La veneración es total con un
record sin precedentes. Exactamente y con precisiones, la consideran como la
procesión peruana más numerosa del mundo, de tradición y de multitudes, que se
congrega anualmente por estas épocas aquí por las rutilantes y bellas calles
limeñas. Su imagen del Cristo en la Cruz, pintada en una pared de adobe ubicada
en el Altar Mayor del Templo de las Nazarenas en Lima, creada por un esclavo
negro angoleño de nombre Pedro o Benito Dalcón. La precisión le pertenece
al insigne historiador Raúl Porras
Barrenechea. Para todo Lima, octubre es
el mes morado imperecedero y mítico donde se expresa, con fuerza y por doquier,
las más recónditas creencias por el salvador de la humanidad.
La Procesión, llamada también del
Cristo Moreno o de Pachacamilla, recorre
las calles limeñas todos los años a los
diez meses de lo que va el año. Trayendo
consigo bendiciones de unión, esperanza, fervor católico y tradición permanente.
La sagrada imagen mueve a millones de personas que se reúnen y salen en
procesión fervorosa
Cuenta la historia que, a
mediados del siglo XVII, el humilde mulato pintó al Cristo Crucificado en un
paño de muro dentro del muladar de Pachacamilla, una zona donde los negros
angolanos se agruparon viviendo en una pobreza absoluta.
Un terrible terremoto ocurrió en
Lima y el Callao, el 13 de Noviembre de 1665 a las 2.45 de la tarde,
derrumbando iglesias, sepultando casas y mansiones y dejando trágicamente miles
de muertos e infinidad de damnificados.
La venerada imagen del Señor de los Milagros.
La venerada imagen del Señor de los Milagros.
DOS FRACASOS
Todas las paredes de la cofradía
se vinieron abajo. Excepto el débil muro de adobe en el cual se encontraba
pintada la imagen de Jesús. La pintura quedó
sin ningún resquebrajamiento y, lo que es más admirable, intacta por
completo.
La imagen inmediatamente atrajo
gran cantidad de fieles que con sus cánticos y bailes escandalizaban a las
autoridades políticas y religiosas. El Virrey ordenó la destrucción de este
retrato del hijo de Dios.
En esos cometidos de
desaparición, un pintor subió la escalera para borrar todo por allí. Lo que se
asegura es que comenzó a sentir temblores y escalofríos que lo imposibilitaron
en cumplir dicha labor. Al poco rato
intentó nuevamente ascender. Pero fue tanta la impresión causada que
bajó raudamente y se alejó asustado del lugar, sin cumplir con la tarea
encomendada.
Un segundo hombre, soldado de
oficio y de ánimo más templado, también hizo lo mismo. Sin embargo,
inmediatamente bajó. Lo primero que explicó es que, cuando estuvo frente al
lienzo, vio que se ponía más bello y que
la corona se tornaba verde. Por esa razón, no cumplió con la orden dada al más
alto nivel.
PROTESTAS
Ante la insistencia por las
autoridades de desaparecer la imagen, la gente manifestó su disgusto y comenzó
a protestar con airadas voces y
actitudes amenazantes que obligaron a retirarse a la comitiva. La orden fue
revocada y la multitud acordó que en ese lugar se rindiera veneración a la
imagen.
Un maremoto arrasó con el Callao
y parte de Lima el 20 de Octubre de
1687, derribando la capilla que se había levantado en honor a Cristo. Quedando
sólo en pie la pared de adobe con la imagen correspondiente. De esta forma fue
admitida por la Iglesia y se consagró el culto.
Una copia al oleo de la imagen
fue confeccionada y a reglón seguido llevada en procesión por las calles de
Lima, implorando al Cristo crucificado que apaciguara la ira de la naturaleza.
Desde aquel entonces se estableció que los días 18 y 19 de Octubre tendrá lugar
el culto de lo que se denominó, popularmente, el Señor de los Milagros.
Las procesiones que parten del
Convento de las Nazarenas se desplazan por diversos lugares durante varios
días. Hasta retornar a su punta de partida. A la difusión del culto contribuyó
el esfuerzo de Antonia Lucía, del Espíritu Santo, sierva de Dios. Su
apellido era Maldonado.
