La conquista de Creta se
consiguió gracias a la superioridad aérea alemana, superioridad que
representaba una seria amenaza para las fuerzas navales británicas que debían
abastecer a las tropas de la isla. A pesar del martilleo a que los “Stukas”
sometieron a la “Mediterranean Fleet,
ésta apoyó a las fuerzas de tierra en retirada, haciendo posible su evacuación.
Pero el precio que tuvo que pagar fue
muy alto.
Con la batalla de Creta la Royal
Navy alcanzó el punto culminante de un periodo de continua acción y de pérdidas
gravísimas. A fines de 1940, quedó claro que la Flota italiana, gravemente
maltrecha tras el ataque a Tarento en noviembre del mismo año, no quería
desafiar a Inglaterra en el Mediterráneo
y la actividad de los bombarderos de gran altura y de los aviones torpederos de
la Regia Aeronáutica se dirigía más bien a acciones de hostigamiento y no de
verdadera amenaza para la potencia naval británica. Sin embargo, la
intervención alemana en auxilio de sus aliados cambió radicalmente la
situación.
El primer contingente de la
Luftwaffe llegado a aquella zona fue el X Fliegerkorps, que estableció sus
bases en Sicilia, y en el que figuraban muchos Junker-87, los llamados Stukas,
cuyos hábiles y valientes pilotos estaban dispuestos a hacer sentir al enemigo
todo el peso de sus ataques.
Tres Stukas alemanes durante la Segunda Guerra Mundial
Tres Stukas alemanes durante la Segunda Guerra Mundial
AMENAZA
La Mediterranean Fleet lo experimentó
el 10 y el 11 de Enero de 1941, mientras escoltaba un convoy hacia Malta. Los pilotos alemanes alcanzaron
seis veces, con bombas de gran calibre, el portaaviones Illustriuos, que consiguió refugiarse, aunque
con dificultades, en el Grand Harbour de la isla. Durante la misma incursión se
hundió el crucero Southhampton y el Gloucester sufrió graves averías.
Después surgió la amenaza alemana
contra Grecia y el envío de un Cuerpo Expedicionario formado por tropas
británicas y de la Commonwealth. Los convoyes empezaron a salir de Egipto el 5
de Marzo y las salidas se sucedieron regularmente cada tres días en el
transcurso de tres semanas. La Marina de Italia, cediendo a las presiones
alemanas, salió para interceptarlos. Pero Cunningham no se dejó sorprender y el
28 de Marzo como conclusión y resultado de la batalla nocturna de Cabo Matapán,
la flota italiana volvió a sus bases con tres cruceros menos, un acorazado
averiado y sin haber conseguido infligir pérdidas al enemigo.
En Febrero, Rommel (con su
Afrikakorps) desembarcó en Trípoli y el
24 de Marzo lanzó su primera ofensiva contra las fuerzas británicas del desierto.
Ante los nuevos acontecimientos, Malta se convirtió en base de los destructores, los submarinos y
los aviones que atacaban a los convoyes del Eje en la ruta de Trípoli, lo que
mostró, a su vez, que se lanzaran potentes ataques aéreos contra la pequeña
isla.
ATAQUES
Esta intensa actividad requería apoyo logístico y el envío
de cazas de refuerzo, puesto que Cirenaica estaba en manos de los alemanes. La
marina británica se vio obligada a luchar duramente para abrir camino a los
convoyes y para transportar los cazas a bordo de los portaaviones. La Fuerza H,
desde Gibraltar, y la Mediterranean Flett, desde Alejandría cooperaron con la
empresa.
El 7 de Abril los alemanes
cruzaron la frontera búlgara para invadir Grecia. La ocuparon en una campaña
que sólo duró tres semanas obligando al Cuerpo Expedicionario británico a
abandonar el país. Como se sabe, la
evacuación tuvo lugar del 24 al 29 de Abril. Seis cruceros, 19 destructores y
numerosas embarcaciones de menor tonelaje embarcaron más de 50 mil hombres.
Cuatro transportadores y dos destructores fueron hundidos por ataques de la Luftwaffe.
