A Jaime Pardo Escandón, uno de los nietos del Presidente y mi compañero
de carpeta en el colegio, como añoranza a tiempos inolvidables de adolescencia y juventud.
La historia del Perú registró
impecable a otro Pardo en el poder en dos periodos: de 1904 a 1908 y de 1915 a
1919. Como, evidentemente, un ejemplo definitivo para las generaciones de
peruanos, sobre todo por su decidida actuación
en el manejo público que lo coinvirtió en adalid de gobiernos eficientes. Caballero,
por sus cuatro costados. Político triunfador por los mismos. Lleno de virtudes
y honestidad. Como pocos, merecedor innegable del aplauso ciudadano. Una estirpe
genuina de estadista y para muchos, si se analiza exclusivamente el progreso
educativo de vital y trascendental importancia para cualquier pueblo, el mejor
Presidente Constitucional de la República que hemos tenido. Vale, vale
enteramente.
A los 40 años, joven y entusiasta, Jose Pardo y Barreda, ocupó la primera magistratura por primera vez.
Pertenecía a una familia precara unida íntimamente a nuestro glorioso pasado.
Hijo de Manuel Pardo y Lavalle, el primer
mandatario civil del país que tras gobernar y desempeñarse como senador acabó
su vida injustamente asesinado. Nieto de otro político y literato de polendas
de ancestros coloniales, Felipe Pardo y Aliaga.
José Pardo y Barreda
José Pardo y Barreda
ABOGADO
Y DIPLOMATICO
Contrajo matrimonio con su
prima hermana, Carmen Heeren Barreda. Fue padre de una generación de
empresarios que contribuyeron al desarrollo nacional. Uno de sus hijos, Juan
Pardo Heeren, también sirvió al Estado como
Ministro de Hacienda (hoy Economía)
del segundo gobierno de Manuel
Prado Ugarteche, que se desarrolló conservadoramente entre 1956 y 1962.
José Pardo logró, con la
participación de su familia compuesta por sus hermanos y tíos, rehacer la
fortuna maltrecha en los días que fue asesinado su padre, en forma enteramente
admirable con el trabajo decidido,
permanente e intenso dentro de cánones absolutos de honradez y transparencia. Propios
de un grupo familiar que se caracteriza
por la decencia
Había nacido en Lima el 24
de Febrero de 1864 y siguió sus estudios en el Instituto de Lima y la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Bachiller y Licenciado en Letras. Doctor en Ciencias Políticas y
Administrativas. Abogado. Políticamente, un miembro activo del Partido Civil y
uno de sus principales lideres.
NEGOCIOS
Actuó como Secretario de la Legación del Perú
en Madrid y como Encargado de Negocios en la capital de España. Le correspondió
redactar el primer Alegato del Perú en tres volúmenes, un importante estudio
jurídico que fue desde entonces
fundamental documento sustentatorio de la posición peruana en el
espinoso asunto de límites con el Ecuador, el mismo que tardaría más de un
siglo en resolverse.
Laboró
con tesón en la hacienda Tumán, ubicada en el departamento de Lambayeque, con
el cultivo persistente de la caña de azúcar entre otros productos y en la
Compañía Nacional de Tejidos La Victoria. De retorno al Perú, en 1890, abandonó
la carrera diplomática.
En Lima incursionó en el negocio de la
construcción al promover la urbanización del distrito de La Victoria y fundó en
Vitarte una fábrica de tejidos, establecimiento industrial que dio trabajo a
gran número de obreros. Los mismos que en el siglo siguiente protagonizaron
innumerables luchas sociales.
Ejerció con brillos el
magisterio de la enseñanza como Catedrático de Derecho Diplomático e Historia
en San Marcos. En 1903, en tiempos de
Candamo, fue Premier y Canciller de la
República. Antes, miembro y dirigente activo de la Sociedad Geográfica de Lima.
VIRTUDES
No obstante su decencia, fue
llamado injustamente por sus enemigos “Presidente dinástico”, “delfín”, “hijo
de una sociedad con espíritu monárquico”. También se le dijo que era soberbio,
avasallador, absoluto por temperamento, antidemocrático, imperativo y despótico
Lo mismo que intransigente, vengativo
y altanero por sus antecedentes y por sus consecuentes. La venganza y mala fama
provenía sobre todo de los demócratas de Piérola y del radicalismo. No le
perdonaban nada sus adversarios.
