He aquí una cuadra de nombre antiguo, típicamente nuestro de quechua origen y, además democrática y estudiantil, como para dedicarle al mes del comienzo, en el ayer, de la labor escolar y, además, por la circunstancia de haberse fundado en febrero, precisamente, el Colegio de Guadalupe en 1841. Cerrada hacia Santa Teresa, Monasterio erigido solo afines del Siglo XVII, esta calleja retorcida de humilde aspecto aldeano mantuvo siempre un como rumor de frondas y murmurío de aguas acordadas a su nombre.
Formaba parte de la gran huerta
de la Chacarilla de Sam Bernardo de la Casa de Probanza o Noviciado de los
Padres Jesuitas, porque era lugar de recreo de sus maestros y estudiantes y, a
la vez, de refugio para quienes ansiaban horas de retiro y meditación. Aquel
barrio fue y, en cierto modo, sigue siendo típicamente escolar y para quienes
gustan de rehacer un tanto la fisonomía de la Lima antañona,
vale esclarecer su situación hasta mediado el siglo XIX.
Fue al alborear el siglo XVII cuando los Jesuitas trasladaron la casa de Novicios del Cercado a estos sitios, llamados carolinos a partir del Siglo XVIII. La angosta cuadra tenía a un lado la chacarilla propiamente dicha unida a la Casa de Probanza y, al otro, el Hospicio de Huérfanos. Era un arrabal de Lima.
Hacia el fondo porque no existía la
calleja-abierta muy mediado el siglo XIX con parte de ella misma y de la Huerta
Perdida- hoy llamada Hospicio, quedo encerrada después por el muro, cuando lo
alzaron, del Monasterio de carmelitas de Santa Teresa. Antes iba hasta Santa
Catalina, según aparece en algunas antiguas escrituras. En 1632 ya se citra la
calle abierta por la Chacarilla hacia el convento de monjas de Santa Catalina
de Sena.
REFERENCIAS
La huerta de Ruiz de Moya por
esos barrios de Santa Catalina, citada en el artículo sobre el Mascarón,
conforme a imposición de censo en 1619, según escritura ante Cristóbal de
Aguilar Mendieta nos muestra, por su descripción, como había calle que iba de
la Chacarilla de la Compañía de Jesus.
En otra referencia de 1620, de
acuerdo con la escritura ante Diego
Sánchez Vadillo, se expresa claramente el lindero con tierras del Noviciado. Es
una capitanía sobre la “chacarilla nombrada San Bernardo a favor de Mayor de
Guzmán viuda del médico Pedro Ramón y otro dato, del mismo año y del propio
escribano con alusión al censo impuesto sobre cuatro pares de casas de María de
Luján, viuda del doctor Alvaro Núñez de Solís, en el barrio de la Encarnación
contribuye al esclarecimiento porque dice “una está en la calle que va a la
huerta de los jesuitas y linda por una parte con el Noviciado y por otra con
huerta de la Compañía”.
Para mostrar cómo había antes de
la erección de Santa Teresa, vía a Santa Catalina, basta citar una inscripción
de capellanía sobre casas de Francisco de Orosco y su mujer Micaela Urrola.
Estaban sobre un solar comprado a Juan de Montes de Oca “en la esquina que
va de la Chacarilla de la Compañía de
Jesús a Santa Catalina” y para mayor comprobación, señala al frente, calle real
en medio, la huerta y solares de de los herederos del alférez Andrés Ruiz de
Moya. La escritura fue de 21 de febrero de 1654 ante Nicolás Sánchez en registro de Miguel López Varela.
NIÑOS
Al costado izquierdo entrando,
estaba la capilla, porque no alcanzaba a templo, de los niños huérfanos,
amparados por aquella hermosa institución fundada por Luis El Pecador con lindo
nombre de franciscano corte: “ Los hermanos de los niños perdidos” Al lado
estaba el colegio de Santa Cruz de Atocha implantado por la piedad de Mateo Pastor
de Velasco y su mujer Leonor Vélez Michel, por aquel entonces en la esquina de
Huérfanos y Padre Jerónimo, ésta antes llamada
Crispín y trasladado más de dos siglos después al local de las Teresianas.
