Corría el tumultuoso siglo XVIII
cuando el mundo estaba dominado por Inglaterra, Francia y España. Un área
enorme ocupaba el último imperio a tal punto que en sus tierras, según se
aseguraba, nunca se ocultaba el sol. Concretamente en América, sus colonias más
ricas y extensas eran los virreinatos del Perú y México. Continuamente y con
todo tipo de facilidades, los barcos españoles surcaban los mares con oro e invalorables productos del rico continente.
En tal ambiente de riqueza
desenfrenada y abuso total de esta monarquía europea que explotaba a mansalva a
los indios, ocurrió un hecho de valentía sin precedentes como fue la rebelión
del valeroso cacique José Gabriel Túpac Amaru, directo descendiente
de los Incas, antiguos emperadores del Perú, que se levantó en defensa de sus
hermanos de raza, proclamó la libertad
de los esclavos negros y sostuvo muy en alto el pendón de la justicia social.
El histórico episodio, de mucha importancia
por lo que implícitamente significaba,
ocurrió en 1780. Cuatro años después de
independizado Estados Unidos y
nueve antes de la Revolución Francesa. El valeroso rebelde empezó sometiendo a juicio
y ejecutando al corregidor de Tinta en la plaza de Tungasuca, territorio del
actual departamento del Cusco.
Improvisó de inmediato bandas de
hombres armados y triunfó en Sagarara de la misma comprensión geográfica, el 18
de Noviembre de dicho año, derrotando al ejército de los corregidores, poderosa
fuerza lanzada en contra de los que tenían la razón.
Túpac Amaru: vida de entrega y sacrificio.
Túpac Amaru: vida de entrega y sacrificio.
A LA DEFENSIVA
En busca de hombres y armamentos,
Túpac Amaru retrocedió al sur para después dirigirse a la capital imperial. Por
falta de armas y táctica militar, el
insurrecto no pudo ocupar la sede principal del incanato, permaneciendo desde entonces y
constantemente a la defensiva. Lo que a la larga, definitivamente, lo perdió.
Los virreyes de Lima (Agustín de Jáuregui)
y de Buenos Aires (Juan José de Vértiz y Salcedo) enviaron de inmediato sendos
ejércitos. Vencido por el Mariscal de Campo José del Valle y entregado por un
traidor fue ajusticiado en la plaza de Wacaypata del Cusco el 18 de Mayo de
1878, junto con su esposa, hijos, familiares y muchos de sus fieles
partidarios.
Mostró ante sus verdugos un valor
sin par y desconcertante serenidad. Muerto el caudillo continuó la rebelión en
el sur su primo hermano Diego Cristóbal Túpac Amaru hasta que la astucia y otra vez la traición aniquilaron tal colosal
esfuerzo. Tras enconada lucha, fue vencido por jefes militares venidos desde
Buenos Aires y sufrió análoga condena a la de Túpac Amaru.
Según los historiadores como
Carlos Daniel Valcárcel, el sacrificio de Túpac Amaru es el punto de partida
para el estudio de la independencia peruana. Hito de una nueva época. Constituyendo
la más famosa rebelión que ocurrió en tierra americana. Este rebelde se convirtió
en el símbolo de justicia plena, de coexistencia humana creadora y un mensaje
apoyado en la vieja tradición pre hispánica.
CACIQUE
José Gabriel Condorcanki Noguera Túpac
Amaru, cacique de Pampamarca, Tungasuca y Surimana, tenía un origen ilustre y simbólico. Descendencia en línea
recta de Juana Pilcowaco, hija del Inca Túpac
Amaru ajusticiado por el Virrey Toledo en la Plaza del Cusco el año 1572.
El entronque de los Condorcanki
con la más alta nobleza incaica se produjo al contraer matrimonio Juana con el
cacique Diego Felipe Condorcanki. Cuatro generaciones se contaban al nacer José
Gabriel, futuro cacique por derecho de
sangre.
Su mestizaje racial se produjo de
inmediato en la primera generación al casarse
Blas Condorcanki con la criolla Francisca Torres. En consecuencia, José
Gabriel tenía por línea recta femenina el apellido dinástico de Túpac Amaru y
el específico y familiar de Condorcanki.