Sin embargo, la verdad
comprobada históricamente, incluso por Jorge Basadre en su “Historia de la
República del Perú”, es que Pardo no era así. Si bien había una leyenda negra
completa en contra de él, la realidad contundente es que era un señor por sus
cuatro costados, dotado de diferentes
virtudes propias de los grandes hombres. Como la discreción y la
actividad permanente para el trabajo con un ánimo impresionante.
PROGRESISTA
Contaba también, por cierto,
con el atractivo fascinante de sugestión y de dominio que surgía de sus mismas
maneras espontáneas distinguidas. Buen mozo, con el cabello negro, bigotes poblados y apariencia o aire sano, con una elegancia
alejada del mal gusto o la estridencia.
Logró sacar el mejor partido de las favorables condiciones
conquistadas primero por su grupo político, el Partido Civil. Luego por sus amigos y por el mismo cuando reunió el
entusiasmo y el apoyo de los más altos sectores de la clase terrateniente y de
los grupos profesionales que comenzaban a transformarse en la burguesía
mercantil.
Para Basadre, el ex
Presidente y líder demócrata Nicolás de Piérola, al lado suyo aunque lleno de
historia y altivez cívica, parecía viejo y pobre. Pese a la saña de sus
enemigos, en Pardo había cualidades de caballerosa corrección, acendrada
honestidad y dinamismo que puso a prueba al gobernar. Sin concesiones a sus adversarios,
aunque con respeto a la libertad de prensa.
Incluso cuando se registraron excesos en este campo de la opinión, por parte de
los medios de comunicación
Para ser más precisos, se reveló como un presidente progresista
dentro de su conservadurismo al extremo de acelerar el ritmo de resurgimiento
del país en comparación de sus predecesores inmediatos: los mandatarios
Candamo, López de Romaña y el propio Piérola
Enemigo de la violencia,
ajeno a los desbordes del caudillaje y a las indignidades de la adulación. Muy
democrático en ese sentido. Gobernante caballeroso que si tuvo aspectos
discutibles o fallas muy humanas, en ningún momento de ellos existieron vicios
o pecados mortales que diesen motivo para una tacha o recusación insalvables.
Esta es, otra vez, la opinión certera de Basadre.
Presidente en dos periodos.
Presidente en dos periodos.
PRIMER
GABINETE
Pardo luego de ser elegido
se hizo cargo del gobierno el 24 de setiembre del 2004, con un gabinete ministerial
presidido por Augusto B. Leguía, en el despacho de Hacienda. Javier Prado en
Relaciones Exteriores, Eulogio Romero, Gobierno, Jorge Polar, Justicia, José
Balta, Fomento, y Pedro E. Muñiz, Guerra.
Un gabinete notable con un
futuro Presidente: Leguía. Dos próximos candidatos presidenciales, Prado y
Muñiz que compitieron en 1915 y dos hijos de presidentes, precisamente el que
gobernó antes del padre de Pardo y el sucesor de éste: Balta y Prado,
respectivamente.
COMO
ERA LIMA
En la época del primer
gobierno de Pardo, Lima tenia 140 mil 884 habitantes, según el censo de aquella
época. Una novedad era el servicio de
transporte eléctrico entre el centro capitalino y el Callao. La avenida de La
Colmena, entonces calificada de monumental, estaba abierta y no llegaba ni
a las 6 cuadras. Abarcaba apenas una
tercera parte de la longitud proyectada.
La nueva pavimentación
efectuada en cincuenta calles con asfalto comprimido en forma de adoquines era
considerada como claro índice de progreso. En las plazas de Armas y Bolívar, la del Congreso, se hicieron una
serie de arreglos para eliminar las toscas y masivas rejas en los contornos de
las zonas dedicadas a las flores. Otra
nueva obra era el ensanche del Puente de Piedra.
Las perspectivas abiertas a
la capital por el Paseo Colón y lo que
se conocía como la avenida hacia la Magdalena (hoy Avda. Brasil) era novedosa y
considerada de una belleza impresionante. La Plaza Bolognesi enorgullecía a los
limeños. El monumento a Bolognesi se había
inaugurado, años atrás. La avenida Alfonso Ugarte en vías de urbanizarse.
