La antigua controversia de límites
entre Paraguay y Bolivia que dio origen a diversas negociaciones, entre ellas
el pacto Soler- Pinilla en 1907 por el que ambos países se comprometían a
respetar el “statu-quo y las conferencias de Washington y Buenos Aires, en las
que varias naciones americanas concertaron una mediación para tratar de
resolver el pleito constituía una amenaza constante y peligrosa para la paz del
continente.
Lo
cierto es que La Guerra del Chaco
ocurrió, desafortunadamente, de todas maneras y, porque la violencia es maligna para el desarrollo de
los pueblos de por sí, este conflicto bélico constituyó un hito negativo en la historia Sudamérica, durante
el siglo XX.
En los varios
años de duración del enfrentamiento, Bolivia movilizó 250 mil soldados y
Paraguay 120 mil, los que se enfrentaron en combates donde hubo gran cantidad
de bajas: aproximadamente unos 60 000 bolivianos y otros
30 mil paraguayos. Entre ellos, además, otra cantidad significativa
de heridos, mutilados y desaparecidos por ambas partes,
También
el enfrentamiento consumió ingentes recursos de ambos países, que eran muy pobres. El
Paraguay abasteció a su ejército con la gran cantidad de armas y equipos
capturados en distintas batallas. Su rival y antagonista quedó sumido en una
crisis económica sin precedentes.
Los
guaraníes, terminada la conflagración, vendieron algunos excedentes bélicos a España, tras ganar el conflicto militarmente. Pero quedándose con grandes
problemas financieros derivados de la compra de armamento, combustible y otros
insumos. La situación fue peor en la nación altiplánica, cuyos habitantes tuvieron
que afrontar la derrota humillante y frustrante.
El enfrentamiento en el infierno verde trajo miseria y desolación
El enfrentamiento en el infierno verde trajo miseria y desolación
TREGUA
Lo que se habían registrado, en
los últimos años, son frecuentes escaramuzas fronterizas, que si bien se
resolvían después pacíficamente, lo eran por acuerdos que parecían constituir
solo una tregua, pues los incidentes volvían a repetirse.
La intervención de otros países
de América procuraba también poner fin al diferendo, tratando de hallar la
fórmula conciliatoria que terminara con la peligrosa tirantez. En el protocolo
de Abril de 1927 se había establecido la decisión arbitral del diferendo.
En Buenos Aires, el 12 de Julio
de 1928, se resolvió, con la firma de ambas partes, que el conflicto sería
resuelto pacíficamente. No obstante todos esos convenios, los encuentros
fronterizos se repetían con frecuencia.
Había entre ambos países un clima
evidentemente bélico, que haría crisis en cualquier momento, con el peligro que
entrañaba para la paz de todo el continente. Cualquiera de esos incidentes
podía constituir la chispa que encendiera la hoguera, envolviendo en una
sangrienta guerra a pueblos americanos.
CRISIS
La situación era cada vez más
crítica. Todas las gestiones de conciliación y los esfuerzos por dar una
solución pacífica al largo diferendo,
terminaban, indefectiblemente, en el fracaso. La crisis estaba cada vez más
próxima y la aceleró un suceso registrado en el fortín Vanguardia.
Hubo acusaciones mutuas. Se procuró nuevamente la intervención de otros
países, pero todo fue inútil. El 7 de Diciembre de 1928, el gobierno paraguayo
declaró su propósito de acogerse al Pacto Gondra, provocando la reunión de la
Comisión Investigadora a que el mismo se refiere.
La crisis se consideraba inminente.
Al día siguiente, es decir, el 8 de Diciembre, se producía la ruptura de
relaciones entre ambos países. El Encargado de Negocios del Paraguay en la Paz
era invitado a dejar Bolivia y lo mismo ocurriría
con el Ministro del Altiplano en Asunción, quien ese mismo día entregaba el
archivo a su colega argentino y salía en lancha para Formosa con el fin de
seguir luego viaje a Buenos Aires.
De inmediato, la Comisión
Permanente de Montevideo, creada por el Tratado Gondra, inició sus gestiones.
Hubo ofrecimiento de mediación por parte de varios países. Todo fue inútil. De
hecho existía el estado de guerra.
No se había declarado
oficialmente el conflicto, pero los choques se hicieron más continuos durante
el año siguiente. Corría sangre en los campos americanos. Todo el continente se
esforzaba por poner fin al conflicto y evitar que la guerra se declarara en
forma oficial y con sus naturales consecuencias.
Mapa del conflicto.
Mapa del conflicto.
COMBATES
Los encuentros se sucedían y
después de dos años en ese estado de
incertidumbre, en cuyo lapso se libraron numerosos combates entre patrullas de
ambos países, la guerra comenzó el 15 de Junio de 1932 con las batallas que
tuvieron por escenario Pitiantuta.
La contienda se prolongó largamente
y durante ese tiempo se registraron muchos y muy sangrientos combates que
costaron numerosas vidas. Luchas duras
en Herrera, Gondra, Nanawa, Campo Vía, Pampa Grande, El Carmen, Ballivián y
otros muchos lugares.