La preferencia de usar el primero
no significó una subvaloración o premeditado olvido del segundo, sino que
obedecía a razones justificatorias. Existían personajes interesadas en utilizar
ese apellido noble por gozar del prestigio social inherente y las respectivas ventajas económicas. Cabe recordar que al cacique le correspondía por apellidarse Condorcanki,
pero prefería usar el de Túpac Amaru por prestigio social e histórico.
Jose Gabriel nació en la
provincia cuzqueña de Tinta, probablemente en el pueblo de Surimana-lugar de
residencia de su padre el gobernador- el 18 de Marzo de 1738. Era el segundo hijo de José Miguel Condorcanki y
de Rosa Noguera. Su partida de bautismo fue sustraída por parte interesada, en
el juicio sobre legítima descendencia del Inca Túpac Amaru.
No pudieron descuartizarlo.
No pudieron descuartizarlo.
TUTORES
Su madre murió repentinamente y
fue enterrada en el pueblo de Surimana el 11 de Octubre de 1741, a la edad de
30 años. Más tarde al fallecer el primogénito
Clemente, José Gabriel quedó como único y legítimo heredero del cacicazgo
paterno.
Cuando el niño
quedó huérfano, desempeñaron sucesivamente el papel de tutores sus tíos
paterno y materno. Con el fin de dar al infante una educación esmerada, se
escogió como maestros suyos a eclesiásticos que a la vez lo instruyeron y formaron religiosa y moralmente.
Tendría 10 años cuando ingresó al
colegio de San Francisco de Borja en el Cusco. Por su aplicación y buena
conducta fue muy apreciado de sus maestros. Años más tarde, estando en Lima por
asuntos judiciales, su constante interés por aumentar sus conocimientos parece
que lo llevó a escuchar clases de Artes en la Universidad de San Marcos.
FIGURA
Al frisar los 20 años contrajo matrimonio,
el 25 de mayo de 1760, con Micaela Bastidas Puyucawa, natural del pueblo de
Pampamarca. De esta unión nacieron tres hijos varones: Hipólito en 1761,
Mariano en 1762 y Fernando en 1768. Todos los vástagos del cacique fueron bautizados por el cura Antonio López de Sosa. En el hogar, Túpac Amaru
respondió al apelativo de “Chepe” y su esposa al de “Mica” o “Micaco”
A fines de 1766 reclamó su
reconocimiento oficial como cacique y pidió la ratificación de la calidad de legítimo
descendiente del Inca Túpac Amaru. Nunca
lo consiguió. Como herencia recibió 70
placas de mulas con las que se dedicó al transporte de mercancías en su calidad
de arriero.
Era un hombre más bien alto,
grueso con proporciones anatómicas. Los
ojos negros y penetrantes. La nariz aguileña, barba saliente. El pelo largo. La
piel muy clara para un indio pero oscura para un peninsular.
Agradable fisonomía y modales de la misma
forma. En su vestir mostraba elegancia y pulcro esmero. Hablaba el castellano
en forma correcta y por supuesto dominaba el quechua. Franco y agradable con
sus amigos, altivo ante la impertinencia de los extraños.
Muchos ven el origen del levantamiento
como consecuencia de los repartos mercantiles, el agobiante trabajo de minas y
obrajes, la creciente presencia de los impuestos, el estado de barbarie de los
indios. Para otros también influyó la opresión y codicia de las autoridades que
colaboraron en forma decisiva a un estado de agitación general.
Afiche de recuerdo y homenaje.
Afiche de recuerdo y homenaje.
REBELION
Lo cierto es que Túpac Amaru abogó por el nombramiento de
alcaldes indios con un sueldo y una paga
moderada. La extinción de los repartos mercantiles, de algunas contribuciones
odiosas y la creación de una nueva Real Audiencia del Cusco.
Hay en su rebeldía una clara
determinación de abolir la esclavitud y utilizar a los negros como soldados.
