Fue el Presidente de la República
del Perú, por un breve periodo de ocho meses entre
marzo a noviembre de 1881, en los momentos
quizás más dramáticos de su historia. Cuando precisamente sufríamos, incólumes, los tremendos estragos de los embates de la Guerra con Chile y en
plena invasión de los enemigos del sur que hacían barbaridades tras
barbaridades. Llenas de repetidos abusos
injustos en nuestro territorio. Sin darse cuenta que vulneraban tanto la
soberanía como la libertad, cuando éstos son derechos inalienables e
irrenunciables. La sede de su gobierno estuvo ubicada en el pueblo limeño de la Magdalena, hoy Pueblo Libre,
desde donde demostró valentía a prueba de balas. Un pundonor sin precedentes de
decencia y de proporcionalidad. Pero, sobre todo, un convencimiento
inconmensurable para defender los intereses legítimos de la patria agredida
como nunca. Con alevosía, premeditación y ventaja. Definitivamente, el hombre
integro resultó ser, constantemente, el
retrato eminente de la consecuencia.
Sin embargo, el invasor indolente
y prepotente jamás entendió a Francisco García Calderón Landa, a
pesar de ser uno de nuestros mejores juristas, políticos y diplomáticos. A tal punto que lo apresaron y lo confinaron
en lares chilenos, con el objetivo ambicioso de obligarlo a aceptar las
condiciones de un tratado de paz con la correspondiente cesión territorial.
Un hecho que, dicho sea de paso,
jamás aceptó. El hecho real es que nos quitaron, a la mala, lo que nos
pertenecía en jurisdicciones como Tacna Arica y Tarapacá. También otras pertenencias
más peruanas que el cebiche posteriormente, en el colmo del abuso y el
atropello. Sin la intervención directa de este ilustre señor. Ni menos con su firma.
Francisco Garcia Calderon Landa: notable, integro y valiente
Francisco Garcia Calderon Landa: notable, integro y valiente
FIGURA NOTABLE
Era una figura notable del foro y
la jurisprudencia nacional. Autor del célebre “Diccionario de la Legislación
Peruana”, un análisis pormenorizado de cada figura legal, apoyándose
en la doctrina de los juristas y en la legislación vigente de aquella época..
Ministro de Hacienda al año siguiente. Decano del Colegio de Abogados de Lima.
Diputado y Senador por Arequipa en repetidas oportunidades.
Hijo del notable juez arequipeño
Eduardo García Calderón Crespo y de Ventura Martínez Landa Guerola. Estudió en el Colegio Nacional de la
Independencia Americana. Los superiores los hizo en la Universidad Nacional de
San Agustín de la blanca ciudad, donde
se graduó de abogado. Había nacido en Arequipa,
el 2 de Abril de 1834.
Ejerció la docencia como profesor
de Filosofía y Matemáticas del plantel escolar al que perteneció y regentando
las cátedras de Derecho Civil, Natural, Canónico e Internacional en la casa
agustiniana. En San Marcos se doctoró con una tesis sobre “La Frenología en sus relaciones con la Medicina, las Leyes y la Educación”.
PARLAMENTARIO
Cuando se traslado a residir en
Lima, ejerció el cargo de Oficial de la Dirección General de Hacienda y de allí
pasó a la Dirección de Administración. Posteriormente se dedicó a ejercer su
profesión independientemente, convirtiéndose en uno de los prominentes miembros
del foro capitalino.
Lo eligieron Diputado por
Arequipa y llegó a ser Presidente de la Asamblea Constituyente de 1867. Ministro de Hacienda del Gobierno de Balta,
conjuntamente con Pedro Gálvez Egúzquiza (Gobierno, hoy Interior), José Antonio
Barrenechea (Relaciones Exteriores) y
Luciano Benjamín Cisneros (Justicia).
Su gestión ministerial duró poco,
de agosto a diciembre de 1868, teniendo que renunciar ante la grave crisis
hacendaria y dar pase al entonces joven Nicolás de Piérola que se haría celebre
por negociar el contrato Dreyfus, el mismo que eliminó los consignatarios en la
venta del guano al extranjero.
Enfático en solicitarle la renuncia a Mariano
Ignacio Prado, ante los avances de la revolución que estalló contra su gobierno en Arequipa y
Chiclayo. No había nada que hacer y el Presidente había perdido, por completo,
la popularidad. Tenía toda la razón.
Franciso García Calderón Rey nació en Chile.
