La coincidicencia total,
definitivamente, nunca se registró porque Andrés
de Santa Cruz Calahumana fue un torbellino de fuerza, de cambio e incluso
para muchos de ambiciones de poder y constantes conspiraciones. No muy claras
que digamos.
Por ejemplo, cuando pactaba con unos como
Gamarra y luego con otros que, precisamente, eran contrincantes para su
conveniencia personal, de acuerdo al juicio de muchos analistas y observadores.
Pero en fin, lo que tratamos es verlo
con evidente perspectiva histórica de imparcialidad.
Caminó persistentemente de un lado a otro. De su tierra natal Bolivia
rumbo al Perú, donde se educó. Idas y
venidas constantes, en diferentes épocas Por ambos países. Por gran parte de América.
Para terminar en Europa, sin poder, donde murió.
Andrés de Santa Cruz.
Andrés de Santa Cruz.
Las decisiones múltiples y
trascendentes. Primero soldado realista ofensor.
Luego convencido, patriota, tras estar preso en el cuartel de San Martín. Lo
destacable es que la transformación fue por convicción plena.
Insigne combatiente de las batallas de
Pichincha, Zepita y Junín, contribuyendo, definitivamente, como Prócer a la Independencia
Americana. Gobernante firme con postulados de orden, fortaleciendo la autoridad
y el criterio de los deberes y derechos de los ciudadanos.
El uso bien entendido de la libertad. La
severidad de la ley y la estricta obligación de obedecerla. La correcta
percepción y empleo de los dineros públicos. Como logros definitivos de vida.
Todo esto es el anverso positivo.
Presidente de la República en ambos países.
Aquí después de irse Bolivar para nunca
más volver, como mandatario provisional. Allá, durante diez años, entre los
años 1829 y 1839.
En el Perú, lo nombraron Gran Mariscal de
Zepita. Mientras que en Bolivia tambien
le dieron infinidad de honores y gozó de una popularidad de gobernante
eficiente. Pero se dice que,aunque no se probó fehacientemente, q quiso
cercenar nuestro territorio.
COMO
ERA
Lo cierto es que en ese
caminar zigzageante propugnó la Confederación Perú Boliviana, de la cual fue
protector con vigencia de poder durante tres años, de 1836 a 1839. Para variar,
con grandes problemas y decididos detractores.
La acusación directa es que
vulneró por, donde se le vea, la unidad e integración del Perú. Aprovechándo,
cinicamente, los tiempos de una tremenda anarquia con inestabilidad constante y
caudillismos desenfrenados.
Jorge Basadre, en la
Historia de la República del Perú, contribuyó a la vacilación de tomar partido
en pro o en contra cuando, sin ambajes y con precisión, reconoce que tenía “ciertos atributos de malicia e incluso, de
implacable crueldad”. Todo esto y lo anterior forma parte del reverso
negativo.
El eminente historiador
tacneño lo describe físicamente como fuerte, robusto de rostro duro y lampiño. Alto
y de color cobrizo. Lo consideraban cholo y sus enemigos se aprovechaban de
ello, para denigrarlo. Era el “indio”, rechazado despectivamente. Nunca debió
pasar ello. El sentido y significación de raza es un prejuicio maligno
Los ojos negros y almendrados con mirada
parecida a un ave que solía ocultarse y nunca entregarse al interlocutor. Su
rostro tenía una expresión de astucia. Hosco, huraño, frio en sus decisiones.
Así lo presenta Basadre.
Nació el 5 de diciembre de
1792 en la ciudad de la Paz, Bolivia. Era, por el lado paterno, integrante de
una familia de la nobleza colonial. Su padre, José de Santa Cruz Villavicencio,
natural de Ayacucho y su madre Juana Basilia Calahumana, cacica de magnífica
posición económica que se consideraba descendiente de los incas y originaria
del pueblo boliviano de Huarina.
Efectuó sus primeros
estudios en el Colegio San Francisco de su ciudad natal y luego en el San Antonio
de Abad, ubicado en el Cusco. Aquí conoció a quien primero se convirtió en su aliado y después
persistente rival Agustin Gamarra, quien también fue Presidente del Perú.
