jueves, 27 de junio de 2019

LA GENIALIDAD DEL INCA GARCILASO

Resultó ser, a todo honor y eminente honra, el primer mestizo biológico y espiritual de América del Sur que supo asumir y conciliar sus dos herencias culturales impregnadas en su cuerpo y alma: la indígena de esta parte del continente y la española europea. Con ello, evidentemente, el insigne hombre alcanzó un gran renombre intelectual. A tal punto que se le conoció como el príncipe de los escritores del nuevo mundo.
La obra literaria del Inca Garcilaso de la Vega, ubicada en el periodo del Renacimiento, destaca por un gran dominio y manejo del idioma castellano. Tal como lo han reconocido, con amplitud, críticos de la talla de Marcelino Menéndez y Pelayo, Raúl Porras Barrenechea y José de la Riva Agüero y Osma. Consumado narrador de prosa bella y elegante, según la opinión del Nobel y eminente escritor peruano, Mario Vargas Llosa.
Temporalmente a nuestro pensador se le ubica a finales del Siglo XVI e inicios del XVII. Desde el punto de vista historiográfico, su obra tuvo mucha influencia en los historiadores peruanos de todos los tiempos. Sin embargo, surgieron críticos que empezaron a cuestionar, endeblemente, la veracidad de sus informaciones. Pero nunca pudieron traer abajo su prestigio eminente.
Su padre fue sobrino del célebre poeta Garcilaso de la Vega del Siglo de Oro de España. Entonces, el Inca Garcilaso sería sobrino nieto, por parte de la familia de su progenitor, del famoso poeta renacentista castellano.

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El Inca Garcilaso: literato de los buenos

PURA HISTORIA
En su obra cumbre, “Los Comentarios Reales” publicada en Lisboa en 1609, expuso la historia, cultura y costumbres de los incas y otros pueblos del antiguo Perú. El libro, luego del levantamiento de Túpac Amaru II, sería prohibido por la corona española al considerársele sediciosa y peligrosa para sus intereses, pues alentaba el recuerdo de los primeros peruanos. Tal prohibición rigió desde 1781, aunque la obra se siguió imprimiendo en España.
Las otras creaciones importantes del Inca Garcilaso son: “La Florida del Inca” editada en Lisboa en 1605, y la segunda parte de los Comentarios Reales. Esta última es más conocida como la “Historia General del Perú” (Córdova 1617) publicada póstumamente. Allí el autor trata sobre la conquista de nuestro país y el inicio del Virreinato.
Era hijo del conquistador español, Sebastián Garcilaso de la Vega de la nobleza extremeña y de la ñusta o princesa inca Isabel Chimpu Ocllo, nieta del Inca Túpac Yupanqui y sobrina de otro de ellos Huayna Capac, emperador del reino de los cuatro suyos llamado también en quechua Tahuantinsuyo. Su nombre de bautizo fue Gómez Suarez de Figueroa. Tiempo después, radicando en España, se lo cambiaría por el de Inca Garcilaso de la Vega. Gracias a la privilegiada posición de su padre, que perteneció a la facción pizarrista. Fue bautizado con los apellidos ilustres de sus tíos paternos y otros antepasados que pertenecieron a la Casa de Feria.

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El autor y la caratula de uno de sus libros mas conocidos

NOBLE
Recibió en el Cusco una esmerada educación, en primeras letras, a cargo de Juan de Alcobaza al lado de los hijos de Francisco y Gonzalo Pizarro, mestizos e ilegítimos como él. Durante sus primeros años, estuvo en estrecho contacto con su madre y con lo más selecto de la nobleza inca. Entre los que se contaban los hijos de Huayna Cápac: Paullu Inca y Tito Auqui. Nuestro personaje accedió a la instrucción de los amautas o sabios incas versados en la mitología y cultura nativa.
Sin embargo, su padre se vio obligado a abandonar a la princesa inca, a causa de la presión de la Corona parra que los nobles españoles se casen con damas de la misma nacionalidad y ralea. Por eso contrajo matrimonio con Luisa Martel de los Ríos y le dio a la madre de ésta una cuantiosa dote (dinero) que le sirvió para casarse con Juan del Pedroche, un soldado peninsular. De esta última unión, el Inca tuvo dos medios hermanas, Luisa y Ana.
Su adolescencia estuvo ensombrecida por las cruentas guerras civiles del Perú. Los y su padre padecieron la persecución de los rebeldes Gonzalo Pizarro y Francisco de Carbajal. Lo cierto es que su progenitor optó por enrolarse al bando de Pizarro, aunque forzadamente.
 Ello lo conto el Inca Garcilaso de la Vega. Pero el ilustre español retorno al lado real, sumándose al ejército del presidente Pedro de la Gasca durante la batalla de Jaquijahuana. Por lo que fue conocido, despectivamente, como el “leal de las tres horas”. Este episodio tendría luego mucha repercusión en la vida posterior del Inca.