Franciso García Calderón Rey nació en Chile.
PRESIDENTE
Decano del Ilustre Colegio de
Abogados de Lima. Senador por Arequipa de 1875 a 1879. Director y Presidente
del Banco de la Providencia y Gerente de otro, el Hipotecarlo. Vicepresidente de la Compañía de
Obras Públicas y Fomento del Perú formada por el empresario estadunidense,
Henry Meiggs.
El abogado tuvo un papel importante en las
conversaciones con el Presidente Manuel Pardo que sirvieron para pagar las
construcciones de los ferrocarriles, en distintas partes del país. Fundador de
la Compañía a Salitrera del Perú.
Tras la ocupación chilena en
Lima, el dictador Piérola se retiró a
Ayacucho. Con la intención de reorganizar las tropas y proseguir la
guerra. Paralelamente en Lima, los vecinos notables se reunieron, el 12 de de
marzo de 1881, eligiendo a García
Calderón como Presidente Provisional de la República.
Estableció su gobierno y convocó
la reunión de un Congreso Extraordinario instalado en Chorrillos en el local de
la Escuela de Clases, único edificio que se salvó de la espantosa destrucción que sufrió ese
balneario. El Congreso sesionó del 10 de Junio al 23 de Agosto. El Senado
presidido por Francisco de Paula Muñoz y, por su parte, la Cámara de Diputados al
mando de César Canevaro Valega.
La familia en pleno: padres e hijos.
La familia en pleno: padres e hijos.
NO A LA MUTILACION
García Calderón trató de unificar
el país, nombrando como Primer Vicepresidente
al Almirante Lizardo Montero y
como Segundo al General Andrés Avelino Cáceres.
Los chilenos, que no aceptaban Piérola
como autoridad, si reconocieron al
jurista arequipeño como jefe del gobierno, a fin de poder conseguir el fin de
la guerra. El Cálifa, al poco tiempo,
renunció a la magistratura de la nación.
Con la potestad otorgada por el
Congreso de Chorrillos, inició las negociaciones de paz con Chile. Una de las
condiciones chilenas para el termino del conflicto era la mutilación de los
territorios de Arica y Tarapacá y otros, a lo que el jurista peruano se opuso
tajantemente. Sí aceptó pagar una indemnización razonable por los gastos de la
guerra, dejando en claro que el Perú poseía los recursos para hacerlo.
Esta posición contó al principio
con el respaldo de Estados Unidos, país que se prestó a mediar en el conflicto. El Embajador de esa nación en el Perú, Mr Hurbult, envió una carta al jefe de la
Ocupación, Patricio Lynch, donde le informaba que se apoyaría la posición peruana de no ceder un
pie de su territorio, a menos de que se probara de que no se iba pagar una indemnización.
El jerarca mapochino nunca contestó la
nota.
Al poco tiempo, Domingo Santa María,
asumió la Presidencia de Chile y de inmediato
tomó posesión de la Caja Fiscal del gobierno peruano, embargando sus fondos en el Banco de Londres. Lynch esta vez sí se dejó escuchar y declaró
que sólo subsistían las autoridades
municipales en el territorio peruano, con lo que suspendía el gobierno de
García Calderón
El afectado directo reaccionó
inmediatamente y dio a conocer a los cuatro vientos que “la soberanía del Perú, origen de mi poder, no está sujeta a las
autoridades de Chile, ni desaparecerá aunque todo el país fuera ocupado”.
Estampilla postal del recuerdo.
Estampilla postal del recuerdo.
REPRESALIAS
La respuesta del invasor fue el
apresamiento abusivo del Presidente
peruano, ocurrido el 6 de Noviembre de 1881 y deportado a Chile a bordo del
blindado Almirante Cochrane. Antes de
partir, García Calderón lanzó una
proclama en que pidió la unión nacional y dejó constancia que su destierro se
debía a la energía con que defendió la
integridad del territorio.
En Chile, el presidente peruano
continuó siendo presionado para que aceptase las condiciones de paz. Pero él,
inflexiblemente, se negó. Ello le ocasionó represalias al quitarle las
comodidades en que vivía diariamente y que debía recibir en su calidad de
mandatario.
También sufrió ataques a su
honra, como aquella calumnia que aseveraba orígenes de ajustar la paz por un interés personal al estar
vinculado a la Compañía Salitrera del Perú, habiendo supuestamente exigido la cancelación
de los adeudos. Hecho completamente falso.
