Unos dicen que los ideales los
llevó como máximas persistentes. Sin embargo,
sus contrincantes lo acusan continuamente de traidor, terrorista y
gusano. La existencia no le fue fácil. Para algunos de sus seguidores que los tiene hasta ahora y a montones y que
son parte de un conglomerado más abierto y consecuente con el pasado histórico,
afirman a los cuatro vientos que, más allá de los adjetivos y denuestos
ideologizados por conveniencia al máximo, nadie puede negar que puso el pecho y
luchó contra una dictadura brutal. La de Fulgencio Batista en la Cuba que era,
efectivamente, el burdel de los Estados Unidos.
Dentro de este contexto
variopinto y unido a otros grupos de cubanos exiliados que consideran al país
del norte como una maravilla total en todos los actos que realiza, ellos los más
concienzudos afirman que lo cierto es
que fue nada más y nada menos que uno de los comandantes de la revolución de
los barbudos de Fidel Castro. Cosa que es cierta.
Ya en el poder discrepó contra lo que se vino: el comunismo con sus
tentáculos tan enigmáticos que llevó a la isla,
otra vez, a la pérdida de la
libertad. Eso implica afirmaciones y negaciones
que nadie las puede dejar de lado. Ni
adherentes, ni enemigos. La verdad en
toda su expresión. Los primeros sobrestimando los hechos históricos. Los
segundos llevándolos a su mínima expresión y acusándolo, delictualmente, como
el más peligroso de los disidentes.
Huber Matos poco antes del final de su vida.
Huber Matos poco antes del final de su vida.
LA CARCEL
Tampoco se puede ocultar que la
discrepancia le costó la amenaza de ir
al paredón para fusilarlo, primero. Como
se hizo, muchas veces con mucha gente, sobre todo al inicio de la revolución.
Entre las víctimas justos y pecadores, pudiendo
con mucha facilidad haberse equivocado. Evidentemente, sin poder
remediar nada, como dilema permanente. Y después con contundencia, le vino directamente los 20 años de cárcel
contante, constante y sonante.
Otra vez las opiniones se dividen. Nada de
justicia, si mucho de abuso propio de las autocracias, dice una parte de los opinantes que toma partido en
esta lucha que se da sobre Cuba. La otra opina todo lo contrario. Había que
juzgarlo y condenarlo para salvar la revolución. Por eso el paredón, por eso el
gobierno fuerte. A cambio de ello salud, educación y trabajo para todos. Y la
libertad, allí extrañándola, dicen aquellos que podrían tener la razón.
Para muchos, uno tras otro año perdido en la
más absoluta de las oscuridades donde la luz estaba lejos. Parecía que no
existía. Sin ton ni son y sin ninguna acusación grave acorde con el largo
tiempo oprimido de privación de la
libertad. Con mucho rigor, con mucho
dolor. Con muchas inconsecuencia. Sacrificado, peleador, combativo. Una vida
que acaba de extinguirse para siempre en el exilio de Miami, el último 27 de
febrero del año en curso. Su nombre completo: Huber
Matos Benitez.
ARGUMENTOS
Los argumentos de los partidarios
prosiguen y son múltiples. No consiguió, desafortunadamente, la liberación del
país de sus entrañas que sigue gobernado, desde hace más de 50 años, por los
hermanos Fidel y Raúl Castro.
Para ellos, los más antiguos autócratas y déspotas
de esta parte del continente. Ahora que el poder se pasa de hermano a hermano,
como en las monarquías. Que es esto. Un
sancochado. Y va caer, y va caer, la dictadura va a caer. Sus seguidores
también dicen que por lo menos su fallecimiento, a los 95 años de edad, servirá
para el retorno evidente de la libertad
Frente a ello está la otra
versión. El pueblo idolatra a Fidel y Raúl porque transformaron por completo la
isla y desafiaron al enemigo de la humanidad
luchando, precisamente, para ser libres: Estados Unidos, el mismísimo monstruo que lo tienen cerca y
es el causante directo de todos sus males, tras el bloqueo económico explicable
pero inconcebible
Evidentemente que su nombre suena
a complot reaccionario y acción nefasta del imperialismo para las izquierdas del mundo y los
oficialistas de ese país. Que para sus detractores esa nación es doliente embargada en la peor
de sus crisis históricas, con un pueblo que efectivamente sufre. Las dos caras
de la moneda de la comprensión y la incomprensión. Todo eso es el tema Cuba.
