Conservó una característica
peculiar y valiosa que lo definió por completo al lado de las causas justas y el
predominio de la ley. De una manera tan arraigada que concienzudamente tuvo una constante admirable
de respaldar, por siempre, a la autoridad legítima y la Constitución. Lo que
complementaba con una vasta cultura clásica que lo hizo un militar y político
peruano enteramente singular. Lo llamaron incluso el Quijote de la Ley y el Mariscal
Greco Romano, en son y rintintín total de admiración, recordando al hidalgo
personaje de Cervantes y a los antiguos guerreros
romanos que respetaban y veneraban, por
completo, el orden y la autoridad. Por tantas cualidades innegables lo
nombraron Jefe del Estado Provisorio del Perú, cargo que desempeñó con esos bríos,
por un corto periodo, entre los años de 1843 y 1844.
Domingo Nieto Márquez, ejerciendo tan alto puesto que equivalía
exactamente al de Presidente de la República, adquirió de un momento a otro una
enfermedad y, desafortunadamente, murió a la temprana edad de 40 años cuando tenía
mucho por hacer y aportar, con creces, a
favor de la patria y la libertad en las que creía a pie juntillas, con sólidos
principios de entrega total.
Hijo de Domingo Nieto Hurtado
Tesorero Perpetuo del Tribunal de la Santa Cruzada de Arequipa y de María del
Carmen Márquez. Pertenecía a la ilustre familia de los Condes de Alastaya. Nació
en una hacienda cercana al puerto de Ilo, el 15 de Agosto de 1803.
Domingo Nieto amante de la Constitucion y las leyes.
Domingo Nieto amante de la Constitucion y las leyes.
PATRIOTA
Pero el mismo se consideraba moqueguano, por
razones de descendencia familiar. No se sabe, exactamente, donde estudió. Sin
embargo, lo que se presume es que lo
hizo en el colegio de los Betlemitas, ubicado en el hospital de la capital de
dicho departamento.
Muy joven aún se incorporó a la
avanzada del Ejército Libertador que llegó a Moquegua al mando de Miller, en el
mes de mayo de 1821. Participó valientemente en el Combate de Mirave y lo mismo hizo durante la Segunda Campaña de Intermedios, en las filas
del Regimiento Lanceros de la Guardia.
Luego, bajo el mando del General José de la Mar, intervino en la
campaña libertadora de Bolívar. Estando presente y luchando en las dos grandes
batallas finales de la Independencia que marcaron por completo la victoria
peruana: Junín y Ayacucho, ocurridas en 1824.
Acompañó al Mariscal Antonio José
de Sucre en la campaña del Alto Perú, luchando en la toma de Potosí. Concurrió enseguida al segundo sitio del
Callao hasta su culminación con la capitulación de Rodil.
También cumplió un destacado
papel protagónico enfrentándose a los rebeldes iquichanos de Huanta que, aún e
inexplicablemente, peleaban a favor del Rey de España. Al poco tiempo marchó al
norte comandando el Primer Regimiento de los Húsares de Junín, tras el estallido
de la guerra entre Perú y Colombia.
BATALLA
Durante la batalla del Portete de Tarqui, estallada el 27 de Febrero
de 1828, encabezó una carga de los Húsares y contuvo el ataque de la caballería
enemiga. Sostuvo un duelo con el comandante enemigo José María Camacaro, a
quien atravesó y mató con su lanza. Este episodio memorable le ganó la fama de
intrépido que la mantuvo a lo largo de su vida como virtud.
Según cuenta Enrique Chirinos
Soto en su libro sobre la Historia del Perú, el combate singular con Camacaro
se llevó a cabo como en los torneos medioevales, a fin de ahorrar la sangre del
resto de la oficialidad y de la tropa
El rival era hercúleo y de enorme
talla a punto tal que lo llamaban “el gigante” El peruano, antes bien, era de
corta estatura. No obstante la aparente desventaja física, Nieto aceptó el reto
y la proposición sin temer a nadie.
Partieron los caballos al galope.
Se cruzaron las lanzas y, contra todo pronóstico, el gigante fue atravesado y
muerto al instante. Nieto obtuvo, impecablemente, la victoria. Entonces, a
despecho de lo estipulado, los colombianos enfurecidos atacaron súbitamente,
Ante tal desbarajuste de
violencia, el comando de nuestro país ordenó la retirada. Más tarde al
atravesar un desfiladero, los peruanos divisaron las tropas de Sucre que, desde
las alturas, dominaban completamente la situación.