Le acompañó en el destierro su
esposa Carmen Rey Basadre, una bella y abnegada mujer de origen tacneño,
hija de quien fuera, durante 25 años, Cónsul
de Chile en la Arica peruana. En el Perú,
lo sucedió Montero instalado en Cajamarca. Posteriormente en Huaraz y finalmente en Arequipa.
La política de Estados Unidos
cambió por completo, tras el asesinato del Presidente James Garfield El nuevo
gobierno instigó al Perú a que entregase
los territorios, Mientras tanto, García Calderón estaba retenido en Valparaíso,
puerto donde nació su hijo Francisco que se convirtió posteriormente en un
prolífico escritor.
Continuó ejerciendo influencia en
los asuntos concernientes al futuro de su patria, por intermedio de la
correspondencia que enviaba a diversos
círculos de influencia. Entonces lo relegaron a la ciudad chilena de Rancagua,
donde prácticamente lo incomunicaron.
Muchas fueron las tropelías en su
contra durante su estadía en la referida ciudad. Entre ellas: le pusieron
trabas para que su hijo Francisco se bautizase. Hacían dormir al pequeño en la
peor de las condiciones, en un tosco cajón incomodo por la falta de una cuna.
El alojamiento era una sucia barraca, ubicada cerca a una cantina llena diariamente
de chilenos ebrios que protagonizaban escándalos a cada rato.
Un monumento en su memoria ubicado en Magdalena.
Un monumento en su memoria ubicado en Magdalena.
VIAJERO
En varias oportunidades, los beodos, inclusive,
insultaron a García Calderón, de la
forma más ruin y cobarde. “Muera el presidente peruano tal por cual”, se
escuchaba decir en estribillo soez constante. En medio de la noche cargada de
gritos, improperios y alcohol.
Los ilustres peruanos, componentes de esta
digna familia, dieron muestras siempre
de dignidad y espíritu
inquebrantable. Pese a las adversidades presentadas. Ni contestaron los
agravios. Ni entraron en ningún tipo de conflictos con nadie.
El Presidente quedó retenido en
territorio chileno hasta la firma del
Tratado de Ancón y, como se le prohibió su retorno al país, se dirigió a
Buenos Aires y después a Europa. En ausencia fue elegido Senador por Arequipa y
Rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Retornó a Lima, en Julio
de 1886, junto con su esposa y sus hijos Francisco y Ventura. Este último
nacido en París en Febrero de ese año y, a lo largo de los años posteriores, se
dedicó a la Literatura con gran éxito.
Ejerció su función senatorial de
1886 a 1893, llegando a ser presidente de la cámara alta. Como parlamentario
inspiró leyes básicas para el reordenamiento y
y reconstrucción del país. Volvió a ser elegido esta vez Senador por
Puno de 1899 a 1901.
Rector de San Marcos en dos
oportunidades: de 1886 a 1891 y de 1895 hasta su muerte. En su gestión
enalteció la solvencia cultural y moral del claustro universitario, aumentó el
número de cátedras con personal idóneo y orientó la actividad docente hacia la
comprensión de los hechos sociales.
Falleció en Lima el 21 de
Septiembre de 1905, a los 71 años. En reconocimiento a su trayectoria en el
ámbito legal, el Gobierno del Perú instituyó por Resolución Suprema del 14 de
Marzo de 1952, la fecha de su natalicio como el Día del Abogado.
Sus hijos, además de los
escritores Francisco y Ventura, fueron: Maria, José, arquitecto que se alistó
en la Legión Extranjera francesa y falleció en Verdún, durante la Primera
Guerra Mundial y Juan, quien se caso con Guillermetti Marquis. Hombre ilustre, hombre de valor. Luchador
infatigable. Personaje eminente y glorioso de la Historia del Perú. ¡Que viva,
en el recuerdo siempre, Francisco García Calderón Landa! (Edgardo de Noriega).
Estoy leyendo un libro sobre la Guerra con Chile. No sabía que García Calderón, estando confinado en Chile y bajo una libertad vigilada y sometido a muchas limitaciones, siguió ejerciendo la presidencia del Perú y en tratativas con el gobierno chileno; pero seguía siendo tenaz opositor a un tratado con concesión territorial.
ResponderEliminarClaro, como fue civil, el militarismo que de siempre gobernó el Perú, lo ha ignorado. En cambio glorificó solo a militares.
Bernardino
Ya no quedan hoy en día hombres como él en el Perú.
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