Esta es la verdadera historia de Mariano Ignacio Prado Ochoa que, probablemente,
sea el Presidente de la República del
Perú más criticado de nuestro pasado político tan convulsionado, durante el
siglo XIX. Los cuestionamientos, algunas
veces, estuvieron acompañados con verdades efectivas. Muchas otras, la mayoría,
con falsedades de la peor especie. Para
empezar a juzgarlo, nadie le puede negar, los
blasones de héroe demostrados en el fragor de las batallas efectivas.
Desde el Combate 2 de Mayo contra los españoles hasta la mismísima Guerra con
Chile, donde evidentemente su prestigio se catapultó hacia lo negativo por
completo. Nunca más pudo afianzarse
impecablemente. El estigma le quedó a él y su familia por los siglos de
los siglos.
Modesto de origen criollo, si se quiere algo
humilde y nada acaudalado, proveniente de una familia trabajadora de la ciudad
de Huánuco donde nació, un 11 de Agosto de 1826. El joven optó por la carrera
militar y destacó. Luego ingresó y pasó
por la política, consagrándose largos
años, hasta que le vine el declive por las acusaciones que lo acompañaron por
siempre.
Para ciertos sectores de detractores, el
político era un ladrón de siete suelas que incluso le robó el dinero al Estado
y lo recaudado, unas 200 mil libras esterlinas, como producto de los joyas y pertenencias de valor donadas por la
aristocracia limeña y otras personas en colecta pública, para luchar contra el
invasor. Hecho que es enteramente falso por completo.
Lo único que hizo mal consistió en abandonar el país, siendo el
primer mandatario, so pretexto de comprar armamento. Erró por completo y dejó
en su reemplazo a un anciano al borde de la muerte, Luis La Puerta, que se fue del poder derrocado por Piérola.
Mariano Ignacio Prado: controvertido personaje
Mariano Ignacio Prado: controvertido personaje
BASADRE
Hay algo de razón de atacar tanto
al militar que, dicho sea de paso, sus virtudes tuvo. Cierto es que dejó al
país en la estacada. Lo sostiene
inclusive Jorge Basadre, en su famoso libro “La Historia de la República del
Perú”, cuando subraya, sin ambages, lo siguiente: “El viaje fue censurable y pudo nombrarse una persona prestigiosa con
plenos poderes para la travesía”. El periplo, según el historiador, no
debió ser necesariamente hecho por el
Presidente de la República y el Director de la guerra
De
acuerdo a estos fundamentos, la ausencia del primer ciudadano del país,
cuando los ánimos estaban tan excitados, dio lugar precisamente en un grado
máximo a las bullas y escándalos. Incluso muchos años después de
ocurridos los hechos.
Al
respecto Basadre afirma: “La sorpresa
ante su partida en 1879 estalló, inevitablemente, en expresiones de
protesta de donde podían salir la anarquía y la guerra civil ante el enemigo
robustecido y envalentonado por sus sucesivas victorias en mar y tierra. El
hecho de que, en la jefatura del Estado quedase un anciano enfermo y casi reblandecido,
agravaba la situación”.
CALUMNIA
A Prado, según esta fuente, le hubiera quedado
una salida preferible a la que siguió como es “la de intentar, en un gesto dramático: la unión nacional, luchar por
ella y sí sus esfuerzos no tenían resultado, dimitir de forma irrevocable”.
Cabe subrayar que el más prestigiado
historiador del Perú sostiene que la versión de que se llevó consigo el dinero destinado a la
compra de nuevos barcos es calumniosa. Dichos fondos los trasladó a Europa,
Julio Pflucker y Rico.
Recuerda que hacía tiempo que
funcionaba en el país el sistema de los bancos y las traslaciones de fondos en
gran cantidad al exterior o viceversa, haciéndose por cheques y no mediante la
movilización de los billetes o mandados en el equipaje de los viajeros.
Los encargados de adquirir los
elementos navales en Europa tenían a su disposición, en esos momentos, las
cantidades que se habían reunido por suscripción popular o por decisión del
Estado.