El primer plantel enteramente realista.
Mientras que el peruano, con gérmenes enteros de patriotismo. Comenzaba el
conflicto de ideales que lo acompañó mucho tiempo
En efecto, para sus biógrafos,
las angustias e inquietudes en lo que se refiere a ideologia y creencias de
realismo por un lado y patriotismo por otro, le nacen desde muy joven.
MASACRAN
A SU PADRE
La situación se complicó,
por completo, con la muerte de su padre que falleció, masacrado cruel e
injustamente, siendo prisionero de los patriotas luego de la explosión de un
depósito de pólvora ocurrido por el descuido de estos últimos, según relata en
un folleto de su autoría Félix Denegri Luna,
Abogado y miembro prominente hasta su desaparición de la Academia
Nacional de Historia.
Este joven veía, como muchos
de su generación en el Perú de aquel entonces, que los ideales valederos habian
cambiado. La devoción al Rey se transformaba, como obligación, en la lealtad a
la patria. Pero le costaba asimilar y sobre todo reconocerlo.
Pese a las dudas y las indecisiones, optó por
la carrera militar. Más pudo el cariño a
su padre y se enroló al ejército realista. Es así como luchó contra la invasión
de las tropas rioplatenses al Alto Perú, luego de iniciarse la guerra de la
Independencia. Lo mismo hizo en la batalla de Huaqui. Por su buen desempeño, lo
ascendideron de Subteniente a Teniente.
Mostró mucha valentia cuando
se enfrentó defendiendo a las huestes
españolas contra Mateo Pumacahua, siendo uno de los puntales en el exterminio
de esa guerrilla que puso en jaque a los colonialistas.
Llegó a ser Mariscal.
Llegó a ser Mariscal.
PATRIOTA
Intervino en diferentes
batallas cuando cayó preso en Tucumán y fue trasladado al poblado de las
Bruscas, cerca a Buenos Aires. Ostentaba el grado de Teniente Coronel. Fugó de
alli y retornó al Perú.
Volvió a enrolarse en el
ejercito realista, desempeñando la Comandancia General de Chorrillos y
encargado de vigilar y proteger gran parte del sur chico, hasta Nazca.
Posteriormente, le fue
confiado el mando de Carabayllo y lo trasladaron a Cerro de Pasco Ahí peleó contra las tropas patriotas del
General Juan Antonio Alvarez de Arenales, español entregado a los ideales
libertarios.
Lo apresaron y lo llevaron
al Cuartel General de la Independencia en Huaura, establecido por el
propio José de San Martín. Allí recien
tomó la decision, cuya duda lo acompaño durante muchos años, abrazando, para
siempre, la causa libertadora. Le dieron el grado de Coronel y comenzó a servir
en Cuenca, Ecuador.
El Ejército Libertador,
encabezado por Simón Bolívar que ya había independizado Venezuela y Nueva Granada, avanzaba,
por entonces, hacia Quito, Ecuador. Sucre, el lugarteniente del venezolano, pidió el auxilio del
Perú contra los españoles que le cerraban el paso en la sierra quiteña.
San Martín envió una división bajo el mando de Santa
Cruz. Confluían así las dos corrientes libertadoras La del Norte, iniciada en
Venezuela. Y la del Sur, desde Río de la Plata. Mientras Sucre, con su grupo de
guerreros, representaba a la Gran Colombia.
Santa Cruz, al mando de
mil 300 a mil 500 soldados, encarnó, decididamente, el aporte del Perú a la
lucha por la emancipación de Quito y de América. Se libró la Batalla
de Pichincha,
el 24 de mayo de 1822, que se
convitió en una gran victoria para los patriotas, tras tomar Quito. Lo ascendieron a General de Brigada. El Congreso
de la República le concedió una medalla al mérito.
Encabezó un
pronunciamiento que sirvió para que se depusiese a la Suprema Junta Gubernativa
del Perú y se impusiese a José de la Riva Agüero, como Presidente de la
República. Este fue el primer golpe de estado que ocurrió en el Perú.