Consecuencia lógica de su propósito de conseguir la justicia social y socavar
el antigua régimen.
El sábado 4 de Noviembre de 1780
estalló la gran rebelión que se convirtió en la tremenda conmoción del Perú
desde la Conquista. En Yanaoca, a unas cuantas leguas de Tinta, el cura Carlos Rodríguez
ofrecía una comida por su cumpleaños y el nacimiento del Rey de España, Carlos
III. Allí estaban como comensales el
párroco de Pampamarca, Antonio López de Sosa y Túpac Amaru.
Procedente de los pueblos altos,
llegó el corregidor Antonio de Arriaga. Comió y conversó con ellos hasta las 4 de la tarde, hora en que se despidió
para retornar a Tinta urgido por despachar el correo. El cacique ofreció
escoltarlo. Este no quería aceptar. El
otro insistió hasta que la autoridad terminó por acceder.
Micaela Bastidas: fiel y leal compañera.
Micaela Bastidas: fiel y leal compañera.
LA HORCA
En el camino, el cacique propuso
pasar a Tungasuca. Pero el
visitante se negó, alegando otra vez
urgencia por trabajar. Fue en ese
precisos momentos al salir de una cuesta
que la gente puesta por el rebelde lo
rodeó.
Arraiga, con mucho miedo y temor,
huyó y logró esconderse. Pero fue descubierto por una india. Atontado por una pedrada a la cabeza, cayó al suelo.
Fue escondido en un cerro cercano y al anochecer conducido a Tungasuca.
Encerrado en un pequeño cuarto y
encadenado, el español fue notificado
que su arresto había sido ordenado por el propio Rey de España. El preso exigía ver la orden.
Pero le contestaron que todo era legal y de orden superior. La sentencia fue leída
en prisión. Sufriría la pena infamatoria de la horca, como castigo a sus
repartos excesivos y crueldad usada en las
cobranzas.
El día anterior a la ejecución,
Túpac Amaru montado en un caballo blanco reunió en las afueras del pueblo a sus
seguidores y los arengó en quechua y
castellano. Puso a los criollos y mestizos armados en filas de a uno y a los
indios de cuatro en fondo con sus ondas.
La preparación bélica empezó desde ese momento.
Entonces apareció un pregonero
con un tambor en compañía de un mestizo que traía un papel muy grande. Leyó el bando a gritos para que todos
escuchen, dando a conocer que quedaba
abolido el impuesto de Alcabala y que por dañina se le quitaría la vida a
Arriaga. El júbilo retumbó en el pueblo.
Cerca del medio día, un grupo de granaderos sacó al corregidor de
la prisión. Tres sacerdotes lo escoltaron hasta el pie de la horca y le
quitaron los grilletes. Casi todos los habitantes de la provincia aparecieron
reunidos en el lugar. Por última vez, el
español insistió en ver la orden de arresto.
Sin obtener respuesta.
Su dibujo en un billete.
Su dibujo en un billete.
DEUDAS
El verdugo negro Antonio Oblitas
le quitó el vestido que traía y le puso un hábito de San Francisco. En esta
ocasión fue degradado del rango de Coronel
de Milicias, le arrebataron el bastón que tenia y lo presentaron a Túpac
Amaru hincados de rodillas, quitándole otras insignias militares que ostentaba.
Trajeron una soga de las mulas y
el verdugo terminó la ejecución. Concluido el acto, la multitud se retiró
prohibiéndose que los forasteros abandonasen el pueblo sin orden expresa. El
cuerpo de Arriaga quedó puesto en la horca varios días.
Sus funerales se efectuaron cuando el cura López de Sosa
retornó a Tungasuca. Fue enterrado en la iglesia del pueblo, como lo acredita
la respectiva partida de defunción. La ceremonia se prolongó demasiado.
GRANDEZA
Su sobrino Balza de Berghanza
luchó mucho para reivindicar la memoria del
difunto, pues a pesar de haber dejado un considerable caudal tenía
deudas atrasadas con el fisco de casi 20 mil pesos, cifra abultada para la
época.