Un escritor respetable de la misma
especialidad, como el inglés Markham, sentenció: “El General Prado vio los desastres inevitables que eran inminentes y
concibió la esperanza de evitarlos, obteniendo ayuda en dinero o en material o
como intervención de Europa o Estados Unidos. No hay razón para suponer que
estuvo impulsado por motivos menos valiosos. Nada, eso sí, puede excusar
esta súbita deserción de su puesto”.
DECRETO
Con fecha 22 de mayo de 1880, en un
decreto que refrendó Miguel Iglesias, el Presidente Nicolás de Piérola que
destituyó a La Puerta, privó a Prado del título y los derechos de “ciudadano del Perú”. Lo condenó a degradación pública. En los
considerandos del documento, se refirió a su ignominiosa conducta durante la
campaña con Chile y a su vergonzosa deserción y fuga. No eludió ningún delito
de tipo económico.
Muchos analistas de la época señalan
que los hijos del General Prado decidieron reinvindincarlo, precisamente,
siendo presidentes de la república. El único que lo consiguió fue Manuel,
convertido posteriormente en un lider de grandes dotes y de profundo conocimiento políticos.
Mariano Ignacio Prado Ochoa llegó a ser
Presidente de la República en cuatro ocasiones con sus altibajos y
contradicciones: un periodo de entera dictadura entre Noviembre de 1865 a Febrero de 1867, una presidencia
provisoria, de febrero a agosto de 1867
y dos periodos constitucionales. El primero desde agosto de 1867 hasta Enero
del año siguiente y el segundo tres años, desde 1876 a 1879.
HEROE
Inició
una ascendente carrera militar en 1853,
participando en las guerras y revoluciones republicanas del Perú. Prefecto de Arequipa en 1864,
encabezó una revolución en protesta
contra la debilidad del gobierno de Juan
Antonio Pezet, ante
las exigencias de la escuadra española del Pacífico.
Instauró una dictadura en 1865 y preparó a la
nación para enfrentarse a las fuerzas españolas. Al año siguiente, el resultado
del Combate del 2 de mayo del Callao
lo elevó a la categoría de héroe nacional. Convocó luego a un Congreso Constituyente y asumió la
Presidencia Provisoria. Tras proclamarse la
Constitución Política de 1867, de corte liberal, asumió la Presidencia
Constitucional.
Enfrentó
una revolución en Arequipa y otra en Chiclayo
que estallaron en defensa de la Constitución de 1860. Derrotado,
renunció al poder y pasó a
Chile. Volvió al Perú en 1872 y rodeado de gran popularidad fue apoyado por el Partido Civil, logrando por segunda
vez ser elegido Presidente Constitucional. Enfrentó una grave crisis económica,
que derivó en bancarrota, así como el inicio de la Guerra del Pacífico.
Fue el
segundo hijo de Ignacio Prado Marín y de Francisca Ochoa Tafur de ascendencia
española, miembros de una familia dedicada a la agricultura. Su padre participó
en la guerra de la Independencia y llegó a desempeñarse como Alcalde de Huánuco.
PRECEPTOR
En dicha
ciudad de los caballeros del León, la familia Prado gozaba de la protección y
el apoyo de la más importante y aristocrática familia existente en ese lugar,
los Durand. El joven se desempeñó como
capataz de una de las haciendas de ellos,
ubicadas a lo largo del rico valle de ese departamento e incluso en la ceja de
selva.
Vivió
su niñez y juventud en su localidad natal y quedó huérfano a muy temprana edad.
Allí cursó sus estudios básicos, teniendo como preceptor al sacerdote Agustín
Rato, quien logró trasladarlo a Lima para que estudiase Derecho en el
Convictorio de San Carlos y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
El joven truncó su aprendizaje especializado. Había
fallecido su hermano mayor y tuvo que retornar a Huánuco, donde administró las faenas
agrícolas de su familia. Más tarde, liquidó estos negocios y se estableció en
Lima. Era el año 1853.