Allí estaba la cárcel y el Colegio Guadalupe
con local inconcluso. La avenida Grau ya pavimentada. Con el Hospital Italiano,
la Facultad de Medicina y la Escuela de Artes y
Oficios. El barrio de la Victoria muy popular. Surgía Cocharcas, como
centro de viviendas para los
trabajadores y artesanos.
LEGUIA
Pardo
representó una nueva generación de civilistas con anhelos renovadores para el
desarrollo del Perú. Sin embargo, para muchos estudiosos, su segundo gobierno
se caracterizó por la violencia política y social, síntoma del agotamiento del
civilismo como opción política. Terminó siendo derrocado por Augusto B. Leguía.
El amigo del pasado se convirtió en el implacable enemigo. Así los registra la Historia.
Bajo
el mandato de Manuel Candamo, el segundo gobierno civilista después de Manuel
Pardo, don José fue nombrado Canciller, cargo que desempeñó del 8 de septiembre
de 1903 al 14 de mayo de 1904
Mientras
que Leguía, otro joven civilista, ejercía el Ministerio de Hacienda. Pero
Candamo no terminó su mandato presidencial de cuatro años pues falleció a los
ocho meses de asumir el mando, el 7 de mayo de 1904.
EN FRANCIA
Tras
ser derrocado por Leguía, lo desterraron a Nueva York. Residió en Europa, en
Biarritz, Francia, hasta que en 1944 retornó al Perú alentado por una opinión
pública favorable. Tres años después murió en Lima. Se fue, definitivamente,
una figura preclara del país.
Después de la muerte de Candamo, el segundo
vicepresidente Serapio Calderón asumió la Presidencia, en vista de que el
primer vicepresidente, Lino Alarco también falleció. Al primero le correspondió
convocar a nuevas elecciones presidenciales. En ellas se presentaron dos
alternativas.
Una representando al Partido Civil, aliado con
el Constitucional, cuyo candidato era
José Pardo y Barreda, perteneciente al sector juvenil y reformista del
civilismo, que desbancó de la candidatura al viejo presidente de la primera
agrupación política, Isaac Alzamora.
Por su parte y como segunda alternativa, El Partido Demócrata,
en alianza con los Liberales de Augusto Durand, lanzó la candidatura del viejo
caudillo y conspirador, Nicolás de Piérola.
IMPULSO A LA EDUCACION
Piérola, luego de dar una serie de vibrantes
discursos, se retiró poco antes de producirse las elecciones, aduciendo falta
de garantías Lo que originó que José Pardo saliera elegido presidente
Su
primer gobierno se caracterizó por dar un gran impulso a la educación. La
instrucción primaria en el Perú, estaba en manos de los municipios. Esta
situación fue cambiada radicalmente.
La
educación primaria paso a depender del gobierno central. Lo que es más
importante es que se dispuso también que
fuera obligatoria y gratuita y que en haciendas, aldeas y minas hubiese
siquiera una escuela elemental mixta al igual que en todo centro poblado, con
más de doscientos habitantes.
También se construyeron numerosos locales escolares
modelos en Lima y el resto del país, equipados con material de enseñanza
adquirido en Europa. Al asumir Pardo el gobierno habían menos de 1.500 escuelas
con alrededor de 100 mil alumnos. Luego de, dejar el poder, existía cerca de 2
mil 700 centros de enseñanza a los que acudían 170 mil estudiantes.
El estímulo a la carrera magisterial fue una
contundente realidad, fundándose la Escuela Normal de Varones para la formación
de maestros de primaria, que después se denominó Instituto Pedagógico Nacional,
base de la posterior Escuela Normal Superior. Hoy Universidad de La Cantuta.
El gobierno
civilista reorganizó la Escuela Normal de Mujeres e inauguró la Escuela de Arte y Oficios de Lima,
cuya dirección asumió Pedro Paulet. Este centro de enseñanza se denominó
después Politécnico Nacional José
Pardo.
APOYO A LA MUJER
Estableció escuelas nocturnas para obreros en las más
importantes capitales de departamentos. Así como escuelas comerciales e
industriales, estas últimas de preferencia en la región amazónica.
Fue fundado el Instituto Histórico del Perú, llamado
después Academia Nacional de Historia, destinado a fomentar las investigaciones
de este tipo. Lo mismo ocurrió con la Escuela de Bellas Artes.