Ya declarada la guerra y en pleno
desarrollo, el 3 de Agosto se reunieron en Washington representantes de 19
países americanos que recordaron que no se reconocería arreglo territorial
alguno que no fuera obtenido por medios pacíficos, ni la validez de las
adquisiciones territoriales logradas mediante ocupación y conquista por la
fuerza de las armas.
Por iniciativa de Argentina y
Chile se constituyó un grupo mediador de naciones americanas que integraron,
además de los citados países, Estados Unidos, Perú, México y Brasil. La
propuesta del grupo mediador, basada en los límites por una Conferencia de la
Paz, fue aceptada por los beligerantes.
Con ella se dio término a la llamada
Guerra del Chaco, en 1935.
SORPRESA
En el infierno verde del Chaco
Boreal corrió la sangre americana. Desde 1928 se veló en los legendarios fortines, aguardando el ataque, anticipándose a la
sorpresa. Desde Asunción partieron decenas de barcos colmados de muchachos
paraguayos para ser vacíos y ser cargados nuevamente.
Desde la Paz, la hermosa capital del Altiplano, se puso en
marcha una bizarra juventud en aquellos días de esperanzas, en instantes en que
el amor a la patria hace ver el cielo más azul y más brillante el sol. Pero la guerra no es sólo eso.
Tras las ventanas, hoy
cerradas desde las cuales caían ayer
lluvias de flores, ahora hay alguien que espera, que llora. La guerra lo
consume todo: hombres, materiales, dinero. Los pueblos empobrecidos ya no miran, con iguales ojos, lo que miraban la víspera.
Y ya no sólo son muchachos los que van al frente. Las sucesivas levas incluyen
a hombres maduros que van dispuestos a matar y morir en la lucha.
Los presidentes de Argentina y
otros países del continente asisten a la Conferencia Interamericana de Buenos
Aires. Desde el norte ha llegado Franklin Delano Roosevelt. Los pueblos miran
con fe la labor de esos hombres para quienes el problema candente es uno solo:
conseguir la paz.
Es un reclamo que no es posible desoír.
Luego de varios años, tras superar una serie de dificultades, se constituye al
fin el 18 de Julio de 1935, en Buenos Aires, la Conferencia de la Paz. Entre
los inconvenientes con que se tropezó, tuvieron preponderante influencia las
variaciones en el régimen de gobierno imperante en ambos países beligerantes,
fluctuaciones que gravitaron en la política en parecida medida que lo hicieron
en la opinión de los pueblos.
Grupos de oficiales y soldados durante la guerra
Grupos de oficiales y soldados durante la guerra
ACUERDO
Pero además existía una base
firme: la impopularidad de la guerra y la sólida decisión americana de poner
fin a las hostilidades. Varias cancillerías procuraron influir en Asunción y la
Paz, abriendo al fin, brechas en una
posición irreductible.
Hacia mediados de Octubre se
llegó a un acuerdo. El 25 se cumpliría otra etapa fundamental al darse por
terminadas las hostilidades. Un clima expectante sustentó al anuncio. Hubo aún
nuevas tramitaciones, quedando, al fin, en firme, la fecha.
Ese día amaneció sobre las
selvas, esteros y páramos del infierno verde. Apuntaban apenas las primeras
luces, cuando desde un fortín de clarín hizo escuchar por primera vez en muchos
años la orden de cesar el fuego.
No habían muerto sus ecos, cuando
otros clarines iban repitiendo la orden en toda la extensión del frente. ¡Alto
el fuego”! Rudos veteranos dejaban resbalar sus lágrimas por las mejillas
atezadas de soles, vientos y lluvias.
LA PAZ
Muchachos adolescentes
reaccionaban de distinta manera, abrazándose entre sí. Era el fin de la guerra,
la anhelada paz, el retorno al hogar. Mientras tanto seguían las deliberaciones
diplomáticas en esperanzado clima, abarcando a la totalidad del continente,
anheloso que acabara la lucha fratricida.
Con solemnidad fueron recibidos
los plenipotenciarios de Paraguay y Bolivia para firmar el acta que legalizaría
el protocolo de armisticio del 12 de Junio que preparó el cierre de
hostilidades. Por el gobierno de la Paz actuó el doctor Eduardo Diez de Medina,
Ministro de Relaciones Exteriores y el doctor Enrique Finot, presidente de la
delegación de su país.
Por el de Asunción el doctor
Cecilio Báez, Canciller, y el General José Felix Estigarribia que presidió la
representación ante la ya citada asamblea, secundados por los doctores Luis A.
Riart y Efraín Cardozo.
No fue, sin embargo, la fórmula
definitiva. De ahí que haya que trasladarse al año de 1938 para el avenimiento
que disipara las últimas sombras que aún se cernían sobre las posibilidades de solución
de tan prolongado pleito.
