¿SOLIDARIDAD EN LAMBAYEQUE?

Nada santa y sí asquerosa y putrefacta fue la elección de los candidatos parlamentarios de Solidaridad Nacional por Lambayeque. Allí encabeza la lista Virgilio Acuña, conocido traficante de la educación con la creación de universidades mediocres que pone el billete de por medio para conseguir sus objetivos.

Según se asegura entre la propia militancia del partido de Castañeda, este angelito habría puesto, a disposición de los jerarcas más pintados y encopetados del partido, una camioneta 4x4 nueva y del año  en uso diario actualmente y recorriendo el Perú en la campaña presidencial. Así consiguió ese lugar preferencial de número 1. Toma y daca perfecto.

Además de los fornidos hombres de seguridad que protegen con fuerza bruta y descontrolada al candidato principal. A quienes Acuña les paga sueldo, alimentación, entretenimiento y otras gollerías para que cumplan con su labor tan pero tan pacífica…

Para variar en el camino tortuoso, los responsables de Solidaridad incluyeron como postulante al Congreso en Chiclayo, la mismísima tierra del  jefe y fundador de esta agrupación, a un locutor radial que funge de periodista y es un extorsionador.

Quien logró un lugar en la lista, el número 2, fue Rafael Aita Campodónico, ex parlamentario y ex Viceministro de Defensa. No obstante de que se decía, por calles y plazas, que habría sido vetado por Castañeda.

Su inclusión demuestra la capacidad de maniobra política de Aita que, evidentemente, logra sus metas. Por sus cualidades personales y profesionales se ha convertido en la excepción que confirma la regla en este conglomerado de pestilencia. Sin embargo, el ex congresista merece ser elegido. Salva la lista. Pero si ponen sotas, tendrán en el futuro sotas. Que barbaridad.


Rafael Aita Campodónhico

Lo cierto es que en Lambayeque se dejó de lado al empeñoso grupo que trabajaba concienzudamente con planes, estudios y proyectos encabezado por el Economista y exitoso empresario de prestigio, Max “Negro” Seminario Gorbitz.

Entre gallos y medianoche se tomó tal injusta decisión. En el caso de Seminario, ni siquiera se revisó la relación directa de tiempos inmemoriales con el ex Alcalde  de Lima. Parece que eso es lo que más les fastidia a los sirvientes y agoreros.

 Porque todos quieren ser los engreídos. Inclusive el mediocre alto, de bigotes mexicanos, cuyo feudo fue la Municipalidad de Miraflores y allí en una radio del aristocrático distrito tenia el cuajo de hacerse pasar por comentarista político, sin una  sola neurona en el cerebro. Ah fiel Bustamante, con nombre de santo. Te pasas.

Tampoco se evaluó con Seminario su condición de fundador de Solidaridad Nacional. Mandan y obligan las uvas de parra que ponen en trance a mujeres especiales mezcladas con denominaciones extranjeras como  la yarrow, que-efectivamente sirve- es servil siempre y a disposición del amo- para cumplir cualquier tipo de trabajo.

Como pulverizar a Susana Villarán cuando llega al Municipio a pedir información que es de todos los peruanos. En esa oportunidad, malcriadamente, hasta el micrófono le quitó a la candidata que después triunfó, cuando precisamente hablaba con los periodistas.  No sirvieron, para nada, tus pachotadas y tus tretas.  Dedícate a otra cosa mariposa.

En tal honorable condición de fundador, Seminario fue Personero Político del partido en las épocas que las papas quemaban cuando la persecución del maligno Montesinos y después, el 2006, candidato a una representación parlamentaria por el departamento de Lambayeque.

Esta última competencia electoral  la perdió por muy pocos votos y por efecto directo  de la guerra sucia practicada por un miembro de la propia lista que pertenecía a las filas del PPC: Franco Carpio, un mediocre total que llegó al Congreso hace casi un lustro y nadie lo conoce. Su actuación parlamentaria ha sido nula. Cero, cero.


Max  Seminario Gorbitz.

Tampoco se valoró los servicios prestados con eficiencia, lealtad y honestidad por especial encargo de Castañeda, como Presidente del Seguro Social en el norte del país con sede en el Hospital Almanzor Aguinaga Asenjo, durante cinco años.

A Seminario los pergaminos  de servicio le sobran. Pero nada se tomó en cuenta. Parece ser que la intriga e insidia de muchos, triunfó. Al menos por el momento. Se ha perdido una batalla. Pero no la guerra. “Guerra quieren, guerra tendrán”, cuentan que ha dicho Seminario.