie en la que de todo puede pasar. Precisamente cuando no hay nombres para reemplazarlo al primer periodista del Perú.
Como en estas elecciones, en que los colegas informando marcaron una disyuntiva de abuso. De dar a conocer lo que se les ocurrió. De tergiversar la opinión con lo que efectivamente pasa en el país. De hacer un pandemónium total. Cuando, directamente, otra es su obligación profesional.
Tanto de los que apoyan a un lado y a otro. Olvidan, por completo que el comunicador de la prensa debe darse por entero a la información para beneficio de todos, como parte de esta profesión tan incomprendida y sacrificada.
Eso cabalmente no se ha dado. Porque hemos visto excesos tremendos con determinada posición que toman partido a la mala. Alli están incluidos los más conocidos, hasta los inocuos. ¿Dónde estamos?
Hemos notado que en la prensa se cometen tales excesos- y no precisamente en lo que se llama la execrable chicha que creó Montesinos y los corruptos- que se trabaja con una falta de respeto total hacia el propio público. Es decir a los que nos debemos. Como prioridad evidente. Es más, por obligación entera.
EJEMPLO
Como la noche para que inexorablemente venga el amanecer y la luz. Como la sed al agua. Como el hijo a la madre. Como Cristo a la Cruz, para darse a la humanidad. Creencias de las más firmes. Que son incólumes. Eso no se da ahora. Todo esta revuelto y esperamos que se vuelva a la normalidad.
Confundir la información con la opinión no debe ni tiene que hacerse nunca porque eso, evidentemente, causa trostorno y se crea el caos. Eso es precisamente lo que ocurre, señores, con entera facilidad.
El que enarboló todo lo contrario y que debe servir como ejemplo, fue precisamente Alfonso Grados Bertorini cuando desempeñó con bríos el cargo de Director de Informaciones de La Prensa entre los años 1950 y 1960.
Pero además, Alfonso, fue un abogado de polendas y político innegable. Conciliador de primera clase. Lo demostró a lo largo de su fecunda vida. Como hombre clave que dirigió un diario como "La Prensa", medio que marcó la revolución del periodismo peruano.
Los diarios informaban, antes de la transformación de "La Prensa", mezclando pareceres con lo que sucedía con la opinión con larguísimo artículos, de titulares inocuos y en primera página aparecían avisos publicitarios en lugar de noticias.
Amiel, Barrantes, Barnechea y Grados Bertorini
Amiel, Barrantes, Barnechea y Grados Bertorini
EN EL BID
Aun más, esto parecía la sabana de la lectura que pocos leían. Nada bueno para el pais. La lectura de los periódicos era tediosa. Por aquella época, la televisión no existía en el Perú y en la radio brillaban, por su ausencia, los programas periodísticos.
Un equipo de polendas en el que intervino Alfonso, todos dirigidos por Pedro Beltrán, acabó con ello y ahora tenemos lo que todos los días leen normalmente los peruanos, a pesar de los excesos de la actualidad.
Hay que precisar un hecho de que Grados tenia ideas de carácter político distintos al dueño del periódico, desde aquella época. Pero, eso si, había un sentido de objetividad real para desempeñarse como nexo frente a la opinión pública. Eso lo consiguió a plenitud. Hacemos la diferencia porque el propietario era el representa del conservadorismo a ultranza.
Cuando se retira del diario de Baquijano, Grados Bertorini fue contratado por el Banco Interamericano de Desarrollo, donde se fue a trabajar a Estados Unidos. Permaneció, varios años, fuera del país desempañándose en esa institución con el éxito de siempre.
Comenzó como brillante comunicador en ese organismo y se transformó en un técnico de primera en el campo del financiamiento internacional para los países del mundo que necesitan del apoyo internacional. Todo un profesional completo.
Carlos Amat y Leon, Hildebrandt, Grados y Barrantes
Carlos Amat y Leon, Hildebrandt, Grados y Barrantes
TORIBIO GOL
Es que lo era y con creces, demostrándolo con su impecable desempeño internacional en esa instituciòn donde hizo una carrera brillante que la hizo, paso a paso, con una brillantez inigualable. Por eso mismo fue representante del BID en la Argentina, país al que conocía a profundidad
Cuando se fue al extranjero, quedó sellado su paso en el periodismo como brillante reportero, editor y director en diferentes medios de comunicación desde que salió de las aulas universitarias de San Marcos donde estudio Letras y Derecho.
