Vale la pena conocer a algunos de
los galardonados por el Premio Nobel en América del Sur. Esta vez hemos
escogido a tres argentinos. Ellos son: Carlos Saavedra Lamas con el de la Paz
en 1936, Bernardo Houssay, con el de Medicina en 1947 y Luis Federico Leloir,
de Química en 1970.
Se trata de unos esforzados
trabajadores, estudiosos en sus respetivas disciplinas que dicho sea de paso,
ya fallecieron Pero que contribuyeron, definitivamente, al progreso de la
humanidad. Creados y formados a plenitud cuyo nivel académico pusieron de
manifiesto. Tres hombres que supieron ver dificultades y triunfaron. Que ello
sirva de ejemplo a las generaciones futuras.
Carlos Saavedra Lamas fue un hombre público que no destacó en
la vida de los partidos políticos, pero se realizó como brillante estadista.
Nació en Buenos Aires el 1° de Noviembre de 1878. Siendo estudiante cayó
enfermo luego de un examen. El médico diagnosticó: “Tiene la enfermedad del 9,
aludiendo la preocupación del enfermo por no haber logrado un 10 en la prueba.
Ese espíritu de responsabilidad y
exigencias de sí mismo marcó toda su vida que se apagó el 5 de Mayo de 1959.
Estudió en la Universidad de Buenos Aires y ya abogado se inició en la vida
pública como Secretario General de la Municipalidad, durante la intendencia de
Torcuato de Alvear.
Ocupó una banca de diputado entre
1908 y 1915. El socialista Juan B. Justo, opositor nada proclive al elogio
fácil, dijo del diputado Saavedra Lamas que era “un talento conservador
eminente”. También se señaló de él que era “un inadaptado para el
electotoralismo”.
Saavedra Lamas: jurista por excelencia
Saavedra Lamas: jurista por excelencia
MINISTRO
Dejó el Parlamento para ser
Ministro de Justicia e Instrucción Pública de Victorino de la Plaza. Profundizó
como catedrático todas las ramas del Derecho. Volvió a la función de gobierno
como Canciller en la presidencia del General Justo, siendo un sagaz y enérgico
defensor del interés nacional
El Tratado de la Paz del Chaco,
que puso fin a la guerra boliviana-paraguaya, se logró por su habilidad y
decisión, méritos reconocidos al otorgársele el Premio Nobel de la Paz. En 1941
fue elegido Rector de la Universidad de Buenos Aires, cargo que desempeñó hasta
1943.
También fue Presidente de la Liga
de las Naciones y Presidente de la Asamblea Anual de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT). Años antes había preparado un proyecto de Código
Nacional del Trabajo, que desafortunadamente no llegó a aplicarse, en el que
seguía las huellas de la equidad y la oportunidad.. En pocas palabras, una vida
ejemplar.
Las pasiones de Bernardo Houssay
fueron el laboratorio y la cátedra, los dos encarados como formas de aprender y
enseñar. Nació el 10 de Abril de 1887, en un hogar de franceses radicado en el
barrio de Almagro de Buenos Aires.
LIDER
A los 5 años rindió examen para
ingresar a la escuela primaria y lo admitieron en tercer grado. Completo el
ciclo en dos años. Hizo la secundario en un colegio privado y tuvo que lograr
una autorización especial para rendir sus exámenes con sólo 8 años.
Obtuvo el título de bachiller a
los 13, el de Farmacéutico a los 17. Fue profesor a los 21 y médico a los 23.
“En 1901,recordaba obtuve mi primer empleo, practicante de Farmacia en el
Hospital Francés con 10 pesos de sueldo.
Hacía cuatro caminatas diarias
entre el hospital y la Facultad: 100 cuadras en total. Hasta el día de su
muerte-el 27 de Septiembre de 1971-
mantuvo el mismo espíritu animoso para aprender y enseñar.
Esa tenacidad lo convirtió en un
líder universitario y en la investigación científica. En ningún abandonó su fe
en las posibilidades del desarrollo científico, formando discípulos y
trabajando con los medios que las circunstancias ponían a su alcance.
En 1919 fue designado Profesor de
Fisiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y fue
exonerado de su cátedra en Septiembre de 1946 pero continuó investigando en el
Instituto de Biología Experimental que el mismo creó con apoyo privado.
Bernardo Houssay: investigador de grandes calidades.
Bernardo Houssay: investigador de grandes calidades.
TRATADO
En 1945 se publicó el Tratado de
Fisiología Humana bajo su coordinación, que es conocido como la “Fisiología de
Houssay” y que fue traducido al inglés, japonés, griego, italiano y otros
idiomas. La obra marcó un hito en los estudios médicos. Le otorgaron el Premio
Nobel de Medicina en 1947.Fue Primer Presidente del Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas, cargo que desempeñó hasta su muerte.
Este médico lo dio todo por la humanidad
Quizá el mérito mayor de Luis F.
Leloir fue el haber sabido aprender a invesigar para alcanzar sus propias
creaciones siguiendo la buena tradición Nació en París durante un viaje
turístico de sus padres, el 6 de Septiembre de 1906.
Realizó sus estudios de Medicina
en la Universidad de Buenos ires y durante cuatro fue interno en el Hospital
Ramos Mejía. En esa tarea nace su
entusiasmo por la investigación, especializándose en el metabolismo de los
hidratos de carbono.
Se acerca al instituto dirigido
por Houssay, antecedente del Instituto de Investigaciones Bioquímicas fundado
en 1947, continuando trabajando en el laboratorio mas de 40 años. Con los
únicos alejamientos que le imponen sus viajes al exterior para completar estudios
en centros de prestigio como la Universidad de Cambridge, el Enzie Research Laboratory de Estados
Unidos y otros.
Luis F. Leloir: Premio Nobel de Quimica.
Luis F. Leloir: Premio Nobel de Quimica.
DIRECTOR
Pasó a ser director del
Instituto, cuna de sus trabajos orientados a precisar un aspecto científico
hasta entonces postergado: el proceso interno por el cual el hígado recibe
glucosa y devuelve glucógeno.
Al otorgarle el Premio Nobel, la
Academia Sueca afirmó que “pocos descubrimientos han tenido tanta influencia en
la investigación bioquímica como los del doctor Leloir que podrían conducir a
un conocimiento más perfecto de la diabetes y otras enfermedades internas”.
Al enterarse (sin sorpresa,
puesto que otras veces había sido candidato) de que le habían otorgado el
Premio Nobel dijo amablemente: “Tiene sus inconvenientes. Hoy, por ejemplo, no
podremos trabajar.
Al recibir la distinción se
identificó como “un representante de los
investigadores que trabajan con él. Su vida se circunscribió a dos ámbitos: el hogar y el laboratorio, ambos con
un clima de comprensión y amistad. Su figura-alto, delgado, canoso- se
identificó en el trabajo por un guardapolvo gris, igual a los que usaban los
regentes de los colegios nacionales. Leloir murió en 1987.
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