CLARO...CLARISIMO

Evidentemente que la campaña electoral, a menos de 50 días de la fecha crucial de los comicios del próximo 10 de abril, está que arde y la figura indiscutible del proceso tan movido y convulsionado de sorpresas es Julio Guzmán que, según las encuestas, se trata del único candidato que le  podría ganar  las elecciones, en la segunda vuelta, a Keiko Sofía Fujimori Higuchi.

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La disyuntiva a escoger es completamente clara, no obstante, el panorama sombrío que, inexplicablemente, propician los supervisores oficiales estatales de la contienda: el cambio efectivo enarbolado por el impecable candidato de Todos por el Perú o la corrupción  del pasado representada, sin lugar a dudas, por la hija del que fue nefasto dictador del Perú durante 10 años de oprobio total, entre 1990 y el 2000, Alberto Kenya Fujimori Fujimori.

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Keiko se embriaga y pierde fuerza, por eso baja hasta 4 puntos en los resultados de estudios de opinión luego de fracasar por completo, tratando de demostrar, por todos los medios, con falsas estrategias que caen por su propio peso, en el sentido de que nada tiene que ver con los gobiernos reeleccionistas antidemocráticos de su padre. ¡Qué tal falsedad de falsedades!

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Mientras tanto, Arequipa rechazó rotundamente a los seguidores de Fuerza Popular que se enfrentaron violentamente a un significativo número de manifestantes mistianos. Estos últimos los criticaron con razón por lo que representan y por lo que son de engañadores, con infinidad de promesas que nunca cumplen.
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Por su parte, los dirigentes de esa agrupación, desenfrenados, reaccionaron de la peor forma en el incidente ocurrido en el Aeropuerto Rodríguez Ballón de la blanca ciudad y en una actuación partidaria. Incluso amenazaron a un reportero gráfico que cubría el acto.

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 Allí en esa zona rebelde y revolucionaria por naturaleza  admirable, la esperanza de vastos sectores poblacionales  la representa Julio Guzmán. Lo mismo que en Cusco y Puno y otras ciudades del sur del país, de acuerdo a lo que revelan con exactitud las estadísticas.

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Keiko hasta ahora omite deliberadamente que si tuvo responsabilidad política por haberse desempeñado, varios años, como Primera Dama de dicho régimen, luego del divorcio escandaloso de sus progenitores con agresiones físicas y psicológicas de por medio, las mismas que fueron denunciadas en su momento por la agraviada, Susana Higuchi, madre de la candidata.

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Higuchi, hay que remarcarlo, se enfrentó  con coraje al poder de turno de aquellos tiempos que estaba representado por el que fue su cónyuge,  quien a su vez era manejado, a su regalado gusto y en todo momento, por el repelente delincuente Vladimiro Montesinos Torres. Ello evidentemente el pueblo, de ninguna manera, lo puede olvidar.

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Lo que es más rechazable aún: la postulante del fujimorismo, y eso es imposible de negarlo porque está investigado y comprobado, estudió con la plata de todos los peruanos que fue robada por el  dúo cleptómano, Fujimori- Montesinos. El Doc pagaba la universidad americana de la hijita preferida del presidente, con la plata que salía de las arcas del Estado. Que tal cuajo.

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Ahora Keiko porque no le conviene olvida, por completo, tales fechorías que son verdades totales y trata, por todos los medios, de marcar distancias para aparecer como impecable y honesta a carta cabal. Una mentira total  que por precaución y antídoto merece siempre tenerse presente y rechazarse.

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Lo conseguido por Guzmán es, a todas luces, valioso desde el punto de vista político. Casi un desconocido hace poco tiempo, aunque con una hoja de vida profesional impecable. Hoy está en el segundo lugar de las preferencias, con cerca del 20%, si nos  atenemos a los resultados de las diferentes estadísticas realizadas en los últimos días y con posibilidades de gobernar desde la Casa de Pizarro, aunque cierto es que la primera opción la tiene Keiko, con el 30% de las adhesiones.

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La arremetida contra el candidato del cambio, por lo conseguido, ha sido implacable y al mismo tiempo injustificable. De todos los lados y para todos los gustos.  Hasta las autoridades electorales, inexplicablemente, pusieron en tela de juicio su propia candidatura e hicieron lo indecible para sacarlo de la competencia sin lograrlo, aduciendo y dándole importancia a trámites meramente administrativos que, dicho sea de paso, han sido subsanados por completo.

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Pero lo que es inadmisible es que la burocracia correspondiente quiso dejar de lado lo que es mucho más importante y trascendente: el ejercicio democrático de elegir y la alternativa concreta de contar con una opción política determinada. Nadie puede estar en contra de esta posición que es de pleno respeto a la ley y la propia institucionalidad del país.

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Los ataques de sus contrincantes son furibundos, variados y de todo calibre. Sin prueba alguna de por medio. No hay confrontación de ideas. Ni menos tolerancia. Ni un ápice de decencia. Si, y de mala forma, el infundio y la falsedad en toda su expresión de controvertidos testimonios que apuntan al daño total. La guerra sucia en su esplendor maligno.

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Le han dicho de todo: oficialista, amigo y engendro de Nadine Heredia,  pagado y manejado por ciertos sectores de gran poder económico,  pro judío, improvisado, dubitativo, contradictorio, dice una cosa y hace otra e infinidad de sandeces mas que tienen poca creencia frente al electorado.