A renglón seguido el caudillo, en
manifestaciones populares que presidió,
recordó las pasadas grandezas del Perú, abolió las mitas y numerosos
impuestos. La ejecución de Arriaga confirió carácter público a su movimiento. El
fracaso de sus reclamaciones judiciales lo
empujó a adoptar una actitud revolucionaria.
Los violentos sucesos de Tinta
fueron el signo de un movimiento que se
extendió rápidamente por las 14 provincias del Cusco, llegando inclusive
a los pueblos del Alto Perú. El caudillo acuarteló a sus improvisadas huestes.
Les pagó una moderada cantidad de
dinero y marchó contra el pueblo de Hikijana. La falta de armas de fuego y
suficiente disciplina militar estaba parcialmente compensada con el crecimiento
y aumento de sus hombres armados en su mayoría con hondas, rejones y palos.
Los hombres iban ansiosos de recibir su
bautizo de fuego en la lucha contra los odiados chapetones y sus protegidos. Al
pasar por el pueblo de Pomacanchi saquearon el famoso y odiadísimo obraje, repartiendo entre el pueblo
telas por un cuarto de millón de pesos.
En el viaje hicieron lo mismo en
Parapuquio. Los victoriosos rebeldes retornaron optimistas a Tungasuca. Su triunfo
elevó la moral de los guerrilleros. Para evitar sorpresas, el conductor puso vigías
en los sitios de acceso al pueblo. De inmediato comenzó a escribir cartas,
seduciendo a las provincias.
Figura imponente.
Figura imponente.
LIBERTAD
Como avanzada medida de facto
contra la esclavitud y perspicaz maniobra para aumentar sus efectivos, Túpac
Amaru dio su famoso Bando de Libertad de los Esclavos, el jueves 16 de
Noviembre de 1780, desde el anexo conocido bajo el nombre de Santuario del
Señor de Tungasuca, dependiente de Pampamarca.
Este documento es de vital
importancia en la historia político-social hispanoamericana y del continente.
Al hacer un llamado general a los vecinos del Cusco para que se apartasen de
los europeos asegura que los esclavos de sus amos quedarán libres de la servidumbre
y la esclavitud que sufrían.
Tal decisión era una consecuencia
lógica de su doctrina de total defensa de las castas no privilegiadas. El
ataque a la servidumbre de los indios reclamaba la desaparición de la
esclavitud del negro. Simbólico resultó que un antiguo esclavo fuese el verdugo
del tiránico corregidor Arriaga.
COMO ERA EL CUSCO
Fue de la región del Cusco de
donde partió el primer grito antiesclavista, la declaración precursora de la
redención del negro. Cosa análoga se haría durante el protectorado de San
Martín y en el segundo gobierno del Presidente Castilla.
Por aquellos tiempos, Cusco tenía
cerca de 26 mil habitantes en su mayor parte indios y mestizos. Media legua de
largo cortada en dos partes por el río Watanay. Existían seis puentes y muchas
casas hermosas, pero ubicadas en calles poco limpias. Tres eran sus principales
plazas. La Mayor, o Wacaypata, o del
Pregón de los Incas donde está la catedral y la antigua iglesia de los Jesuitas.
La segunda llamada Cusipatra o del Regocijo donde se organizan
las fiestas y los espectáculos públicos, lugar en que se ubicó el Ayuntamiento.
La tercera denominada de Sn Francisco en honor al convento del mismo nombre.
La ciudad contaba con nueve
templos, tres monasterios, cuatro
hospitales y ocho curatos. En sus alrededores, hasta siete leguas a la redonda,
se veían numerosas quintas, muchas de ellas de variedad en edificios, jardines,
flores, frutas, hortalizas, fuentes y cascadas de agua.
Las autoridades coloniales
preparaban la defensa y capturar a Túpac Amaru, quien ya había explicado que su
movimiento iba precisamente contra el
libertinaje imperante y en defensa de la tranquilidad pública.
Paralelamente remitió un edicto a los moradores del Cusco, sosteniendo que los
abusos que sufrían no podían ser remediados por simples quejas ante los
tribunales.
