La señora que, definitivamente, es un personaje de renombre y, a pesar de ser
inteligente, hizo lo que, precisamente, no era lo recomendable. Lo peor es que de inmediato se retrató
de cuerpo entero: una política desatinada,
incoherente al hablar de asuntos que no le competen. Sin ningún manejo acertado y hasta completamente ingenua. Con una
intolerancia posterior, realmente, digna de error y equivoco total.
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Entre otras cosas, la lideresa quiso cortar y desaparecer lo que comentó del ex Premier César Villanueva. Por eso se puso nerviosa e intransigente. A las claras notó, cuando leyó la entrevista que aún no había sido publicada, el desacierto.
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El resultado vino implacable en su mente y en su conciencia: si, efectivamente, incurrió en un desliz por completo porque atacó al político de mala manera, confirmando de que, efectivamente, asume posiciones de estado que no le corresponden. Cabalmente, lo que le enrostran y ella siempre lo niega.
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Pero lo raro es que ni siquiera se preocupó de lo que habló de su esposo. Lo del movimiento de Locumba, mandándose la parte de que obligó al señor Comandante del Ejército a levantarse en armas. Qué cosa. Si así fue. Y eso es, exactamente, lo que dijo.
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Eso ni le interesaba, a pesar de que dejaba mal a su cónyuge. Nadie ha explicado tampoco por qué tuvo acceso al reportaje que se le hizo antes de ser impreso. Ello no es usual. En fin, un asunto que debe aclararse. No lo ha hecho ni el medio, ni la entrevistada. ¿Qué se esconde?
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El resultado vino implacable en su mente y en su conciencia: si, efectivamente, incurrió en un desliz por completo porque atacó al político de mala manera, confirmando de que, efectivamente, asume posiciones de estado que no le corresponden. Cabalmente, lo que le enrostran y ella siempre lo niega.
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Pero lo raro es que ni siquiera se preocupó de lo que habló de su esposo. Lo del movimiento de Locumba, mandándose la parte de que obligó al señor Comandante del Ejército a levantarse en armas. Qué cosa. Si así fue. Y eso es, exactamente, lo que dijo.
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Eso ni le interesaba, a pesar de que dejaba mal a su cónyuge. Nadie ha explicado tampoco por qué tuvo acceso al reportaje que se le hizo antes de ser impreso. Ello no es usual. En fin, un asunto que debe aclararse. No lo ha hecho ni el medio, ni la entrevistada. ¿Qué se esconde?
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Aunque parezca increíble, la que protagonizó
tal desacierto fue nada más y nada menos que Nadine
Heredia, la esposa del Presidente Ollanta
Humala y la mismísima Primera Dama
del Perú. A su vez y simultáneamente Presidenta del Partido Nacionalista, la que estará en Palacio de Gobierno ejerciendo su cargo hasta dentro de dos años y dos meses.
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Mujer de agallas comprobadas. Mujer con ambiciones que podría ser
en el futuro-no el 2016 porque la ley y los reglamentos electorales se lo prohíben- presidenta de este país,
la primer fémina en la Historia del Perú que ocuparía tal alto cargo si es elegida. No
es badana la cosa. Aquí se la jugó y
patinó por completo. Evidentemente que la trastabillada le quita condiciones y posibilidades.
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El reto fue grande y su ineptitud
total. Obviamente que Heredia tiene
que aprender para poder gobernar. Le falta cancha, le falta calle. Eso sí, maneja
al marido, el presidente, a su regalado
gusto y lo contradictorio es que ella,
precisamente, no se maneja. Ollanta,
saco largo. Nadine aprende a actuar públicamente.
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Lo enteramente criticable es su
actitud persistente de querer manipular
y censurar a la prensa. Incluso con majadería y prepotencia. Primero a
través de sus asesores de comunicaciones, Roxana
Altuna y Jorge Salazar. Los dos, dicho sea de paso, un par de ineptos, a
quienes deberían cancelarles sus contratos y mandarlos a su casa.
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Ellos no sirvieron, efectivamente, para nada y agravaron
por completo la situación presentada. El hecho en sí digno sin exageración de Ripley, en la historia del periodismo institucional del país.
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Le debieron aconsejar a la Primera Dama que se
quede tranquila y que todo lo que hacía,
desesperada, agravaba por completo los hechos. Cómo vamos a querer manejar a la prensa de esa manera. A quién se
le ocurre.
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Sin embargo, la inefable Nadine siguió
presionando, insistentemente, con carta notarial de por medio. Prohibiendo el
uso de las fotos de sus hijos menores. La
labor de amedrentamiento continuó al
recurrir a varios empresarios para que sean los censores efectivos.
