A propósito del llamado de unidad y amistad hecho por el flamante Presidente del Club de Periodistas del Perú, Juan Gargurevich Regal, publicamos a continuación una semblanza de aquel profesional en el gremio que cultivaba al máximo ese vinculo. Juan Zuñiga Sañudo, periodista de “El Comercio”, se murió hace algunos años. Pero siempre vive, presente, como gran amigo.
Como profesional de la pluma era de los que destacaba. Como hombre, integro y medular. Como amigo, de los verdaderos. En este mundo y en el otro, estos atributos valen. Por eso, sabemos con exactitud meridiana que él está en el cielo.
Juan Zúñiga Sañudo, periodista fundador del diario Correo, se fue de la faz de la tierra en 1993 para jamás volver, aunque vivirá siempre en el recuerdo de todos los que lo conocimos. En el caso mío, la friolera de casi 25 años.
Lo estamos viendo caminando rumbosa y señorialmente, de acuerdo a su peculiar costumbre por las calles del centro de Lima, a altas horas de la noche de un invierno duro e intenso.Tal hecho ocurría diariamente después de cumplir las labores del cierre de edición en la Redacción del diario Correo de Lima, entre finales de la década del 60 y comienzos del primer quinquenio de los 70.
Era un auténtico comunicador social forjado en el fragor de la noticia de tez algo morena y algo blanca con pinta de árabe millonario. Para protegerse del frío, casi siempre usaba un abrigo negro. Idéntico al color de sus bigotes grandazos y relucientes.
ESOS BIGOTES
Los mismos bigotes largos y crecidos que lo convertían en un hombre de más edad en apariencia y le adornaban con propiedad la cara, de expresión tan bondadosa. Así disimulaba su robustísima humanidad de más de 100 kilos de peso, contenidos y aguantados por su mediana estatura.
Recordemos a Juan, peruano por los cuatro costados, que nació en Brasil el 26 de enero de 1944, cuando su padre desempeñaba un cargo diplomático en ese extenso y rico país.
La última vez que oí hablar de él fue cuando en Lima a comienzos de 1993 nos reunimos en la casa de Jorge Santistevan, posteriormente Defensor del Pueblo y hoy connotado abogado en bufete profesional. Allí en una comida que me ofrecieron esos grandes anfitriones que son Jorge y su esposa Rosmery Luna, estuvieron muchos de sus amigos y colegas: Julio Higashi, Homero Zambrano, Ana Gibson, el poeta Antonio Cisneros, Guido Lombardi y Zenaida Solis.
ZU- ZU
El no fue a pesar de que estuvo invitado y no pude conversar con el gran “Zu Zu”. En aquella época yo vivía en Ilo y en agosto de ese mismo año, Juanito murió súbitamente de un ataque cardiaco en San José de Costa Rica. Mientras cubría los pormenores de una cita internacional económica para el diario “El Comercio”, del cual era Jefe de la Página Financiera.
Zúñiga era todo un personaje con denominaciones picantes y criollas. A los vagos y a los que no le gustaba el trabajo los llamaba “aragoneses”, en vez de haraganes. Otra de él: cuando le preguntaban sobre argot típico de los sectores populares de la costa y le decían ¿Qué es cochamba? Contestaba inmediatamente “rechimbolo”. ¿Y qué es rechimbolo? se le volvía a interrogar, para que Juan replicase en son de broma y burla: “cochamba”. El hecho es que nunca se podía descifrar el significado de estas palabras.
Sigamos recordando. Trabajamos frente a frente varios años en la Mesa de Edición de “Correo” de Lima entre la década de los 60 y 70, cuyo local estaba ubicado en pleno centro de Lima. Larga mesa de color plomizo en la que también laboraban otros colegas de mucho renombre.
Una coincidencia que nos unía. Salimos por propia voluntad y en la misma época de Correo para buscar otros horizontes profesionales. Yo a Cofide, él a Petroperú. La comida de despedida se hizo el mismo día para ambos, en un chifa de San Isidro hace una punta de años.
TRAYECTORIA
Por allí tengo guardada una caricatura precisa que nos retrata de cuerpo entero donde estamos abrazados al mismo tiempo que brindando, cuyo autor fue Ricardo Denegri Huambachano. Hoy artista del dibujo triunfante en Estados Unidos.
Juan se inició en el diario “La Prensa” a fines de la década de los 50. Fue fogueado como reportero económico por el propio Director don Pedro Beltrán y por el periodista César Martín Barreda. Antes y desde que murió su padre se fue a Piura, donde terminó la secundaria. Estudio Economía en la Universidad Católica.
En la ciudad norteña fue Jefe de Redacción y Director de Correo. En aquella época me comunicaba con él diariamente por radio y teléfono desde Lima para pasarle noticias de la capital y los titulares del día. Trabajó también en el Banco Central de Reserva.Un camarada de mis años mozos que hasta ahora lo recuerdo. ¿Y la cochamba Juan? ¿Sigue siendo rechimbolo? No hay respuesta porque Juan, definitivamente, esta en el cielo…
miércoles, 7 de abril de 2010
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Hola! soy Sobrina de Juan Zuñiga y me encantó mucho su articulo. Extraño a mi tío y sus bromas y sus ocurrencias. Muchas gracias por acordarse de él con mucho cariño.
ResponderEliminarSaludos,
Gabriela Valdivieso
Juan era un hombre alegre y murió joven cuando tenia mucho por aportar como periodista. Espiritu alegrón y de mucho amor. Amante de la buena comida y un hombre bueno. El corazón le fallo y lo tenia muy grande. Vale la pena recordarlo. Héctor Armendariz
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