Tenía cara de payaso y ojos
bondadosos y tristes. La melancolía le nació a los 5 años, cuando tuvo que
salir a la calle con un organito a ganarse el sustento para poder vivir. Se le
ahondo leyendo a Nietzsche y Schopenhauer y tomo carta de amargura en sus oficios
de estibador y ajustador mecánico en diferentes talleres del Buenos Aires
querido.
Desde temprano se hizo bohemio. Pero
en vez de tomar para el lado del ajenjo, como Verlaine, se dejó arrastrar por
la música. A los 9 años, un tío lo llevó con el organito a Lobos y lo hizo
tocar en el patio de la pulpería donde la partida mató a los hombres.
En ese viaje lo impresionó el
viento en los árboles y el murmullo de la naturaleza. El primer instrumento sin
manija que tuvo fue una guitarra robada y en ella ensayó su primera obra que
compuso silbando. Era cuando tocar un tango significaba tanto como decir una
mala palabra
Juan de Dios Filiberto le puso a su música su impresión infantil
del campo y un poco no más de aquel matiz del barrio turbio que le había oído
deshilvanar a Angel Villoldo, en una armónica acoplada a una guitarra.
A Carlos Ibarguren se le dio por
escribir que “el tango ha estragado nuestra música. Juan de Dios lo leyó y
quiso demostrar que no era cierto. Por eso escribió “Caminito”, un tango suave y dulzón, casi una canción de cuna, en
el que puso un quejido liviano y un llanto avergonzado donde otros ponían la
puñalada.
Filiberto: el tango y la bohemia
Filiberto: el tango y la bohemia
MUERTE
Lo estrenó un lunes de carnaval y
se lo silbaron toda la semana. Después por su porte decente, entró en las salas
donde las chicas tocaban el piano y llegó hasta la Facultad de Derecho de la
Universidad de Buenos Aires con una orquesta de 50 profesores. Filiberto murió
a los 80 años, en 1964, en La Boca, donde siempre estuvo, en una casa de frente
llena de colores como su música.
Celebre músico argentino de gran importancia
para la consolidación del tango como género armonioso de fama mundial. Autor de
otras canciones como “Quejas de
Bandoneón”, “El Pañuelito”,
“Malevaje” “Clavel del Aire” y muchas otras más de gran contenido social.
Nació con el nombre de Oscar Juan
de Dios Filiberti en una casa sencilla ubicada en Necochea 2000, en el barrio
de la Boca de la ciudad de Buenos Aires, habitado predominantemente por
inmigrantes italianos mayoritariamente de Génova, el 8 de Marzo de 1885. Por
aquellos tiempos se desarrollaba la gran ola inmigratoria procedente de Europa
que influyo, decididamente, en las
características de la población argentina.
TIGRE
Desde 1932, se mantuvo residiendo
en la Boca en una casa ubicada en la calle Magallanes 1140, pintada en su
frente por el pintor Benito Quinquela Martín, amigo personal de Filiberto y
expropiada como patrimonio cultural de la ciudad el 2007. Su padre era hijo de
genoveses y su vástago fue bautizado
Nahuel que significa tigre en mapundungun, idioma del pueblo ranquel.
Abandonó la escuela a los 9 años
y trabajo desde niño en diferentes oficios. Albañil, estibador y tornero. En la
empresa Mihanovich de la Boca ingresó al sindicato, adhiriendo a las ideas del
anarquismo, participando en las huelgas portuarias de aquella época: 1907.
Siendo aun joven, organizó un
grupo musical llamado Orfeón, los del Futuro. Su interés por la música lo llevó
a buscar trabajo en el teatro Colón al que ingresó como maquinista. Allí oyó
por primera vez la música de Ludwig van Beethoven, a quien considero su “dios
musical”.
A los 24 años ingreso al
Conservatorio de Música y estudió violín con teoría musical. Gracias a una beca aprendió al lado del
maestro Alberto Williams. Por razones de salud, radicó en la ciudad de Mendoza
y fue allí donde compuso su primer tango “Guaymallén”,
en homenaje a la localidad en que se radicó.
Su casa en el barrio de La Boca.
Su casa en el barrio de La Boca.
INSTRUMENTOS
En 1932 organizó la Orquesta
Porteña a la que le agregó instrumentos que no solían utilizarse en el tango
como el clarinete, la flauta y el
armonio. Apareció en la película
“Tango”, la primera del cine sonoro argentino.
Lo designaron Director de la
Orquesta Popular Municipal de Arte Folklórico, financiada por la Municipalidad
de Buenos Aires, manteniéndose al frente de la
misma hasta su muerte. Una calle de la capital argentina lleva su
nombre. En cuanto a la orquesta que fundó se transformó en la Nacional de Música
Argentina Juan de Dios Filiberto, dirigida por renombrados directores, como Osvaldo
Requena y Osvaldo Piro.
Filiberto también demostró gran
preocupación por defender los derechos intelectuales de los músicos. Resultó
socio de la Sociedd Argerntina de Autores y Compositores de Música (SADAIC) en
1936.
Conoció a la famosa política Eva
Duarte, esposa del General Juan Domingo Perón, y le compuso “Milonga para
Muerte, en su honor meses antes de su fallecimiento. Por ser peronista fue perseguido por la dictadura militar de Pedro
Eugenio Aramburu. Su vida fue el tango y él su figura inminente.
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