La dirección de informaciones. El seudónimo de Toribio Gol cuando escribía sobre futbol y otras actividades deportivas y el de Toribio Sol en sus aficiones taurinas, eran toda una leyenda para deleite de los lectores. Realmente excepcional.
Había estudiado antes en el famoso Colegio Nacional de Guadalupe, tras venir de su localidad natal a la que quiso mucho y nunca la olvidó. Menos, cuando hace poco tiempo, sufrió los estragos del terremoto Pisco, la añorada capital provinciana iqueña, el albergue de su añorada niñez estaba en primer lugar
Tan presente que cuando fue objeto del desamparo gubernamental por la tragedia ocurrida, no tuvo ningún empacho de escribir en un diario de circulación nacional como en sus épocas de periodista en actividad, para denunciar con fuerza que nada se hacia para transformarla. Allí estuvo presente la pluma de tan periodista insigne.
Muchos años fuera del país cumpliendo labores profesionales, no sólo como periodista, sino como abogado graduado en San Marcos y como miembro de una pléyade de brillantes profesionales que se desempeñaron en distintos campos, cuando a Grados Bertorini le entró el bichito de la política activa.
Toribio Gol fue su seudónimo como cronista deportivo
Toribio Gol fue su seudónimo como cronista deportivo
MINISTRO
La que tenía desde sus años mozos guardado y que expresaba sin ningun problema. Siempre fue un social demócrata que le preocupaba el país y que quería dar su contribución para transformarlo.
Pues bien, la primera oportunidad se le presentó cuando, en 1968, Fernando Belaunde Terry lo llama para ser Ministro de Estado. Le ofrecieron la cartera de Trabajo y el la aceptó, viniendo a formar parte de un gobierno democrático por convicción. El Presidente de aquel entonces desde muchos atrás era de sus enteras simpatías. Lo que quiere decir que no había acomodo de ninguna especie. Si, consecuencia.
LO QUE ENCONTRO
Juró como Ministro en el referido despacho como parte del Gabinete que encabezó Miguel Mujica Gallo. Fue el último grupo ministerial belaundista de efímera duración porque al día siguiente ocurrió el golpe de estado encabezado por Velasco Alvarado. Grados y muchos otros se convirtieron en ministros por un solo día. Gajes y fenómenos de una democracia golpeada por el militarismo equivocado.
Pasaron los años y Belaúnde volvió al gobierno, en 1980, elegido por el pueblo. Lo volvió a llamar a Grados Bertorini para desempeñar la misma cartera. Lo hizo con brillantez entera. No obstante, todo lo negativo que se presentaba en el campo laboral del país. Había terminado un gobierno dictatorial y autoritario con Velasco y Morales Bermúdez de muchos años.
Grados habló con franqueza total al país y señaló que existían l5 huelgas importantes que paralizaban a 6 mil servidores del Banco de la Nación y otros 9 mil mineros. Poco antes, durante la dictadura, se despidió a 239 secretarios generales y casi dos mil dirigentes de otros rangos. Exactamente y sin exageración, el caos laboral en el país.
La dirigencia, en plena dictadura militar de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) exigía participación laboral mayoritaria en el directorio del Banco Central de Reserva. Se reclamaba, además, aumento de salarios, la congelación de los precios de los artículos de primera necesidad y otras demandas que generaron paros violentos. Eso es lo que recibió la cartera de Trabajo al mando de Grados
En su desempeñó estabilizó considerablemente la situación laboral del país a través de una Comisión Tripartita que representaba a trabajadores, empresarios y gobernantes. Eso, precisamente, se logró con la famosa concertación que pregonó y nunca se cansó en repetir.