Hacia el norte, por un lado, la
cuadra cerrada allí precisamente y después llamada Pileta de Santa Teresa y,
por el otro, la propiamente conocida por Huérfanos nombre genérico de la recta,
desde Roldán, muchísimo después San Carlos, pues he visto titulaciones de esta
última cuadra con el nombre de Huérfanos. A su respaldo, al sur, la Casa de
Probanza, sin solución de continuidad porque no existía la muy moderna calle de
Inambari y, a su frente hacia la Puerta Falsa de la Encarnación, la cuadrita
llamada asimismo Chacarilla y también Tello, hasta mediado el siglo XVIII
cuando por la erección del templo de Nuestro Señor Sacramentado puesto bajo la
advocación del Corazón de Jesús y tomó
este nombre.
La casa de Santa Cruz< de
Atocha fue comprada a Ana de Ulloa, quien vivió en la nombrada después Crispín
y el solar para los Huérfanos, fue de María de Esquivel, la misma dueña de los
solares donde estuvo el Hospital de convalecientes de San Diego y el Convento
de San Juan de Dios.
COMPRA
En el antiguo Mercurio Peruano se
afirma lo primero y en titulaciones de la Beneficencia se comprueba lo segundo.
Pero a quienes compró Luis el Pecador fue a la viuda del Secretario Juan de
Espinar, Francisca Pérez de Orosco y en el documento se habla ya de la
Chacarilla de los Testinos. Lindaba con huerta de Luisa Vergara, viuda de Hernando Liñán con
solar de Juana de Manchay y con casas de Maria de Bilona. Estos Espinar fueron
padres del dominicano limeño Fray Juan
Espinar, Procurador General de la provincia en España, Vicario in cápite de
Lima y Obispo de Santa Marta.
En cuanto a la cuadra de Crispín
debió, muy probablemente, tal nombre al hecho de haber tenido ajhpi sus casas,
entre las del doctor José de la Vega y las de Isabel de la Cruz, el médico Crispín
Hernández en el siglo XVII sobre quien trae Caviedes estos zahirientes versos: Seré
Crispín quien receta/a salga lo que saliere/de la cura, donde diere/con récipe
de receta.
En el mismo siglo, en 1671, era del barrio otro médico, el doctor Pedro del Campo, comprador de un censo al Capitán Francisco Vásquez, ante Jose del Corro. En una imposición de censo del capitán Juan de Cifuentes, situado en casa de Jerónima Valerio viuda de Juan Bautista Picón, el mozo ante Pérez Landero, se dice “la calle como se va de los niños huérfanos al noviciado de la Compañía de Jesús y el alarife Manuel de Escobar la sitúa a la puerta de dicho noviciado, caso de deslazamiento de nombre La casa de Picón había sido de Isabel de Velasco y por allí estaba la huerta de Bartolomé Rueda.
TITULOS
Por otra escritura de 1623, ante
Diego Gómez Nieto, se menciona la casa en frente de los niños huérfanos,
lindante con la de aquel venerado médico, tal vez hijo del célebre Gaspar, el
doctor Fernando Meneses fallecido, según Suardo, “por habérsele cancerado la
lengua” y cuyo cadáver trasladado a la Merced y expuesto durante 8 días,
exhalaba por la entreabierta boca milagros de olfato de esos tiempos un olor
como de rosas….
En títulos de fincas del actual
Corazón de Jesús del siglo XVIII existentes en el Archivo de la Beneficencia y
relativos a propiedades de la familia Cuéllar, una de ellas colindante con la
después del Contralmirante Manuel Melitón Carbajal, vecino ilustre del barrio,
se confirma plenamente el nombre desde la puerta falsa de la Encarnación. Vivía
en Huérfanos en 1828 un personaje interesante de los primeros forjadores de la
República José Morales Ugalde, a la sazón Ministro de Hacienda, miembro
fundador de la Sociedad Patriótica, autor de un trabajo sobre México y el primer
Plenipotenciario del Perú en ese país. En 1840 tenía allí su escuelita Pascuala
Vidal.
