Se trata de una mujer humilde que
trabaja como lavandera a domicilio y es apreciada por las familias de Surco
-frontera con Barranco- donde presta sus servicios. Ha ganado la reputación de
laboriosa, honesta, que no toma lo que no es suyo y que, a pesar de su
situación difícil, es servicial sin ser servil ni exigente.
Agustina es viuda y contrajo hace
unos años una deuda para curar y luego enterrar a su marido. Ella pagó su deuda
puntualmente durante muchos meses, hasta que tuvo que matricular a su hijo en
el colegio -uniforme, matrícula, libros y cuadernos, zapatos- y dejó de pagar
unos meses.
Entonces sus acreedores se
presentaron en su casa y se llevaron sus
aparatos eléctricos, incluso los que había recibido como regalos de
segunda mano de sus empleadores. No puso una denuncia porque le dijeron
que se estaban cobrando su deuda. Dejó de pagar después del despojo.
Luego del incidente, y por las dificultades
logísticas, Agustina ha dejado de vivir donde residía y a su casa anterior
habrían llegado notificaciones que ella nunca recibió ni firmó.
Sus acreedores han aplicado tasas
de interés leonino por su deuda, la han acusado de estafa, han hecho firmar a
otras personas que Agustina las ha engañado y les debe plata -pero no tienen
documento alguno que indique que han prestado o entregado nada.
Con esas denuncias, los
acusadores han procedido a encausar a la señora Agustina por estafa. Y a
pesar que en el Perú no hay prisión por deudas, ella está presa, Clama al cielo para que acabe su martirio.
No puede ser. La justicia peruana es tan especial. ¡Saquemos de la cárcel a esta humilde mujer! Recordemos que no hay prisión por deudas. Lo dice la Constitución, ley de leyes. Nicanor Hernández
ResponderEliminarEsto es,realmente, inaudito. ¡Cómo puede estar en la cárcel una mujer que trabaja y se sacrifica tanto? Mi indignación por esta situación que demuestra que no tenemos reserva moral. La necesitamos de todas maneras. Juan Abusada
ResponderEliminarNo es posible que en pleno siglo XXI ocurra este tipo de acontecimientos. Dónde estamos en la tierra de nadie. Las autoridades tienen la obligación de resolver, inmediatamente esta situación. Pobre mujer.
ResponderEliminarPasan en el Perú cosas que no deben pasar. Los responsables no se dan cuenta que hacen sufrir a una madre y una mujer trabajadora, a tal punto que le quitan su libertad. Qué barbaridad. Augusto Clarcke
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