En la sala de su casa con vistosa camisa
En la sala de su casa con vistosa camisa
ALFONSIN
En términos políticos, su adhesión a Belaunde y Acción Popular sin ser militante llegó a consecuencias admirables en estos tiempos de política tan poco consecuente y llena de tránsfugas. Aceptó ser candidato a la Alcaldía de Lima cuando no había posibilidades de ganar. Lo hizo bien y perdió, demostrando con clase que los políticos están para servir a la democracia
Posteriormente y en el gobierno aprista, una noche en su hogar Grados leía profusamente cuando suena el teléfono. Le avisa su esposa Nella Carraro la abnegada mujer que toda la vida lo acompañó con amor, y le dice: “llamada de Argentina, contesta Alfonso". Era Raúl Alfonsín, Presidente de ese país y amigo personal.
-Vienes a Buenos Aires, como embajador : Bienvenido…
Replica Alfonso:
-Como amigo, no entiendo, yo estoy tranquilo en Lima trabajando…
La respuesta del mandatario no se dejo esperar
-Te esperamos con los brazos abiertos.
Raúl Alfonsín
Raúl Alfonsín
EMBAJADOR
¿Qué había pasado?
Llana y sencillamente que el Presidente del Perú tuvo una conversación con su similar del país amigo, consultándole que le parecía tal nombramiento y cual era su parecer. Grados no sabía nada.
Quedaba como realidad otro logro de concertador y de político nato con prestigio para poder servir fuera de etiquetas partidarios cuando Alan García lo llama y le propone el cargo. Cabe remarcar que él no se ofreció como suele hacerse comúnmente.
Era la confirmación plena de su conocimiento total de la Argentina y de sus gentes. Allí había hecho amigos en todos los niveles cuando fue ejecutivo del BID. Ahora lo iba a hacer por el Perú. Los logros diplomáticos fueron impecables como resultados evidentes de la gestión
En 1995, Grados resultó elegido democráticamente congresista por UPP, el grupo político original de Javier Pérez de Cuellar. Su actuación en el Parlamento fue evidentemente democrática y de rechazo total a la dictadura de Fujimori con la que jamás concilió.
Alfonso se fue para siempre y duele porque se llevó toda su habilidad. Toda su capacidad periodística. Su labor enteramente honesta como político. Pero queda la concertación total, esa que tanto pregonó para poder decir: aquí estas siempre con todo lo bueno que dejaste, amigo. Es más, hombre integro. Eres todo un ejemplo. Tu, maestro, aquí estás.
BRILLANTES PLUMAS
Para variar, en estas circunstancias, de crisis total en la información, muere aquel hombre que precisamente fue una figura. El que encabezó, con la información una verdadera revolución en el diario "La Prensa" que significó una verdadera transformación en el periodismo nacional: dar noticias que estaban enteramente a su cargo y por otro lado la opinión con plumas brillantes y determinadas como las de Arturo Salazar Larraín, Juan Zegarra Ruso, Luis Rey de Castro, Sebastián Salazar Bondi, Enrique Chirinos Soto y tantos otros de inigualable valor.
La muerte de Grados como maestro e impulsor de un periodismo nuevo que hasta ahora no ha sido superado significa, de todas maneras, una reflexión para el mañana en el sentido de decir a los colegas rectificamos para informar como se debe e inclusive opinar de la misma forma.
Al fondo y en el centro,como Ministro, presidiendo una reunión
Al fondo y en el centro,como Ministro, presidiendo una reunión
No hay ninguna duda que, en estas circunstancias de crisis para el periodismo nacional, se debe recordar que el que se acaba de ir al más allá para vivir siempre fue el golfanero de, precisamente, no confundir la noticia con la opinión.
Eso es, lo que hacia este señor de señores del periodismo nacional entre 1950 y 1960 y que después de tantos años el reto está vigente. El camino hay que construirlo. Nosotros, si efectivamente somos periodistas, tenemos la obligación de hacerlo, mejorando la actual situación de tergiversación.
Don Alfonso Grados Bertorino con su voz ronca y su capacidad ha pasado definitivamente a la historia. Como periodista, abogado y político. el homenaje que se le hace en esta semblanza es completamente justo. Se lo merece porque realmente valió. Adrian Alcocer
ResponderEliminarGrados Bertorini en el parlamento brilló sobre todo por su defensa de la democracia y su rechazo al gobierno dictatorial y autoritario de Fujimori. Fue firme en la defensa de los derechos de los peruanos. No se si el Congreso de la República le rindió homenaje. Se lo merecía de todas maneras. Gerardo Aranibar
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