Ella siempre estaba ataviada de
un vestido morado llamado hábito con un cordón blanco. Fundó el Beaterio de las
Nazarenas y la congregación vistió como la
creyente. Las devotas se dedicaron, entre otras labores, a cuidar la imagen de
Pachacamilla . Así, poco a poco, se fue asociando el traje morado al Señor de
los Milagros.
La Iglesia de las Nazarenas.
La Iglesia de las Nazarenas.
El TURRON
Desde entonces hasta hoy, los fieles hacen
peticiones al Cristo Morado y le prometen a cambio vestir de ese color por un
tiempo determinado (Ver en el archivo de este blog el articulo
correspondiente con la historia del hábito, de fecha 21 de
Octubre del 2010)
En cuanto al turrón que se
prepara y come por estas fiestas, la tradición asegura que su inventora fue una
morena de nombre y apellido Josefa Marmanillo, una esclava del valle de Cañete. Doña Pepa, como la llamaban,
resultó liberada porque sufría de parálisis y, entonces, prometió al Señor de
los Milagros seguir la procesión si le aliviaba de su mal.
La creyente, durante el primer
día de la peregrinación, recuperó milagrosamente el uso de sus brazos y manos.
Esa misma noche, la mujer soñó la receta del turrón. Al día siguiente lo
preparó y lo repartió entre los pobres de Las Nazarenas. Desde entonces, todos
los meses de Octubre este dulce invade con su aroma la ciudad, a disposición de los
comensales.
En plena e impresionante procesion.
En plena e impresionante procesion.
Cabe precisar que en el siglo
XVII Lima contaba con una población de 35 mil habitantes, cantidad que se
incrementó con la llegada de miles de personajes atraídos por la prosperidad y
riqueza. Además era común el tráfico de esclavos procedentes de Africa
Occidental, clasificados por castas:
Congos, Mandingas, Caravelíes, Mondongos, Mozambiques, Terranovos, Minas
y Angolas.
ANGOLAS
Precisamente los Angolas fueron
llevados a la zona de Pachacamilla en 1651 y, al estar instalados, se
organizaron para construir sus cabañas o callejones divididos en habitaciones,
donde rendían culto a distintas imágenes o santos. Estos actos les recordaban
su libertad y cantaban siempre en su lengua nativa. Ellos también se
preocupaban por los enfermos y que éstos tuvieran un entierro decente.
Los Angola era el grupo más
numeroso entre los esclavos negros pero no muy valorados. Constituían los más
baratos porque se les consideraba pusilánimes, enfermizos y poco propensos a la
religión.
Un grupo de negros construyó una cofradía en el barrio de Pachacamilla llamado así porque habitaron allí
unos indígenas de la zona pre-hispánica
de Pachacamac, según estudios realizados por la historiadora María Rostworowski
El negro llamado por unos
Pedro y por otros Benito pintó bajo inspiración divina la imagen del
Cristo en una pared tosca, cerca a una acequia de regadío y con acabado
imperfecto. El esclavo angoleño no tuvo estudios de Pintura y ejecutó la obra
por su propia fe.
Pasaron 15 años y un vecino de la Parroquia de San Sebastián, Antonio León,
encontró la imagen abandonada y comenzó a venerarla. Según los relatos de la
época, León fue el primero que se preocupó por arreglar la ermita, sin imaginar
que a partir de entonces crecería el culto y la devoción al sagrado Cristo.
Los cargadores con el hábito morado.
Los cargadores con el hábito morado.
MILAGRO
Esta valoración a la imagen se vio fortalecida por un hecho particular en la vida de Antonio, pues, padecía de espantosos dolores
de cabeza debido a un tumor maligno que los médicos no habían podido curar.
Fue entonces cuando acudió a la
imagen y postrándose frente a ella imploró al crucificado remedie su mal. El deseo
le fue concedido, acabando de inmediato su desesperado tormento. Esto se
conoció a todo nivel y permitió que el culto creciera notablemente.
Entre los creyentes predominaba
la gente de color, quienes iniciaron las reuniones los viernes por la noche y
alumbrados por las llamas de sus ceras. Llevaban flores, perfumando el ambiente
con el sahumerio.