La respuesta de las autoridades
fue denunciar lo que llamaron el espíritu maligno del caudillo que traidor
al Rey mostraba una peligrosa astucia al solicitar
ayuda incluso a la Iglesia y a otros sectores significativos.
El reconocimiento de la historia.
El reconocimiento de la historia.
INSURECCION
A renglón seguido, los regimientos de infantería y
caballería se acuartelaron en el antiguo Colegio de los Jesuitas para iniciar
la captura del rebelde. Se pidió auxilio a Lima. Combatir el levantamiento
era la meta y objetivo primordiales.
En la provincia de Tinta, después
de la ejecución del corregidor, existía un clima de franca insurrección. Tungasuca se convirtió en el cuartel general del levantamiento. El armamento y disciplina de las improvisadas huestes iban
en aumento. El caudillo tenía por lo menos 6 mil hombres, aunque difícilmente
se descubrían 500 fusileros.
Las tropas del Cusco sumaban algo
más de 1,500 hombres bien armados y alimentados y ellas salieron para la
captura correspondiente. En Tinta descansaron. Fue voceado un bando que elevaba
la recompensa por entregar vivo o muerto a Túpac Amaru.
INCENDIO
Las huestes rebeldes rodearon a
los realistas en Sangarara. Allí comenzó el ataque. Los rebeldes de Tinta y
Sicuani disparaban con eficiencia. Como explotó el polvorín de los defensores voló
parte de un techo y se desplomo una pared. Sin embargo, por la inesperada
brecha, la artillería realista casi logra dar muerte al caudillo.
Enardecidos los atacantes
incendiaron lo restante, combatiéndose con denuedo y desesperación por ambas
partes. Carentes de auxilio comenzaron a
caer los principales jefes realistas. Entre ellos Landa y el corregidor Cabrera. Tras seis horas de
lucha, quedó decretada la completa derrota del ejército español.
Contra lo esperado, Túpac Amaru mandó curar a los heridos y los
prisioneros recibieron un trato benévolo. La Iglesia acordó excomulgar al
rebelde, decisión que ocasionó la defección de muchos mestizos e indios.
Al día siguiente de la victoria
de Sangarara, que el caudillo miró en lo sucesivo “como teatro de sus proezas”,
regresaron los vencedores portando un
crecido botín. Fusiles, banderas, dinero y otros objetos incrementaban su arsenal
de guerra.
VISION
Luego vino la contramarcha al
sur. Triunfante el caudillo decidió vencer la resistencia de lo corregidores de
los provincias meridionales, dominar el Kollao, el Alto Perú y Arequipa. Es
decir, efectuar una marcha progresiva desde los Andes al mar. De Sangarara pasó
a Coporake, Yauri y Pichiwa. El plan
general consistía en sublevar a las poblaciones del sur, mientras se invadía
las tierras del otro lado del rio Wilcomayo.
Para triunfar definitivamente era
necesario extender el espíritu de rebelión y aumentar la cantidad de hombres y
pertrechos de guerra. El ataque decisivo contra el Cusco sería una consecuencia
de tales acciones. En cambio, Micaela Bastidas, con clara visión de las
circunstancias, sostuvo la necesidad de avanzar de inmediato y ocupar el Cusco.
Los sucesos posteriores dieron la razón
a la esposa del caudillo. El Cusco era la primero. Lo demás podía esperar.
Micaela se opuso tajantemente a
que su esposo prolongue su estadía en los pueblos del sur, porque se daba
cuenta que así fortalecía al enemigo. El regreso del caudillo significó un
tardío triunfo de la esposa.
Hábil, muy capaz, visionaria persistente, fría
en sus decisiones y decidida a hacer lo que fuese, sin titubear, por el triunfo
del cacique. Incluso se dijo que la admiraban más que a él por sus aciertos y darse cuenta
exactamente de la realidad imperante.
Valentia y pundonor.
Valentia y pundonor.