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Una estampilla en su honor
AYUDA
Hacia 1550 el pequeño noble por angas y por mangas fue enviado a Charcas para volver después al Cusco donde fue testigo de la rebelión de Francisco Hernández Girón, ocasión en la cual ayudó a su padre, entonces Alcalde ordinario de la ciudad, a huir por los tejados de las casas. Este hecho ocurrió en 1653.
Su padre le tuvo gran estima como demuestra el hecho del cariño que le demostró a su hijo en sus escritos y la decisión de que le legara en su testamento tierras en la región de Paucartambo y 4 mil pesos de oro y plata para que el joven mestizo cursara estudios en España.
A los 21 años de edad y poco después del fallecimiento de su padre, Garcilaso salió del Cusco rumbo a   Lima dispuesto a embarcarse hacia España. El viaje resultó enteramente arriesgado. Partió del puerto del Callao, estuvo a punto de naufragar en la isla de Gorgona, cruzó a lomo de mula el Istmo de Panamá, llegó a Cartagena de Indias para tomar la ruta de los galeones hasta La Habana y Las Azores, donde un marinero portugués le salvó la vida antes de llegar a Lisboa.
Estuvo poco tiempo en Extremadura y se estableció en la ciudad cordobesa de Montilla. Luego se trasladó a Madrid donde solicito algunos atributos que la Corona le debía a su padre. Allí conoció al Conquistador Gonzalo Silvestre, ¡quien le proporcionó infinidad de datos que los puso en su obra “La Florida del Inca”
La solicitud a la Corona le fue denegada y acusaron a su padre de favorecer al rebelde Gonzalo Pizarro, dándole un caballo que le salvó la vida en la Batalla de Huaringa. Tal versión fue apoyada por los cronistas de Indias oficiales.

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Escritura de la época

MILITAR
Pensó en volver al Perú completamente decepcionado. Al final optó por continuar viviendo en la Península y seguir la carrera militar como su padre. Abandonó el nombre de Gómez de Figueroa con el de Garcilaso de la Vega, por el que sería conocido siempre.
Logro el grado de Capitán y tomo parte en la represión de la Rebelión de los Alpujarras de los moriscos de Granada, bajo el mando de don Juan de Austria. Se enteró de la muerte de su madre y de su tío Alonso de Vargas, quien le adjudicó una herencia de dinero en su testamento. Lo que le permitió vivir con holgura.
Posteriormente falleció la esposa de su tío Alonso. La misma que le dejo más bienes que acrecentaron su bienestar económico y le posibilitaron entregarse, sin problemas, a la cultura. Muy probablemente dolido por la poca consideración que se le tenía en el Ejército, por su condición de mestizo, dejo las armas definitivamente.
Frecuentó los círculos humanísticos de Sevilla, Montilla y Córdoba y se volcó, a fondo, al estudio de la historia y a la lectura de los poetas clásicos y renacentistas. Fruto de esas lecturas fue la celebrada traducción del italiano que hizo de los Diálogos del Amor del filósofo neoplatónico León Hebreo.
Esta obra la dio a conocer en Madrid en 1590 como “La Traducción del Indio de los Tres Diálogos de Amor de León Hebreo”. Fue su primer libro y la primera pieza literaria de valor superlativo hecha por un americano en Europa. Ya por entonces firmaba como Garcilaso de la Vega y se presentaba como hijo del Cusco, ciudad a la que definía como cabeza del imperio.

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Otro libro del autor famoso

RELACION
Por entonces tuvo una relación estrictamente comercial con el célebre Luis de Góngora y en Montilla coincidió con Miguel de Cervantes Saavedra, que recaudaba fondos para la Corona. Parece ser que Cervantes conocía las obras del insigne mestizo. Había leído la última traducción hecha por el autor.
Llegó a Córdoba y se relacionó con algunos intelectuales como el jesuita Juan de Pineda, quien lo instó a preparar un comentario piadoso de Las Lamentaciones de Job.. Por aquella época, estaba recolectando material para sus proyectadas obras sobre la conquista de La Florida y del Perú. Así como todo lo relacionado con el Imperio Inca. Una de esas fuentes fue la crónica hoy perdida de Blas Varela.
Escribió la Genealogía o Relación de la Descendencia del famoso Garci Pérez de Carbajal, nombre de un célebre capitán que fue antepasado suyo, obra que se publicó con mucho retraso en el siglo XX.
Simultáneamente se relacionó con soldados participantes de la Conquista de Florida y se encontró con dos, Alonso Carmona y Juan Coles, que le obligaron a retocar lo que ya tenía escrito sobre la expedición de Hernando de Soto. Puiblicó finalmente la obra en Lisboa, con el título de “La Florida del Inca”.