Había
dejado en Huánuco a su conviviente, María Avelina Gutiérrez, con quien tuvo dos
hijos: Justo luchador cacerista que murió de tuberculosis y Leoncio Prado,
quien con el correr de los años se convirtió en uno de los máximos héroes de la
Guerra con Chile.
El gabinete de los talentos.
El gabinete de los talentos.
CAPITAN
Este último falleció fusilado por los
invasores en Huamachuco cuando las huestes rebeldes de Cáceres, del cual
formaba parte, seguían luchando empecinadamente. Hay un tercer vástago de otra madre arequipeña, Casilda Linares: Grocio Prado Linares, que perdió la vida en la Batalla del Alto de la Alianza
al sur del país, cerca a Tacna. Antes los tres lucharon, valerosamente, durante
la independencia de Cuba.
Ingresó
a la Guardia Nacional y alcanzó el grado de Capitán. A renglón seguido criticó
duramente los manejos económicos del Gobierno de Echenique, ganándose por tal
razón el destierro a Chile. Regresó al poco tiempo e ingresó por Arica,
trasladándose luego a Arequipa donde se plegó a la Revolución Liberal encabezada
por Ramón Castilla.
En esta
guerra civil actuó con eficiencia al tomar el puente de Izcuchaca y resistir a las
tropas gobiernistas durante doce horas, forjando el triunfo de los
revolucionarios. Participó en la batalla de La Palma, donde fue derrotado definitivamente
Echenique.
Logró
ser diputado durante el gobierno de Castilla, representando a Huánuco. Luego se
reincorporó al Ejército comandando los
Lanceros de la Unión y se enfrentó al movimiento revolucionario de Vivanco,
liquidándolo definitivamente en Arequipa. Lo que le valió el ascenso al grado
de Coronel. Lo nombraron Prefecto de Tacna y pasó a ejercer el mismo cargo en
Arequipa.
SUBLEVACION
Luchó
en la Guerra con el Ecuador y estuvo en la entrada triunfal de Guayaquil al
lado del Presidente Castilla. A continuación, trabajo militarmente en Piura y
Chiclayo. Hasta que fue designado, otra vez, la primera autoridad política de
Tacna y Arequipa. Entre los años 1863 y 1864. En la blanca ciudad conoció a
María Magdalena Ugarteche Gutiérrez de Cossío, de estirpe aristocrática con la
que se casó por esta época.
Inició
una revolución en Arequipa en contra de Pezet por la firma del tratado Vivanco
Pareja, considerado como una muestra de debilidad frente a los españoles. Marchó
hacia Cusco y Ayacucho y dominó todo el sur para dirigirse a Lima, luego de
declararse Jefe Supremo Provisorio.
Simultáneamente,
en Chiclayo se sublevó el Coronel José Balta. Los revolucionarios invocaron el
respeto a la constitucionalidad y le pidieron al Segundo Vicepresidente de
Pezet, General Pedro Diez Canseco, que
asumiera la Presidencia de la República. Lo que fue aceptado y por ende Prado
se vio obligado a reconocer su autoridad.
Contra
todo pronóstico, Diez Canseco dejó de adoptar decisiones drásticas contra
España. Ante esta falta de definición, los jefes del ejército lo depusieron y
al día siguiente el pueblo, en cabildo abierto realizado en la Plaza de Armas
de Lima, proclamó dictador al Coronel
Mariano Ignacio Prado.
GUERRA
Conformó
un equipo de lujo donde estaban los liberales como José Gálvez Egúsquiza, en la cartera de
Guerra y Marina. Y José María Quimper en Gobierno. Los conservadores Manuel
Pardo y Lavalle en Hacienda y Toribio Pacheco en Relaciones Exteriores.
Completaba el equipo José Simeón Tejeda, en el despacho de Justicia. Basadre lo denominó “El Gabinete de los
Talentos”, por la indiscutible calidad de sus integrantes.