El regimiento que lleva su nombre como recuerdo imperecedero.
El regimiento que lleva su nombre como recuerdo imperecedero.
HONORES
Los compatriotas se prepararon
para lo peor. El vencedor de Ayacucho ha tenido ya noticia del épico lance e
hidalgamente en vez de ordenar el ataque que pudiera ser a mansalva, dadas las
circunstancias, se descubrió y saludó al héroe peruano. A renglón seguido,
cuando nadie lo esperaba, ordenó se le rindan honores militares.
Nobleza obliga. Nieto respondió
al saludo del adversario. El parte de la batalla de Portete de Tarqui dio cuenta, con el acostumbrado laconismo castrense, de la
bravura de Nieto. Por su parte, el caballeroso episodio fue narrado, con algunos
detalles, por el Dean Valdivia en sus
Memorias y está certificado por la autoridad de Jorge Basadre, en la edición de
su monumental Historia de la República.
En la campaña con Gamarra
desatada en la frontera con Bolivia, estuvo al mando de una brigada de
caballería. Ante La Convención Nacional, asamblea legislativa, Nieto fue
propuesto como candidato para elegir al presidente provisorio, compitiendo con
Pedro Pablo Bermúdez y Luis José de Orbegoso. Este último fue el elegido. A
Nieto lo ascendieron a General de Brigada a la edad de 29 años.
JEFE
Asumió la Comandancia Militar de
Arequipa y organizó la resistencia
cuando ocurrió el levantamiento de Bermúdez contra Orbegoso. Fiel a sus
principios de la defensa de la autoridad legal.
Enfrentó a las fuerzas rebeldes
de Miraflores y en Cangallo, acciones que le fueron adversas. Finalizada la
guerra civil, tras el Abrazo de Maquinhuayo, fue designado jefe político y militar de los
departamentos del sur. No aceptó el grado de General de División porque
consideraba que no era momento para ascensos por efectos de la lamentable conflagración
interna.
Pasó a Lima donde lo designaron
Inspector General del Ejército. Cuando Salaverry se rebeló, lo tomó preso y a
renglón seguido desterrado a California a bordo de la goleta Peruviana. Logró
reducir a la tripulación merced a dos pistolas que le envió su esposa,
escondidas en un atado de ropa
Desembarcó en Huanchaco,
Trujillo, organizando una vez más la defensa de la legalidad en contra de
Salaverry. Pero no logró reunir muchas tropas. Los propios soldados y oficiales
lo entregaron al caudillo.
Este último le ofreció la
jefatura del ejército e incluso la presidencia, a cambio de ponerse a sus órdenes. Pero Nieto se negó porque, por principios
arraigados en lo más hondo de su ser, no podía servir a un gobierno ilegitimo.
Lo desterraron, entonces, a Santiago de Chile.
Su estatua de bronce que lo hace inmortal.
Su estatua de bronce que lo hace inmortal.
PROPUESTA
Al enterarse de los arreglos
entre Santa Cruz y Gamarra para invadir el Perú, el moqueguano regresó a Arequipa y se puso a órdenes del Presidente
Orbegoso. Pero al conocer del pacto entre este último y el primero en la cual
se autorizaba el ingreso de tropas bolivianas al país, condenó duramente tal
posición y solicitó que las decisiones sean tomadas por un Congreso Nacional
representativo. Su propuesta fue desoída. Por lo que se marchó nuevamente a
Chile, completamente decepcionado.
Retornó a suelo peruano en 1836 y
trató de persuadir a Orbegoso para que se apartara de Santa Cruz, pero no lo
logró. Nombrado Ministro Plenipotenciario en Ecuador no alcanzó a desempeñar el
cargo y permaneció en el Perú como Prefecto
y Comandante General del
departamento de La Libertad.
Establecida la Confederación
Peru-Boliviana, Nieto se mantuvo fiel a Orbegoso, quien en 1837 fue elegido
Presidente del Estado Nor Peruano. No se comprometió con el régimen confederado
y se puso al servicio de la voluntad del pueblo.
