La Cordillera de los Andes, que
atraviesa el territorio nacional, ha sido objeto de explotación minera desde
tiempos inmemoriales, pues constituye un
verdadero depósito de riqueza mineral de incalculable alcance. Ya desde la
Colonia al Perú se reveló, gracias a ello, como un país fundamentalmente
minero, y a lo largo de toda nuestra historia ha sido la minería el sostén
económico del país. Sin duda, los forjadores de la minería peruana fueron
hombres de singular empeño y arrojo sin medida. Entre ellos hay uno que destaca
con fuerza por sus dotes y su entrega al desarrollo de la industria y de la
sociedad.
Se llamaba Ricardo Bentín Sánchez y
había nacido en Lima, el 21 de Septiembre de 1853. Fueron sus padres don
Antonio Bentín y doña Manuela Sánchez, quienes a temprana edad matricularon al
pequeño fruto de sus amores en el colegio Noboa de la calle La Riva. Más tarde,
Ricardo Bentín acudiría, como la mejor juventud de su tiempo, al colegio
Nuestra Señora de Guadalupe, para cursar estudios secundarios.
Bentín ingresó a la Universidad
de San Marcos, pero muy pronto, hombre de acción como era, dejó de lado los
estudios para colaborar con su padre en los negocios familiares, que eran
básicamente mineros y estaban asentados en la provincia limeña de Huarochirí.
Era esta una empresa muy pequeña, que a duras penas, y con tecnología
artesanal, rendía ganancias suficientes para la manutención del modesto hogar.
Ricardo Bentin
Ricardo Bentin
LA GUERRA
Fueron aquellos años ciertamente
difíciles. A Ricardo Bentín le tocó sufrir en carne propia el rigor de una
guerra trágicamente perdida por el Perú, la Guerra del Pacífico. Alistado como voluntario en 1879
recibió el encargo de dirigir la prefectura de Huarochirí. Producida la
derrota, Bentín se integra a las rebeldes fuerzas caceristas.
El de Cáceres constituía un
ejército irregular, desmañado, aunque muy voluntarioso. Bentín recolectó en el
propio Huarochirí todo el material humano que le fue posible, para ponerse luego
a las órdenes del gran estratega. Cáceres lo nombró miembro de su ayudantina,
selecto grupo de jóvenes oficiales que por su valor y audacia en el campo de
batalla fueron conocidos como “los mosqueteros”.
La legendaria y difícil campaña
de La Breña ocupa a Bentín durante aquel tiempo. Combatió con heroísmo en
Marcavalle, Pucará y Huamachuco. En esta última batalla llegó a distinguirse
tanto que el propio Cáceres lo menciona con admiración en su parte final. Fue
ascendido primero a Sargento Mayor y luego a Teniente Coronel, en mérito a sus
valientes acciones de guerra.
Terminada la campaña, y tras el Tratado
de Ancón (que Cáceres se negó a reconocer), Bentín vuelve a ocuparse de la
minería. El negocio paterno, arruinado definitivamente por la guerra, ya no podía
ser reflotado, de manera que el arrojado ex oficial se emplea como capataz en
Aguas Calientes, con tres obreros indios a su cargo.
DIPUTADO
En aquella época Bentín promovía excavaciones
en puntos demasiado riesgosos, contra la opinión de sus colegas. Con particular
decisión continuó sus labores, hasta verlas finalmente coronadas con el éxito y
la fortuna.
En 1886, Ricardo Bentín es electo
Diputado por Huarochirí. Allí en el Parlamento de la República, le tocó cumplir
destacada labor en defensa de la minería peruana, discutiendo los onerosos términos del tristemente célebre Contrato
Grace. Su fama creció al punto que durante cinco periodos legislativos ocupó
una curul, siendo elegido en una oportunidad presidente de la cámara baja.
Para entonces ya Bentín se había
retirado de Aguas Calientes, dejando la conducción del enclave minero en manos
de una sociedad, a la que recomendó con gran cariño, en carta ejemplar todavía
conservada, el cuidado y la atención permanente de los trabajadores, obligados
a vivir, con sus familiares, en condiciones harto problemáticas.
En 1915, la Convención de los
partidos Civil, Constitucional y Liberal, lo elige como candidato a la vicepresidencia
en la plancha presidencial por José Pardo. Completaba la lista un hombre de la
talla de Melitón Carbajal, también heroico ex combatiente de la Guerra del Pacífico,
compañero del Almirante Grau en el
monitor Huáscar. En las elecciones generales triunfaron estos candidatos
ocupando los cargos prescritos hasta 1919.
Con su familia.
Con su familia.
FECUNDA LABOR
Bentín se apartó voluntariamente
de la vida pública poco después. En Huarochirí se recuerda todavía su fecunda
labor humanitaria, su constante preocupación por el bienestar de los pobladores
y su talante tranquilo y apacible. Con sus propios recursos financieros fundó y
equipó innumerables escuelas, llegando incluso a donar, para ese fin, las
dietas que percibía como diputado. Numerosos pueblos de la zona guardan hoy su
memoria y le rinden justo tributo.
Ricardo Bentín falleció en Lima
el 22 de Septiembre de 1921, con honores de héroe. Sus restos han sido
traslados del cementerio Presbítero Maestro, en Barrios Altos, a la Cripta de
los Héroes, donde merecidamente descansan.
Los Bentín adquirieron las
acciones de la compañía cervecera Backus y Johnston, de origen inglés, tras muy
arduas y difíciles negociaciones, en 1954. Esta próspera industria nacional,
modelo de desarrollo y concordia laboral paso a manos peruanas en 1954. Ellos
renovaron los sistemas productivos de la
compañía, así como la calidad de su cerveza, hoy reconocida en el mundo entero*
(Jorge Donayre Belaúnde)
*El negocio cervecero fue vendido,
posteriormente, a capitales transnacionales que hoy en día están a cargo de
esta industria.
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