La
primera medida del gobierno fue la firma de la alianza defensiva y ofensiva con
Chile. A renglón seguido se declaró la
guerra del Perú a España, ocurrida el 14 de Enero de 1866. Ecuador y Bolivia se
adhirieron a la coalición. Las acciones de fuerza ocurrieron inmediatamente. En
el combate de Abtao se enfrentaron, por un lado, la flota peruana-chilena
contra los chapetones. Sin resultados concluyentes.
Luego
vino el combate del Callao, del 2 de mayo de 1866, en que la escuadra
española chocó contra las defensas del
puerto peruano. Lo que se registro fue un enfrentamiento violento de cinco
horas y los contrincantes no pudieron incendiar el lugar conforme tenían
previsto. Ni arrasar las defensas. Aquí perdió la vida, en acto heroico, el
Ministro Gálvez al estallar la torre de La Merced.
La Guerra con Chile
La Guerra con Chile
PROCLAMACION
El Perú
triunfo inobjetablemente en este combate. La flota española se fue aguas muy
lejos, rumbo a su país. El Perú nunca dio satisfacciones al agresor europeo, el
Tratado Vivanco-Pareja dejó de tener vigencia y ni siquiera se pagó a España la
deuda estipulada en la Capitulación de Ayacucho de 1824. El Tratado de Paz correspondiente recién fue
firmado en 1879.
La
dictadura de Prado se concentró en el desarrollo de la Guerra con España. Pero
también registró obra concreta. El departamento de Ica resulto siendo una
realidad. Logró conformarse la flota más poderosa del Pacífico Sur con la
llegada del monitor Huáscar y la fragata Independencia. En el plano económico,
se hicieron esfuerzos de mejora de las finanzas públicas y se desarrolló una
firme política internacional de tendencia americanista.
El 28
de Julio de 1866, el Gobierno convocó a elecciones para elegir un mandatario y
un congreso constituyente. Prado fue el candidato presidencial y logró el
triunfo. La asamblea legislativa, de inclinación liberal, se instaló con bombos
y platillos.
La
constitución fue una realidad y, dos días después, Prado
proclamado Presidente Constitucional del Perú. Su mandato resultó efímero. Una revolución estalló en Arequipa donde la ciudadanía se negó a
aceptar los efectos de la carta magna. El jefe de los revoltosos era el General
Pedro Diez Canseco.
RECHAZO
Encargó
el poder a su presidente del Consejo de Ministros, el General La Puerta, y
quiso sofocar la insurrección en el mismo lugar de los hechos. Simultáneamente
se prendió otro foco revolucionario en Chiclayo al mando del Coronel José
Balta. Prado sitió la blanca ciudad. Pero no pudo tomarla tras dos intentos
fallidos y retornó a Lima con su ejército reducido a 1,600 hombres, de los 6
mil que originalmente lo componían.
Desembarcó
en el Callao y un cabildo abierto expresó su rechazo total al gobierno que
presidía. Prado se vio obligado a renunciar en la persona de Luis La Puerta. El
8 de Enero de 1868 llegó al primer puerto el General Francisco Diez Canseco
quien asumió provisionalmente el poder hasta que, a los pocos días, se lo
entregó a su hermano, el General Pedro
Diez Canseco, quien restableció la Constitución de 1860 y se convocó a
elecciones que resultó ganador José Balta.
Tras
renunciar a la Presidencia, se dirigió a Chile donde vivió varios años,
dedicado a la explotación del carbón de piedra en la hacienda Maquehua, ubicada en la ciudad de Arauco a
orillas del río Carampangue. Allí tenía
en arriendo perpetuo esta propiedad. Luego la compró a magnifico precio. El
peruano hizo cierta fortuna de dinero en lares mapochinos. Lo que le permitió
viajar a Europa con inusitado lujo.