MAESTRO Y AGRICULTOR
Huber Matos fue maestro de
escuela y agricultor de pequeñas parcelas de tierras de arroz en sus años mozos.
Lo vuelven a defender y los que lo admiran aseguran que hasta el final nunca
olvidó la frase incrustada en el himno nacional de su país: “morir por la
patria es vivir”, según dicen sus seguidores muy convencidos de hacerle
justicia
Comprobado está, eso sí, que fue
uno de los oficiales del ejército rebelde de Cuba que peleó toda la guerra de
1956 a 1959 y llegó al alto rango de comandante. Sus actividades revolucionarias
las inició en 1952 contra el gobierno de Batista. Por ello mismo tuvo que
exiliarse en Costa Rica donde reunió soldados y recursos para la lucha armada
de Sierra Maestra.
Logró llevar, en marzo de 1958,
un cargamento aéreo con armas y municiones para Fidel Castro. Por esa hazaña de
resultados efectivos fue premiado por un comando de combate. Durante el asalto
final hacia Santiago de Cuba, dirigió una columna y posteriormente, tras el
control del país por parte de los revolucionarios, lo nombraron Comandante del
Ejército en la provincia de Camagüey.
Cuando vino el giro comunista de
la revolución, Matos no vaciló y expresó sus discrepancias totales. Incluso
envió una carta a Fidel que lo dejó en la estacada. La reacción vino con todo y
en una manifestación popular, el jefe de la revolución lo acusó de sedición.
Cuando lo trasladan rumbo a la cárcel preso.
Cuando lo trasladan rumbo a la cárcel preso.
MUERTE
Muchos
años después muere, a las 4 de la madrugada del
referido día, a causa de un ataque masivo del corazón, de acuerdo con
un comunicado difundido por la familia.
La declaración llevaba el membrete de la organización anticastrista “Cuba
Independiente y Democrática” que encabezaba el propio Matos.
Falleció
en el Hospital Kendall Regional de Miami, a donde había sido trasladado el 25
de Febrero. Al día siguiente pidió ser desconectado del equipo de respiración
para despedirse de su esposa María Luisa Araluce y de sus hijos. Intuía que la
parca venía inexorablemente. Le sobreviven al igual que su esposa, sus vástagos
Rogelio y Huber y sus hijas Lucy Matos Lodato y Carmen Matos Mori
Llegó a
recibir llamadas de los partidarios que tiene en Cuba. Entre ellos un grupo de
activistas que le cantó el himno nacional cubano a través del teléfono. Sus
últimas palabras fueron: “La lucha continúa, ¡Viva Cuba Libre!”. Su hijo
Rogelio Matos Araluce, que lo acompañó en momentos que expiró, reveló que su padre se mantuvo lúcido y
hablando hasta el final.
La historia precisa que, a casi dos
años después de que Batista huyera de Cuba, Castro reconoció abiertamente el carácter socialista y marxista
leninista de la revolución. Era el año 1961. Sin embargo, en su libro
autobiográfico “Cómo llegó la noche”, el
disidente cubano sostuvo que comenzó a
dudar de Fidel y la revolución
siete meses después de que el líder cubano tomara el poder.
CIENFUEGOS
Fidel, en
última instancia y sin que le tiemble la mano, ordenó el arresto de Matos,
hecho efectuado por otro líder de la revolución Camilo Cienfuegos, el 22 de
Octubre de 1959, en el Cuartel del Ejercito
de Camagüey. El revolucionario de alto cargo desapareció al poquísimo tiempo en
un accidente de aviación que nunca se esclareció y sus restos nunca fueron
encontrados.
Por su
parte, Matos terminó siendo sentenciado a 20 años en prisión. En 1979 fue
liberado y rápidamente voló a Costa Rica, donde su esposa e hijos se habían
ubicado después de salir de Cuba en la década de 1960. Más tarde la familia se trasladó
a Miami.