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Probablemente porque ellos, cuyos nombres no
se han dado conocer, tenían poder y sobre todo plata para gastar
publicidad. En estos casos, ellos intervinieron seguramente recordando que
se estaba poniendo en peligro cierta inversión de este tipo que el medio
comunicativo podría recibir. Tal posibilidad es asegurada por muchos sectores
correctamente informados.
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Urge
saber quiénes son con exactitud estos señores que contribuyeron a este
despelote total para conocerlos y
denunciarlos como violadores de la libertad de expresión existente en el país.
He allí el gran defecto que cometieron.
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Lo que se comenta es que los que habrían
estado metidos en el enjuage serían: Emilio
Rodríguez Larraín Salinas, Presidente de la empresa de aviación chilena Lan
Perú, Alfonso Garcia Miró de las
canteras máximas de Confiep y Roque
Benavides Ganoza, magnate minero de Minas Buenaventura y de Yanacocha en
Cajamarca. La empresa que impulsa el proyecto Conga. ¿Será cierto?
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Todo lo hecho por Nadine y su entorno agravó por completo lo ocurrido, si efectivamente es cierto de que quiso parar la publicación ofreciendo, por interpósitas personas, publicidad. Esto, evidentemente, no es serio. La publicidad es un asunto
especializado. El ejercicio de informar
y comentar otro. Pero de distinta índole, aunque con conexiones.
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Cualquier periódico depende y vive de la
publicidad. Hay vasos comunicantes. Pero hay que llevarlos por la vía de la
independencia total. Cómo se va meter hombres de negocios para presionar con
avisitos. A quién se le ocurre. Que bárbaros.
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Hay otra versión que también puede
ser factible. Lo que se quería acá habría sido extorsionar, tratándose de meterse con el poder económico
en la línea editorial y en el comentario de la publicación. Y eso si que, de ninguna
manera, se puede permitir, si precisamente respetamos a los lectores. La libertad de prensa debe prevalecer
siempre.
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En síntesis y resumen, la Primera
Dama quiso manipular e imponerse frente a la Revista “Cosas”, la publicación de
corte frívolo y social que la entrevistó cuyos propietarios son Alejandro “Alejo” Miró Quesada Cisneros y su esposa Elizabeth Dulanto, en sociedad con
capitales chilenos.
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Cabe destacar que Miró Quesada es
un periodista de larga data y de familia. Hijo de Alejandro “Jan” y nieto de don
Luis. Llegó a ser, como su padre y su
abuelo, director del diario más influyente del país, “El Comercio”.
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El poder le duró nueve años, de 1999 al 2008. Lo sacaron con lio de por medio
y después de medir fuerzas en el directorio entre los miembros de la familia.
Con él se alejó un grupo significativo de periodistas. Le quisieron imponer un
co-director y se fue con renuncia de por medio y la frente en alto
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Alejo siempre diversificó sus
actividades periodísticas en diferentes rubros productivos. Muchos años tuvo la
productora de TV Documenta. Tambien Cinesetenta, firma especializada en
comerciales para televisión.
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Fundó Intergallup, empresa de investigación de
mercados y luego la revista que dirige su cónyuge. Mucho sentido del negocio más
que la habilidad de por si periodística que no puede calificarse de brillante. Sin embargo, una figura comunicativa
del país que no se puede negar.
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Por efecto de las desavenencias entre los miembros
de las diferentes ramas de la familia, Alejo fue la víctima, Los García Miró y sus aliados se impusieron a
los Miró Quesada Garland, de donde proviene el dueño de "Cosas".
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José Antonio García Miró, Presidente del Directorio hasta hoy, le quiso quitar fuerzas. Alejo no sólo saltó hasta el techo sino que se fue del matutino. Nadie esperaba eso pero se dio como realidad evidente Ejerce el periodismo desde los 21 años. Ahora con cerca de 70
abriles, ha recorrido distintas posiciones que lo hacen ser un efectivo divulgador.
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El lío de “Cosas” ha durado
varios días y lo real, como epílogo, es que
Nadine le hizo un craso favor a la revista que desapareció comprada de todos los kioscos
y puntos de venta como por arte de magia. La publicación se convirtió en el medio más
buscado del país por infinidad de lectores. De los usuales y los inusuales. Su tiraje que es significativo fue un éxito total. En este caso, ni una acertó la Primera Dama. (Noé)
Mi querido gordo, este número es de colección, excelentes semblanzas de Martín Adan y Eduardo Lopez de Romaña y esa bien dateado claro clarisimo sobre Nadine Heredia, felicitaciones por mantener una línea de excelencia, Saludos.Chilayo
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