En la misma casa de Carbajal
había vivido antes, y durante muchos años, el integérrimo magistrado Manuel de la Encarnación Chacaltana, padre de
Reynaldo periodista y escritor y de Cesáreo, jurisconsulto, hombre de ciencia y
maestro de los más notables del Perú del siglo XIX
En la acera fronteriza también
vivió durante mucho tiempo el Ing. José Castañón, uno de los más notables de su
época, hombre muy gentil y con gran sentido del humor y sus hijos los Castañón
y Vivero, de los cuales José ha heredado la fina chispa del padre.
FINCA
Parte de la Chacarilla, donde se
alzaron casa huerta, panadería y callejones inmediatos al Estanco, después
Colegio de Guadalupe, fue rematada a Francisco Muñoz Cañete en 1776 ante José
Russo. Posteriores dueños fueron Esteban Jiménez, Rufina Adrianzen de
Aristimuño y Juan Rodríguez de Aristimuño, de cuyo concurso de bienes subastó José Gálvez Egusquiza en
1863
La finca era enorme, lindando con
la huerta del Estanco y con San Carlos. Abarcaba una extensión de siete mal
varas cuadradas aproximadamente. No tenia altos. Pero si gran corralón con dos
puertas junto a ]Guadalupe
La huerta y casa de Ejercicios de
la Chacarilla citada por los cronistas y por los viajeros, entre ellos Jorge
Juan y Antonio de Ulloa, lindaba con la Huerta Perdida, de mayor extensión aún,
pues alcanzaba hasta Santa Catalina, cuyo fuerte se hizo con parte de esa huerta. Cubría todoel enorme
sector de las calles nuevas de Abancay, Inambari, Bambas, Cotabambas, entre
muchos otros lugares.
Al lado de la Chacarilla hacia la
esquina tuvo propiedades el Convento de Santo Domingo y existían rancherías de
negros y de indios. La Casa de Expósitos
procuró mejorarlas, pero los terremotos de 1687 y de 1746 obligaron a vender a
censo esas propiedades. Allí cerca tenía su propiedad Félix Aramburú e Isabel
de Baena, viuda del Alférez Antonio de
Robles.
La Chacarilla además de haber
sido lugar de recogimiento y de ejercicios, a semejanza de los Descalzos,
servía a los virreyes para solaz y reposo. Los estudiantes recitaban honestos
coloquios y allí el Conde de Chinchón afligido de hipocondría maliciosa y de
tiricia buscaba confortación a sus penurias de salud.
COLEGIO
El Virrey Amat dispuso que se
adjudicase ahí a San Carlos el Colegio de San Martín con un Director General de
Estudios de Gramática y Retorica, advirtiendo que tendría siempre un rector
eclesiástico o secular, probado en letras y costumbres. El primero fue Juan de
Bourdanave. Los estudiantes deberían vestir ropas de abate unos y llevar los
otros el marcial espadín si se dedicaban al secularismo.
San Carlos tuvo tendencias
liberales en las postrimerías de la Collonia. Ahí se formó un hombre como
Sánchez Carrión y donde enseñlaron Diego Cisneros y Toribio Rodriguez de
Mendoza con las ideas nueva y de avanzada.
Al comenzarla Republica, San
Carlos se convierte en foco
reaccionario, pero en el mismo barrio surge el colegio liberal y democrático.
Guadalupe prospera velozmente y asienta escuela nueva. Allí hubo una faz
educacional y, a la vez, popular. Quedo el Guadalupe como colegio de
instrucción media y desapareció San Carlos, con el correr de los años.
La Chacarilla era una maestra de
vida verdadera. Con la dulzura de la vida. Pero también con la tristeza y el
ensueño. Venia la muerte y también la miseria ara los vivos que e quedaban.
Pero también se aprendió a soñar, a sufrir, a perdonar y a estar cerca del
cielo y del pueblo. (Páginas seleccionadas
de las "Obras Completas" que pertenecen como autor al consagrado
escritor y político, José Gálvez Barrenechea)
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