Obviamente que haya un enfrentamiento directo entre los dos candidatos a la Presidencia de la República, Keiko Fujimori Higuchi y Ollanta Humala Tasso. Si ocurre ello, evidentemente que el panorama electoral se inclinará para uno u otro lado.
Quien triunfe en la confrontación, definitivamente triunfará en las urnas del 5 de junio del 2011 y será el Presidente de todos los peruanos desde el 28 de julio de este año hasta idéntifica fecha del 2016.
Si no sucede nada de ello en el acto programado para realizarse el domingo en el Hotel Marriot de Miraflores a partir de las 8 de la noche y durante una hora y media, la primera opción la tiene Fujimori que, según las diferentes encuestas, está en primer lugar con tendencia a subir, a tres o cuatro puntos de diferencia de su rival que va hacia abajo.
Sin embargo, la polarización es grande y puede ocurrir algo que no esté previsto en los pocos días que aún queda de la contienda electoral. Mientras tanto, las dos fuerzas políticas en pugna de todo se dicen. Los ataques vienen y van por todos los lados habidos y por haber.
Cierto es que ambos postulantes al sillón de Pizarro no son oradores natos. Humala, en su última confrontación de la primera vuelta se dedicó a leer, leer y leer sus propuestas y aprovechó hasta las preguntas para hacer lo mismo. Pero también es real que no resultó averiado ni nada que se le parezca.
FORTALEZAS DE LOS CANDIDATOS
Por su parte, Keiko tiene un dominio determinado de la televisión que le da, definitivamente, seguridad. Ella se expresa claramente y no pierde la calma. Se nota a las claras que no improvisa y según hemos podido saber, ella entrena y practica diariamente todas sus intervenciones públicas.
Lo hace con persistencia y ahinco, aprovechando el apoyo de un grupo asesor especial conformado por políticos de su entera confianza, como Jaime Yoshiyama y Fernán Altuve; especialistas en comunicación, prensa, psicólogos y en coaching, quienes persisten que sus intervenciones sean impecables.
Los allegados al candidato nacionalista dicen que Ollanta no se preocupa tanto de ello y va más a querer analizar las contradicciones de la representante del fujimorismo, en campos relacionados con la corrupción y los derechos humanos.
Humala quiere que allí se note la diferencia, aunque muchos entendidos dicen que Fuijimori precisamente lo que hace y trata es alejarse de esos asuntos controversiales, con miras a llevar agua para su molino en la estabilidad económica y la seguridad ciudadana, asuntos de gran interés para los electores y que si se tratan bien, evidentemente se consiguen votos.
DECISIONES
Lo que si ha decidido el equipo de campaña de Humala es persistir en una posición moderada en la que no haya, de ninguna manera, atisbos de extremismo o de caos en el país. Ellos son la solución y su posición en todo orden, económico y social, está garantizada. Tal es la meta a llegar para convencer a los peruanos a que voten por una fórmula efectiva.
Por eso mismo, lo que Keiko tratará en la confrontación de llevar a su contendor a campos ideológicos de origen y a lo que fue desde un inicio. El etnocacerismo, las rebeliones contra la democracia, los innumerables cambios de su plan de gobierno entre otros temas controversiales. Sus contradicciones y sus cambios son sus debilidades, definitivamente.
Por su parte, Ollanta no se quedará en asuntos de relacionar al máximo todo lo negativo que ocurrió durante los diez años de gobierno fujimorista tratando,en todo momento, de responsabilizar a la candidata que para muchos representa una opción acertada de tranquilidad y para otros la genuina representante de la corrupción.
Obviamente que tanto Humala y Keiko se dirigirán para convencer al grupo de electores indecisos. Esta será la ultima etapa que usen el candidato nacionalista que asegura ganar de todas maneras para llegar a las grandes mayorías y la de Perú 2011 que no se cansa en decir que su candidatura es de tranquilidad nacional, con persistente progreso económico.
Específicamente los argumentos que usaran los candidatos son: sus planes en lucha contra la pobreza, seguridad y narcotráfico, institucionalidad democrática, economía e inclusión social. También habrá un bloque para interrogantes que han sido seleccionadas en la campaña ¿Pregúntales a los candidatos?
RECUENTO HISTORICO
De una u otra forma, parece ser que de todas maneras se tratará aspectos relacionados con la corrupción y los derechos humanos que no están pactados ni especificados. Los temas, por una u otra razón, serán llevados a la mesa de confrontación. Al menos los candidatos han señalado, específicamente, que ello será así.
Las polémicas presidenciales se pusieron de moda hace ya más de medio siglo cuando en Estados Unidos, en 1960, Richard Nixon del Partido Repúblicano se enfrentó con el Demócrata John F. Kennedy en los canales de televisión americanos. El segundo, según lo consignan los periódicos de la época, fue el ganador indiscutible y resultó elegido Presidente de ese país.
En el Perú lo que más se recuerda no es un debate presidencial, sino uno municipal de los años 60. El que protagonizaron los candidatos a la alcaldía de Lima, Luis Bedoya Reyes, como líder de la Alianza Acción Popular y la Democracia Cristiana y el representante de la Coalición Apra-Odria, Jorge Grieve Madge.
El Tucán, joven aún en aquella época, apabulló por completo a su contendor y ganó impecablemente las elecciones por segunda vez consecutiva. Son hasta ahora famosas sus frases en contra de su contrincante como la “de faltoncito y mudo" cuandio dio a conocer que no asistió a las sesiones municipales.
REVES DE BEDOYA
Cuando el candidato aprista quiso llevar la discusión por el lado técnico que de por si es arido y aburrido, Bedoya volvió a las puyas directas sentenciado que a “los especialistas se les alquila y solucionado el problema”. Era firme, directo y convincente.
Sin embargo, poco tiempo después, el ex alcalde de Lima sufrió un revés y no pudo con su eterno rival de la Democracia Cristiana: el doctor Héctor Cornejo Chavez, parlamentario de fuste que con lógica implacable lo castigo duramente ante las cámaras de la televisión y le ganó de lejos una polémica, sobre todo en aspectos relacionados con el devenir político de aquel entonces y con asuntos relacionados con el social cristianismo.
En los últimos años se han registrado debates presidenciales que tuvieron como protagonistas a Alan Garcia y Alejandro Toledo, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 2001. El primero con su evidente poder oratorio. Pero Toledo, dicho sea de paso, no se quedó y supo defenderse, ganando la Presidencia de la República.
Hace cinco años Alan se enfrentó precisamente con Humala y se notaron las diferencias entre ambos. El líder aprista mostro pundonor y convencimiento que precisamente lo llevó por segunda vez a la Casa de Pizarro.
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