La obra literaria del Inca Garcilaso de la Vega, ubicada en
el periodo del Renacimiento, destaca por un gran dominio y manejo del idioma
castellano. Tal como lo han reconocido, con amplitud, críticos de la talla de
Marcelino Menéndez y Pelayo, Raúl Porras Barrenechea y José de la Riva Agüero y
Osma. Consumado narrador de prosa bella y elegante, según la opinión del Nobel
y eminente escritor peruano, Mario Vargas Llosa.
Temporalmente a nuestro pensador
se le ubica a finales del Siglo XVI e inicios del XVII. Desde el punto de vista
historiográfico, su obra tuvo mucha influencia en los historiadores peruanos de
todos los tiempos. Sin embargo, surgieron críticos que empezaron a cuestionar,
endeblemente, la veracidad de sus informaciones. Pero nunca pudieron traer
abajo su prestigio eminente.
Su padre fue sobrino del célebre
poeta Garcilaso de la Vega del Siglo de Oro de España. Entonces, el Inca
Garcilaso sería sobrino nieto, por parte de la familia de su progenitor, del famoso
poeta renacentista castellano.
El Inca Garcilaso: literato de los buenos
El Inca Garcilaso: literato de los buenos
PURA HISTORIA
En su obra cumbre, “Los Comentarios Reales” publicada en
Lisboa en 1609, expuso la historia, cultura y costumbres de los incas y otros
pueblos del antiguo Perú. El libro, luego del levantamiento de Túpac Amaru II,
sería prohibido por la corona española al considerársele sediciosa y peligrosa
para sus intereses, pues alentaba el recuerdo de los primeros peruanos. Tal
prohibición rigió desde 1781, aunque la obra se siguió imprimiendo en España.
Las otras creaciones importantes
del Inca Garcilaso son: “La Florida del
Inca” editada en Lisboa en 1605, y la segunda parte de los Comentarios
Reales. Esta última es más conocida como la “Historia General del Perú” (Córdova 1617) publicada póstumamente. Allí
el autor trata sobre la conquista de nuestro país y el inicio del Virreinato.
Era hijo del conquistador
español, Sebastián Garcilaso de la Vega de la nobleza extremeña y de la ñusta o
princesa inca Isabel Chimpu Ocllo, nieta del Inca Túpac Yupanqui y sobrina de
otro de ellos Huayna Capac, emperador del reino de los cuatro suyos llamado
también en quechua Tahuantinsuyo. Su nombre de bautizo fue Gómez Suarez de
Figueroa. Tiempo después, radicando en España, se lo cambiaría por el de Inca
Garcilaso de la Vega. Gracias a la privilegiada posición de su padre, que
perteneció a la facción pizarrista. Fue bautizado con los apellidos ilustres de
sus tíos paternos y otros antepasados que pertenecieron a la Casa de Feria.
El autor y la caratula de uno de sus libros mas conocidos
El autor y la caratula de uno de sus libros mas conocidos
NOBLE
Recibió en el Cusco una esmerada
educación, en primeras letras, a cargo de Juan de Alcobaza al lado de los hijos
de Francisco y Gonzalo Pizarro, mestizos e ilegítimos como él. Durante sus
primeros años, estuvo en estrecho contacto con su madre y con lo más selecto de
la nobleza inca. Entre los que se contaban los hijos de Huayna Cápac: Paullu
Inca y Tito Auqui. Nuestro personaje accedió a la instrucción de los amautas o
sabios incas versados en la mitología y cultura nativa.
Sin embargo, su padre se vio
obligado a abandonar a la princesa inca, a causa de la presión de la Corona
parra que los nobles españoles se casen con damas de la misma nacionalidad y
ralea. Por eso contrajo matrimonio con Luisa Martel de los Ríos y le dio a la
madre de ésta una cuantiosa dote (dinero) que le sirvió para casarse con Juan
del Pedroche, un soldado peninsular. De esta última unión, el Inca tuvo dos
medios hermanas, Luisa y Ana.
Su adolescencia estuvo
ensombrecida por las cruentas guerras civiles del Perú. Los y su padre
padecieron la persecución de los rebeldes Gonzalo Pizarro y Francisco de
Carbajal. Lo cierto es que su progenitor optó por enrolarse al bando de Pizarro,
aunque forzadamente.
Ello lo conto el Inca Garcilaso de la Vega.
Pero el ilustre español retorno al lado real, sumándose al ejército del
presidente Pedro de la Gasca durante la batalla de Jaquijahuana. Por lo que fue
conocido, despectivamente, como el “leal de las tres horas”. Este episodio
tendría luego mucha repercusión en la vida posterior del Inca.
Una estampilla en su honor
Una estampilla en su honor
AYUDA
Hacia 1550 el pequeño noble por
angas y por mangas fue enviado a Charcas para volver después al Cusco donde fue
testigo de la rebelión de Francisco Hernández Girón, ocasión en la cual ayudó a
su padre, entonces Alcalde ordinario de la ciudad, a huir por los tejados de las
casas. Este hecho ocurrió en 1653.