En Octubre de 1940, tras la
invasión de Grecia por Italia, Gran Bretaña no había dudado en aceptar la
sugerencia de agredidos respecto a ocupar Creta, donde se podía establecer una
base avanzada de la Flota en la bahía de Suda y cierto número de aeródromos a
lo largo de la franja costera. Pero en Mayo
de 1941, con la bahía de Suda y las pistas de aterrizaje de Máleme, Rezimnon e
Iraklion expuestas a las incursiones de la Luftwaffe, procedente de Grecia, y
con la falta de una adecuada protección de aviones de caza, Creta había dejado
de ser una ayuda para convertirse en una carga. Los buques que entregaban
en la bahía de Suda estaban a merced de
los aviones enemigos, y como colofón a
todo ello, el 19 de Mayo los escasos cazas británicos, después de haber
combatido sin ninguna esperanza en una campaña irremediablemente perdida desde el principio, recibieron la orden de
retirarse de la isla. El portaaviones Formidable había sustituido al
Illustrious en la Mdediterranean Flett. Pero, durante las operaciones frente a Bengasi
y Malta, gran parte de sus aviones quedaron inutilizados por lo que en aguas de
Creta la lucha iba a tener lugar
directamente entre la Luftwaffe y los
cañones de la Royal Navy.
Restos de uno de estos aparatos.
Restos de uno de estos aparatos.
RETIROS
Cunningham intuyó que los
alemanes lanzarían el ataque principal desde el aire. Por esta razón la misión
de la Marina debía limitarse a impedir un posible desembarco de tropas de apoyo
a las aerotransportadas, de escoltar los refuerzos y abastecimientos destinados
a los defensores, efectuar tiros de apoyo a tierra y, si las cosas iban mal,
evacuar de la isla a todo el Cuerpo Expedicionario.
La madrugada del 20 de Mayo, tras
abastecerse de nafta, los acorazados
Warspite y Valiant, un crucero y diez destructores, al mando del Contralmirante
Rawlings, navegaban por el Mediterráneo, a 100 millas al oeste de la isla. Mientras tanto, el Contralmirante Glennie, con
los cruceros Dido y Orion, que habían llevado a cabo la exploración nocturna,
se estaba retirando por el estrecho de
Antikizira para unirse a Rawlings. A su
vez el Contralmirante King se retiraba hacia el Este con los cruceros Naiad y
Perth y cuatro destructores. El Comandante Rowley, procedente de Alejandría con
otros dos cruceros, el Gloucester y el
Fiji ,se dirigía hacia el Norte. Cunningham que tenía muchas otras responsabilidades,
había decidido permanecer en Alejandría.
OPERACIONES
A partir del 15 de mayo, la
Luftwaffe, mandada por el General Lohr, había acelerado los preparativos para
el ataque contra Creta, habilitando nuevos aeródromos, almacenando reservas de
gasolina, bombas y concentrando tropas. Las redes de carreteras y de ferrocarriles
griegas eran muy deficientes y además habían sufrido sensibles daños durante
los recientes combates, por lo que gran parte de los abastecimientos alemanes
llegaba por mar.
Ni siquiera los aeródromos satisfacían las necesidades: los despegues se
veían dificultados por el fondo polvoriento
de las pistas y además todos ello serán utilizados tanto por el XI
Fliegerkorps como por el VIII
Fliegerkorps.
El General von Richthofen, Comandante del VIII
Fliegerkorps, era el responsable de muchas y diversas operaciones:
·
proteger desde el aire la fase inicial del
ataque y los necesarios movimientos
navales den el Egeo que le seguirían;
·
destruir las fuerzas aéreas británicas en Creta
y reducir al mismo tiempo al silencio las defensas terrestres;
·
apoyar a las tropas desembarcadas mediante
bombardeos y ametrallamientos en cvuanto pusiesen pie en la isla;
·
destruir la flota enemiga y cubrir los
movimientos navales previstos para el desembarco de tropas de refuerzo y de las
armas pesadas destinadas a apoyar el ataque aerotransportado;
General Lohr.
General Lohr.
BOMBARDEO
Los Stukas, aparatos de limitada
autonomía de vuelo, así como los cazas monomotores, tenían, como era lógico,
sus bases más avanzadas, en el Peloponeso y en las islas cercanas, mientras que
los bombarderos y los cazas bimotores se encontraban más al Norte. El bombardeo
intensivo de Creta comenzó el 15 de Mayo y alcanzó su apogeo el 20.
Aquella noche los cruceros y los destructores
británicos que exploraban las aguas septentrionales de Creta no descubrieron
señal alguna de movimientos navales alemanes, si bien tuvieron un encuentro con
lanchas torpederas de la Marina
italiana.
Tres destructores británicos
bombardearon el aeródromo de Scarpanto y a la mañana siguiente los Stukas
hundieron el destructor Juno.