Fracasó por completo en la
segunda campaña de intermedios al no poder triunfar contra los españoles
enquistados en el sur del pais. Ocurrieron las batallas de Zepita, Sicasica y
Ayo y tuvo que retirar su ejército, desde Deasaguadero hacia la costa.
APOYO DE BOLIVAR
Santa Cruz, cabisbajo y
deprimido, se fue a Piura. Allí Bolivar, no obstante el último revés, le pidió
que integrase nuevamente el Ejercito
Patriota. Con miras a lograr la indepencia final.
Lo nombraron Jefe del Estado Mayor de la
Division Peruana y, como tal, participó activamente en la Batalla de Junín, el
6 de Agosto de 1824. Cuyo parte redactó y resultó enteramente favorable para la
causa libertadora.
Al poco
tiempo, fue designado Prefecto de Huamanga. Ciudad donde
permaneció lo que restaba de la campaña.
Gamarra lo reemplazó en la jefatura del Estado Mayor.
Su nueva
tarea consistió en mantener operativas las comunicaciones del Ejército,
vigilando lau retaguardia, reclutando nuevas fuerzas y conteniendo alguna que
otra partida dispersa de realistas.
Tales
funciones dieron lugar a que deje de luchar en la batalla de Ayacucho. Al poco tiempo
pasó a ser Jefe de Estado Mayor del Ejército Libertador, durante la campaña del
Alto Perú dirigida por Sucre.
En abril
de 1825, le otorgaron el rango máximo de Gran
Mariscal y lo designaron Prefecto de Chuquisaca. Por aquel tiempo en
el Alto Perú fue creada la nueva República Bolívar, actual Bolivia,
con el impulso del Libertador y teniendo
a Antonio José de Sucre, como primer Presidente
de la República.
Durante
la dictadura de Bolívar en el Perú, a Santa Cruz lo nombraron Presidente del
Consejo de Gobierno, por lo que viajó a Lima y asumió el cargo el 29 de junio de 1826.
En tal
calidad, ejerció interinamente el poder supremo cuando el Libertador abandonó
el país. Le tocó presidir la juramentación de la Constitución Vitalicia, carta magna
redactada e impuesta por el venezolano, que también resultó vigente de la misma
forma en Bolivia.
Al
ocurrir la firme reacción antibolivariana del pueblo de Lima, el 27 de enero de 1827, le encargaron el gobierno para convocar a un
Congreso Constituyente y reunirlo en un plazo de tres meses, a fin de que se
eligiera al Presidente Constitucional de la República y diera una nueva
Constitución.
Aceptó y
pasó a presidir una Junta de Gobierno, que estuvo integrada además por Manuel Lorenzo de Vidaurre, José de Morales y Ugalde, José
María Galdeano y el General Juan Salazar.
Convocó al segundo
Congreso Constituyente del Perú, que después de las
elecciones, se instaló bajo la
presidencia del sacerdote Francisco
Javier de Luna Pizarro, de tendencia liberal. Ante
dicha asamblea, Santa Cruz presentó su renuncia, pero no fue aceptada. Por lo
que permaneció un tiempo adicional en el poder.
PERDEDOR
La tarea siguiente del
Congreso era elegir al Presidente de la República. Santa Cruz se presentó como
candidato a la primera magistratura y fue apoyado por los Conservadores. Pero los diputados Liberales del Congreso
optaron por elegir al Mariscal José de La Mar.
Quedó muy descontento con
esta elección. Lo mismo pasaba con otros militares como: Agustín Gamarra y Antonio
Gutiérrez de la Fuente. Ellos formaron un triunvirato
que se puso a trabajar en pro de la caída de La Mar.
Lo que a la postre lo lograron. Pero, mientras
tanto, el Gobierno lo mantuvo alejado,
destacándolo como Ministro Plenipotenciario del Perú en Santiago
de Chile.
Allí se hallaba cuando
ocurrió la invasión peruana de Bolivia al mando del General Gamarra, cuyo objetivo era poner fin a
la influencia bolivariana en dicho país.