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Homenaje a los 400 años de su muerte
EPITAFIO
Apareció también en Lisboa la primera parte de su creación cumbre “Los Comentarios Reales de los Incas” impreso en una edición dedicada a la princesa Catalina de Portugal, duquesa de Braganza. Hacia 1612 culminó la segunda parte de esta obra que fue publicada póstumamente en Córdoba en 1617, con el título de “Historia General del Perú y dedicada a la Virgen María.
Garcilaso compro la Capilla de las Animas en la mezquita Catedral de Córdoba. Falleció años después y allí fue enterrado. En su lápida se puso el siguiente epitafio: El Inca Garcilaso de la Vega, varón insigne, digno de perpetua memoria. Ilustre en sangre. Perito en letras. Valiente en armas. Hijo de Garcilaso de la Vega. De las Casas de los duques de Feria e Infantado y de Elisabeth Palla, hermana de Huayna Capac, último emperador de las Indias. Comentó La Florida. Tradujo a León Hebreo y compuso los Comentarios reales. Vivió en Córdoba con mucha religión. Murió ejemplar: dotó esta capilla. Enterróse en ella. Vinculó sus bienes al sufragio de las ánimas del purgatorio. Son patronos perpetuos los señores Deán y Cabildo de esta santa iglesia. Falleció a 23 de abril de 1616.
Muchos años después, el 25 de noviembre de 1978, el Rey de España, Juan Carlos I, entregó como donación al Perú de una arqueta que contenía una parte de las cenizas de Garcilaso, que reposan actualmente en la Catedral del Cusco.

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Monumento al Inca en Buenos Aires.

PROYECTO
Siguiendo las corrientes humanistas europeas en boga durante el tiempo que le toco vivir, Garcilaso inició un ambicioso y original proyecto historiográfico centrado en el pasado americano y en especial el del Virreinato del Perú.
Considerado como el padre de las letras del continente, con “La Florida del Inca”, se convirtió en un cronista sensible y acertado que cuenta, con detalle, la expedición del conquistador Hernando de Soto, de acuerdo con los relatos que recogió él mismo durante años, y defiende la legitimidad de imponer en aquellos territorios la soberanía española para someterlos a la jurisdicción cristiana.
En los Comentarios Reales, el gran escritor recuerda su infancia y juventud escuchados directamente de sus parientes, de contactos epistolares y visitas importantes a personajes destacados del Virreinato del Perú.
Según los críticos y entendidos, el relato constituye, pese a los problemas de sus fuentes orales y escritas y a las incongruencias de muchas fechas, uno de los intentos más logrados de salvaguardar la memoria de las tradiciones de la civilización andina, con un estilo y conceptos impecables.
La Historia General del Perú está plagado de escrituras valientes e impecables donde se relata los aspectos más saltantes de la Conquista del Perú, las guerras civiles entre los conquistadores y la instauración del Virreinato en esta parte del continente. También se trata sobre la resistencia de los incas de Vilcabamba que culmina con la ejecución del último de estos, Túpac Amaru I en la Plaza de Armas del Cuzco.

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Un dibujo del gran escritor
REHABILITACION
Incluye en sus páginas una rehabilitación de su padre, el capitán Sebastián Garcilaso de la Vega, desprestigiado ante la Corona por haber militado en el bando del rebelde Gonzalo Pizarro. Sus obras reflejan que el recibió una educación formal esmerada tanto en su patria como en España. Hablaba castellano, quechua y latín.
Cabe señalar que su familia materna estaba conformada por los antiguos gobernantes incas y, por ello, el describe a los incas como monarcas benévolos que gobernaban un imperio donde se vivía en una patria de justicia y abundancia. Ahí no había mendigos ni ociosos.
Garcilaso negó siempre que en el tiempo de los incas se hicieron sacrificios humanos. Pero reconoce que era una práctica ancestral anterior al imperio en una época realmente brumosa y poco conocida. Afirma que la misión de los antiguos peruanos fue la de ce civilizar a los pueblos bárbaros que practicaban costumbres salvajes.
La obra del Inca Garcilaso de la Vega es la expresión más explícita e intensa del dilema cultural y el drama íntimo que constituía entonces ser un mestizo americano. Su nacimiento, como el de su hermana Isabel un año después, es una consecuencia del 'encuentro' de dos culturas a partir de la derrota.
Pero además de ese elemento común a toda la conquista de América, en su caso hay otros excepcionales, pues al origen 'natural' o 'ilegítimo' del Inca Garcilaso, que tendrá largas consecuencias en su vida y se reflejará en su obra, se une el hecho de que las sangres que en él se funden son nobles. Esto si que es importante y excepcional y tan trascendental. Inclusive en el Perù de hoy: tan mestizo, tan plural, tan de todas las sangres. (Edgardo de Noriega)

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