Una carta
que escribió antes de morir dice que quiere descansar bajo la tierra de Costa
Rica. Pero la misiva también señala con precisión que él quiere ser
desenterrado y vuelto a enterrar en su ciudad natal de Yara, a unas 450 millas
al sureste de La Habana, cuando impere la democracia en la isla. “Así
acompañaré a mi madre, me reuniré con mi padre y con los cubanos”
Luego
precisa: “Quiero hacer mi viaje de regreso a Cuba desde la misma tierra cuyo
pueblo siempre me demostró solidaridad y cariño”. El líder disidente escribió en
su última carta, una especie de testamento político para darse a conocer
después de su muerte.
Nació el
26 de noviembre de 1918. En su pueblo
natal el héroe de la independencia de Cuba, Carlos Manuel de Céspedes,
inició en octubre de 1868 la guerra contra el dominio colonial español después
de emitir un manifiesto que llegó a ser conocido como el Grito de Yara.
A
Al lado de Fidel Castro.
A
Al lado de Fidel Castro.
BATISTA
El fervor
revolucionario de Matos comenzó el 10 de marzo de 1952, cuando Batista dio un
golpe de estado que derrocó al presidente democráticamente electo, Carlos Prío
Socarrás. “Recuerdo que estaba dando una clase y llegó la noticia de que había
habido un golpe de estado”
“Batista
tomó por la fuerza el poder otra vez”, recordó en su libro. Para mí fue
como una bofetada en la cara colectiva del pueblo cubano. ¿Cómo se atreve? Yo
era un maestro, pero les dije a mis alumnos ese día: “‘Tenemos que salir a
protestar. Esto no se puede permitir que ocurra. Cuba es una
democracia’ ”.
Poco
después del golpe de 1952, decidió formar
parte de las fuerzas contra la opresión,
las mismas que aún no se habían fundido en un solo movimiento revolucionario.
Eso ocurrió posteriormente cuando Fidel y su hermano Raúl, junto con el
revolucionario argentino Ernesto “Che” Guevara, desembarcaron en 1956 del yate
Granma que había zarpado de México.
Aunque el
grupo de rebeldes fue casi aniquilado por las fuerzas batistianas, los hermanos
Castro, Guevara y algunos otros sobrevivieron y se escondieron en las montañas
de la hoy histórica Sierra Maestra.
Matos dio
un paso hacia el logro de la gloria revolucionaria cuando en 1957 organizó,
desde Costa Rica, un vuelo de reabastecimiento de armas para las fuerzas rebeldes.
El avión voló directamente al reducto de los revolucionarios en las montañas,
llamando poderosamente la atención de Fidel Castro sobre su capacidad como estratega militar.
Con una de sus hijas.
Con una de sus hijas.
LOS CINCO
En última instancia, el luchador es nombrado
comandante de las fuerzas revolucionarias, uno de varios que conformaron el
liderazgo militar de Castro. Los otros incluyeron a su hermano Raúl, el “Che”
Guevara, Camilo Cienfuegos y William Morgan, un estadounidense.
Pero de
acuerdo a la versión de Matos dada en su libro y en posteriores entrevistas que
se le hizo, solo los hermanos Castro, Cienfuegos, Guevara y él mismo
desempeñaron un papel clave de liderazgo revolucionario.
“Había
cinco de nosotros que llevaron la revolución”, dijo en el 2009. Y Cienfuegos y Matos eran en
quienes Fidel Castro parecía confiar más. Ellos dos acompañaron al líder
principal en su arribo triunfal a La Habana en enero de 1959, después de que
Batista huyera de Cuba .
Sin
embargo, la confianza profesada por Castro se desvaneció a los pocos meses de
la toma del poder. En julio de 1959, Matos ya había perdido la fe en Castro y
estaba dispuesto a romper con él.
En su
libro dice que comenzó a preparar una carta de renuncia como comandante
revolucionario después de llegar a la conclusión de que Fidel tenía la
intención de imponer una dictadura marxista en Cuba
Los dos se
reunieron a finales de julio de 1959. Huber dice en su libro que abordó sus
preocupaciones con Castro y que éste le instó a no renunciar.“Lamento que
pienses así, pero no hay crisis entre tú y yo”, le habría dicho el jefe de la revolución.
