En 1846 don Juan José García, don
Juan Távara, don José García Urrutia, don Manuel Igarza, don José Antonio
García y don Juan Caballero, formaron una sociedad anónima por acciones a fin
de canalizar y hacer navegable el río Rímac de Lima entre Lima y el Callao. La
petición de aquellos caballeros, así como las bases de la compañía se publicaron
en los números 2036 y 2037 del diario “El Comercio” de ese año.
En 1847 se creó en Lima una junta
de ornato público: la que se instaló solemnemente el 1° de Agosto de 1848 N°
2727 y anunció al público que los propietarios que quisieran edificar alguna
finca nueva debían concurrir a esa junta para recibir los diseños de la parte
exterior.
Era exagerada, sin duda, la
medida y tal vez por eso no prosperó, pero, de todas suertes, la verdad es que
en más de una ocasión, cuando uno pasa por las calles de Lima, se siente la
urgente necesidad de que en las nuevas edificaciones, no se permita al extremo
que se permite, esa libertad churrigueresca y absurda que día a día amenaza más
la estética de la ciudad.
En el N° 2863 del 15 de Enero de
1849 se publicaron las bases propuestas por el
ingeniero del gobierno don Santiago Flores para la construcción de la
Plaza de Abastos en las calles Nueva, Barreto, Zavala y Presa.
El poeta Gálvez: autor de este articulo.
El poeta Gálvez: autor de este articulo.
PRECISIONES
Fue el sábado 5 de Mayo de 1855-
y no el 7 de mayo de ese año como dice
Fuentes en su interesantísimo libro “Lima”, el día que se estrenó el alumbrado
por gas en esta ciudad.“El Comercio” del 7 de Mayo (N° 4730) trae en su sección “Lima” un largo titulo que comienza así:
“Las principales calles de esta
ciudad y varios establecimientos particulares gozan ya de alumbrado por gas, y
describe después la animación y el bullicio en la Plaza de Armas con una gran
multitud que “contemplaba embriagada la hermosa luz azulada y viva, que
iluminaba los semblantes casi tan claramente como la luz del sol”
En esa noche apareció la luna y
según el cronista que se conoce escribió con entusiasmo “desde ese momento ya
no se pudo distinguir entre la derramada desde los cielos por la mano de Dios y
la luz creada por la inteligencia del hombre”.
El artículo casi lleno de
reflexiones termina con elocuencia hablando del perfeccionamiento del mundo y
del hombre, de la materia y del espíritu: “luz para los cuerpos, luz para las
inteligencias, luz para los corazones”.
DESCRIPCION
Viene después la descripción. El
señor Charón suplicó al Presidente Provisorio-que era Castilla- que encendiese
la primera luz. Eran las seis y media de la noche dice el diario,. Lo hizo
Castilla y estallaron los vítores y los aplausos, aludió Castilla en su
brevísimo discurso a los esfuerzos de Charón que ya en 1847 había hecho un
ensayo en la Casa de Moneda y después invitó a Charón y Prentice- “ingeniero
del gas”- a acompañarle para visitar las calles y establecimientos que gozaban
de ese servicio.
Las primeras cañerías abarcaban
Palacio, la Plaza Mayor y cuatro cuadras a la redonda. En ese día se pusieron
hasta 400 faroles. “El Comercio” aboga
desde el primer día, porque se extienda el beneficio a todas las calles de la
capital.
El 19 de Marzo de 1869 se efectuó
la ceremonia de la colocación de la
primera piedra del nuevo puente de Lima
(Balta). A la 1-esto da idea de la distribución de las horas en esa época- llegó
el Presidente (don José Balta) con los ministros de estado señores Gálvez (don
Pedro), Barrenechea (don José Antonio)
La Rosa (don Teodoro), Piérola (don Nicolás) y Balta (don Francisco).
La edición de "El Comercio" es la fuente.
La edición de "El Comercio" es la fuente.
BENDICION
Bendijo la obra monseñor Tordoya,
quien pronunció una corta alocución. El empresario de la obra, señor Armero
ofreció un suntuoso “lunch” (en 1865 se decía todavía mesa de once) en el
Tivoli de la Piedra Liza, en que menudearon los brindis.
Según “El Comercio” hablaron
Gálvez, Tordoya, Barrenechea, Piérola, los Balta, Rosas, Malinowsky, el famoso
ingeniero polaco que tan querido fue en la ciudad limeña, Galvez (Manuel
María), el ingeniero Arancibia y Fuentes.
Se repartieron medallas de oro y
plata, etc. En este “lunch”- esto no lo dice “El Comercio”, pero el cronista se
lo ha contado así al doctor Eduardo Sánchez- se presentaron espárragos por vez
primera en una mesa de banquete que terminó, según reza la crónica que extractamos,
“poco después de las cuatro de la
tarde”. (Páginas
seleccionadas de las "Obras Completas" que pertenecen como autor al
consagrado escritor y político, José Gálvez Barrenechea.)
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