Dentro del campo de la cultura, la oportunidad para
los estudiantes se abrió en la Academia
Nacional de Música. Lo mismo que el Museo Nacional de Historia, con sus
secciones incaica, colonial y republicana, bajo la dirección del eminente
intelectual alemán Max Uhle.
En las universidades como San Marcos de Lima y San
Antonio de Abad del Cuzco se dio paso al estudio de la Antropología. De la
misma manera, en actitud digna y de avanzada, se permitió el ingreso en sus
aulas a estudiantes mujeres
Pardo se preocupó por la defensa nacional, continuando
la obra iniciada por Piérola. Algo que era de urgente necesidad frente a la gravedad
de los conflictos limítrofes con las naciones vecinas.
CRUCEROS
El contrato con la Misión Militar Francesa se
prolongó, capacitando y reformando el Ejército. Se fundó la Escuela Superior de
Guerra, donde se formaron oficiales de
Estado Mayor.
Asimismo se estableció, en el Ejército, los servicios de
topografía, de ingenieros y de remonta. Esto último es la compra, cría y
cuidado de los caballos.
No solo eso, sino que se crearon los cuerpos
especializados y diferenciados de Artillería de Costa y Artillería de Campaña. El
territorio del país se dividió en cuatro zonas militares: Norte, Centro, Sur y
Oriente, adquiriéndose materiales bélicos y ejecutándose un plan de fortificación de Lima y Callao.
La Marina de Guerra fue repotenciada. En 1905, se compró
el barco de transporte Iquitos.
Teniendo como base una erogación popular, de un millón de soles y un empréstito
No se vaciló en mandar construir, en los arsenales ingleses, los cruceros
ligeros Almirante Grau y Coronel Bolognesi.
Cada uno de los cuales desplazaba más
de 3.200 toneladas. La llegada al Callao de estos buques produjo un estallido
de júbilo patriótico en todo el país. Dichos navíos fueron los mejores
exponentes del poderío bélico de la Marina.
LIMITES Y CONFLICTOS
Hasta que en los años cincuenta del siglo pasado
fueron sustituidos por otros que conservaron sus nombres. Se reforzó también la
flotilla amazónica con cuatro lanchas patrulleras.
En
1904 y ante la creciente agitación obrera, el gobierno encargó al ilustre
jurista José Matías Manzanilla la elaboración de un proyecto de Legislación del
Trabajo a la que generalmente se ha denominado “Legislación Social”.
En
su mensaje al Congreso en 1905, Pardo hizo conocer estos proyectos. Pero, luego
de unos debates, su aprobación fue aplazada y sólo en 1911 se aprobó uno de
ellos, referente a las indemnizaciones por accidentes de trabajo.
En
lo que respecta a la política exterior, los puntos más críticos fueron las
cuestiones limítrofes con los países vecinos. El conflicto con Brasil, derivado del control de las cabeceras
de los ríos amazónicos, terminó en un choque armado en la zona del río Amuenya
el 4 de diciembre de 1904. Lo que obligó a prorrogar la solución provisional
que estableció un gobierno mixto en los
ríos en disputa.[]
En
cambio, los conflictos de límites territoriales con Colombia, Ecuador y Bolivia
no pudieron solucionarse de momento. El pleito con Ecuador se hallaba entonces
en espera del arbitraje del rey de España.
LA CHILENIZACION
Sin
embargo, en forma inaudita y abusiva, continuó la penetración ecuatoriana en
territorio peruano por la zona del río Napo. Lo que produjo un incidente armado
en el puesto de Torres Causana, el 28 de julio de 1904. Con Colombia ocurrieron una serie de incidentes armados en 1908, en la zona del
río Putumayo.
Con
Chile, la situación fue igualmente tensa. Este país retenía ilegalmente las
provincias peruanas de Tacna y Arica, pues según el Tratado de Ancón, que puso
fin a la Guerra del Pacífico en 1883, debió convocarse un plebiscito para que sus habitantes
decidieran retornar al seno del Perú o permanecer en Chile.
Sin
embargo, el gobierno chileno, no sólo prorrogó indefinidamente la realización
de tal plebiscito sino que acentuó su desalmada política de chilenización contra
los peruanos de Tacna y Arica, así como con los que residían en Tarapacá.
