miércoles, 22 de junio de 2016

BORGOÑO: SU VIDA LA DIO POR CACERES

Lo conocían por su carácter decidido y era un luchador indomable como seguidor a ultranza del héroe de la Breña, Andres Avelino Cáceres, con quien participó llenó de valentía en contra de  Chile, durante la  Guerra del Pacífico y se juntó con el Brujo de los Andes de la misma forma en diferentes  actividades políticas posteriores  a la conflagración. Ministro de Guerra y Marina del  primer gobierno de su idolatrado amigo, Vicepresidente  de Morales Bermúdez, Premier, Prefecto de los departamentos de La Libertad y Arequipa,  Diputado elegido por el pueblo  y, como signo de triunfo político evidente, Presidente  de la República del Perú, aunque por cuatro meses.  Entre abril y agosto de 1894. Toda una personalidad pública y de respeto durante los  siglos XIX y XX.
Justiniano Borgoño Castañeda, nacido en la ciudad de Trujillo el 5 de Septiembre de 1836 y muerto en Lima el 27 de Enero de 1921,  en el  ejercicio final de ese alto cargo, le entregó el mandato a Cáceres por segunda oportunidad. El distinguido  militar  fue elegido otra vez jefe del estado, tras unos  comicios poco afortunados. 
En  el gobierno de Remigio Morales Bermúdez, era el Segundo Vicepresidente de la República, y al fallecer repentinamente éste, le correspondía constitucionalmente la sucesión a Pedro Alejandrino del Solar. Pero se excusó y dejó de lado el poder. Ello dio lugar a que Borgoño asumiese la primera magistratura de la nación, el 1° de Abril de 1894.
Hijo del General Pedro Antonio Borgoño Núñez que vino al mundo en Santiago de Chile y, posteriormente, se afincó en el Perú. Su madre  Manuela Castañeda Madalengoitia, una trujillana de abolengo y de tradición. El progenitor era Teniente Coronel del Ejército Real y luchador distinguido de la Batalla de Rancagua.

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Borgoño con la banda presidencial

ESTUDIOS
Llegó al país en 1820 y fue destinado por el Virrey Pezuela a la guarnición de Trujillo, donde secundó al Marqués de Torre Tagle en la independencia del norte del Perú y tuvo a su cargo el apresamiento de los oficiales realistas, quienes se negaron a plegarse al movimiento patriota. Era hermano de José Manuel Borgoño, un oficial al servicio de la Independencia de Chile que hizo la campaña del Perú, bajo el mando de don José de San Martín.
Justiniano estudió en el Seminario de San Carlos y San Marcelo de su ciudad natal entre 1847 y 1852. Muy joven se casó con Jesús Salas de la Torre Urraca, hija del coronel chileno Francisco Salas Fuenzalida luchador durante la independencia de Chile y Perú y nieta del prócer trujillano Gerónimo de la Torre. Se hizo cargo de la administración de la hacienda Tulape, fundo que su familia poseía en el valle de Chicama.
Incorporado al ejército peruano con el grado de subteniente, pasó a combatir durante la revolución iniciada por el  General Manuel Ignacio de Vivanco. A órdenes del Capitán de Fragata, Manuel Antonio de la Haza, participó en un combate librado por la posesión del puerto de Islay y luego en la toma de Iquique de 1856. También en la de Arica, dos años después. Finalizada la guerra civil, retornó a sus labores agrícolas.