EN PUNO
Túpac Amaru cruzó la frontera
entre los virreinatos del Perú y Buenos Aires, mientras el Cusco era un
hervidero de conjeturas sobre futuras
decisiones. Al rebasar la Raya, límite entre ambos virreinatos, penetró sin
resistencias en diferentes poblaciones y llegó cerca a Ayaviri. Determinó pasar
a Caylloma y tomó el dinero depositado en sus cajas reales. Fue recibido con
festejos. El caudillo sólo llegó a Coporake y de allí se desvió a Lampa para
luchar contra los corregidores.
Continuó su victorioso avance
saqueando las pertenencias de sus enemigos, De Ayaviri pasó a Pucará y entró en
Lampa donde saqueó la casa del corregidor
y le prendió fuego, como símbolo de castigo que sufrió su dueño por
huir. Lo mismo ocurrió con las propiedades de prominentes vecinos realistas.
Avanzó hasta Santiago de Pupuja,
en la provincia puneña de Azángaro. Pero súbitamente decidió retroceder hacia Tinta
y nombró autoridades. El pánico era creciente en el sur. Más aún cuando publicó
su famoso edicto a los vecinos de Arequipa, el 23 de Diciembre de 1780, señalando
el área territorial que dominaba: Paucartambo, Urubamba, Tinta, Chumbivilcas,
Lampa, Azángaro, Carabaya, Puno Chucuito y contornos.
En esos momentos se descubrió la traición
de uno de los corresponsales seguidores del caudillo en el Cusco. Se trataba
del escribano José Palacios quien remitía cartas al jefe alzado dictadas nada más y nada menos que por José Lagos, Administrador de las Rentas
Reales.
REORGANIZACION
La expedición al sur había proporcionado
a Túpac Amaru un triunfo más psicológico que militar sobre el poderoso ejército de los corregidores. Usando de
falsas noticias, hábilmente esparcidas, puso confusión y temor en las
autoridades. Mientras que con seductoras cartas y proclamas ganaba la
entusiasta adhesión de los pobladores.
No culminó su campaña con la
ocupación de la estratégica villa de Puno y de la riquísima Potosí debido a las
alarmantes noticias sobre preparativos bélicos de las autoridades del Cusco y
el avance de tropas enviadas desde Lima para organizar un ataque masivo contra Tinta.
Avanzó hacia el sur paro pronto retornar y atacar el Cusco. Sin embargo, amparándose
en los preparativos militares de los corregidores
de las provincias meridionales, persistió en continuar su marcha.
Cuando las noticias sobre los aprietos de las
autoridades cuzqueñas se hicieron tangibles, Túpac Amaru comprendió el error de
haber malgastado momentos preciosos y retornó rápidamente a Tungasuca. Esta ratificación
tardía encontró a los enemigos ya preparados para una victoriosa defensa y
llenos de una confianza inexistente un mes antes.
Escenificación teatral de su sacrificio.
Escenificación teatral de su sacrificio.
TRAICIONES
Ya en Tungasuca, reorganizó sus
fuerzas, aumentó la cantidad de sus armamentos, mandando fundir pequeños
cañones, rejones, machetes, cuchillos y otros artefactos en su fundición de
Tinta. Pero la principal debilidad de sus huestes estaba en el escaso número de
sus armas de fuego, deficiencia que nunca pudo ser remediada satisfactoriamente.
Cuando ordenó la marcha hacia el
Cusco contaba con el auxilio complementario de Diego Cristóbal, hecho que no
pudo realizarse por la forma en que el movimiento se desarrolló. La esperanza
de un levantamiento interno en el Cusco quedó asimismo burlada.
Para colmo de males, llegó desde
Lima el Coronel Avilés con hombres y armas. Apareció el temible y fidelísimo cacique Pumacawa y poco después, numerosos
contingentes de indios dirigidos por corregidores.
Como si todo fuera insuficiente, el español Figueroa
comenzó a desarrollar un disimulado plan de traiciones. A esto podría
añadirse, en los últimos meses, continuas deserciones de los indios que generaban zozobra.