CONVOYES
Un convoy alemán, formado por 25
motoveleros, procedente del Pireo y que transportaba un batallón de tropas de
montaña y una unidad de armas pesadas (2
mil 300 hombres en total), tenía que atacar al oeste en Máleme el 21 de
Mayo por la tarde. Otro convoy ligero (38 caiques con 4 mil hombres) debía llegar a Iraklion al día siguiente. En
los partes alemanes se denominaba estas dos flotillas de desembarco Nussschalen
y Mückenflotilla (“cáscaras de nuez” y “flotilla mosquito”).
Un convoy pesado, formado por vapores cargados
de artillería y algunos carros de combate, permanecería fondeado en El Pireo,
esperando la orden de zarpar. Al amanecer del 21 de Mayo, cuando el primer
convoy navegaba hacia Máleme, se le ordenó volver a Mila, porque durante la noche se había
recibido la noticia de que fuerzas navales británicas se hallaban al norte de
Creta. Por la tarde recibió órdenes de hacerse de nuevo a la mar. Pero, en
contra de lo que se había previsto, no pudo aproximarse a Creta de día, cuando
la Luftwaffe lo podría proteger, sino de noche, mientras los buques ingleses
exploraban la zona que precisamente había de cruzar.
A las 23.30 el Contralmirante
Glennie con los cruceros Dido, Orion y Ajax y cuatro destructores interceptó el
convoy. Cuando se dio la alarma y los soldados del batallón de montaña se
lanzaron hacia el puente, vieron que su frágil flotilla estaba iluminada por
los reflectores del enemigo y casi enseguida oyeron los estallidos de los primeros proyectiles. Un caique cargado de municiones voló por los
aires, algunos comenzaron a incendiarse y otro se partió en dos.
HUNDIMIENTOS
A la mañana siguiente el
Almirante King recibió órdenes de patrullar por las aguas situadas al norte de
Creta con cuatro cruceros (el Naiad, el Perth, El Carlisle y el Calcutta) y
otros tantos destructores. Encontró dos embarcaciones supervivientes del primer
convoy y las hundió. Después a las 10, localizó el segundo convoy a unas 25
millas al sur de de Milo. Una formación
de Junker- 88 procedente de Eleusis descubrió abajo en el mar, los indefensos
caiques que volvían atrás, alejándose a
su máxima velocidad posible ( 5 ó 6
nudos a lo sumo) y al torpedero italiano Sagittario que avanzaba haciendo
zigzags a toda máquina, protegiéndolos con una cortina de humo y perseguido por
los destructores y cruceros británicos que le disparaban.
La formación aérea alemana se
apresuró a intervenir y en cuanto comenzó el primer ataque fue acogida por el
fuego violento de los cañones antiaéreos.
King acaba de sufrir, aquel mismo
día, un ataque aéreo de tres horas y como además sus reservas de municiones
habían disminuido de forma alarmante decidió intervenir la ruta. Los stukas,
los Junker 88 y los Dofrnier 17 mantuvieron empeñados a los buques británicos
tres horas y media más, durante las
cuales el Naiad resultó gravemente averiado y murió el Comandante del Calcutta.
Invasión de Creta.
Invasión de Creta.
MOMENTO ESPERADO
El día 21 de mayo, los aviones de
reconocimiento de la Luftwaffe
localizaron la Escuadra del Almirante Rawlings. El 22, pasados ya los dos
críticos primeros días de la invasión de Creta, la necesidad de apoyar a los
paracaidistas se hizo menos apremiante, lo que fue aprovechado por el VIII
Fliegerkorps para no dejar escapar la codiciada ocasión de recoger el desafío.
Los bombarderos de gran altura y en picado alemanes, favorecidos por una
espléndida mañana del precoz verano mediterráneo, atacaron los cruceros
británicos Glennie y Rowley habían alcanzado a la escuadra de Rawlings en un punto situado entre las 20 y las 30
millas al oeste de Kizira. Rawlings se dirigió hacia el Este para apoyar a KIng
que se estaba retirando hacia el sur, atacado todavía por los bombarderos
alemanes. Se encontraron a primera hora de la tarde en el canal Kizira y el
acorazado Warspite resultó alcanzado casi enseguida por una bomba de gran
calibre que inutilizó las baterías de estribor de 152 mm y 102 mm.
Era el momento esperado por la
Luftwaffe. Los aviones alemanes, finalizado el primer ataque, se abastecieron
de carburante y bombas y, rápidamente, se dirigieron de nuevo hacia la Escuadra
inglesa. Al principio el fuego concentrado de los buques británicos los mantuvo
a distancia. Pero media hora después de haber sido alcanzado el Warspite, le
tocó el turno al destructor Greyhound que, alcanzado de lleno por dos bombas,
se hundió. King ordenó a Rowley que rescatara a los náufragos y luego, dándose
cuenta de que los cruceros Gloucester y Fiji andaban escasos de municiones
antiaéreas, les ordenó que se unieran a la formación principal y cambió de
rumbo para apresurar la unión.