Su padre le tuvo gran estima como
demuestra el hecho del cariño que le demostró a su hijo en sus escritos y la
decisión de que le legara en su testamento tierras en la región de Paucartambo
y 4 mil pesos de oro y plata para que el joven mestizo cursara estudios en
España.
A los 21 años de edad y poco
después del fallecimiento de su padre, Garcilaso salió del Cusco rumbo a Lima dispuesto a embarcarse hacia España. El
viaje resultó enteramente arriesgado. Partió del puerto del Callao, estuvo a
punto de naufragar en la isla de Gorgona, cruzó a lomo de mula el Istmo de Panamá,
llegó a Cartagena de Indias para tomar la ruta de los galeones hasta La Habana
y Las Azores, donde un marinero portugués le salvó la vida antes de llegar a
Lisboa.
Estuvo poco tiempo en Extremadura
y se estableció en la ciudad cordobesa de Montilla. Luego se trasladó a Madrid
donde solicito algunos atributos que la Corona le debía a su padre. Allí
conoció al Conquistador Gonzalo Silvestre, ¡quien le proporcionó infinidad de
datos que los puso en su obra “La Florida del Inca”
La solicitud a la Corona le fue
denegada y acusaron a su padre de favorecer al rebelde Gonzalo Pizarro, dándole
un caballo que le salvó la vida en la Batalla de Huaringa. Tal versión fue
apoyada por los cronistas de Indias oficiales.
Escritura de la época
Escritura de la época
MILITAR
Pensó en volver al Perú
completamente decepcionado. Al final optó por continuar viviendo en la
Península y seguir la carrera militar como su padre. Abandonó el nombre de
Gómez de Figueroa con el de Garcilaso de la Vega, por el que sería conocido
siempre.
Logro el grado de Capitán y tomo
parte en la represión de la Rebelión de los Alpujarras de los moriscos de
Granada, bajo el mando de don Juan de Austria. Se enteró de la muerte de su
madre y de su tío Alonso de Vargas, quien le adjudicó una herencia de dinero en
su testamento. Lo que le permitió vivir con holgura.
Posteriormente falleció la esposa
de su tío Alonso. La misma que le dejo más bienes que acrecentaron su bienestar
económico y le posibilitaron entregarse, sin problemas, a la cultura. Muy
probablemente dolido por la poca consideración que se le tenía en el Ejército,
por su condición de mestizo, dejo las armas definitivamente.
Frecuentó los círculos
humanísticos de Sevilla, Montilla y Córdoba y se volcó, a fondo, al estudio de
la historia y a la lectura de los poetas clásicos y renacentistas. Fruto de
esas lecturas fue la celebrada traducción del italiano que hizo de los Diálogos
del Amor del filósofo neoplatónico León Hebreo.
Esta obra la dio a conocer en
Madrid en 1590 como “La Traducción del Indio de los Tres Diálogos de Amor de
León Hebreo”. Fue su primer libro y la primera pieza literaria de valor
superlativo hecha por un americano en Europa. Ya por entonces firmaba como
Garcilaso de la Vega y se presentaba como hijo del Cusco, ciudad a la que
definía como cabeza del imperio.
Otro libro del autor famoso
Otro libro del autor famoso
RELACION
Por entonces tuvo una relación
estrictamente comercial con el célebre Luis de Góngora y en Montilla coincidió
con Miguel de Cervantes Saavedra, que recaudaba fondos para la Corona. Parece
ser que Cervantes conocía las obras del insigne mestizo. Había leído la última traducción
hecha por el autor.
Llegó a Córdoba y se relacionó
con algunos intelectuales como el jesuita Juan de Pineda, quien lo instó a
preparar un comentario piadoso de Las Lamentaciones de Job.. Por aquella época,
estaba recolectando material para sus proyectadas obras sobre la conquista de
La Florida y del Perú. Así como todo lo relacionado con el Imperio Inca. Una de
esas fuentes fue la crónica hoy perdida de Blas Varela.
Escribió la Genealogía o Relación
de la Descendencia del famoso Garci Pérez de Carbajal, nombre de un célebre
capitán que fue antepasado suyo, obra que se publicó con mucho retraso en el
siglo XX.
Simultáneamente se relacionó con
soldados participantes de la Conquista de Florida y se encontró con dos, Alonso
Carmona y Juan Coles, que le obligaron a retocar lo que ya tenía escrito sobre
la expedición de Hernando de Soto. Puiblicó finalmente la obra en Lisboa, con
el título de “La Florida del Inca”.