REINCORPORACION
Finalmente decidió alzarse contra
Santa Cruz y proclamó la libertad del Estado Nor Peruano el 30 de Julio de
1838. Orbegoso, indeciso al principio, terminó por plegarse a dicha causa. Al
producirse el arribo de la expedición restauradora chileno-peruana, ésta quiso
aliarse con las fuerzas orbegosistas para luchar contra Santa Cruz.
Nieto, Orbegoso y Vidal
rechazaron tal alianza al ver en los chilenos una nueva amenaza contra la
independencia nacional. Los restauradores avanzaron sobre Lima y, pese a la
oposición de Nieto, se libró el Combate
de Portada de Guías. Los orbegosistas fueron derrotados y el moqueguano se refugió en el Callao hasta que de manera
voluntario partió a Guayaquil.
Retornó al Perú cuando Santa Cruz
fue derrotado y entonces se reincorporó al Ejército. Lo primero que hizo consistió en ofrecer su apoyo a la autoridad
constitucional representada por el General Juan Francisco de Vidal, en contra
del pronunciamiento ilegal del General Juan Crisóstomo Torrico. Al frente de
sus fuerzas cohesionados, lo derrotó en la batalla de Agua Santa. Por eso mismo
lo ascendieron a gran Mariscal.
Nombrado Prefecto de Moquegua,
asumió el comando militar de los departamentos del sur. Tras el triunfo en Lima
de la revolución del General Manuel
Ignacio de Vivanco, se negó a prestar juramento al nuevo gobierno por
considerarlo usurpador y optó por dedicarse a la agricultura en una hacienda
cercana a Lima. Más tarde enviado al
destierro rumbo a Chile. Pero interrumpió la travesía y desembarcó en Arica,
ciudad que en aquellos tiempos era todavía peruana.
Hacia 1843 inició en Tacna la
revolución en defensa del orden constitucional, contando con la colaboración
del General Manuel de Mendiburu. Luego se sumó el valioso apoyo de Ramón
Castilla que se sublevó en Tarapacá.
Moquegua la ciudad de su familia.
Moquegua la ciudad de su familia.
JUNTA DE GOBIERNO
Ellos desconocieron la autoridad
de Vivanco a favor de Justo Figuerola, el gobernante legítimo y proclamaron la
vigencia de la Constitución de 1839. Nieto triunfó sobre las fuerzas vivanquistas
en Pachía cerca a Tacna y en San Antonio al lado de Moquegua. Dominó todo el
sur, salvo Arequipa inquebrantable en su vivanquismo.
En Tacna, el 3 de Setiembre de 1843, se instaló
una suprema junta de gobierno provisoria de los departamentos libres cuya
presidencia asumió Nieto, con el exclusivo propósito de restablecer el
ejercicio pleno de la Constitución.
El caudillo se trasladó al Cusco
y se hallaba en plenas funciones cuando lo atacó una enfermedad al hígado y falleció
repentinamente el 17 de Febrero de 1844. Sin embargo, había redactado dos
proclamas. Una dirigida a la nación y otra al Ejército de adhesión a los
principios legítimos y constitucionales.
TESTAMENTO
En su testamento pidió que se le
amortajase con un hábito sagrado y se le enterrara cerca a San Antonio, donde
obtuvo una resonante victoria. Regaló a Castilla dos de sus mejores caballos y
confesó que moría pobre dejando muchas
deudas, una viuda, numerosos hijos ya crecidos y uno por venir. Según el Dean
Valdivia, su amigo y confidente, corrió el rumor que fue envenenado. Pero de
ello no existe evidencia.
En 1936, al crearse por ley el
departamento de Moquegua, se dispuso que una de las dos provincias de esa
jurisdicción geográfica llevase el nombre del militar y político. El Congreso
lo declaró Prócer en 1954 y sus restos
fueron traídos del sur para ser enterrados en el Panteón de los Próceres,
ubicado en el Parque Universitario.
El Regimiento de Caballería Mariscal Domingo Nieto forma parte de la
Escolta del Presidente de la República, cuya misión principal es la de
garantizar la seguridad del mandatario y del Palacio de Gobierno situado en la
Plaza de Armas de Lima.
Principios los tenía. Lealtades
le sobraban y la historia lo reconoce en toda su verdadera dimension. Los actos
positivos y extremadamente valientes de su vida fueron realmente
excepcionales y hay que recordarlo siempre. (Noé)
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