Batalla de Inglaterra.}
Batalla de Inglaterra.}
LLAMAS
Pero era demasiado tarde. Cuando apareció el
Gloucester estaba ya muy averiado, las llamas invadían el puente y el buque,
incapaz de maniobrar, iba a la deriva. A las 16, tras una explosión bajo
cubierta se hundió. El Fiji aislado ya y
bombardeado sin cesar, no pudo más que mantener
su rumbo, echándole a los náufragos del Gloucester los salvavidas de a
bordo mientras pasaba por su lado. Poco tiempo después también el acorazado
Valiant era alcanzado y averiado.
El Fiji y sus dos destructores de
escolta no habían conseguido unirse a la formación principal y se dirigieron
hacia el Sur. A las 18.45, un Messesrchmitt-109 aislado, rozando el límite de
su autonomía de vuelo avistó y le lanzó una sola bomba que estalló muy cerca de
la borda y, por una casualidad realmente extraordinaria, provocó averías en los
motores. Media hora después aparecieron otros aparatos enemigos llamados por el
Messerschmitt solitario. Estalló otra
bomba. Esta vez en la sala de maquinas y a las 20.15 el Fiji se hundía.
ACCIONES
Al atardecer, por culpa de un
informe equivocado del que se desprendía
que los acorazados habían agotado su reserva de municiones antiaéreas de
pequeño calibre, Cunnningham los llamó a Alejandría. Sin embargo, esa misma
tarde había llegado a la zona la 5ta flotilla de destructores procedentes de Malta, compuesta por el Kelly
(en el que navegaba el Comandante Lord Louis Mountbatten) el Kashmir, el
Kipling, el Kelvin y el Jackal. Ahora les correspondía a ellos vigilar las
aguas al norte de Creta. La flotilla hundió dos caiques cargados de tropas
alemanas y bombardeo el aeródromo de Máleme, ya en manos de los alemanes. La mañana siguiente, una formación de 14
Stukas localizó al sur de la isla, al Kelly y al Kashmir y los hundió. El
Kipling, a pesar del violento ataque aéreo, consiguió rescatar a 270
supervivientes.
Continuaron las acciones de
patrulla naval nocturna al norte de Creta. Asimismo el minador rápido Abdiel y
algunos destrucgtores desembarcaron refuerzos y municiones para las unidades
que combatían en torno a lla bahía de Suda. Uno de los destrucgtores llevó a
bordo al Rey de Grecia, que abandonaba la isla.
El día 26, al amanecer, cuatro
Fulmar y cuatro Albacore, despegando a 100 millas de distancia de la isla de
Scarpanto, atacaron su aeródromo, destruyendo
y averiando algunos aparatos en tierra y derribando otros en vuelo. Pero a las
13.25 aparecieron por el Sur 25 Stukas. Se trataba del 2° escuadrón del
Stukageschwader (formación de bombarderos en picado) “Immelmann”, perteneciente
al X Fliegerkorps que había uno de los primeros en llegar a Sicilia y el mismo
que el día 10 de Enero atacó al Illustriouos, causándole graves averías. Luego
este escuadrón fue trasladado al Africa para apoyar las operaciones de Rommel.
Enfrentamiento que costó vidas.
Enfrentamiento que costó vidas.
MISION
El citado 26 de Mayo volaba en una misión de reconocimiento al norte de la costa africana, con la esperanza
de sorprender a los buques ingleses que regresaban de Creta. Y fue entonces
cuando avistó al Formidable. Mientras el buque maniobraba por situarse en
posición favorable y sus cazas comenzaban a despegar. Los Stukas se les echaron encima, alcanzándole certeramente
como habían hecho ya con el Illustrious. El portaviones, gravemente
averiado, tuvo que regresar a Alejandría. Al día siguiente, otros aviones
alemanes alcanzaron y averiaron también al acorazado Barham.
El 26 de Mayo Freyberg comunicó que la situación de Creta
era desesperada y a las 15 del día 27, después de recibir la debida
autorización, se dispuso a evacuarla. Los castigados buques y las tripulaciones
agotadas debían exponerse una vez más a las incursiones de la Luftwaffe para
intentar salvar a sus compañeros de las fuerzas terrestres británicas, australianas y neozelandesas.
