Una poderosa flota integrada por
150 naves de alto bordo se presentó la mañana del 8 de Noviembre de 1942 ante
las defensas de Orán, Casablanca y Argel. Las guarniciones leales al gobierno
francés de Vichi habían sido alertadas previamente, cuando se anunció la
partida de la escuadra desde Gibraltar con “rumbo desconocido” hacia el Mediterráneo
Oriental.
Sin embargo, nada hacía suponer,
dado el sigilo con que se preparó la operación, que se estaba en presencia de
una fuerza de invasión, que iba esclarecer un segundo frente en Africa, en
momentos en que las derrotadas tropas de Rommel trataban desesperadamente de
alcanzar Túnez, dejando abandonadas a su suerte a las divisiones italianas
copadas luego del desastre que sufriera en los alrededores de El Alamein.
Obedeciendo la orden del Mariscal Pétain de resistir, las
fuerzas terrestres navales y aéreas francesas en el Africa del Norte procuraron
contener el alud de soldados que procedentes de 70 grandes transportes,
llegaban a la costa en lanchas torpederas, barcazas y otras unidades de
desembarco.
Con el mayor poderío naval
conocido desde los tiempos de la histórica armada española de 1588, los
norteamericanos atacaron simultáneamente todos los principales puertos de las
posesiones coloniales de Francia a excepción de Túnez.
Soldados en pleno enfrentamiento de valentía y pundonor
Soldados en pleno enfrentamiento de valentía y pundonor
COMANDOS
Comandos norteamericanos
establecieron solidas cabezas de puente sobre las playas, ensanchándolas de
hora en hora para permitir el desembarco de tanques, artillería y otros
equipos.
El principal peso de los
atacantes se concentró en Argel y Orán. En el curso de sólo media jornada, el
frente se extendía desde Safi, a toda la
costa berberisca. En el anochecer, la operación se hallaba en pleno desarrollo.
Mientras decenas de millares de soldados desembarcaban, tropas
paracaidistas ocupaban aeródromos y líneas de comunicaciones de vital
importancia. Fuerzas de comandos, infantería motorizada y marinería formaban la
primera línea de ataque a la precaria defensa establecida por el comando
francés.
Ante los acontecimientos, el
Gobierno de Vichi rompió relaciones con Estados Unidos. Sin embargo, no
convenció totalmente a Alemania de su
“lealtad” y días después, el ejército teutón ocupaba totalmente Francia,
provocando el “suicidio” de la escuadra francesa anclada en el puerto de Tolón.
Mientras tanto, por las cabeceras
de puente seguía volcándose interesante el aluvión de hombres, tanques y
materiales de guerra. En una semana, 300 mil soldados norteamericanos habían
consolidado sus bases en Africa del Norte, emprendiendo la marcha hacia Oriente.
El desembarco para luchar.
El desembarco para luchar.
CELERIDAD
Desde Egipto avanzaba también
Montgomery, de manera que los ejércitos del Eje quedaban en el centro de una
gigantesca pinza. Túnez era la última esperanza: allí se podía intentar un
“Dunkerque” africano.
Mas la celeridad con que obró el
jefe británico y la decisión de Einsenhower determinaron la frustración de esos
planes. La guerra anfibia había aparecido por primera vez en el teatro del Mediterráneo.
Seguirían luego los desembarcos
en Pantellería, paso previo a la invasión de Sicilia y el salto a la misma
península. Nadie dudó que la suerte de la guerra estaba echada. Los japoneses eran expulsados de
Guadalcanal y en Stalingrado se limaban las garras del ejército de Von Paulus.
Pero de todos esos
acontecimientos, ninguno resultó más convincente que esta demostración
portentosa de organización y poderío, como lo fue el desembarco de más de un
cuarto de millón de hombres, bajo los mismos fuegos de las fortalezas francesas
de Africa del Norte, pocas horas después de anunciarse en Gibraltar que una
fuerza naval operativa se dirigía hacia el Mediterráneo Oriental para cumplir
acciones de rutina.
Puede afirmarse que
coincidentemente con la aparición de la guerra anfibia, comenzó el eclipse de
los ejércitos del Eje que ya no se detendría hasta la definitiva rendición del
Reich, en el final dramático que tuvo por escenario un refugio de la
Cancillería de Berlín.
No hay comentarios:
Publicar un comentario