El 6 de julio de 1828 se firmó el Tratado
de Piquiza, por el cual el presidente Antonio José de Sucre renunció al poder que ejercía en Bolivia y se acordó el
retiro de las tropas colombianas.
Al igual que Gamarra,
Santa Cruz consideraba que había sido un error de Bolívar separar el Alto y el
Bajo Perú, por lo que se propusieron reunirlos nuevamente, aunque cada quien
tenía un plan distinto para llevarlo a cabo.
Tras el fin de la influencia
colombiana en Bolivia, este país se vio amenazado de caer en la anarquía. Fue
entonces cuando el Congreso de dicha nación tomó una decisión trascendental: el
31 de enero de 1829, eligió a Santa Cruz como Presidente de Bolivia.
Le
pidió permiso al Congreso peruano para asumir dicha investidura, lo que le fue
concedido. En camino hacia Bolivia pasó por Arequipa, donde contrajo matrimonio
con la dama peruana, Francisca Cernadas, hija de un Oidor de la Real Audiencia,
con quien tuvo nueve hijos: Simón Andrés
Rafael, Pedro Octavio, María Trinidad Eulalia Enriqueta, Elena Basilia, Andrés
Octavio, María Mercedes Clementina, María Victoria, Manuel Alejandro Oscar y
Andrés Domingo Friso.
Juró
la Presidencia de Bolivia el 24 de mayo de 1829. Ese mismo día promulgó una ley
de amnistía y derogó la Constitución Vitalicia. Con el paso del tiempo, impulsó
una serie de medidas reformistas: pacificó el país, reorganizó el Ejército,
reestructuró las maltrechas finanzas e hizo mejoras en el campo económico y
educativo.
En
1831 renunció al mando provisorio ante la Asamblea boliviana. Pero se le volvió
a otorgar el poder, con el grado de Mariscal y Capitán General del Ejército Boliviano.
Ya era Gran Mariscal del Perú y General, por decisión de Colombia. Se le
concedió, además, el título de Gran Ciudadano Restaurador de la Patria en su
tierra natal.
Por
aquella época, en Bolivia se promulgó la Constitución Liberal de 1831. La cual,
entre otras medidas, estableció que el Presidente sería elegido por cuatro
años, con posibilidad a la reelección. Santa Cruz fue elegido Presidente
Constitucional, pero pidió facultades extraordinarias. Que le fueron concedidas
tras agitados debates parlamentarios.
ANARQUIA
Mientras
tanto, el Perú vivía en un estado de efectiva anarquía. El Presidente de la
República, Luis José de Orbegoso, se hallaba abrumado por las revueltas
internas.
La última de las cuales la encabezó, Felipe
Santiago Salaverry, quien se autoproclamó Jefe Supremo del Perú, en Febrero de
1835. Este último fue, paulatinamente, extendiendo su autoridad en el resto del
país. Orbegoso se replegó hacia el sur e instaló su gobierno en Arequipa.
General Felipe Santiago Salaverry.
General Felipe Santiago Salaverry.
Por
entonces, el Mariscal Agustín Gamarra, que era el mayor opositor del régimen de
Orbegoso, se hallaba desterrado en Bolivia. Vista la crítica situación del
Perú, Santa Cruz y Gamarra se entrevistaron en Chuquisaca, donde planearon
llevar a cabo el proyecto de la Confederación Peruano Boliviana.
La
Confederación quedaría conformada por tres estados: Norte (norte peruano),
Centro (sur peruano) y Sur (Bolivia) De acuerdo a lo pactado, llevaría el
nombre de República Peruana, con el pabellón bicolor peruano
Gamarra
acordó ingresar al Perú por Puno y ocupar el Cuzco, donde autorizaría la
declaración de la independencia del Estado del Centro. Por su parte, Santa Cruz
se comprometió a obtener el apoyo de Arequipa y la eliminación de Orbegoso.
Sin
esperar la ratificación de su pacto con Santa Cruz, Gamarra cruzó la frontera
peruano-boliviana, en Mayo de 1835 y ocupó Puno y el Cuzco, donde logró la
adhesión de importantes guarniciones.