ELECCIONES
Hay
versiones históricas que aseguran la preparación de una revolución de Prado en
contra de Balta, si éste se perpetuaba
en el poder. Ello no ocurrió y más bien Balta
sufrió un golpe de estado protagonizado por los hermanos Gutiérrez. (Ver semblanza de este personaje en el archivo
del blog con fecha 26 de Setiembre del 2013)
Prado
retornó al Perú en 1872 y al año siguiente fue ascendido por el Congreso a
General de Brigada, a propuesta del gobierno de Manuel Pardo. Lo designaron
Presidente de la Sociedad de Fundadores de la Independencia y Vencedores del 2
de Mayo de 1866. Posteriormente elegido diputado por Cañete. Llegó a presidir
la cámara baja.
Lo comisionaron
a Europa, por encargo del régimen presidido por Pardo, donde negoció
exitosamente un arreglo con los tenedores de bonos de la deuda externa. Así consiguió reabrir el crédito internacional para el país.
Resultaron
convocadas las elecciones de 1876, por parte del Presidente Pardo. El Partido
Civil iba a apoyar a José Simeón Tejeda.
Pero éste, de un momento a otro, falleció. No se encontraba otro candidato,
Allí surgió la postulación de Prado que se enfrentó en las elecciones a Lizardo
Montero, sin partido que lo respaldase. Los comicios, efectuados normalmente y
sin violencia, los ganó el huanuqueño.
El Combate del 2 de Mayo en el Callao.
El Combate del 2 de Mayo en el Callao.
SALITRE
Reasumió
la Presidencia el 2 de Agosto de 1876. La banda se la entregó Manuel Pardo. Le
tocó gobernar uno de los momentos más graves de la vida republicana, con
tremendas crisis tanto a nivel nacional como internacional. La primera devino
en la bancarrota económica. Mientras que el efecto culminante de la segunda fue
la Guerra del Pacífico.
Ante la
amenaza económica, dictó medidas radicales. En primer lugar declaró disuelto el
Contrato Dreyfus y lo reemplazo por otro realizado en Londres, con una firma
inglesa que significó una nueva negociación del guano que buscaba negociar la
deuda externa muy crecida. No dio ningún resultado efectivo y la bancarrota se
precipitó.
El
asunto peliagudo del salitre también dejaba huella con las expropiaciones de
los yacimientos de estos productos. Lo que dio lugar al malestar de los
productores, sobre todo los chilenos y británicos que al igual que los peruanos
consideraban la política estatal como abusiva y frustrante. Las medidas a favor
de la minería también fracasaron.
La
inestabilidad política era una realidad y causaba estragos. Piérola se levantó
en dos oportunidades. La primera de ellas en Yacango y la segunda a bordo del
monitor Huáscar, enfrentando con éxito a dos buques de la armada británica en
el mar frente a Pacocha en Ilo. El Califa, sin embargo, no consiguió nada y
depuso las armas. (Ver la vida de Piérola en el archivo de este periódico-21 de
Diciembre del 2010).
CIVILISTAS
Para
dificultar más la tranquilidad del país, los civilistas se levantaron y
causaron problemas en el Callao. Felizmente el Gobierno controló la situación.
El ex Presidente Pardo tuvo que salir del país
rumbo a Chile, acusado de estar comprometido. Retornó al año siguiente tras
ser elegido Senador por Junín.
Mientras
el Parlamento, con los civilistas actuando, ejecutaba una política de oposición
desenfrenada. Un hecho rechazable y deplorable fue el asesinato de Manuel Pardo
el 16 de Noviembre de 1878, en las
puertas del Senado cuya presidencia ejercía por aquel entonces. El autor fue un
miembro de la guardia del Congreso, el Sargento Melchor Montoya por razones
personales, aunque se trato de involucrar al pierolismo. (Ver semblanza de Pardo en el archivo.19 de
Junio del 2012).
Por
esta época se impulsó la actividad minera. El padrón de minas fue una realidad.
Mejoró notablemente el sistema de aduanas y se inauguró en Lima el servicio de coches
y tranvías sobre rieles. Comenzó la comunicación telegráfica directa entre el Perú
y Londres. La paz con España se logró
con la firma del tratado correspondiente que hasta la fecha se cumple.