Todos al unísono entonaban fervorosas
plegarias y ´cánticos al son de arpas, cajones y vihuelas. El 14 de Septiembre
de 1671 se oficio la primera misa ante
el crucifijo de Pachacamilla. Conforme pasaron los años, los devotos se multiplicaron
por doquier.
PATRONO
El español Sebastián de
Antuñano, nacido en Vizcaya en 1653, fue el máximo benefactor de la imagen.
Mientras la contemplaba, se cuenta, que repentinamente sintió que el Señor le
iluminaba la frente y una voz interior que le susurraba con claridad: “ven a
cuidar el esplendor de mi culto”.
Puesto de rodillas, le ofreció
servicio incondicional hasta el final de sus días. Después del pavoroso
terremoto de 1687, Antuñano tuvo la idea de sacar en procesión una copia fiel
del Señor. Cuando sintió cercano el final de sus días reafirmó su fe en el
cristo morado, a quien sirvió por espacio de 33 años. Sus restos reposan en la
Iglesia de las Nazarenas.
El Cabildo de Lima declaró, el
21de Septiembre de 1715, al Cristo de los Milagros como “Patrono jurado por la
ciudad de los reyes contra los temblores que azotan la tierra”. Desde aquel
momento, quedó oficializado su culto entre los vecinos de Lima.
El Templo de las Nazarenas se
construyó por decisión y apoyo incondicional del Virrey Manuel Amat y Juniet.
Fue inaugurado, el 21 de Enero de 1771, ante el júbilo de las monjas de esa
congregación como del pueblo de Lima.
Muchos historiadores resaltan con
precisión que la idea de esta obra religiosa le perteneció a Micaela Villegas “La
Perriicholi”, la amante del gobernador español y devota del Señor de los Milagros.
Ella, un buen día, visitó la ermita y al verla
en lamentable estado pensó en levantarle un templo digno para su culto e hizo
las coordinaciones con su pareja sentimental. La obra se ejecutó con recursos
propios y del pueblo limeño.
La parte posterior con la Virgen de la Nube.
La parte posterior con la Virgen de la Nube.
LAS ANDAS
El edificio religioso se daño considerablemente por efectos del terremoto de 1940. La reparación
se llevó a cabo por completo, quedando la obra lista y flamante 25 años después
en 1965. La inauguró el Cardenal del Perú, Monseñor Juan Landázuri Ricketts.
Hubo otra restauración que se efectuó entre 1994 y 1999. Hace pocos años
se arregló la fachada principal del santuario que tiene un sistema de iluminación
inaugurado con la presencia de los Reyes de España.
Las sagradas andas del Señor de
los Milagros son las estructuras que permiten transportar la imagen venerada en
procesión. Cargada en hombros pueden ser interpretadas como signo de realeza y
evocan la litera de los reyes.
Los instrumentos permiten
llevar en alto la imagen y están formadas por una especie de madera de caoba y
refuerzos de metal, sobre los que se alza al Cristo de Pachacamilla. Hay una mesa atravesada por cuatro travesaños
que son pinos de Oregón.
Estos últimos tienen una longitud
de 3 metros con 46 centímetros, están recubiertos en la parte superior por planchas de plata y
en los inferiores ligeramente acolchados en terciopelo color morado. Los
terminales de las patas son de bronce.
Escapularios
Escapularios
En cada una de las cuatro
esquinas del anda, un ángel macizo de plata de un metro de alto y 50 kilos de
peso. Con alas desplegadas sostiene, entre las manos, una azucena con
trinches de acero donde se colocan los conos de flores.
La base de la imagen tiene láminas
de plata talladas sobre madera. En las andas hay también jardineras del mismo metal para los arreglos florales con candelabros de las velas encendidas, durante todo el recorrido procesional. Las andas miden en total 4 metros de
alto. 1.64 de lado. Pesan cerca de 1,700 kilos.
En la parte de atrás de la
imagen del Señor de los Milagros, aparece
el lienzo de Nuestra Señora de la
Nube y allí está desde 1,747. Según el
experto en estas lides, Pedro Gjurinovic Canevaro, fue pintada, como advocación ecuatoriana,
encima de la imagen de la Virgen de la Merced, conforme se comprobó cuando se
hizo la restauración correspondiente en el Museo de Osma. (EdeN).
los santos son estatuas cualquiera en cambio DIOS puede hacer milagros
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