Alarmado
por la presencia de Gamarra en suelo peruano, Orbegoso solicitó el auxilio de
Bolivia, haciendo uso de una autorización del Congreso dada durante la guerra
civil de 1834, que le permitía solicitar ayuda extranjera en caso de que la
República atravesara serio peligro.
Santa
Cruz se mostró interesado en esta propuesta, que le pareció muy ventajosa, y
decidió entonces dejar de lado sus tratos con Gamarra.[]
Hay que destacar que Orbegoso desconocía estos acuerdos.
El
pacto entre Santa Cruz y Orbegoso se firmó y, por efectos del mismo, el primero
se comprometió enviar a su ejército al Perú para restablecer el orden Luego de
lo cual garantizaría la formación de las asambleas representativas, tanto del
sur como del norte peruano.
5 MIL HOMBRES
Ambas
debían decidir la nueva forma de gobierno del Perú. Acto seguido y en
cumplimiento del pacto, Santa Cruz invadió el Perú con un ejército de 5.000
bolivianos, que se habían preparado durante años para tal fin
Gamarra,
enfurecido por haberse roto el pacto que hicieron en Chuquisaca, decidió
aliarse con Salaverry para enfrentar a los bolivianos. Esta alianza se
formalizó en el Cuzco.
El
primero que salió a enfrentar a Santa Cruz fue Gamarra, quien reunió un
ejército en el Cuzco, en su mayoría integrado por indigenas armados de palos.
Con semejante fuerza enfrentó al preparado ejército boliviano, siendo derrotado
en la batalla de Yanacocha. Logró escapar y pasó a Lima. Lo desterraron a Costa
Rica por orden de las mismas autoridades salaverristas, recelosas de su
presencia.
Simultáneamente,
Salaverry marchó hacia el sur del Perú, declarando la guerra a muerte a los
bolivianos. Logró apoderarse de Arequipa. Pero no pudo revertir el hecho que,
la mayor parte del sur peruano, simpatizaba con la Confederación Sus fuerzas se vieron muy disminuídas.
El Mariscal Agustín Gamarra, su adversario
El Mariscal Agustín Gamarra, su adversario
UCHUMAYO Y SOCABAYA
Tras
un triunfo inicial en la batalla de Uchumayo, Salaverry fue derrotado
totalmente por Santa Cruz en la batalla de Socabaya, el 7 de febrero de
1836. Lo fusilaron el día 18 en la Plaza
de Armas Arequipa, conjuntamente con varios de sus seguidores.
La
asamblea de los departamentos del sur del Perú, Cusco, Arequipa, Ayacucho y
Puno, reunida en Sicuani, creó el Estado Sur Peruano y designó como su Supremo
Protector a Santa Cruz, en marzo de 1836.
Unos
meses después se reunió la asamblea de los departamentos del norte con
Amazonas, Lima, La Libertad y Junín, en Huaura,
que acordó la creación del Estado Nor Peruano, otorgando igualmente el
poder político a Santa Cruz con el mismo título.
De
otro lado, en Bolivia se reunió el Congreso Extraordinario de Tapacarí, organismo que dio la
autorización expresa a Santa Cruz para llevar adelante el proyecto de la
Confederación.
El
16 de agosto de 1836, Santa Cruz tomó posesión del mando en Lima, en su calidad de Supremo Protector
del Estado Nor Peruano, como ya lo era del Sud Peruano. Conservaba asimismo la
Presidencia de Bolivia.
El
28 de octubre del mismo año, estableció la Confederación Perú-Boliviana,
integrada por los tres estados o repúblicas: El Nor Peruano, con capital en Lima. El Sur
Peruano en Tacna y Bolivia
en La Paz.
Convocó
luego a un evento de plenipotenciarios de los tres estados, el denominado Congreso de Tacna, para que discutiera
ampliamente las bases de la estructura administrativa de la Confederación.