ACUSACIONES
Lo que
vino a continuación fue el conflicto del Pacífico. El Presidente se trasladó al
sur en su calidad de Director Supremo de la Guerra, instalándose en Arica para
estar cerca a los acontecimientos. Tras el desenlace adverso para los peruanos de mar y tierra, el
mandatario decidió viajar al extranjero.
El gran error de su vida.
Lo que
quería era comprar, personalmente, los elementos necesarios para equilibrar el
poderío naval del adversario y lograr un arreglo con los acreedores del Perú. Partió el 19 de Diciembre de 1879 con el
permiso del Congreso. Dejó a su esposa y sus hijos en territorio peruano. El
viaje fue criticado por la mayoría de sectores de la población. Desde la prensa
hasta los adversarios. El hecho dio lugar al levantamiento de Piérola.
Lo
acusaron de fuga y robo. Incluso de no armar al Perú y hasta de chilenofilo,
sobre todo por los negocios que desarrollo en territorio mapochino. Prado se
defendió con vehemencia, pero nunca convenció. Recordó y, era cierto, que nunca
huyó porque salió legalmente y con los permisos que la Constitución exigía.
También
subrayó que durante su gobierno se hicieron insistentes gestiones para reflotar
la escuadra y que incluso llegó material bélico de fusiles y cartuchos gracias
a la intermediación generosa de varios países como Costa Rica, Honduras y
Nicaragua.
Muy poco antes de morir de civil en Francia.
Muy poco antes de morir de civil en Francia.
MUERTE
Por sus
gestiones directas, la enorme deuda peruana en el exterior se negoció y así se
logró que se restableciese el crédito. Con ello se iba a comprar más armamento. Sin embargo, el golpe de
Piérola impidió que se lograse este fortalecimiento. El Director de la Guerra
quiso regresar al Perú y ponerse a órdenes de Piérola. Pero éste le negó esa
posibilidad y, de buenas a primeras, lo declaró traidor.
Finalizada
la Guerra con Chile, el militar preparó
su retorno al Perú. El Gobierno de Cáceres, según decreto del 11 de Diciembre
de 1876, levantó los impedimentos que dificultaba la vuelta. Cuando llegó al
país, numerosas personalidades lo recibieron. Incluido el Edecán presidencial.
Prefirió
mantenerse al margen de la actividad política. Si aceptó algunos cargos. Como
el de Presidente de la Sociedad de
Fundadores de la Independencia y Vencedores del 2 de Mayo de 1866, entre los
años 1890 y 1897.
Viajó,
una vez más, a Europa por razones de salud que se quebrantó por completo,
muriendo en París Francia, a los 74 años, el 5 de mayo de 1901. Su cadáver fue
traído al Perú y enterrado en el Cementerio Presbítero Maestro de Lima, donde
actualmente descansa en paz, junto a su hijo Manuel Prado. (Ver semblanza de
este último en el archivo de Miscelánea,
de fecha 27 de Septiembre del 2011).
FAMILIA
Además
de sus hijos mayores en distintas mujeres, los que tuvo con su esposa María
Magdalena Ugarteche fueron: Rosa, monja
de la congregación del Sagrado Corazón,
María casada con Juan Manuel Peña y Costas, Mariano Ignacio que fue
abogado y el forjador de la gran fortuna familiar con vigencia poderosa hasta
fines de 1960 y comienzos de la década posterior. En las épocas del dictador
Velasco, el grupo económico familiar entró en quiebra y falencia.
Asimismo, Javier, político, intelectual y maestro de
San Marcos que murió joven misteriosamente, Jorge también político, ex
ministro, candidato presidencial, y Manuel que fue Presidente del Perú en dos
oportunidades: de 1939 a 1945 y de 1956 a 1962. Familia de notables. Familia
criticada y representante del conservadorismo más rancio en el país. Familia millonaria
y ocupando el primer lugar. Como los Romero y los Brescia de ahora. Actualmente y en pleno siglo XXI, los Prado ya no son lo que fueron. Poco
suenan. Poco truenan. (Noé)
Lo que es historia imborrable es que Mariano Ignacio Prado Ochoa, siendo Presidente del Perú abandonó a su patria en plena Guerra con Chile a pesar de ser militar peruano se fugo del país como un vulgar Cobarde.