Lo
que provocó la protesta del gobierno peruano. Fue en estas circunstancias que
sucedió el llamado “Incidente de la Corona”, ya bajo el siguiente gobierno de
Leguía, que motivó la ruptura de las relaciones diplomáticas entre ambos
países.
ESCULTURAS
En tiempos de Pardo, se trató de llevar adelante la
construcción de los ferrocarriles, dándose preferencia a la prolongación de la
línea de Sicuani a Cusco y de La Oroya a Huancayo
Pero el
proyecto de construir un ferrocarril hacia la región amazónica del Ucayali, no
fue aprobado por el Congreso. En cambio se construyeron otras vías de tramo
corto, de modo que hacia 1908, el total de vías férreas del país ascendía a
2.153 kilómetros.
El 5 de Noviembre de 1905, se inauguró el monumento en homenaje
a Francisco Bolognesi en la plaza del mismo nombre, ceremonia a la que asistió
el coronel argentino, Roque Sáenz Peña, que admirablemente luchó por el Perú en
la defensa de Arica y que, posteriormente, llegó a ser presidente de su país.
La escultura, obra del artista catalán Agustín Querol,
fue reemplazada por otra en los años 50, durante el gobierno de Odria. A la
primera la llamaron el Bolognesi doliente por estar el héroe agachado y en
expresión, para muchos, de derrota.
Mientras en la
otra que hasta ahora persiste, el militar permanece erguido flameando la
bandera en alto. La anterior esta ubicada, actualmente, en el Museo del Real
Felipe ubicado en el Callao.
ENTREGA EL PODER
Como homenaje a los héroes caídos en la guerra con
Chile, el Gobierno construyó la Cripta de los Héroes en el Cementerio General
de Lima y
creó la Compañía Peruana de Vapores. Una realidad fue el dique flotante en el
puerto del Callao y el impulso de la Marina Mercante. La Junta de Vías
Fluviales apareció realizando exploraciones en la selva.
El sistema de aduanas mejoró con creces, produciendo
mayores ingresos al país provenientes de la exportación del guano y el algodón.
Fue creado el departamento de San Martin que hasta entonces formaba parte de Loreto.
El régimen pardista auspició la exploración de los
ríos amazónicos, destacándose los viajes del coronel Pedro Portillo y los de Manuel Mesones Muro. Este último talentoso
explorador halló el paso más corto entre
la selva y la costa, por Lambayeque y Cajamarca. (Ver otra nota)
Cumplido su mandato y tras la elección de Augusto B.
Leguía como su sucesor, Pardo entregó al primero el poder, el 24 de setiembre de 1908 y emprendió un viaje a
Europa que dio lugar a su alejamiento
del país por seis años.
CRIMENES
De vuelta al Perú, Pardo fue elegido Rector
de la Universidad de San Marcos, cargo que asumió el 30 de noviembre de 1914. Pero
que ejerció sólo durante un año, pues en 1915 fue designado como candidato a la
Presidencia de la República por una convención de los partidos Civilista, Liberal
y Constitucional.
La convocatoria fue hecha por el general
Oscar R. Benavides, entonces gobernante de facto.[] Frente a la muy popular
candidatura de Pardo se alzó la de Carlos de Piérola, hijo de don Nicolás, por
el Partido Demócrata. Realizadas las elecciones, Pardo obtuvo 131.289 votos
frente a los 13.151 de su opositor.
El
18 de agosto de 1915, José Pardo asumió por segunda vez la presidencia de la
República. La normalidad constitucional regresaba al país luego de un breve
paréntesis de un gobierno militar duro.
Pardo
se mostró respetuoso de las leyes y libertades públicas. Decretó una amnistía
política y trató de hacer un gobierno de concordia y unión nacional. Pero no
pudo contrarrestar la exacerbada oposición que le hicieron desde el Congreso y
la prensa.
La
más violenta oposición vino desde el diario "El Tiempo", fundado en 1916.
Allí colaboraron jóvenes y combativos periodistas como José Carlos Mariátegui y
César Falcón, quienes se solidarizaron con los reclamos populares.
Dos
crímenes consternaron a la población y exacerbaron más los ánimos contra el Gobierno.