Homenaje a los 400 años de su muerte
Homenaje a los 400 años de su muerte
EPITAFIO
Apareció también en Lisboa la
primera parte de su creación cumbre “Los Comentarios Reales de los Incas”
impreso en una edición dedicada a la princesa Catalina de Portugal, duquesa de
Braganza. Hacia 1612 culminó la segunda parte de esta obra que fue publicada
póstumamente en Córdoba en 1617, con el título de “Historia General del Perú y
dedicada a la Virgen María.
Garcilaso compro la Capilla de
las Animas en la mezquita Catedral de Córdoba. Falleció años después y allí fue
enterrado. En su lápida se puso el siguiente epitafio: El Inca Garcilaso de la Vega, varón insigne, digno de
perpetua memoria. Ilustre en sangre. Perito en letras. Valiente en armas. Hijo
de Garcilaso de la Vega. De las Casas de los duques de Feria e Infantado y de
Elisabeth Palla, hermana de Huayna Capac, último emperador de las Indias.
Comentó La Florida. Tradujo a León Hebreo y compuso los Comentarios reales.
Vivió en Córdoba con mucha religión. Murió ejemplar: dotó esta capilla.
Enterróse en ella. Vinculó sus bienes al sufragio de las ánimas del purgatorio.
Son patronos perpetuos los señores Deán y Cabildo de esta santa iglesia.
Falleció a 23 de abril de 1616.
Muchos años después, el 25 de noviembre de 1978, el Rey de
España, Juan Carlos I, entregó como donación al Perú de una arqueta que
contenía una parte de las cenizas de Garcilaso, que reposan actualmente en la
Catedral del Cusco.
Monumento al Inca en Buenos Aires.
Monumento al Inca en Buenos Aires.
PROYECTO
Siguiendo las corrientes humanistas europeas en boga
durante el tiempo que le toco vivir, Garcilaso inició un ambicioso y original proyecto
historiográfico centrado en el pasado americano y en especial el del Virreinato
del Perú.
Considerado como el padre de las letras del continente, con
“La Florida del Inca”, se convirtió en un cronista sensible y acertado que
cuenta, con detalle, la expedición del conquistador Hernando de Soto, de acuerdo con los relatos que recogió él mismo durante años, y
defiende la legitimidad de imponer en aquellos territorios la
soberanía española para someterlos a la jurisdicción cristiana.
En los Comentarios Reales, el gran escritor recuerda su
infancia y juventud escuchados directamente de sus parientes, de contactos
epistolares y visitas importantes a personajes destacados del Virreinato del
Perú.
Según los críticos y entendidos, el relato constituye, pese a
los problemas de sus fuentes orales y escritas y a las incongruencias de muchas
fechas, uno de los intentos más logrados de salvaguardar la memoria de las
tradiciones de la civilización andina, con un estilo y conceptos impecables.
La Historia General del Perú está plagado de escrituras
valientes e impecables donde se relata los aspectos más saltantes de la Conquista
del Perú, las guerras civiles entre los conquistadores y la instauración del
Virreinato en esta parte del continente. También se trata sobre la resistencia
de los incas de Vilcabamba que culmina con la ejecución del último de estos, Túpac
Amaru I en la Plaza de Armas del Cuzco.
Un dibujo del gran escritor
Un dibujo del gran escritor
REHABILITACION
Incluye en sus páginas una rehabilitación de su padre, el
capitán Sebastián Garcilaso de la Vega, desprestigiado ante la Corona por haber
militado en el bando del rebelde Gonzalo Pizarro. Sus obras reflejan que el
recibió una educación formal esmerada tanto en su patria como en España.
Hablaba castellano, quechua y latín.
Cabe señalar que su familia materna estaba conformada por los
antiguos gobernantes incas y, por ello, el describe a los incas como monarcas
benévolos que gobernaban un imperio donde se vivía en una patria de justicia y
abundancia. Ahí no había mendigos ni ociosos.
Garcilaso negó siempre que en el tiempo de los incas se
hicieron sacrificios humanos. Pero reconoce que era una práctica ancestral
anterior al imperio en una época realmente brumosa y poco conocida. Afirma que
la misión de los antiguos peruanos fue la de ce civilizar a los pueblos
bárbaros que practicaban costumbres salvajes.
La obra
del Inca Garcilaso de la Vega es la expresión más explícita e intensa del
dilema cultural y el drama íntimo que constituía entonces ser un mestizo
americano. Su nacimiento, como el de su hermana Isabel un año después, es una
consecuencia del 'encuentro' de dos culturas a partir de la derrota.
Pero
además de ese elemento común a toda la conquista de América, en su caso hay
otros excepcionales, pues al origen 'natural' o 'ilegítimo' del Inca Garcilaso,
que tendrá largas consecuencias en su vida y se reflejará en su obra, se une el
hecho de que las sangres que en él se funden son nobles. Esto si que es
importante y excepcional y tan trascendental. Inclusive en el Perù de hoy: tan
mestizo, tan plural, tan de todas las sangres. (Edgardo de Noriega)
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