ResponderEliminarEs torpe y mezquino decir que Prado fugó del país. Toda la evidencia histórica muestra que salió con licencia del Congreso. La derrota frente a Chile tiene muchos responsables los que han usado a Prado como un conveniente chivo expiatorio.
EliminarMi propio criterio me dice que si estoy a cargo de un pais próximo a perder una guerra, no queda otra que luchar o rendirse. Jamás abandonarlo. Las razones de la compra de armamento no justifica la fuga.
ResponderEliminarEn la época actual, con toda la información disponible, con la opinión de insignes historiadores como Basadre, no se puede afirmar que Prado huyó del país. Solo por ignorancia o por mala fe se puede repetir la campaña de desprestigio que hizo Piérola, Iglesias y otros traidores. Su salida del país fue con permiso del Congreso. Incluso el decreto que despoja a Prado de la ciudadanía peruana jamás habla de robo, que es otra de las calumnias. Busquemos información antes de seguir divulgando bajezas.
ResponderEliminarEl bloqueo de César Vázquez Bazan hace un análisis muy interesante
EliminarCon el respeto que me merece el pensamiento de Edgar Vilca, debo remarcar que lo que sostiene en su comentario es, precisamente, la posición que hemos planteado como fundamentos de la semblanza de Prado, publicada en este blog. Sin embargo, hay un hecho posterior al artículo que escribimos que complica, por completo, la figura del director peruano de la Guerra del Pacífico. Se trata de la aparición del libro “El Expediente Prado”, bajo la firma del actual congresista Víctor Andrés García Belaunde, quien califica directamente a este personaje como traidor a la patria. No sólo eso, la tesis y conclusión, con documentos históricos que el autor muestra, es rotunda. El Presidente de este país habría abandonado el Perú porque defendía sus negocios en Chile, prefiriendo su bolsillo antes que los intereses de la patria. Era un empedernido millonario. Va más allá, y lanza en ristre, ataca, con dureza, a los hijos del militar que también son considerados héroes: Leoncio, Justo y Grocio Prado, calumniados por completo, poniendo en duda, inclusive, sus condiciones de excepcionales. He allí la discusión actual. A su vez, la familia de tan controvertido personaje afirma que la obra del parlamentario carece de objetividad histórica, rigor académico y análisis de fundamentos. Vale la pena esclarecer-¡que alguien lo haga con fundamentos profesionales determinados!- lo que efectivamente pasó con los miembros de esta familia que ha sido vilipendiada de la peor forma.
ResponderEliminarFUJIMORI TAMBIÉN SALIO DEL PERÚ CON ANUENCIA DEL CONGRESO Y TODOS SABEMOS EN QUE TERMINÓ: COBARDE FUGA FUGA BUSCANDO PROTECCIÓN DE SU PAÍS DE ORIGEN: JAPÓN. TAMBIÉN MERECE UN MONUMENTO.
ResponderEliminarMariano Ignacio Prado, un presidente que traicionó en plena guerra del Pacifico a nuestra patria. Mas tarde se sabe que todo su bonanza económica y familiar prospero en Chile, que negociado oscuro habrá ocurrido.
ResponderEliminarEl negociado lo explica minuciosamente Victor Andrés García Belaunde quien ataca a Prado por sus cuatro costados y lo considera un traidor de la peor especie. El libro, titulado "El Expediente Prado" y salido después de la publicación de este artículo bajo mi firma, tiene una bibliografía de pruebas que corrobora fehacientemente lo que acusa. A tal punto que la familia Prado, en sus alegatos de defensa, ni siquiera ha podido contestar para demostrar lo contrario. Ni traer abajo lo que afirma García Belaunde. La figura de Prado ha quedado por la pata de los caballos: traidor, negociante de la peor especie, millonario a la mala, amigo incondicional de los chilenos. Incluso de los políticos y presidentes que se enfrentaron al Perú, etc,etc.
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