Tantos factores negativos
hicieron que el rebelde mezclase los ataques de las negociaciones ante la vana
esperanza de una posible rendición pacífica. Fracasadas sus tentativas, en
lugar de empeñarse en una acción decisiva, decidió retirarse con su ejército, proponiéndose reiniciar el
asedio cuando desaparecieran algunos motivos de estrategia.
Lo descuartizaron
Lo descuartizaron
SORPRESA
La razón fundamental de la
retirada fue saber que tropas del Virrey de Buenos Aires habían llegado a la
Paz y podrían seguir en dirección a Puno, quedando colocado en una efectiva
tenaza realista. Ello ocurrió después.
Vuelto a Tinta, la iniciativa pasó
a manos de sus enemigos. Sin embargo, incrementó las defensas en su bastión
principal y organizó grupos armados para luchar contra las diversas columnas
enemigas.
Su arma fundamental era la
sorpresa. Pero los indios y mestizos evitaron que el plan defensivo rebelde
diese frutos. Por el contrario, cortaron la retirada del caudillo que
permitió persistir con su táctica
defensiva, a la espera de un afortunado golpe inesperado que aniquilase al
ejército virreinal.
Comenzaron los preparativos de la
expedición tupamarista contra el Cusco. Las tropas nativas habían aumentado calculándose
en mil el número de fusiles. El caudillo
apareció sobre los cerros del Cusco con un ejército calculado entre 40 y
60 mil hombres. Pero no pudo tomar posesión de la fortaleza de Sacsawaman.
PUKIN
Sin embargo, mandó cartas al
Cabildo y al Obispo para que en mucha quietud le entreguen la ciudad. El ultimátum
señalaba que se rindiese en el plazo de 12 horas, comprometiéndose a respetar la
capital o destruirla en caso contrario.
No se consignó respuesta de parte de los realistas.
Entonces, El 4 de enero, los atacantes intentaron penetrar
por la quebrada de Cayra. El jefe de los rebeldes marchó para iniciar el cerco
definitivo. Los alzados avanzaron desfilando por los cerros y haciendo numerosos
disparos de artillería, no tanto para producir daños, sino para incitar una
insurrección de los indios. Nada de ello ocurrió inmediatamente.
Pero, no obstante, el peligro iba
en aumento. Las autoridades enviaron
nuevo mensaje al Virrey de Lima y al visitador Areche que dirigía el avance la
expedición de auxilio. Por su parte, los atacantes aparecieron por el cerro de
Pukin. Una avanzada de Avilés fue
aniquilada, festejando los rebeldes su éxito con salvas de artillería.
El cacique envió a su hijo
Hipólito por armas para acabar con los españoles y volvió a remitir un
comunicado, exigiendo la entrega del Cusco para extirpar abusos y gobernar con
equidad. El ataque más importante de los sitiadores fue desencadenado el día 8,
a las 10 de la mañana. La batalla concluyó al amanecer. El ataque fue llevado
con increíble ferocidad y la defensa fue
tenaz e impenetrable.
La mirada del guerrero..
La mirada del guerrero..
ATAQUE
Las tropas del descendiente de
los incas comenzaron atacando a la
altura de Picchu para llegar a la pampa de Anta y cortar el camino a Lima.
Contraatacaron los del Cusco auxiliados por un grupo de muchachos que les
alcanzaban alimentos, bebidas y acarreaban piedras. En el camino de Pukin se
ubicaron fuertes contingentes de infantería y caballería, frenando las tentativas
de los tupacamaristas con tan sólida línea.
El ímpetu de Túpac Amaru tornaba
dramática la situación de los defensores cuando apareció un importante auxilio
de 8 mil hombres de Paruro. Esto alentó a Avilés, cuyas fuerzas pasaban ya de
12 mil hombres. Los rebeldes atacaban con tenacidad.
Llegada la noche, la batalla quedó indecisa por ambas partes, tras siete horas de
lucha. El rebelde pidió otra vez la rendición, sin obtener otra vez respuesta
alguna. Entonces retrocedió por la punta del cerro Cusibamba.