¿AFECTO?
Luego le habría
señalado: “Quédate como hasta ahora en el mando revolucionario. Si dentro de un
tiempo ves que, conforme a tu criterio, las cosas no han cambiado, entonces
estás en tu derecho de renunciar. Lo planteas y no pasará nada. Nos sentaremos
a conversar y nos despediremos como amigos, como compañeros, como hermanos”.
Las
expresiones de afecto de Fidel se convirtieron en furia unas semanas más tarde,
cuando ordenó el arresto de Matos. Así comenzó la odisea de 20 años que Matos
pasó en nueve calabozos cubanos.
Cabe señalar
que antes y el mismo día de su arresto, Pedro Luis Díaz, un exiliado cubano en Miami y antiguo jefe de la fuerza aérea cubana, tiró panfletos desde un avión sobre la ciudad de La Habana, llamando a la remoción de todos los elementos comunistas
del gobierno.
En respuesta a estas
acciones, frente a una manifestación popular en la Plaza Roja, Castro preguntó
a la muchedumbre que si era justo ejecutar a los dos disidentes. La multitud
gritó: ¡paredón! Es decir, que
los fusilasen. La demagogia jugando con fuego en toda su expresión
Después del mitin, el
jerarca comunista llamó a una junta de gobierno para definir la suerte del
disidente. El “Che” Guevara y Raúl
Castro favorecían la ejecución y tres de sus ministros, que
cuestionaron sus acciones, fueron de
inmediato reemplazados por gentes incondicionales al gobierno. Al final, se
decidió en contra de la ejecución, explicándose: "No se le debe convertir en mártir".
Su tumba y el dolor de sus familiares por su fallecimiento.
Su tumba y el dolor de sus familiares por su fallecimiento.
CALVARIO
Describió su calvario detalladamente en una entrevista que la revista “People” publicó después
de su llegada a Miami con su familia en noviembre de 1979. “Una vez estuve 13
meses sin visitantes, otra vez siete años”, recordó.
“En El Morro, se me permitió
salir a ver el sol en una oportunidad, después de 10 semanas. En la Isla de
Pinos, pasé un año dentro de una caja de concreto con uno de mis hombres. Nunca
vimos la cara del carcelero. Este hombre dejaba la comida en una ranura de la
puerta”. Al final de su condena, en octubre de 1979, fue trasladado en avión a Costa Rica.
“He
regresado a la libertad y a la vida”, decía Matos en su libro, recordando sus
primeros pensamientos cuando aterrizaba el avión en ese país. Posteriormente, en
Miami, encabezó el grupo anticastrista
denominado “Cuba Independiente y Democrática”.
El hijo de
Matos, Huber Matos Araluce, jugó un papel importante en la organización hasta
que fue arrestado y acusado, en 1993, de estafar al Medicare y el Medicaid.
Huyó a Costa Rica, que se negó a extraditarlo.
Por su
parte, Huber Matos Benítez se mantuvo activo en Miami, viajando a menudo por
todo el país y el extranjero para pronunciar discursos o impartir conferencias
sobre su lucha contra los hermanos Castro. Hace cuatro años en 1909, dijo que
el régimen cubano habría caído de no haber sido por la ayuda financiera y
envíos de petróleo, por parte de Venezuela.
Caricatura precisa.
Caricatura precisa.
DESEO
Expresó su
deseo de volver a la isla y habló de unir fuerzas en una Cuba democrática con
prominentes disidentes cubanos como Jorge Luis García Pérez, conocido como
Antúnez, y la bloguera Yoani Sánchez. El anhelo no se cumplió. Pero la
esperanza queda allí latente al grito de libertad para todos los cubanos, según
dicen los adherentes.
La
dirigencia castrista de la isla afirma estar más fuerte que el propio
Estados Unidos, El problema persiste y el tiempo dirá lo que efectivamente es
cierto. Mientras tanto, el lector tiene las dos posiciones expuestas a plenitud
para que saque sus propias conclusiones, a propósito de la muerte de este
disidente que llamó la atención de su
país y del mundo internacional. (EL Director)
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