Fue asesinado, por su misma tropa, el Comandante Juan Gerardo Ferreccio, en
Huaraz, adonde había sido enviado a reprimir una rebelión.
GRAU
Lo mismo pasó con Rafael Grau, hijo
del héroe de Angamos en Palcaro cerca de Abancay, en medio de una reyerta entre
bandos políticos locales. Grau era
opositor del gobierno, por lo que se acusó directamente a Pardo de ser
instigador del crimen, acusación que nunca fue probada.
En
el plano económico reinaba la carestía de artículos de primera necesidad y era constante
la subida de los precios. Estallaron numerosas huelgas y paros, el más notable
de los cuales sería el de enero de 1919, por la jornada de las 8 horas de
trabajo.
A
Pardo le tocó afrontar las consecuencias de la Primera Guerra Mundial. En el
marco de esta conflagración, un momento particularmente difícil fue el
hundimiento en aguas españolas de la embarcación peruana «Lorthon» por
submarinos alemanes.
Reclamamos
al gobierno de Berlín y, al no obtener explicaciones satisfactorias, rompimos
relaciones con el Imperio Alemán. El Perú se alió a Estados Unidos,
aunque evitó declarar la guerra a Alemania.
LAS OCHO HORAS
Hubo
una fugaz sensación de bienestar económico por la coyuntura mundial: se
incrementaron las exportaciones de azúcar, algodón, lana, petróleo y cobre. Por
ello, los cultivos agroindustriales de la costa se intensificaron.
Lo
que benefició a un reducido grupo de hacendados. Pero, de otro lado, el cultivo
de productos alimenticios disminuyó considerablemente. Ello dio lugar a la
escasez y el aumento de precios en desmedro de los sectores populares. Lo que naturalmente originó una gran agitación
social, representada en huelgas y paros laborales.
La
guerra mundial agravó pues, la condición económica de los trabajadores y
preparó el campo para el desenvolvimiento de la acción sindical. Las sucesivas
huelgas que se produjeron, durante el gobierno de Pardo, tuvieron como
exigencia el abaratamiento de las subsistencias y la implantación de la jornada
de las 8 horas de trabajo, entre otras reivindicaciones laborales.
Un
paro general se produjo en Lima y Callao los días 13, 14 y 15 de enero de 1919,
en pro de dicha jornada. El ministro de Fomento, Manuel Vinelli, abogó ante el
presidente Pardo por la dación del decreto que implantase esta conquista.
Este
era el único requisito que exigían los obreros para levantar la huelga. El
decreto se dio el 15 de enero de 1919, otorgándose tal beneficio a los
trabajadores de los talleres y dependencias del Estado.
OTRO PARO
En
los de carácter particular, los patrones y dependientes deberían ponerse de
acuerdo sobre el horario de trabajo. Pero en caso de no llegarse a un acuerdo
regiría la jornada de 8 horas. Este decreto fue considerado como un gran
triunfo por los trabajadores.[]
Como
actores principales del paro general, de enero de 1919, estuvieron los
sindicalistas Nicolás Gutarra, Julio Portocarrero y Julio Tataje entre muchos
otros decididos luchadores que se dieron por entero a la causa popular.
Cabe precisar que la Federación de Estudiantes
del Perú (FEP) apoyó también a los obreros y uno de sus delegados fue el joven
universitario trujillano, que a partir de entonces, tuvo gran figuración en la
vida política del país: Víctor Raúl Haya de la Torre, fundador de la Alianza
Popular Revolucionaria Americana (APRA) de vigencia hasta la actualidad.
El
27 de mayo de 1919, se inició otro gran paro de obreros y empleados, esta vez
en pro del abaratamiento de las subsistencias. Duró hasta el 2 de junio en Lima
y hasta el 5 en el Callao. Fue reprimido duramente por las fuerzas del orden.
Hubo varios muertos y heridos, y muchos fueron conducidos al Frontón, acusados
de participar en los saqueos e incendios.
LA BREA Y PARIÑAS
Las
relaciones diplomáticas con Chile continuaban interrumpidas a raíz del
conflicto generado por el destino definitivo de las provincias peruanas de
Tacna y Arica, que se hallaban en poder de Chile desde la guerra de 1879 a1883.