La retirada se confirmó
posteriormente tras un cerco de ocho días. La respuesta de los sitiados fue
desencadenar un triple ataque por Belén, por Picchu y por la Caja de Agua. Un
breve pero intenso combate se llevó a cabo durante dos horas, determinando la retirada
de Túpac Amaru hasta Izcuchaca.
LO CAPTURAN
Las verdaderas causas del repliegue había sido
la noticia del avance del ejército de Buenos Aires en el Alto Perú y el rechazo por matar las avanzadas de indígenas que empujaban los
peninsulares del Cusco.
El caudillo continúo su retirada. Estuvo en
Acomayo, Tungasuca y llegó a Livitaca.
Continuaron los enfrentamientos entre
indígenas y españoles en diferentes lugares del extenso departamento cuzqueño.
En una oportunidad, el caudillo
huyó en su caballo blanco, tras ser seguido desde lejos. Hubiera quedado
prisionero de no haber atravesado el rio a nado. La derrota de Tinta se había
consumado. La población había sido abandonada. Nombraron a Salcedo como corregidor.
Un grupo armado realista pasó en
dirección a Carabaya, Puno, para evitar la fuga de Túpac Amaru hacia la selva. Como drástico escarmiento, un total
de 67 prisioneros tupamaristas fueron
ahorcados.
Ingresó al pueblo de Langui y
allí lo apresó un partidario suyo, el
mestizo Francisco Santa Cruz, que lo traicionó, el 6 de Abril de 1781. De
inmediato se publicó un bando. El otro traidor fue Ventura Landaeta que capturó
a Micaela Bastidas, sus hijos Hipólito y Fernando y a su
hermano Antonio Bastidas.
Los llevaron hasta Urcos y los juntaron con otros
40 prisioneros que eran sus seguidores. A todos los recibió el visitador
Areche. El sábado 14 de Abril entró el prisionero al Cusco. Comenzó un prolijo, circunstancial y
extenso proceso.
El monumento al precursor.
El monumento al precursor.
BARBARIE
Apresado en el convento de la Compañía de Jesús
fue interrogado y torturado con el objetivo de arrancarle información, acerca de sus compañeros de rebelión. Nunca
habló, nada dijo. A nadie traicionó.
Un día cuando Areche entró
intempestivamente al calabozo para exigirles los nombres de los cómplices a
cambio de su libertad, Túpac Amaru le dijo muy seguro: “Solamente tú y yo somos
culpables. Tu por oprimir a mi pueblo y yo por tratar de liberarlo. Ambos
merecemos la muerte”.
El 18 de mayo de de 1781, en acto público en la Plaza
de Armas del Cusco, se cumplió la ejecución de Túpac Amaru,. Lo mismo que de su
familia y sus seguidores. Los prisioneros fueron sacados de sus calabozos,
metido en costales y arrastrados por caballos todos a la vez, uno tras otro, hasta
llegar a la plaza.
Ya al pie del cadalso Túpac Amaru
fue obligado tal como señalaba la sentencia, a ver la tortura y muerte de su esposa, sus dos hijos mayores,
sus aliados y amigos. Después, al igual que los otros, le cortaron la lengua.
Luego se intentó descuartizarlo
vivo atando cada una de sus extremidades a sendos caballos para que estos
tirasen de ellas y las arrancaran. El hecho concreto es que no pudieron dividirlo, después de que
un largo rato que estuvieron tironeando. Lo más grave es que el menor de sus
hijos de 10 años vio todas estas barbaridades. Le arruinaron la vida.
Entonces, posteriormente, lo decapitaron
y despedazaron. Su cabeza, brazos y piernas fueron exhibidos en varios lugares
del Cuzco. Lo mismo hicieron con los cuerpos de su familia y sus seguidores. La
barbarie total. Nacía le leyenda del eminente sacrificio por la libertad, nacía
un precursor de la Independencia. Un peruano notable de mucha valía y ejemplo
intachable. (Edgardo de Noriega).
Una nota esclarecedora acerca de la verdadera historia del Perú, tantas veces soslayada. La rebelión de Túpac Amaru II ocurrió, como lo señala el autor, 4 años después de la independencia de EE.UU. y 9 años antes de la revolución Francesa.
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