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Sin embargo, allí lo tenemos al candidato  en calles y plazas de la mano con el pueblo, como expresión firme, segura e inmutable de una nueva opción por el cambio y esperanza, donde la honestidad y honradez tiene un lugar preponderante. Fuera de cualquier componenda y lejos, muy lejos de la lacra de corrupción que ha aniquilado, por completo, al país.

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Lo cierto es que Guzmán se afianza, cada día, como una posibilidad de seriedad, coherencia y capacidad para dirigir la nación, con un plan de gobierno interesante que implica transformaciones radicales y plausibles que requiere, efectivamente, el  Perú.

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Lo inadmisible es que los medios de comunicación convencionales tampoco cumplen su labor de informar con independencia. Guzmán con sus seguidores pagan  el pato injustamente y se llevan de lo peor en su contra. Así no se puede cambiar la realidad porque ella prevalecerá de todas maneras. La verdad, tarde o temprano, se impone.

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 En cierta emisora  de gran alcance nacional, una significativa parte de la televisión tan multiplicadora de por sí y la prensa escrita monopolizante se confunde, por completo, a la población. La información que tiene que estar de la mano de la verdad se une, inexplicablemente, con el  comentario y la opinión que si son necesarios pero de forma enteramente separada. Cada elemento por su lado con la obligación de que la noticia, que se publica o transmite, sea siempre objetiva. Ello tan elemental, de ninguna manera, se está desarrollando.

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 Si hay que decirlo con todos sus palabras: muchos órganos de expresión masiva dejan de informar a plenitud y como debe ser. Hay, definitivamente, intereses creados de por medio y eso que es grave se tiene, de todas maneras, que denunciar. Así se trata de engañar al electorado. Repetimos completamente inadmisible

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 Los peruanos, de toda clase y condición, quieren saber exactamente lo que pasa. No las versiones sesgadas de quienes manipulan el sentir nacional a través de los medios de comunicación. A quien le caiga el guante que se lo chante, sin esperar apellidos compuestos determinados y específicos. Cada quien sabe quién es. ¡Basta ya! No Raúl, no Patricia, no Fernando, no Enrique, no Juan, no Federico, no Alditus, no Mónica pecosita, No Mario, no Verónica. No, no y no. Vaya, vaya que venales periodistas.

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Hay novedades evidentes, en las últimas encuestas, las mismas que merecen comentarse puntualmente. César Acuña Peralta con sus contradicciones, plagios, falsedades y plata como cancha descendió al cuarto puesto estrepitosamente. En tan sólo un mes, el líder de la Alianza para el Progreso perdió la mitad de su electorado.

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El desplome de Acuña es explicable porque ocurrió la suplantación de su tesis doctoral y su apropiación del libro del profesor Otoniel Alvarado. Para colmo de males, el candidato a la Primera Vicepresidencia dela República de su plancha, Humberto Lay, renunció irrevocablemente a seguir en la contienda.  Le daba asco su candidato, pero adujo razones personales.

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Ya no sabe que hacer con efectividad Pedro Pablo Kuczynsky y está en el tercer lugar, habiendo bajado de 13 a 9%. Le es muy difícil entrar a los sectores populares y no le ha quedado otra que relevar  a sus asesores de marketing, prensa y comunicaciones. Por eso Fernando Rospigliosi, uno de sus consejeros, se fue de frente a la congeladora. Sin atribuciones especificas e incluso fuera de las listas de candidatos al Congreso. La desesperación cunde y reina.

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De los otros políticos que siguen en carrera, sólo dos han subido en el último mes. Ellos son: Veronika Mendoza postulante izquierdista de Fuerza Social y Alfredo Barnechea, representando Acción Popular, quienes acumularon, ambos, 4% y  tuvieron  destacadas actuaciones en entrevistas propaladas por la televisión.. Ellos están empatados en sexta posición. De seguir creciendo, ambos pasarían la valla electoral. Eso de por si es importante.

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El otrora candidato del éxito y la oratoria reluciente, Alan García Pérez, dos veces Presidente del Peru, en la plenitud total de su fracaso con una disminución comprobado del 8 al 5% y es el quinto de los postulantes, en el ranking de posibilidades

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La contracción del líder que representa a la Alianza Popular, la débil coalición del Apra y el Partido Popular Cristiano, lo pone en aprietos de derrota y en peligro inclusive que su histórico partido y el de su aliado el PPC, pierdan la inscripción electoral, en caso de continuar hacia abajo de las preferencias.

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Con el 3 por ciento y muy débiles de popularidad están: Gregorio Santos (Democracia Directa), Daniel Urresti  (Partido Nacionalista Peruano), Hernando Guerra García (Alianza Solidaridad Nacional-UPP), Antero Flores-Aráoz (Orden), Vladimir Cerrón (Perú Libertario), Yehude Simon (Partido Humanista Peruano), Francisco Diez Canseco (Perú Nación), Fernando Olivera (Frente Esperanza) y Miguel Hilario (Partido Progresando por el Perú. Nada, absolutamente nada tienen que hacer con el poder presidencial. Renzo Reggiardo renunció a seguir candidateando.

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Alejandro Toledo resultó reventado por completo en el puesto ocho con un mínimo 2% de adhesiones, que lo hacen evidentemente muy pero muy débil. Las mentiras consuetudinarias, la compra de inmuebles por más de 5 millones de dólares, sus amigos testaferros y la etiqueta azul lo mandaron de frentón a este lugar de la zaga de los perdedores. Preferible es que se retire de la contienda. Quedaría mejor. (Noé)