Con uniforme durante la Guerra del Pacifico

LUCHADOR
Volvió al servicio al iniciarse la Guerra del Pacífico en 1879 y organizó el Batallón Libres de Trujillo, donde se enrolaron  para luchar, como valerosamente lo hicieron, jóvenes de la alta sociedad de la capital de La Libertad. Pasó a la Guarnición de la Punta (Callao), con la misión de contrarrestar el bloqueo naval y un posible desembarco chileno.
Combatió en la batalla de San Juan y Chorrillos, hasta que sin municiones y herido en la pierna derecha,  fue llevado preso a una cárcel de Lima. Lo liberaron posteriormente y se dirigió a Trujillo, reanudando sus labores agrícolas.
Asumió como Prefecto y Comandante General de La Libertad, entre Junio de 1881 y Julio del año siguiente. Organizó una pequeña fuerza al frente de la cual se unió al Ejército del Norte y participó del triunfo peruano contra los chilenos en la Batalla de San Pablo, ocurrida el 13 de Julio de 1882.
Cuando Iglesias dio el grito de Montán, invocando un acuerdo de paz con Chile con cesión territorial, no estuvo de acuerdo y se marchó a Tarma. Allí se puso a órdenes de Andrés Avelino Cáceres, jefe político y militar de los departamentos del centro
Dirigió con tesón  el Batallón Zepita 2 al que disciplinó e instruyó con mucho celo. Siguió a Cáceres a lo largo de la campaña del norte y peleó en la Batalla de Huamachuco, librada el 10 de Julio de 1883. Allí resultó herido y se retiró a Conchucos.
PREFECTO
Lo nombraron Comandante General de las fuerzas que debía organizar en el departamento de La Libertad, para continuar la resistencia. Por ello es que lo nombraron Prefecto, cargo que ocupó entre el 16 de Octubre y 30 de Noviembre de 1883
Consumada la paz con Chile, continuó con sus negocios particulares. Pero cuando el desconcierto se hizo masivo contra el gobierno de Iglesias, lo nombraron  Prefecto y Comandante General de la Zona Militar de Arequipa, sumándose  a la Campaña de Cáceres que derribó a dicho régimen. De la blanca ciudad pasó, con el mismo cargo, a La Libertad.
Al frente de sus tropas, marchó hacia Concepción (Junín) donde se unió, otra vez, con las fuerzas de Cáceres. En el país se desató, entonces, una guerra civil entre caceristas e iglesistas. Borgoño participó en el Combate de Masma, el 4 de Julio de 1885.
Después de algunos movimientos tácticos, se unió a la división del Coronel Remigio Morales Bermúdez y contribuyó a la ocupación de Canta. Luego intervino en la batalla de Huaripampa y en la toma de pueblo de Chicla.
 Estuvo en la caída de Lima que puso fin a la guerra civil. Luego se le comisiono a labores especificas y desbarató la resistencia en  Lambayeque, La Libertad y Cajamarca. Lo eligieron Diputado por Trujillo entre 1886 y 1889. También se desempeñó como Ministro de Guerra y Marina, luego de inaugurarse el primer periodo del gobierno de Cáceres.

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La valiente lucha de los peruanos contra los chilenos

LA PRESIDENCIA
Durante el siguiente régimen,  presidido por Morales Bermúdez, fue diputado por Pataz (1890-1894) y Segundo Vicepresidente de la República. Brevemente se desempeñó como Presidente del Consejo de Ministros y otra vez Ministro de Guerra y Marina.
Al fallecer repentinamente Morales Bermúdez y alegarse la excusa del Primer Vicepresidente,  Pedro Alejandrino del Solar, Borgoño asumió la Presidente de la República el 1° de Abril de 1894, mandato que se prorrogaría por cuatro meses.
Durante su breve gestión presidencial, enfrentó en todo el país el accionar de las montoneras, sobre todo en el norte, donde actuaban los hacendados piuranos: Teodoro, Oswaldo, Augusto y Edmundo Seminario. De otro lado, se adquirieron los vapores Constitución y Chalaco. Este último de transporte militar.
El régimen era respaldado totalmente por el Ejército. Tras suspenderse las elecciones generales que debían realizarse el 1° de Abril de 1894, fecha en que coincidentemente falleció el Presidente, Borgoño convocó a nuevas elecciones no sólo para elegir a un nuevo mandatario, sino para renovar totalmente el Congreso, argumentando que su representación no era genuina y que carecía de autoridad y prestigio.

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Cáceres: amigo de Borgoño.

GENERAL
Esto último era, según los especialistas, un acto inconstitucional, pues sólo se podía renovar el Parlamento por tercios. En realidad, Borgoño buscaba allanar el camino para la elección de  Cáceres, quien como único candidato y representando al Partido Constitucionalista ganó y asumió el poder, el 10 de Agosto de 1894. Al poco tiempo Borgoño fue ascendido a General de Brigada.
El resultado de las elecciones fue impugnado por los partidos Civil y Demócrata que formaron la Coalición Nacional, iniciándose así una sangrienta guerra civil, cuyo desenlace llevó al poder a Nicolás de Piérola, a partir de 1895.
Por propia voluntad, Borgoño se traslado a Argentina donde se dedicó a la agricultura. Retornó al Perú en 1901. Lo incorporaron al Consejo de Oficiales Generales. Jubilado por límite de edad, se estableció en el balneario de Ancón donde también se retiró aquel  caudillo a quien sirviera con mucha fidelidad: Cáceres. Murió en dicha localidad al lado del mar rodeado por sus familiares, años después. Una vida dedicada por completo a la patria. Vale recordarlo. (Noé)

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