martes, 28 de junio de 2016

TELLERIA: EL HOMBRE DE LA LEY

Como abogado destacaba en vista de que era un profundo conocedor  de las leyes habidas y por crear. A raíz de ello se desempeño como eficiente magistrado del Poder Judicial durante los primeros años de la República, tras liberarnos del yugo español. Como político también tuvo sus pergaminos. A tal punto que se desempeñó  como encargado del mando de la Presidencia de la República del 27 de Septiembre al  1° de Noviembre de 1832, por enfermedad del Presidente Agustín Gamarra  Fue Diputado y Senador de los que destacan y emiten cátedra. Toda una figura pública que hay que evocar con el grado de ejemplo imperecedero.
Manuel Tellería Vicuña puso su firma en el acta de la Independencia Nacional que el pueblo de Lima aprobó solemnemente, en sesión de cabildo abierto ocurrida  el 15 de Julio de 1821. Con una  convicción de eminente patriota amante del Perú libre y republicano. Nunca olvido que los peruanos seamos libre por y para siempre. Como lo dice tan solemne y preciso su Himno Nacional.
En 1833, fue Diputado de la Convención Nacional que actuó a la par como una Asamblea Constituyente. Pocos años antes, presidió la Cámara de Senadores. En tal condición, asumió el Poder Ejecutivo. Le puso, evidentemente,  capacidad y seriedad a sus actos
Hijo de Ignacio Tellería y de Manuela Vicuña. Casado con Maria del Carmen dePalacio y Salas con quien tuvo un hijo de nombre Julio. Al vástago no se le conoció descendientes y, prácticamente, el apellido ha desaparecido casi por completo de la faz del Perú.


Tellería con la banda presidencial.

ESTUDIOS
 Hizo sus estudios en el Real Convictorio de San Carlos y se graduó de doctor en Jurisprudencia, en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Suscribió la manifestación de reconocimiento que el claustro envió al Virrey Fernando de Abascal, luego de ser suprimido el Tribunal del Santo Oficio en 1813.
Nombrado Agente Fiscal de la Alta Cámara de Justicia, el 22 de Marzo de 1822 y al poco tiempo de sellada la Independencia, fue sindicado como uno de los promotores de las protestas populares que determinaron la renuncia y el destierro del autoritario ministro de San Martín, Bernardo de Monteagudo.
Pasó a ser Vocal de la Corte Superior de Lima e integró el Tribunal Militar de segunda instancia que conoció la causa seguida al General Juan de Berindoaga y a José Terón,  por sus connivencias con los realistas y los sentenció a muerte.
Luego elegido Diputado por Lima presidió el Congreso Constituyente y al organizarse el Poder Legislativo, según las disposiciones emanadas de la Constitución de 1828, pasó a integrar la Cámara de Senadores.



PERSONALIDADES 
Fue entonces designado para integrar el Consejo del Estado (1829-1832), junto a Nicolás de Araníbar, Andres Reyes y Buitrón y José Braulio del Campo Redondo entre otras personalidades civiles que colaboraron con el primer gobierno de Gamarra. Integró  también una comisión nombrada para estudiar los proyectos de ley  al lado, entre otros, de Manuel Lorenzo de Vidaurre y Francisco Javier Mariátegui
Luego de asumir la Presidencia de la República temporalmente, lo implicaron en la conspiración atribuida a Felipe Santiago Salaverry. Por eso lo apresaron  en la Fortaleza del Real Felipe y embarcado rumbo a Panamá, en calidad de deportado.
En Guayaquil, publicó la “Exposición que hace a los pueblos del Perú el Presidente del Senado sobre los escandalosos sucesos de prisión y expatriación por el Ejecutivo”, desmintiendo, por completo, los hechos que le imputaban.
En ausencia, fue elegido Diputado por Lima a la Convención Nacional y regresó para asumir su cargo. Con el pretexto de una cuarentena se le mantuvo mar afuera y sólo pudo desembarcar el 18 de Octubre de 1833, incorporándose a dicha asamblea. Fue de los que votaron por Luis José de Orbegoso para el cargo de Presidente de la República.
Posteriormente reasumió el ejercicio de la magistratura y como plenipotenciario del Estado Nor Peruano concurrió al Congreso de Tacna que elaboró las bases del congreso constitutivo de la Confederación Peru-Boliviana.
El Protector Andrés de Santa Cruz lo honró con el grado de oficial de la Legión de Honor y lo nombró Vocal interino de la Corte Suprema, pero al quedar disuelta la Confederación volvió a la Corte Superior. Al poco tiempo, falleció en Lima el 12 de Febrero de 1839. Una figura eminente de nuestra historia que hay que venerar por sus cualidades. Hacerlo es ser consecuente con el Perú. (Noé)

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