Este
organismo pormulgó la llamada”Ley Fundamental de la Confederación
Perú-Boliviana”, más conocido como el Pacto de Tacna, que ofició de constitución política. De acuerdo a este
documento, cada Estado tendría su propio gobierno
Pero
existiría un poder ejecutivo central llamado Protectorado y un poder
legislativo general conformado por un congreso con dos cámaras: la de senadores
y la de representantes. Santa Cruz fue designado como Protector de la
Confederación Perú-Boliviana, con un período de gobierno de diez años y posibilidad de reelección contínua.
Con su familia en La Paz.
Con su familia en La Paz.
OBRAS
El
Pacto de Tacna no satisfizo ni a Bolivia ni a al Perú, sobre todo porque los
plenipotenciarios del Congreso fueron impuestos por Santa Cruz, Entonces, se
decidió convocar una nueva asamblea. La guerra, desatada por Chile y los
efectos del descontento, impidieron tal reunión
Cabe
reconocer que se realizaron acciones de gobierno por parte de Santa Cruz,
durante la época de la Confederación. En tal periodo, destacaron las siguientes
obras: la reorganización de la administracción de justicia, los reglamentos de
comercio y aduanas, como medidas efectivas de impulso y de control, la
realización de un censo en el territorio peruano que dio una población de un millón
373 mil 736 habitantes.
Asimismo,
como reformas del estado en si, se crearon los ministerios del Interior,
Relaciones Exteriores, de Guerra y de Marina. La Legión de Honor fue una
realidad a imitación de la francesa
Cabe
resaltar que se pusieron en vigencia los códigos Civil, Penal, de Enjuiciamientos,
reemplazando la antigua y confusa legislación colonial con un sistema efectivamente
moderno para la época, los primeros dispositivos legales americanos vigentes en
esta parte del continente.
La Confederación fomentó los cultivos de trigo
y caña de azúcar, la exportación de lana y algodón y aumentó la explotación
minera de oro, plata, cobre, azogue y salitre.
Declaró puertos libres a Arica, Cobija, Callao
y Paita. Lo que significó un rudo golpe al movimiento portuario de Valparaíso,
Chile. Mejoró la educación y el auge de
la Biblioteca Nacional.
DESACIERTOS
Santa
Cruz también tuvo desaciertos garrafales al imponer a los soldados peruanos el
uniforme del ejército boliviano y propiciar, definitivamente, el descontento
total del gobierno de Chile. También, aunque en menor escala, de Argentina.
Mandaba
en el país del mapocho el más grande enemigo de la Confederación, Diego
Portales, aunque el Presidente era Jose Joaquín Prieto. Pero el primero detentaba
casi todo el poder desempeñando varios de los ministerios existentes como:
Interior, Relaciones Exteriores, Justicia, Instrucción Pública, Guerra y
Marina. Casi todos, excepto Hacienda.
Al poco tiempo, la vida de Portales, que
añoraba la hegemonía continental para su país, terminó trágicamente. Lo
fusilaron en Valparaíso por un batallón, precisamente, contrario a la guerra
que se amotinó.
Aduciendo
una serie de pretextos, el gobierno
chileno declaró la guerra a la Confederación, el 26 de Diciembre de 1836. Los
chilenos enviaron al Perú una expedición denominada restauradora al mando del
Almirante Manuel Blanco Encalada y con el apoyo de los emigrados peruanos
opositores de Santa Cruz, encabezados por el General Antonio Gutiérrez de la Fuente.
Tras
desembarcar en Islay y ocupar Arequipa, los restauradores fueron derrotados por
las fuerzas confederadas al mando de Santa Cruz. Luego se firmó el Tratado de
Paz de Paucarpata. Mientras que en otro frente, los bolivianos contuvieron la ofensiva
argentina en la zona de Tarija e incluso pasaron la frontera y amagaron la
ciudad de Jujuy.
El
gobierno chileno desconoció el tratado de Paucarpata y una segunda expedición restauradora partió de Valparaiso
al mando del General Manuel Bulnes y contaba con el apoyo de los emigrados
peruanos. Esta vez encabezados por Agustin Gamarra.
Esta
expedición desembarcó en Ancón. El Presidente del Estado Nor Peruano Luis José
de Orbegoso, en actitud eminentemente peruanista, se propuso expulsar tanto a
los chilenos como a los bolivianos.