Buenos Aires vive uno de los días
más hermosos de su historia el 21 de Julio de 1938. Por las calles que
conducen a la Plaza de Mayo, columnas de escolares se sumaban al pueblo.. Una
ceremonia que tuvo extensión de silencio en el vasto ámbito, se estaba
desarrollando en el Salón Blanco: la firma del Tratado de Paz, Amistad y
Límites entre las Repúblicas de Bolivia y Paraguay.
Armas a discreción.
Armas a discreción.
TRES REGIONES
La región central
sudamericana conocida como Gran Chaco se
divide, de norte a sur, en tres regiones: Chaco
Boreal ―al norte del Río
Pilcomayo ―, el Chaco Central ―entre
ese río y el Bermejo ―, y al sur
de este último el Chaco Austrral.
El área disputada entre Bolivia y Paraguay correspondió exclusivamente al Chaco
Boreal.
El Chaco Boreal
posee una extensión de aproximadamente 650 mil kilómetros cuadrados, un poco
menos que Francia. Hasta fines de la década de 1920, estuvo casi despoblado y
sin explorar.
Sus límites son: al sur, el Río Pilcomayo
y la Argentina. Al este el Rio Paraguay y
la región oriental del mismo país. Al noroeste, la precordillera boliviana. Y al
noreste, las regiones selváticas de Brasil y Bolivia.
La
región estaba cubierta por bosques, matorrales espinosos y palmeras. En la
franja cercana a las aguas paraguayas, se explotaba el quebracho colorado para la
producción del tanino, sustancia astringente que se extrae de la corteza de los
árboles y se emplea, principalmente, en el curtido de pieles y en la
elaboración de fármacos. El desarrollo de la agricultura en esa época era
escasa.
ANTECEDENTES
Los antecedentes y
causas de la guerra del Chaco fueron complejos. Cuando Bolivia y Paraguay se
volvieron estados independientes heredaron, de la época colonial, una vaga
determinación de los límites de esa zona inhóspita y despoblada. Por lo que
tuvieron que fijar sus respectivas jurisdicciones de acuerdo con documentos,
muchas veces contradictorios, o mediante el trazado de líneas geodésicas.
Los cuatro tratados de límites que se
acordaron entre 1879 y 1907 no fueron aceptados, definitivamente, por ninguna
de las partes. Luego de que Bolivia
perdió la salida al Océano Pacífico, como consecuencia de la Guerra del Pacífico de1879, esa región
adquirió un valor estratégico para ese país.
La ocupación del
Chaco Boreal fue necesaria para salir al Océano Atlántico, por el Río Paraguay.
Ambos países realizaron pocas expediciones al Chaco. Otra causa fue la existencia de petróleo en el subsuelo chaqueño.
La empresa norteamericana, Standard Oil, ya extraía el oro negro en sus bordes
serranos.
Sin embargo, esa firma fracasó en su intento por sacar el petróleo
boliviano por un oleoducto en territorio argentino hasta la refinería que tenía
una subsidiaria suya sobre el Río Paraná, quedándole como única opción
cruzar por el Chaco Boreal, lo más al
sur posible. Había, pues, también grandes intereses económicos de por medio,
Caminando en la inmensidad de la selva.
Caminando en la inmensidad de la selva.
PERDIDA
Paraguay, unas décadas antes, había sido
devastado por la Guerra de la Triple Alianza
conformada por Argentina, Brasil y Uruguay contra los paraguayos. Entre1865-1870.
Una de las consecuencias fue la pérdida de enormes territorios en la zona
oriental de los guaraníes.
Respecto del Chaco
Boreal, Argentina pretendió incorporar una parte a su territorio, pero tras
recurrir en 1879 al arbitraje del presidente estadounidense Rutherford Hayes, éste
falló que la zona comprendida entre el río Pilcomayo y el Verde, al norte,
correspondía al Paraguay. Con estos antecedentes, era difícil que ese país
pudiera aceptar las pretensiones bolivianas sobre el Chaco Boreal.
Durante la guerra, el ejército
boliviano fue dirigido sucesivamente por cuatro generales: Filiberto Osorio,
Jose Leonardo Lanza, Hans Kundt y Enrique Peñaranda Castillo.Detrás de ellos
tuvieron fuerte influencia el presidente Daniel Salamanca y la
oligarquía boliviana. Osorio y Kundt fueron sustituidos por errores de
conducción y motivos políticos, habiéndose registrado una desorganización
total.
En contraste con los
sucesivos comandantes en jefe bolivianos, el ejército paraguayo fue dirigido
por Jose Féliz Estigarrabia desde
el comienzo hasta finalizar la guerra, periodo en el cual nunca abandonó el
Chaco. Los resultados fueron óptimos y a favor.
Felizmente se terminó con el estéril derramamiento de
sangre y se cerró la arteria abierta.
Manifestaciones con banderas nacionales recorrieron las calles de las ciudades
y pueblos de la tierra guaraní y del Altiplano. Comenzaba la era de la
comprensión, sin diferencias y rencores para forjar la paz y el destino firme. América
volvía a estar unida.
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