INAUDITO LO DE LAS ENCUESTAS

Muy probablemente es que todos los peruanos nos quedemos en el limbo informativo sin encuestas electorales y por ello que, definitivamente es grave desconozcamos por adelantado, las preferencias de los ciudadanos en estas elecciones que se llevarán a cabo el 11 de abril del presente año.

Tal situación se presentará en vista de que está vigente la Resolución Nª 0382011 emitida por el Jurado Nacional de Elecciones de fecha 12 de febrero del 2011, en que se obliga al encuestado a perder el anonimato de su opinión política.

Resulta inaudito que por efectos de esa disposición ahora a cada encuestado se le exigirá los datos electorales incluidos dirección, teléfono, número de DNI, cuando se le pregunte dichos datos confidenciales.

Ante tal  insólita perspectiva, la Presidenta de la Asociación Peruana de Empresas de Investigación de Mercados (APEIM), Urpi Torrado, anunció en un comunicado que, de mantenerse la mencionada reforma, las encuestadoras se verán impedidas de publicar proyecciones sobre intención de voto.

“Nos rehusamos a obligar a las personas a perder el anonimato de su opinión y a asumir la distorsión que ello implica en la representatividad de las encuestas",. dijo con convicción Torrado.



Urpi Torrado.

MODIFICACION DE LAS REGLAS

Expresó su total rechazo a la medida en la que se ha dejado de lado una garantía de las elecciones democráticas modernas, afectando derechos constitucionales como el que tienen las empresas a guardar el secreto, ejercer la libertad y difundir información sin censura previa ni impedimento alguno.

Sostuvo que ésta es una modificación sorpresiva de las reglas en materia electoral cuando el calendario de este tipo se encuentra considerablemente avanzado, sin haberse tomado en cuenta que existe un marco de fiscalización vigente a través del cual el JNE puede cumplir con sus funciones en la materia.

También dió a conocer la decisión legitima y justa de “solicitar al JNE, por razones jurídicas y técnicas, deje sin efecto la modificación del reglamento””, tras subrayar que no existe precedente alguno en el mundo democrático que permita revelar a la autoridad la identidad de los encuestados, para efectos de medir la intencionalidad del voto.

Muchos políticos, frente a la situación presentada, no están de acuerdo y afirman erróneamente que así se garantiza la confiabilidad de la información que dan las encuestas, porque además nunca dan resultados acertados en sus mediciones. Obviamente que a ellos se quiere favorecer desde los sectores oficiales. Hay alguien que cínicamente dijo que el pone y saca presidentes. ¿Lo recuerdan?

REACCIONES

Lo cierto es que tales aseveraciones son dadas casi siempre por aquellos que no gozan de las preferencias del electorado. Los que están perdiendo salen con estas monsergas que nublan por completo el proceso electoral.

Ahora bien, claro que hay encuestadoras y encuestadoras como en todo campo y rubro de la vida cotidiana.  Las que efectivamente realizan un trabajo serio y las que no lo hacen. Pero lo que si también es cierto que las empresas agrupadas en la APEIM, gozan de prestigio y de aciertos. Eso no se puede negar.

Las últimas elecciones municipales en las que ganó Susana Villarán fueron estudiadas y dadas a conocer  con acierto. No obstante que se registraron mínimas diferencias entre los candidatos. Lo mismo ocurrió en las del 2006 cuando García ingresó a la segunda vuelta, por muy poca diferencia de votos, venciendo a Lourdes Flores y ganándole a Humala en la segunda. Engaños tampoco ocurrieron. Las encuestas reflejaron la realidad.


Susana Villarán

Hay, eso sí, cierta institución de este tipo que tiene inclusive color político determinado que hace encuestas no con la realidad de lo que efectivamente pasa, sino con el interés que tienen para manipular según sus conveniencias. Ese es otro cantar. Son excepciones que confirman la regla.

Justo, por donde se le vea, es lo que pida la APEIM y el Jurado Nacional de Elecciones está en la obligación, por el bien de los peruanos y de la propia democracia de dar un paso al costado. Tenemos que vivir constitucionalmente. ¿O no señores del Jurado?