Pero resultó derrotado por los restauradores
en el Combate de Portada de Guía, en las afueras de Lima. Los invasores
ingresaron a esta ciudad y Gamarra fue proclamado como Presidente provisional
del Perú. Pero, en Noviembre de 1838, tuvieron que abandonar Lima que volvió a
poder de los confederados.
Los restauradores decidieron cambiar el escenario
de la lucha y se fueron al Callejón de Huaylas donde se aprovisionaron y
reorganizaron. Alli los confederados, con Santa Cruz a la cabeza, fueron
derrotados en la Batalla de Yungay, el 20 de Enero de 1839.
HUYE
Huyó
hacia Lima en una cabalgata que duró cuatro días. No se dio por vencido y se
fue rumbo a Arequipa, con el propósito de llegar a Bolivia y comenzar una
guerra de reconquista. Pero, al llegar a la blanca ciudad, se enteró que los
generales Ballivián y Velasco se habian sublevado en contra de él.
Renunció
a sus poderes tanto en el Perú como en Bolivia y salió por Islay rumbo al
Ecuador. Habia finalizado el gobierno de lo que se denominó la Confederación
Peru Boliviana con sus aciertos, sus contradicciones y sus fracasos.
Muchas
veces intentó volver a Bolivia desde el Ecuador donde residía. Pero no consiguió
su objetivo, aunque mantenía comunicaciones secretas con sus partidarios Lo
apresaron y, posteriormente, los gobiernos de Bolivia, Chile y Peru acordaron
exigir su salida a Europa. Lo hizo en 1845.
Regresó
del destierro diez años después y postuló, desde Argentina, a la Presidencia de
Bolivia. Fue vencido por el General Jorge Cordova. Regresó a Francia y se
estableció en Versalles, donde vivió con su numerosa familia.
Tras
un periplo como embajador, diplomático y ministro plenipotenciario falleció el 25 de Setiembre de 1865 en territorio francés
en Beauvoir, cerca de Nantes, Fue enterrado en Versalles. Con motivo del
centenario de su muerte, sus restos fueron repatriados y trasladados, en una
solemne ceremonia, a la Catedral de La Paz, Bolivia, donde reposan hasta ahora.
Una
vida partida en dos. Los bolivianos lo consideran un personaje sobresaliente.
Caudillo, que los llevó al apogeo. La posicion peruana no se inclina tanto
hacia la veneración total. Pero si reconoce sus méritos.
Para muchos significó un anhelo con obra de
gobierno y un pasado efectivo de patriota. Pero otras veces atentando contra la
unidad y la indepencia interna. El proyecto confederativo fue impuesto por las
armas y no por la voluntad popular. Nunca fue consultada.
Sin
embargo, su figura ha sido incluída en determinado
sitial. Con ese desbalance, con ese contrapeso de buenas y males acciones. No
queda otra, si queremos ser consecuentes. Santa Cruz, definitivamente, está
presente en nuestra historia. (Noé)
Me ha llamado mucho la atención esta crónica de Santa Cruz. Primero porque está muy bien escrita. Segundo porque no se "dora la píldora" y está en su verdadera dimensión histórica. Tercero porque se cuenta lo bueno, lo malo y lo feo de este personaje. Felicitaciones al autor de la nota. Así se debe contar la historia. No contando mitos. Ni menos mentiras. De eso tenemos a pasto en muchos textos de la Historia del Perú. Carlos Calderón
ResponderEliminarTengo que ser franca no sabia nada de la vida de Santa Cruz. No obstante que en Lima hay varias calles con su nombre. Ahora me enterado que comenzó como realista. sus padre era colonialista. Por convicción se pasó al lado de los patriotas. Propugnó la Independencia y luego le vino "el "bichito" de la política y el poder. Propugno la Confederación Perú-Boliviana. Prócer, guerrero y de los personajes que hay que admirar a pesar de lo malo que hizo. Que bueno saberlo. Johanna Verdeguer
ResponderEliminarANDRES SANTA CRUZ UN REVOLUCIONARIO PATRIOTA
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