Esta
situación se agravó con el ataque de la residencia del cónsul peruano en
Iquique, a manos de turbas de chilenos. La cancillería peruana protestó
enérgicamente y retiró a todos sus cónsules de territorio chileno. El
rompimiento de relaciones con Chile llegó pues a ser total a partir del 25 de
noviembre de 1918, con grave daño para los intereses económicos de ambas
naciones.
La
espinosa Cuestión del Pacífico solo sería liquidada en las postrimerías del
Oncenio de Leguía (1927), bajo la fórmula que impuso Chile: retener Arica y
limitarse a devolver Tacna.
El
gobierno de Pardo también mostró atención por resolver el espinoso problema de
La Brea y Pariñas. En 1916 la London Pacific Petroleum Company vendió los
derechos de arrendamiento de dicho yacimiento petrolífero a la International
Petroleum Company (IPC), dependiente de la Standard Oil de New Jersey (Estados
Unidos).
La Cámara de Diputados aprobó una ley que
autorizaba al Estado a someter el asunto al fuero arbitral del Tribunal
Internacional de La Haya, el 26 de diciembre de 1918. La controversia, sin
embargo, prosiguió años de años hasta que el 9 de octubre de 1968, declarado
Día de la Dignidad Nacional, el gobierno militar y dictatorial de Velasco
expropió esos yacimientos.
LIBERTAD DE CULTOS
Además del famoso decreto del establecimiento de la
jornada de las 8 horas de trabajo, Pardo dio otras leyes de carácter social,
derivadas de los proyectos de Manzanilla que había presentado en su primer
gobierno. Una reglamentaba el trabajo de las mujeres y los menores de edad. La
otra estableció el descanso obligatorio dominical extensivo a las fiestas
cívicas y al primer día de las elecciones políticas.
Contribuyó a aliviar la crisis económica con la
reorganización de la Hacienda pública en 1916 y 1917, la supresión de los
billetes fiscales que aún circulaban, el pago de la deuda interna y la
revalorización de la libra peruana.
La libertad de cultos comenzó a regir con la enmienda
constitucional respectiva. En ese sentido, se siguió reconociendo a la religión
católica como la del Estado. Pero se borró la parte del artículo 4º de la
Constitución vigente, la de 1860, donde decía que “no se permite el ejercicio
público de alguna otra”. Es decir, a partir de entonces, se permitió el
ejercicio de otras religiones, fuera de la Católica.
GOLPE
En el campo cultural se encomendó a la Sociedad
Geográfica la formación de un atlas geográfico. La Escuela Nacional de Bellas
Artes comenzó a funcionar. También el Archivo Nacional. Quedó establecida la
colonia penal de la isla de El Frontón, ubicada al frente del Callao, con
capacidad para doscientos presos.
El país ingresó, aceleradamente, a la
modernización. Apareció masivamente el
automóvil y se construyeron las primeras carreteras. Entre agosto y septiembre
de 1915, un avión surcó el cielo de Arequipa y en seguida el de Lima. Crecieron la
capital y sus balnearios.
En cuanto a la defensa, se dio un paso muy importante
al fundarse la Escuela Militar de Aviación, inaugurada a fines de 1919. Los
pilotos peruanos fueron capacitados en la Escuela argentina de El Palomar y se
construyeron cuarteles en diversos lugares del país.
Próximo
a finalizar su mandato, Pardo muy democráticamente convocó a elecciones. Por el
gobiernista Partido Civil se presentó
como candidato presidencial, Antero Aspíllaga, rico hacendado del norte del país.
Como
representante de la oposición estuvo Augusto B. Leguía Salcedo, enemigo personal de Pardo y apoyado por un grupo político al que dio su
nombre. Los comicios dieron por ganador a Leguía.
Ante el peligro de que fueran anuladas las
elecciones y que éstas se trasladaran al Congreso, donde los civilistas tenían
mayoría, Leguía y sus partidarios dieron un golpe de estado, contando con el apoyo
de la guarnición militar de Lima. Era el 4 de julio de 1919.
Pardo
fue desterrado a Nueva York. Residió en Europa hasta que en 1944 retornó al
Perú. Tres años después murió en Lima. Evidentemente desaparecía una figura
prominente. Pero quedaba para siempre lo
que hizo por el Perú. Eso, efectivamente, es una contundente, trascendental
realidad. (Choclo)
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