ENFRENTAMIENTOS
A Rawlings se le confió la
misión de evacuar la guarnición de Iraklion,
con su división formada por los cruceros
Orión Ajax y Dido, más de seis destructores. La Luftwaffe los descubrió
a las 17 del 28 de mayo, a unas 90 millas al sur del estrecho de Kasu y los ataques se sucedieron
hasta el anochecer. El Ajax, muy
averiado, hubo de volver a Alejandría. Junto al destructor Imperial cayeron
algunas bombas, pero de momento no surgió averías aparentes. Entre las 23.30 y
las 3.20, unos 4 mil hombres embarcaron en Iraklion y la formación zarpó. Pero
media hora después el timón del Imperial ordenó que el Hotspur lo hundiera
después de recoger las tropas que llevaba a bordo y toda su tripulación.
La situación de este último destructor,
que después de haber cumplido las órdenes reanudó la navegación a toda máquina
hacia el Sur, era desesperada: llevaba a bordo 900 hombres, se encontraba tan
sólo a 50 millas de Scarpanto y estaba ya a punto de salir el sol.
No obstante, Rawlings, en vez de
abandonarlo, había preferido esperar y ahora se veía obligado a hacer frente a
los Stukas. Los primeros aparecieron a las 6. A las 6.25 el Hereward fue
alcanzado por una bomba que redujo su
velocidad, siendo necesario abandonarlo mientras trataba de regresar a la costa
cretense. Los Stukas lo hundieron: pero
unas lanchas torpederas italianas salvaron a casi toda la tripulación.
Paracaidistas alemanes muertos.
Paracaidistas alemanes muertos.
FORMACION NAVAL
La formación naval, con algunos
buques alcanzados de lleno y otros con averías de menor importancia, tuvo que
reducir la velocidad a 25 nudos y después a 21. El primer buque alcanzado había
sido el crucero Dido y después, varias veces, el Orion. Las explosiones de las
bombas en aquellos buques excesivamente cargados, provocaron muchas bajas. Los
Stukas interrumpieron los ataques hacia las 10.45. Después aparecieron en
escena los bombarderos de gran altura que, afortunadamente, no consiguieron
causar más daños. Por la tarde, en Alejandría, Cunningham asistió al regreso de
los buques, con los cañones desmantelados o destruidos y las cubiertas
atestadas de soldados, muchos de ellos muertos o heridos.
Cazas de gran autonomía de vuelo, despegados de Egipto,
intentaron cubrir la retirada de Rawlings. Pero no consiguieron su objetivo por
la reducida velocidad de los buques. En cambio pudieron proteger eficazmente a
los sucesivos convoyes que salían de Sfakia, los cuales, además, estaban menos
expuestos a los ataques aéreos.
El 29 de Mayo por la noche, los
cruceros Phoebe, Perth, Glenayle,
Calcutta, y Coventry, más tres destructores, al mando del almirante King,
embarcaron en Sfakia 6 mil hombres. Pero
durante el viaje de regreso un Ju-88 averió
al Perth.
WAVELL
El 30 de Mayo dos de los cuatro destructores
de Arliss resultaron también alcanzados, pero los otros dos recogieron a bordo
un contingente de mil quinientos hombres más. Después Wavell pidió a la Marina que llevase a cabo un último
esfuerzo para poner a salvo otro contingente de hombres durante la noche del 31
de Mayo. Por ello King volvió a Creta con el Phoebe, el Abdiel, tres
destructores y embarcó unos 4 mil
soldados. Pero a las 3 del día 1° de Junio, los buques se vieron obligados a
zarpar definitivamente dejando 5 mil
soldados en la playa de Sfakia. El Calcutta, que había salido de Alejandría para ir a su encuentro, fue bombardeado y
hundido.
Las pérdidas totales de los
ingleses en aguas de Creta ascendieron a cuatro cruceros y seis destructores
hundidos. Tres acorazados, un portaaviones, seis cruceros y siete destructores
averiados. Mil 828 marineros muertos y 183 heridos. Cunningham se dio perfecta
cuenta de los riesgos que se había visto obligado a correr. Churchill y los
jefes del Estado mayor, como se desprende de sus mensajes al Almirante, habían
sido muchos menos realistas que él . Antes de acabar el año, la aviación
japonesa confirmaría frente a Singapur, la lección que Cunningham acaba de
aprender en Creta: la mejor manera de combatir a los aviones es hacerles frente
en vuelo y si los cazas de las bases terrestres no están en condiciones de garantizar
una cobertura eficaz para los buques, es necesario que la Marina pueda disponer
directamente de ellos. (Editado, resumido y
condensado de la Revista “Así fue la Segunda Guerra Mundial”)
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